En este Enlace, pueden descargar la Novena de
Navidad: NOVENA
DE NAVIDAD Para rezar entre el
16 al 24 de diciembre
ANTÍFONA Cfr. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6
Brotará un retoño del tronco de Jesé; la tierra
entera se llenará de la gloria del Señor, y todos los hombres verán la
salvación de Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, la Virgen inmaculada al anuncio del ángel
concibió a tu Verbo inefable, y, convertida en morada de la divinidad,
quedó llena de la luz del Espíritu Santo; concédenos que siguiendo su
ejemplo, podamos cumplir humildemente tu voluntad. Por nuestro Señor
Jesucristo.
LECTURA Is 7, 10-14
Lectura del libro de Isaías.
El Señor habló a Ajaz en estos términos: “Pide
para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba,
en las alturas”. Pero Ajaz respondió: “No lo pediré ni tentaré al Señor”.
Isaías dijo: “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar
a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les
dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo
llamará con el nombre de Emanuel”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO:
Isaías anuncia al impío rey Ajaz un signo de
esperanza contra la amenaza del fin de
su reinado y esto en cumplimiento de las promesas hechas por Dios a
David. Ante la negativa del rey a pedir signos, el profeta anuncia el nacimiento
virginal del Salvador.
SALMO SaI 23 1-4. 5-6
R. ¡Llega el Señor; el Rey de la gloria!
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes, porque él la fundó sobre los mares, él la
afirmó sobre las corrientes del océano. R.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y
permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el
corazón; el que no rinde culto a los ídolos. R.
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa
de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu
rostro, Dios de Jacob. R.
ALELUYA
Aleluya. Llave de David, que abres las puertas
del Reino eterno, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas.
Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 26-38
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida
con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre
de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludo, diciendo:
“Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras,
ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo:
“No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás
y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será
llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá
fin”. María dijo al Ángel: “, Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación
con ningún hombre?”. El Ángel le respondió:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder
del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será
llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar
de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto
mes, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy
la servidora del Señor, que se haga en mí según tu palabra”. Y el Ángel se
alejó.
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
El sí libre, gratuito y consciente de María de
Nazaret es la perfecta expresión de una confianza ilimitada en el Señor que
hace maravillas en la vida e historia de su pueblo. Lucas la presenta como
la figura de Jerusalén, heredera de las promesas de felicidad dirigidas a
la antigua ciudad abandonada por su esposo, la Jerusalén dolorosa llamada a
ser la copartícipe libre de una alianza nueva y definitiva. María es
auténticamente “Reina de los profetas”, porque no dudó en ningún instante
aceptar el misterio y respondió a su vocación y misión de madre del
Salvador.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta este único sacrificio, y, al
participar de estos misterios, haz que recibamos realmente los bienes que
la fe nos invita a esperar. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNIÓN Lc l, 31
Dijo el Ángel a María: “Concebirás y darás a luz
un hijo y le pondrás por nombre Jesús”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, defiende con tu divino poder a
los que alimentas con el don celestial, para que al participar de tus
misterios puedan gozar de la paz verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.
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"He
aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"
Lc
1, 26-38
Pedro
Antonio Sergio Donoso Brant
Lucas 1, 26-27
1. “Y AL SEXTO MES, EL ANGEL
GABRIEL FUE ENVIADO POR DIOS
“Y al sexto mes, el Ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el
nombre de la Virgen era María.”
“Y al sexto mes”. El ángel fue
enviado a María en el sexto mes de la concepción de Juan Bautista, este
corresponde según la cristiandad antigua al mes de Marzo, y se ha fijado
como fecha el 25 de ese mes. Nueve meses más tarde, el 25 de Diciembre es
la fecha de nacimiento de Jesús. El porqué de esa fecha, es algo de la
divina sabiduría.
“El Ángel Gabriel fue enviado por
Dios” Digno principio de la restauración humana ha sido lo que hizo Dios al
enviar a un Ángel a la Virgen, que sería consagrada con un parto divino.
Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese
enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia y la maldad.
