MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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Fecha: 02-10-2020

Edición N.º MD 8.050

LITURGIA DE LAS HORAS

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Santos Ángeles Custodios (MO). Blanco.

Leccionario Santoral: Éx 23, 20-23; Sal 90, 1-6. 3-11; Mt 18, 1-5. 10, Prefacio de los Ángeles.

Nuestra vida terrena está poblada de presencias ocultas, misteriosas, celestiales, amigas, no perceptibles por nuestros sentidos. El mundo está sumergido en el cielo habitado por la Trinidad con todos los moradores del Paraíso. Los ángeles están con Dios, y Jesús, que es Dios, nos aseguró: “Estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Y él “ha dado órdenes a sus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos”. Ordenes que ellos cumplen puntualmente con inmenso amor a favor de cada uno de nosotros. Desde nuestra concepción hasta la hora de pasar a la Vida eterna, estamos acompañados por nuestros ángeles custodios, y con ellos hemos de participar de la felicísima herencia eterna, que Dios tiene preparada para quienes lo aman a él amando al prójimo. Dios, por medio de los ángeles custodios, nos ha librado, nos libra y nos librará de peligros y males sin que nos demos cuenta, ni se lo pidamos. Seamos agradecidos a Dios y a los ángeles, viviendo con rectitud y fe en su presencia permanente, conversando con ellos, pidiéndoles y agradeciéndoles su ayuda. 

LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS, en YouTube

https://youtu.be/8ksXLCq5IOY


 

ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 58

Ángeles del Señor, bendigan al Señor, alábenlo y glorifíquenlo eternamente.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu admirable providencia envías a tus santos ángeles para custodiarnos; concédenos contar siempre con su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Neh 2, 1-8

LECTURA Jb 38, 1. 12-21; 40, 3-5

Lectura del libro de Job.

El Señor respondió a Job desde la tempestad, diciendo: « ¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana, le has indicado su puesto a la aurora, para que tome a la tierra por los bordes y sean sacudidos de ella los malvados? Ella adquiere forma como la arcilla bajo el sello y se tiñe lo mismo que un vestido: entonces, a los malvados se los priva de su luz y se quiebra el brazo que se alzaba. ¿Has penetrado hasta las fuentes del mar y has caminado por el fondo del océano? ¿Se te han abierto las Puertas de la Muerte y has visto las Puertas de la Sombra? ¿Abarcas con tu inteligencia la extensión de la tierra? Indícalo, si es que sabes todo esto. ¿Por dónde se va adonde habita la luz y dónde está la morada de las tinieblas, para que puedas guiarla hasta su dominio y mostrarle el camino de su casa? ¡Seguro que lo sabes, porque ya habías nacido y es muy grande el número de tus días! » Y Job respondió al Señor: « ¡Soy tan poca cosa! ¿Qué puedo responderte? Me taparé la boca con la mano. Hablé una vez, y no lo voy a repetir; una segunda vez, y ya no insistiré».

Palabra de Dios.

Comentario; El Señor responde a Job desde el seno de nubarrones de tempestad, como en el Sinaí. Él no explica ni se justifica, sino que pregunta. No demuestra su propia sabiduría, sino que obliga al hombre a reconocer que no sabe nada.

SALMO Sal 138, 1-3. 7-10. 13-14

R. ¡Llévame por el camino eterno, Señor! Señor, Tú me sondeas y me conoces, Tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. R.

¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás Tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente. R.

Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha. R.

Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! R.

ALELUYA Cf. Sal 94, 8. 7

Aleluya. No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor. Aleluya.

EVANGELIO Lc 10, 13-16

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a Aquél que me envió.

Palabra del Señor.

Comentarios; Jesús reprocha la dureza de corazón y mente a los habitantes de algunas ciudades aquí mencionadas, que están lejos de la conversión, y no piensan cambiar. Hoy, adultos y jóvenes resisten la evangelización. La llamada de atención de Jesús es tanto para sus discípulos como para nosotros: tengan cuidado, porque el día de rendición de cuentas, se verán en serias dificultades, como los habitantes de Corozaín y Betsaida.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor Dios, los dones que te presentamos en honor de tus santos ángeles; y por su constante protección líbranos de los peligros presentes y llévanos a la alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 137,1

Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre celestial, guía por el camino de la salvación y de la paz, bajo la custodia de tus ángeles, a quienes alimentas con estos sacramentos de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"El que los escucha a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí”

Lc 10, 13-16

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.    ¡AY DE TI, COROZAÍN! ¡AY DE TI, BETSAIDA!,

Se lamentaba el Señor de que estas ciudades no hiciesen penitencia después de tantos milagros y predicaciones, y que fuesen peores que los gentiles que sólo violaron la ley natural; porque, después de haber despreciado la ley escrita, no temieron despreciar también al Hijo de Dios y su gloria. Es así como prosigue: Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose sayal y sentándose sobre ceniza. El sayal, (Cilicio) es un tejido burdo hecho generalmente de pelo de cabra (Ap. 6:12). Se llevaba en señal de duelo, de aflicción, y usado con frecuencia, si no habitualmente, por los profetas (Is. 20:2; Ap. 11:3) y por los cautivos (1 R. 20:31; cp. Is. 3:24). También es un cinturón o faja de cerdas que se usa ceñido al cuerpo como penitencia o como sacrificio, La ceniza suele ir unida al polvo y al fango, indicando siempre una situación penosa y triste (Jb. 30:19; 42:6).

