MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana" (LG 11)
Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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21-10-2021
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6.8
Yo te invoco, Dios
mío, porque tú me respondes: inclina tú oído hacia mí y escucha mis
palabras. Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de
tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y
eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un
corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA Rom
6, 19-23
COMENTARIO: Un
hombre es libre cuando es capaz de elegir y decidir. Cristo nos ha puesto
en el camino de la libertad. Si practicamos las obras de la justicia
llegamos a la plenitud de vida de Dios. Quienes ya están con Cristo viven
la vida de gracia, la vida eterna y la obediencia al Padre. Eso es lo que
les da verdadera libertad, porque ya no son esclavos del pecado. No se
trata entonces de un simple juego de palabras: la muerte o la vida, el
pecado o la santidad, la esclavitud o la libertad. Se trata de vivir de
acuerdo con lo que hemos recibido.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Voy a
hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de
ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la
impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al
servicio de la justicia para alcanzar la santidad. Cuando eran esclavos del
pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia. Pero, ¿qué
provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El
resultado de esas obras es la muerte. Ahora, en cambio, ustedes están
libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su
resultado, la Vida eterna. Porque el salario del pecado es la muerte,
mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús,
nuestro Señor.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 1,1-L6
R. ¡Feliz
el que pone su confianza en el Señor!
¡Feliz el hombre que
no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los
pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace
en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y
cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los
malvados: ellos son como paja que se lleva el viento, porque el Señor cuida
el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
ALELUYA Flp 3, 8-9
Aleluya.
Considero
todas las cosas como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a
él. Aleluya.
EVANGELIO Lc
12, 49-53
COMENTARIO: El
fuego recuerda pasajes bíblicos decisivos. En el juicio popular de Elías
bajó fuego del cielo y consumió las víctimas sobre el altar (1 Rey 18, 38).
El Espíritu Santo se manifestó en figuras de lenguas de fuego. El fuego es
decisión por el Señor Dios o por Baal, por Jesús o sus adversarios. El
fuego del que habla Jesús es la fuerza de su mensaje que provoca ardientes
entusiasmos y apasionada oposición. Jesús lo llama también «un bautismo»,
no elegido por él sino decisión de Padre.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus
discípulos: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía
que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia
siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido
a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres
contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el
padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra
la nuera y la nuera contra la suegra”.
Palabra
del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor,
estos dones, con un corazón libre y generoso, para que tu gracia nos
purifique por estos misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 32,
18-19
Los ojos del Señor
están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de
indigencia.
O bien: Mc 10, 45
El Hijo del hombre
vino para dar su vida en rescate por una multitud.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Padre, que
la participación en la eucaristía nos ayude para aprovechar los bienes
temporales y alcanzar los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a
la tierra?
Lc 12, 49-53
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. ADMIRACIÓN POR LA FUERZA DE LAS PALABRAS DE
JESÚS
Este
Evangelio de Jesucristo, se debe contemplar más que usar el entendimiento y
la imaginación para comprender que es lo que Jesucristo nos quiere decir, y
la diferencia es que al contemplar descubrimos su sentido en el corazón,
con recogimiento y admiración por la fuerza de las palabras de Jesús en
este relato y al utilizar el entendimiento y la imaginación, esta
profundización puede pasar por un simple repaso o una preocupación que nos
traiga desasosiego.
2. HE VENIDO A TRAER FUEGO A LA TIERRA
En aquel tiempo
dijo Jesús a sus discípulos: He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto
desearía que ya estuviera ardiendo! En este primer versículo, el Señor nos
muestra que arde de pasión y desea que los que lo siguen también se
enciendan, es inflamen del Espíritu Santo, de caridad y amor, espíritu de
fuego que actúa a través de Cristo y el Espíritu Santo.
Con
congoja y angustia dice el Señor; Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio
mientras llega! En efecto, este fuego es El, y está ansioso hasta que
llegue, es la cruz, momento culminante de su fuego de amor, que lo sumerge,
lo bautiza en la muerte con triunfo sobre ella.
3. ¿PIENSAN QUE HE VENIDO A TRAER PAZ A LA TIERRA?
Y también
nos dice: ¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo,
no he venido a traer paz, sino más bien división. Jesús dice esto, porque
este fuego que Él pone en la tierra va a exigir tomar partido por El. Va a
incendiar a muchos, y por eso El trae la división, no como un intento, sino
como una consecuencia. Es el modo que tiene El de formular la causalidad o
permisión. Y este desacuerdo se la expresa llegando a lo más entrañable de
la vida: la familia. Para entender mejor, esta división familiar, pensemos
en este ejemplo; Si en grupo familiar se sigue una fe no cristiana, como
ejemplo, musulmana, y alguien de ese grupo familiar se convierte al
cristianismo, ¿no causa acaso una división?, o bien, si en un determinado
país de ideas contrarias a las enseñadas por Cristo se establece una
comunidad cristiana, ¿acaso no causa revuelo?. Como vemos, muy bien se
cumplen a la letra las palabras del Señor.