A María Virgen no se envía un ángel
cualquiera, sino el arcángel San Gabriel, Lucas lo designa por su propio
nombre. Gabriel, viene por una parte de Gabri, que es “mi hombre”, el que
se entiende como hombre fuerte o protector, y El, que es Dios, entonces se
considera que Gabriel es “mi protector es Dios”, también se le traduce como
“fortaleza de Dios”. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el
que, siendo Dios de las virtudes, venía a salvar a los hombres.
“Enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret”, Ciudad de Galilea (Mt. 2:23) donde moraban José
y María (Lc. 2:39). Nazareo, significa coronado, de la corona de la flor, y
se entiende también como consagrado, así se denominaban a los hombres o
mujeres que era puesto aparte para Dios.
2.
“A UNA VIRGEN DESPOSADA”
San Agustín dice: “Sólo la virginidad
pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener
igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una
Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros
debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.”
San Jerónimo dice: “Con razón se
envía un ángel a la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y
ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre,
sino celestial.”
San Juan Crisóstomo dice: “No anuncia
el Ángel a la Virgen después del parto, para que entonces no se turbe en
demasía, sino que le habla antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose
de una manera visible. Porque como había de recibir una gran revelación,
necesitaba de una visión solemne antes del cumplimiento.”
Lucas, dice dos palabras muy exactas
en su definición, “Virgen” y “Desposada”. La primera denominación,
“Virgen”, para que conste y no quepa la menor duda, que ella no conocía
ninguna unión con un varón, esto es pura y sin mancha, y la segunda,
“Desposada”, para que conste que desconocía la unión marital y para que
quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su
fecundidad pareciese signo de corrupción.
Quiso Dios, la posibilidad que
algunos dudasen de su nacimiento, pero no de la pureza de su Madre. Sabía
que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor es frágil.
Entonces no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con
las injurias de su Madre. Es entonces como tenemos la más amplia
convicción, de que la Santísima Virgen fue íntegra por su pudor, así su
virginidad es inviolable en toda opinión.
San Ambrosio no comenta: “No convenía
dejar a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa,
es decir, que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera
podido reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que
perseguían el fruto de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo:
"No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" (Mt 5,17), si
hubiese parecido comenzar por una violación de la ley, que condena el parto
de la que no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de
la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada,
hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tenía
motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de
las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de María engañase al
príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un hombre, nada pudo
sospechar respecto de su parto.”
“Con un varón que se llamaba José”
Está claro, que si María, no hubiera tenido esposo, la habladuría sería mayúscula.
Conocemos la debilidad de los hombres, el comentario malicioso, la mala fe,
la incredulidad, entonces Dios, se sirve del marido, como un seguro testigo
del pudor de su desposada, he ahí, un hombre justo.
“De la casa de David y el nombre de
la Virgen era María". Se refiere directamente a los dos como miembros
de la misma familia o tribu, así era como estaba mandado por le ley Judía.
María en Sirio, significa Señora, sin
embargo la definición del significado de la palabra María en hebreo que más
me agrada, es la que quiere decir “estrella del mar”, referido a la luz del
astro, y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del
mundo y a la luz constante por los siglos.
Lucas 1, 28-29
3.
"DIOS TE SALVE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO
“Y habiendo entrado el Ángel donde
estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es
contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se
turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta.”
“Y habiendo entrado el Ángel donde
estaba María”. Allí estaba María, no estaba en el bosque, ni el campo, ni
en la montaña, estaba en su habitación, sola y solo un ángel sabía dónde
encontrarla, donde están las mujeres como ella, donde ningún hombre llega.
Aquí no se produce una conversación animada y distendida, entre dos o más
persona, es algo muy digno, es un ángel que viene a anunciar.
"Dios te salve, llena de
gracia”. No vino como en el caso de Eva a señalar un castigo como los
dolores del parto a causa del pecado, viene a desterrar la tristeza, viene
a anunciar la alegría, vine con gozo, sus palabra son una composición
poética que alaba a la Virgen María. Así el ángel anuncia con razón la
alegría a la Virgen, diciendo: "Dios te salve" y para ratificar
que es digna de ser desposada, dice: "Llena de gracia".