Los discípulos van en plan de misión. Y esto evocaba su personal misión en Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm. Estas son ciudades que están en Galilea, junto al mar de Galilea o lago de Genezareth, Tiro y Sidón, están más hacia el nor-oriente, lo que hoy es el Líbano.

2.    ESTAS CIUDADES NO RESPONDIERON COMO DEBÍAN A SU INGRESO EN EL REINO.

A pesar de su evangelización y de sus milagros, estas ciudades no respondieron como debían a su ingreso en el Reino. No se puede jugar con la hora de Dios, como lo evoca su visita en esta misión de los discípulos. Y les anuncia la gravedad de su culpa y el castigo. Para ello las compara con las ciudades infieles clásicas, Tiro y Sidón. Adelanta la comparación de Sodoma, que también la trae en este cuadro el Evangelio de Mateo, como elemento comparativo de las ciudades que no quieran recibir el reino de Dios. Si con toda su maldad hubiesen recibido su presencia, su doctrina y sus milagros, se hubiesen vestido de “sayal y ceniza,” atuendo oriental de duelo, y hecho penitencia. Por eso serán tratadas con menos rigor en el juicio.

San Ambrosio, dice de este fragmento que el Señor enseña; “Serán dignos de mayor castigo los que no reciben el Evangelio que aquellos que creyeron que debía quebrantarse la ley”.

El sayal, como es tejido de pelo de cabra, significa la áspera memoria del pecado que punza; en ceniza, representando la consideración de la muerte (por la que nos reducimos a polvo); además "sentados" significa la humildad de la conciencia. Hoy vemos realizada la profecía del Señor, porque Corozaim y Betsaida no creyeron en El, aun cuando estuvo presente; mientras que Tiro y Sidón, aliadas de David y de Salomón en otro tiempo (1Re 5), creyeron después a los discípulos de Cristo, que las evangelizaron.

3.    DEPLORA EL SEÑOR ESTAS CIUDADES PARA NUESTRO EJEMPLO

Se lee en una homilía de San Juan Crisóstomo; “Deplora el Señor estas ciudades para nuestro ejemplo, porque la efusión de lágrimas y los gemidos tristes sobre los que padecen insensibilidad de dolor, no es pequeño antídoto para la corrección de los pacientes y para el consuelo de los que lloran sobre ellos. No sólo los invita a obrar bien por medio del llanto, sino también por el terror. Por lo que sigue: "Por eso para Tiro y Sidón habrá menos rigor".

También nosotros debemos oír esto, porque el juicio más riguroso no será sólo para aquellos que no quieren oír ni recibir las buenas noticias del mensaje de Jesús, porque también será para nosotros, si no recibimos a los huéspedes que vienen a visitarnos en su nombre.

Además, como el Señor había hecho muchos milagros en Cafarnaúm y lo habían tenido como habitante, parecía elevada sobre las demás ciudades; pero por su incredulidad cayó en las ruinas. Así es como Jesús también les dice: “Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”. Esto es, para que tu castigo sea proporcionado a su elevación.”

Esta sentencia tiene dos sentidos. O bien serás sumergida hasta el infierno porque resististe soberbiamente a su predilección, elevándose así por el orgullo hasta el cielo; o porque exaltada hasta el cielo por su residencia y sus milagros, serás castigada con mayores tormentos, porque tampoco quisieron creer a esos signos.

4.    EL QUE LOS ESCUCHA A USTEDES, A MÍ ME ESCUCHA

Y para que no se creyese que esta condena sólo se dirigía a las ciudades o personas que habiendo visto a Jesús le despreciaron, también es para todos los que hoy desprecian también la doctrina del Evangelio, es así como Jesús añade diciendo: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza”. En efecto como comenta San Cirilo: “Por medio de esto nos enseña Jesús, que todo lo que nos dicen los apóstoles debe aceptarse, porque quien los oye, a El oye”. Por tanto es inevitable el castigo y la amenaza a los herejes, que menosprecian las predicaciones de los apóstoles.