4. EL MESÍAS ERA LLAMADO TAMBIÉN LA PAZ
La
literatura profética, y más aún la rabínica, conocía el juicio previo a la
venida del Mesías. Tanto, que ésta fue caracterizada, sin más, con la frase
elíptica de los dolores del Mesías, es decir, los dolores que habrá para el
alumbramiento o venida del Mesías. Pero, una vez venido, lo había de poner
todo en orden y paz. El Mesías era llamado también la Paz. Cristo Mesías
comienza rectificando este concepto mesiánico rabínico. El no vino a traer
la paz, sino la espada, la guerra. No es que el Príncipe de la Paz (Is 9:5)
no venga a traer la paz, sino que, por su doctrina aquí la espada —, va a
ser ocasión de que con relación a El haya guerra. No en vano es un signo de
contradicción (Lc 2:34). Y esta guerra va a llegar a ser dentro del mismo
hogar (Miq 7:6).
5. CRISTO, EXIGE UN AMOR SUPREMO A EL
Ante esta
lucha de la sangre y familia en torno a Cristo, ¿qué hacer? Dejarlo todo
por El. Así lo expresan los versículos de Mt 10, 37 y 38: El que ama al
padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí. Y el que ama al hijo o
a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue
en pos de mí, no es digno de mí.
Cristo,
exige un amor supremo a El sobre todas las cosas, proclama su misma
divinidad, ya que los valores que exige sacrificar son de ley natural. Sólo
está por encima de estos valores el amor de Dios. Y este amor exige aún
más: El que no toma su cruz y camina detrás de mí, no es digno de mí. Esta
imagen de la cruz tomada sobre sí era familiar a los judíos. Roma aplicaba
esta pena. Varo había hecho crucificar a 2.000 judíos. Imagen aterradora.
Pero Cristo la exigía para ser dignos de Él. Y, además, la llevarán detrás
de Él. La enseñanza aquí de tomar la cruz no tiene sentido austero, sino el
de persecución violenta y martirio, que puede ser con la crucifixión. Lc (9:23)
le da ya una adaptación ascética, al decir que se ha de tomar la cruz de
cada día. Por último, y para aclarar definitivamente esto, Cristo hace la
contraposición entre la vida del cuerpo y la del alma. Perder la primera
por Cristo es asegurar la segunda, ya que el alma no pueden matarla. No se
trata de decir que no interesa el cuerpo, sino destacar bien que Dios tiene
el pleno dominio y destino del hombre entero.
6. SENTIRSE COMPENETRADO CON EL IDEAL DE CRISTO
Sentirse
cristiano, es sentirse compenetrado con el ideal de Cristo, con el corazón
enardecido y encendido de amor por El, que nos estimula a ser apóstoles y a
tomar la antorcha del fuego del amor y la fe, llama que alumbra, que da
luz, la Luz de Cristo. Regresando al
inicio de este Evangelio, Jesús nos ha dicho: He venido a traer fuego a la
tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Así es como rezamos;
“Ven Espíritu Santo”, llena nuestros corazones de fuego y enciende en
nosotros el fuego de tu amor”
El Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA
LA LECTIO DIVINA (3)
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EL DESEO QUE LE
CONSUME DE LLEVAR A CABO LA MISIÓN QUE LE HA DADO EL PADRE
Del fragmento de san Pablo que hemos leído hoy se desprende una clara
contraposición entre lo que los destinatarios de la carta eran en un tiempo,
cuando eran esclavos del pecado, y lo que son ahora.
Es posible que para nosotros esta realidad no sea tan clara: no hay
en nosotros un pasado de impureza y desorden absoluto y un hoy de santidad
y justicia, sino un camino de conversión en acto para llegar a ser según el
corazón de Dios.
Necesitamos ponernos a mendigar a diario la gracia del poder de la
cruz, a invocar el don del Espíritu.
Si constatamos nuestra lentitud en el camino de conversión, nos
tranquiliza la certeza de que Dios es paciente y quiere atarnos a él de un
modo cada vez más estrecho, para que podamos saborear qué grande es la
libertad que deriva de nuestra pertenencia a él.
Sí, es paradójico, pero —como atestiguan los santos— cuanto más somos
poseídos por Dios, tanto más libres estamos de todo. No son éstas realidades comprensibles a la razón: sólo quien
las vive las puede reconocer fácilmente.
Jesús nos habla en el evangelio de hoy del deseo que le consume de
llevar a cabo la misión que le ha dado el Padre, aunque sabe demasiado bien
lo que comporta el paso cruento a través de la cruz.
Las mismas disposiciones interiores, el mismo anhelo de seguir a
Jesús, a cualquier precio, se encuentran en el cristiano que ha adquirido
la verdadera libertad haciéndose, por propia voluntad, esclavo de un Dios
que es Amor.
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ORACION (3)
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Tu bautismo en el
Jordán, Señor Jesús, me ha revelado el alcance de tu amor: Hijo de Dios,
nacido por nosotros.
Tu bautismo de sangre,
Señor, me ha redimido por tu amor: fuego purificador de mis culpas.
Tu resurrección, Señor,
me ha mostrado el poder de tu amor: promesa consoladora de vida eterna.
Tu ascensión, Señor, me
ha asegurado la plenitud de tu amor: respiración vital y recreadora.
Tu pentecostés, Señor,
me inunda de tu amor: certeza perenne de luz y calor.
Señor, “renueva la faz
de la tierra” y también mi vida.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa
Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago
de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo
y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este
servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia
de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el
estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia
Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio
Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier
Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M.
Magdalena ocd.
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