San Jerónimo, nos comenta: “Y en
verdad que es llena de gracia, porque a los demás se distribuye con medida,
pero en María se derramó al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia.
Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue
inundada con la lluvia abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la
Virgen quien le enviaba su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No
pudo ser contenido en un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue:
"El Señor es contigo".
“El Señor es contigo”, San Agustín,
dice: “Más que contigo, Él está en tu corazón, se forma en tu seno, llena
tu espíritu, llena tu vientre.”
Este es el complemento de todo el
mensaje: El Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a
la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo
toda la naturaleza humana.
4.
“BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES".
A saber, una sola entre todas las
mujeres, pero también para sean bendecidas en ella todas las mujeres que
imitaran por siempre su santidad y su ejemplo de madre, como los hombres
serán bendecidos en su Hijo, que seguirán sus enseñanzas y lo imitaran.
Todo un cambio nos trae Dios, porque así como por medio de una mujer y un
hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por una
mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se derraman
sobre todos.
“Y cuando ella esto oyó, se turbó con
las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta.”
Normal en toda mujer inocente y pura,
turbarse, esto es una pequeña alteración por la sorpresa, alguien entro sin
aviso a su habitación, como dijo San Ambrosio. “Temblar es propio de las
vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca un hombre y temer todo trato
de los hombres. Aprended, vírgenes, a evitar toda licencia de palabras.
María se conturbaba hasta de la salutación del ángel.”
Comprendamos la situación de María,
ella sabía de las apariciones de los ángeles, por eso no se turbo por su
presencia, en los apócrifos se dice que de niña fue alimentada por los
ángeles, ella se turbo “con las palabras de él”, como dice el Evangelio,
por tanto me inclino a considerar que fue por el pudor y la prudencia de la
Virgen y su alma.
Entonces, oída la alegre noticia,
examinó lo que se le había dicho y no se resiste abiertamente por
incredulidad, tampoco se somete al punto por ligereza, Por esto continúa
Lucas diciendo: "Y pensaba qué salutación sería ésta", un saludo
que nunca hasta ese minuto había oído nadie jamás, pues estaba reservada
solamente para María.
Lucas 1, 30-33
5.
"NO TEMAS, MARÍA, PORQUE HAS HALLADO GRACIA DELANTE DE DIOS
“Y el Ángel le dijo: "No temas,
María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en
tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se
llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su
Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su
reino".
Y el Ángel le dijo: "No temas,
María, Como había visto que la Virgen se había turbado con aquella
salutación no acostumbrada, la llama por su nombre, como si la conociese
más familiarmente, y le dice que no debe temer.
También podemos opinar que trato de
decirle: No he venido a engañarte, sino más bien a dar la absolución del
engaño. No he venido a robarte tu virginidad inviolable, sino a preparar tu
seno para el autor y el defensor de la pureza. No soy ministro de la
serpiente, sino enviado del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar
esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse
con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro
infiel de su negociación.
“Porque has hallado gracia delante de
Dios”. Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer.
¿Cómo puede encontrar esta gracia
cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? “Dios resiste a los
soberbios pero da gracia a los humildes.” (1 Pe 5,5)
La Virgen encontró gracia delante de
Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó
al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la
virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
6.
“HE AQUÍ QUE CONCEBIRÁS EN TU SENO”
Muchos habían encontrado gracia antes
que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso. La palabra
"he aquí" denota la prontitud y la presencia, insinuando con
dicha palabra que la concepción se había celebrado al instante.
Severo de Antioquía dice:
"Concebirás en tu seno" para demostrar que el Señor toma carne
del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino
a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación.
Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y
llevado en el vientre nueve meses como nosotros.”
“Y parirás un hijo” Y como acontece
especialmente que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al
Espíritu de salvación, según anunciara el profeta. No todos son como María,
que cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de
aquellos que abortan al Verbo antes de dar a luz (Lc 22),
7.
“Y LLAMARÁS SU NOMBRE JESÚS.”