Y finaliza el relato: “y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”. Para que se comprenda que, oyendo o despreciando la predicación del Evangelio, no se oye o desprecia a unas personas que se han dispuesto a predicar las enseñanzas de Jesús, también es desprecio a quien le envió para estar entre nosotros, que es El mismo Padre. “Porque en el discípulo se oye al Maestro y en el Hijo se honra al Padre”.

Este Evangelio, se convierte en un aviso no sólo para todo el pueblo de Israel, sino también para todas aquellas personas que se excluyen de la gracia del Señor y caen en la hipocresía y en la resistencia puestas de manifiesto por los ¡AY, ¡AY. Puede decirse que Jesús pretende censurar el único gran pecado, el imperdonable, ése contra el Espíritu Santo: cerrar los ojos a la manifestación de la gracia, a la oferta de perdón. Ese es el gran riesgo que corre la misión cristiana. Jesús lo ha dicho con claridad: “El que los escucha a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza”

El Señor les Bendiga                         

     Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA HUMILDAD

Job, en medio de su terrible desgracia, la había emprendido con Dios: «¿Por qué ocultas tu rostro y me consideras tu enemigo? ¿Vas a asustar a una hoja que se la lleva el viento o a perseguir una paja seca? Pronuncias contra mí amargas acusaciones y me imputas pecados de juventud» (Job 13,24ss). Al final del libro, sin embargo, oímos a Dios interpelando a Job: «¿Has mandado en tu vida a la mañana o has asignado su puesto a la aurora?... ¿Has llegado hasta las fuentes de los mares? ¿Has pisado en las honduras del abismo? ¿Te han mostrado las puertas de la muerte?» (cf. 38,12.16ss).

¡Cuántas cosas ignora Job! ¡Cuántas cosas se le escapan y no podrá aferrar nunca! Aunque poseyera la ciencia más refinada, desconocería aún muchas cosas. Llegado a este punto, reconoce Job que debe mostrarse pequeño y humilde ante Dios; más aún, «ligero», como dice en 40,3: «Hablé a la ligera, ¿qué puedo responderte?».

Job reconoce que no lo sabe todo. Sólo Dios es el depositario de toda la ciencia. Job comprende que debe confiarse a Dios, abandonarse a él. Renuncia, por consiguiente, a interrogar: «No diré una palabra más. Hablé una vez, pero no volveré a hacerlo; dos veces, pero no insistiré» (40,4ss).

La humildad consiste en «no saber», en carecer de pretensiones ante Dios. Sólo a través de la humildad, y de puntillas, entramos en el misterio de Dios: «Así que me puse a pensar para entenderlo, pero me resultaba muy difícil. Hasta que entré en los secretos de Dios y comprendí el destino que les aguarda [a los malvados] [..]. Yo era un estúpido y no lo comprendía, era como un animal ante ti. Pero yo estaré contigo siempre» (cf. Sal 73,16-23). Job nos enseña que lo que vale es estar siempre con Dios.

ORACION (3)

 

Señor Jesús, ante tu misterio de amor, frente al sufrimiento insondable que experimentaste en tu corazón, nos quedamos sin palabras. Nos sentimos impotentes y mudos, sin fuerzas. Nos descubrimos incapaces de experimentar tu infinita potencia de amor por nosotros. Sucumbimos fácilmente ante tu entrega inerme.

Haznos comprender qué hay en el fondo de nuestros tormentos, qué hay dentro de los problemas que tanto nos hacen sufrir. Ayúdanos a estar siempre contigo. A poner nuestras manos en las manos de Dios, de suerte que podamos alcanzar su misterio, que no suprime el sufrimiento, sino que lo hace servir para que lleguemos a El. Muéstranos que el secreto profundo de la realidad no se encuentra tanto en las grandes especulaciones como en la sobreabundancia del amor por ti.

SANTORAL (4)

 

LOS SANTOS ANGELES CUSTODIOS

La Iglesia celebra la fiesta de los ángeles custodios desde el Siglo XVII, instituida por el Papa Clemente X, que en 1608 extendió su fiesta a toda la Iglesia.

Ya en el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda.

EL HIMNO DE LAUDES SINTETIZA EL SENTIDO DE LA FIESTA

Ángel santo de la guarda,

compañero de mi vida,

tú que nunca me abandonas,

ni de noche ni de día.

 

Aunque espíritu invisible,

sé que te hallas a mi lado,

escuchas mis oraciones

y cuentas todos mis pasos.

 

En las sombras de la noche,

me defiendes del demonio,

tendiendo sobre mi pecho

tus alas de nácar y oro.

 

Ángel de Dios, que yo escuche

tu mensaje y que lo siga,

que vaya siempre contigo

hacia Dios, que me lo envía.

 

Testigo de lo invisible,

presencia del cielo amiga,

gracias por tu fiel custodia,

gracias por tu compañía.

 

En presencia de los ángeles,

suba al cielo nuestro canto:

gloria al Padre, gloria al Hijo,

gloria al Espíritu Santo. Amén.

LOS PADRES DE LA IGLESIA

Decía Orígenes: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja", pues el salmo 90: " Dios ha dado órdenes a sus ángeles, para que te guarden en tus caminos". Y Jesús: "Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial". Y Judit libertadora de Betulia afirmaba: "El ángel del Señor me acompañó en el viaje de ida, en mi permanencia allí y en el viaje de vuelta". Cuando San Pedro sale de la cárcel y  llama a la puerta de la casa donde estaban reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen que no es Pedro sino " su ángel" (Hech 12, 15). En realidad era el ángel el que le había librado de las cadenas. San Agustín afirma que «el Ángel de la Guarda nos ama como a hermanos y quiere vernos ocupar en el cielo las sillas de que se hicieron indignos los ángeles rebeldes».

Orígenes en el siglo III: «Cada uno de nosotros tenemos un ángel que nos dirige, nos acompaña, nos gobierna, nos amonesta y presenta a Dios nuestras plegarias y buenas obras». San Gregorio Magno dice: «En casi todas las páginas de las Sagradas Escrituras está contenida la existencia de los Ángeles”. San Bernardo en un sermón sobre el ángel Custodio, comentando estas tres frases: Respetemos su presencia, portándonos como es debido. Agradezcámosle sus favores, que son muchos más de los que nos podemos imaginar. Y confiemos en su ayuda, que es muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a nuestras pasiones que nos traicionan.

DOCTRINA DE SANTO TOMAS

Santo Tomás de Aquino divide los Coros angélicos en nueve categorías diferentes: «Los Serafines, Querubines y Tronos, forman la corte de la Santísima Trinidad; las Dominaciones presiden el gobierno del Universo; las Virtudes, la fijeza de las leyes naturales; las Potestades refrenan el poder de los demonios; los Principados protegen a los reinos y naciones; los Arcángeles defienden a las comunidades menores, y los Ángeles guardan a cada uno de los hombres».

SAN JUAN BOSCO EXHORTA A SUS MUCHACHOS A INVOCAR AL ANGEL DE LA GUARDA

San Juan Bosco narra que un dos de octubre, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio y que en esa semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y se vinieron abajo. Uno de ellos recordó el consejo oído y exclamó: "Ángel de mi guarda!". Cayeron sin sentido. Fueron a recoger al uno y lo encontraron muerto, y cuando levantaron al segundo, al que había invocado al Ángel Custodio, recobró el sentido y subió corriendo la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Dijo: "Cuando vi que me venía abajo invoqué a mi Ángel de la Guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran con suavidad. Y ya no recuerdo más". Así lo narra el santo.

EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

En la Escritura aparecen innumerables testimonios de la existencia y presencia de los ángeles, aunque bien poco es lo que se conoce de sus funciones y naturaleza, fuera de que son mensajeros de Dios en momentos extraordinarios de la Historia de la Salvación.

Entre los ángeles buenos está el Ángel de la Guarda, que Dios da a cada hombre en este mundo para conducirlo por el camino del bien (Mt 18, 10).

El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento hablan de su acción prodigiosa en favor de los hombres: Un ángel avisa a Lot del castigo Sodoma. Un ángel conforta a la criada de Abrahán, Agar caminando despedida por el desierto. Un ángel socorre al Profeta Elías y le alimenta con pan y agua por dos veces cuando huye de la reina Jezabel. San Rafael acompaña al joven Tobías y cura a Sara y a su padre de la ceguera, como leemos en el libro de Tobías. También en el Nuevo Testamento aparece el ángel liberando a Pedro de las cadenas y abriéndole la puerta de la cárcel. Los Salmos hablan con frecuencia de los Ángeles. Jesucristo se refirió en varias ocasiones a la misión de estos Espíritus puros.

LOS ANGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS

En las vidas de los Santos, tanto antiguos, Santa Inés, y en la Edad Media, San Francisco de Asís, como modernos, San Francisco de Sales, Santa Micaela del Smo. Sacramento, Santa Gema Galgani  La presencia del Ángel de su Guarda en sus vidas es normal. Es doctrina de la Iglesia que cuando nacemos, el Señor nos señala un ángel para nuestra custodia y que cada familia, cada pueblo, cada nación tienen su propio ángel. Para corresponder nosotros al Ángel, que tanto hace por nosotros, hemos de obedecer a Dios que nos dice en el Éxodo 23, 20-23: He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre. Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. Mi ángel caminará delante de ti”

ORACIONES TRADICINALES A LOS ANGELES

"Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custódiame en este día ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen.

«Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones, y cuentas todos mis pasos. En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi Ángel de Dios, que yo escuche, tu mensaje y que lo viva, que vaya siempre contigo, hacia Dios, que me lo envía. Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía».

FUENTES DE LA PAGINA

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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

(4) Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

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