Somos testigos que la expectación del
parto infunde un cierto temor a las mujeres, en este caso, el anuncio de un
parto dulce apaga esa aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás
su nombre Jesús". La palabra Jesús quiere decir Salvador. La venida
del Salvador es el alejamiento de todo temor. "Tú lo llamarás", dice
el ángel, porque no lo hará el padre, porque carece de padre en cuanto a la
generación humana, así como carece de madre respecto de la generación
divina.
Este nombre fue impuesto de nuevo al
Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del
Profeta: “Y te Será dado un nombre nuevo, que la boca de Dios Otorgará.”
(Isaías 62,2)
“Este será grande”. Seguro, porque no
se asemejara a nadie, San Juan fue grande como hombre, pero en este caso
será grande como Dios. Consideremos entonces la grandeza de nuestro Salvador,
como el más grande.
“Y se llamará Hijo del Altísimo.” No
somos nosotros los indicados a poner un nombre, es El Padre, quien conoce a
su hijo quien lo hace, él sabrá muy bien quien será Jesús, como cuando nos
dice "Este es mi hijo muy amado". (Mt 17,5) Existe desde la
eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre.
Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni
"será engendrado", porque ya antes de los siglos era
consustancial esto es de la misma naturaleza o esencia al Padre.
Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a
Aquel que vendrá a enseñarnos el mayor acto de amor y generosidad, el darlo
todo por nosotros.
8.
"Y SU REINO NO TENDRÁ FIN".
“Y le dará al Señor Dios el trono de
David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin
su reino".
Para que se sepa con claridad que el
que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas
prometieron que nacería de la descendencia de David.
Sin embargo, el cuerpo purísimo de
Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de
parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma
humana.
"Y su reino no tendrá fin".
Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que
toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido
como Rey eterno, así como hoy que reina sobre muchos y finalmente reinará
sobre todos porque todas las cosas le están sometidas (1Cor 15).
Lc 1,34-35
9.
Y DIJO MARÍA AL ANGEL: "¿CÓMO SE HARÁ ESTO, PORQUE NO CONOZCO
VARÓN?"
San Ambrosio nos comenta que: Ni
María debió rehusar de creer al ángel, ni usurpar temerariamente las osas
divinas. Por eso se dice: "Dijo María al ángel: ¿Cómo se hará
esto?" Esta respuesta fue más oportuna que la del sacerdote. Esta
dice: "¿Cómo se hará esto?" y aquél dijo: "¿Cómo podré saber
esto?". Aquél se niega a creer y parece como que busca otro motivo que
confirme su fe, éste no duda que debe hacerse, puesto que pregunta cómo se
hará. María había leído (Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y
dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no
había oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni aun al
Profeta- cómo aquello se había de llevar a cabo. Tan gran misterio debía
ser proclamado, no por la boca de un hombre, sino por la de un ángel.
Consideremos también las palabras de
la purísima Virgen María. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste
en su virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de
un ángel. Por eso dice: "Porque no conozco varón".
El conocimiento se entiende de muchas
maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también la
noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los caminos que
conducen a Él y la unión nupcial, como aquí se entiende.
San Gregorio Niseno, dice que estas
palabras de la Virgen son indicio de aquellas que encerraba en el secreto
de su inteligencia. Porque si hubiese querido desposarse con José a fin de
tener cópula, ¿por qué razón había de admirarse cuando se le hablase de
concepción, puesto que esperaría ser madre un día según la ley de la
naturaleza? Mas como su cuerpo, ofrecido a Dios como una hostia sagrada,
debía conservarse inviolable, dice: "Puesto que no conozco
varón". Como diciendo: Aun cuando tú seas un ángel, sin embargo, como
no conozco varón, esto parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no
tengo marido? A José sólo lo conozco como esposo.
10.
Y RESPONDIENDO EL ANGEL, LE DIJO: "EL ESPÍRITU SANTO VENDRÁ SOBRE TI”
El ángel, le aclara a María, que no
tenga dudas, entonces le explica su misión inmaculada y el parto inefable,
porque no se puede explicar con palabras, como si le dijese: No te fijes en
el orden natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden
de la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco
varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque
si hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este misterio.
No porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad es más
perfecta.
Este era el Plan de Dios, él quiso
que Jesús, participase con nosotros en el nacimiento y se distinguiese en
él. Tuvo de común entre nosotros el nacer del vientre de una mujer y nos
superó naciendo sin que aquélla se uniese a un hombre.
San Gregorio Niseno, dice: “¡Cuán
bienaventurado aquel cuerpo que por la exuberante pureza de la Virgen María
se vinculó a sí mismo el don del alma! En cada uno de los demás, apenas el
alma sincera conseguirá la presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne
resulta ser la mansión del Divino Espíritu.”
"La virtud del Altísimo te hará
sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en la Virgen
por la venida del Espíritu Santo.
Por las palabras: "Te hará
sombra", se significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la
sombra se hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su
divinidad. Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas
de la Virgen, oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría
sombra, esto es, en ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz incorpórea
de la divinidad. Se dice también esto a María por el dulce consuelo dado
por el cielo.
11.
“Y POR ESO EL FRUTO SANTO QUE NACERÁ DE TI SERÁ LLAMADO HIJO DE DIOS”
Aquí tenemos una gran diferencia con
nosotros los hombres, porque a diferencia de nuestra santidad que la
conseguimos con nuestra vida, Jesucristo nace Santo. Así es como, aunque
nos hagamos santos, no nacemos santos. Jesús, es aquél verdaderamente ha
nacido Santo, que no ha sido concebido de unión carnal alguna.
El ángel, ha mencionado en estas
frases a toda la Santa Trinidad, ha nombrado al Espíritu Santo, al Hijo y
al Altísimo, ciertamente el Dios Padre.
Lucas 1, 36-38
12.
"Y HE AQUÍ QUE ISABEL, TU PARIENTE, TAMBIÉN ELLA HA CONCEBIDO UN HIJO
EN SU VEJEZ.
Este es el sexto mes a ella, que es
llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para Dios". Y dijo
María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra". Y se retiró el Ángel de ella.”
"Y he aquí que Isabel, tu
pariente”. Como lo que se ha dicho superaba a lo que la Virgen podía
comprender, el ángel habló de cosas humildes, para persuadirla por medio de
cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he aquí que Isabel, tu
pariente".
“También ella ha concebido un hijo en
su vejez”, dando a entender su incapacidad natural. Prosigue: "Y está
en el sexto mes". No anunció desde el principio el embarazo de Isabel,
sino después de transcurridos seis meses, a fin de que el embarazo sirviese
de prueba.
“Porque no hay cosa imposible para
Dios" Así pues, recibe el ejemplo de la anciana estéril no porque haya
desconfiado de que una virgen pueda dar a luz, sino para que comprenda que
para Dios todo es posible, aun cuando parezca contrario al orden de la
naturaleza.
13.
"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA".
Y dijo María: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Estamos ante la
gran humildad de María, mujer de gran devoción, el Señor sabía que elegía
muy bien, ella va ser la madre del Redentor del Mundo, la madre del
Salvador, la madre del Príncipe de la Paz , entonces dijo: "He aquí la
esclava del Señor”, “He aquí la sierva del Señor". Se llama sierva la
que es elegida como Madre, y no se enorgullece con una promesa tan
inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde de
corazón, debió ella misma manifestarse humilde. Llamándose también a sí
misma sierva, no se apropió la prerrogativa de una gracia tan especial,
porque hacía lo que se le mandaba. Es así como dice: "Hágase en mí
según tu palabra", "He aquí la sierva del Señor", es su
disposición a cumplir con su oficio. "Hágase en mí según tu
palabra", es el deseo que concibe. Y se retiró el Ángel de ella.
Cada cual puede admirar las palabras
de Nuestra Madre la Virgen María de distinta forma, unos la prontitud de su
obediencia, otros su disposición a cumplir, otros la humildad, otros el
gran amor por Dios, yo he admiro y aprendí de ella el deseo de que se
cumpla la voluntad de Dios.
El
Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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