DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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22-04-2022

Edición Nº 9.274

LITURGIA DE   LAS HORAS

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Gloria. Prefacio pascual I.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 53

El Señor hizo salir de Egipto a su pueblo y lo llevó por un camino seguro; el mar sepultó a sus enemigos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la reconciliación humana concédenos manifestar en las obras lo que celebramos con la fe. Por nuestro Señor Jesucristo. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Hech 4, 1-12

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos, irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. Éstos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde. Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: « ¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?». Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue sanado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. Él es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque en ningún otro existe la salvación, ni hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos».

Palabra de Dios.

COMENTARIO: La curación del paralítico y la predicación sobre Jesús lleva a los apóstoles a tener que comparecer ante las autoridades. La vida cristiana conlleva riesgos. En tanto que obramos como cristianos, predicamos lo que hacemos y hacemos lo que predicamos, encontraremos dificultades, adversidades y hasta persecuciones.

SALMO Sal 117, 1-2. 4. 22-27

R. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!

O bien: Aleluya.

Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! R.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. R.

Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y él nos ilumina. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él. Aleluya.

EVANGELIO Jn 21, 1-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No». Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: « ¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar». Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: «Vengan a comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: « ¿Quién eres?», porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: Los discípulos retoman sus trabajos originales: van a pescar. El sentimiento de desilusión y abandono habría sido muy fuerte. Sin embargo, en la orilla, el Señor se presenta de un modo misterioso. Es el resucitado, pero no es fácil reconocerlo. No hay ningún criterio humano para identificar a Jesús resucitado, salvo el amor y la intuición del discípulo amado.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, realiza en nosotros por tu bondad, lo que significan estas ofrendas pascuales, para que, de las alegrías y fatigas de la tierra, nos elevemos a los deseos de los bienes del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio de Pascua I.

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en esta noche en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado.

Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA Cfr. Jn 21, 12-13

Dijo Jesús a sus discípulos: «Vengan a comer». Y tomó el pan y se lo dio. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, protege siempre con amor de Padre al pueblo que has salvado, por la Pasión de tu Hijo, y que se alegra con su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¡Es el Señor!”

Jn 21, 1-14

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

En el Evangelio de hoy, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. San Juan nos dice, que Jesús se apareció otra vez, nuevamente Él quiere compartir con sus discípulos, la escena pasa en Galilea y junto al mar de Tiberíades. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Este Evangelio nos trae mucho simbolismo, especialmente en torno a Pedro.

1.   SIN JESÚS JUNTO A ELLOS, SE ENCONTRABAN DESCONCERTADOS HASTA RECIBIR NUEVAS INSTRUCCIONES.

Sin decir más, san Juan sitúa a los apóstoles en Galilea, El que los apóstoles estén en Galilea, sin decirse más, es decir no expresa o no se dice formalmente, pero se supone una relación histórica de la narración de san Juan con los otros evangelios, los sinópticos. En éstos, Jesús primero les había anunciado según san Mateo 26:32; san Marcos 14:28 y luego les había ordenado por el ángel en san Mateo 28:7-10; y san Marcos 16:7 ir a Galilea después de su resurrección, en donde le verían. Alejados de los peligros de Jerusalén, tendrían allí el reposo para recibir instrucciones sobre el reino por espacio de cuarenta días.

Los apóstoles debieron de volver, de momento, a sus antiguas ocupaciones. Sin Jesús junto a ellos, se encontraban desconcertados hasta recibir nuevas instrucciones. Es lo que se ve en esta escena. Pedro debió de volver a su casa de Cafarnaúm. San Juan, dice que estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos también apóstoles, ya que allí estaban conforme a la orden del Señor de volver a Galilea.

Como nota al margen, es extraño en este pasaje el que se diga de Natanael que era de Cana de Galilea, cuando ya antes lo expuso, con cierta amplitud san Juan 1:44, donde dice Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Su presencia entre el grupo de los apóstoles se explicaría mejor admitiendo que también se le conoce como Bartolomé, así le llaman los otros evangelistas. También es notorio que san Juan, nunca había citado los hijos del Zebedeo, que son Juan y Santiago el Mayor de esta forma, cuyo silencio y anonimato confirma la tesis de ser él el autor del cuarto evangelio. Estas contradicciones, hace que algunos digan que la redacción de este capítulo no es toda de san Juan.

2.   VOY A PESCAR.

Pedro aparece con la iniciativa, dice el Evangelio; Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Al anuncio de ir a pescar, se le suman también los otros, pues ellos le respondieron: Vamos también nosotros. Habían vuelto al trabajo. Debía de ser ya el atardecer cuando salieron en la barca, pues aquella noche no pescaron nada. La noche era tiempo propicio para la pesca. Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Ellos no lo conocieron, sea por la distancia, sea por su aspecto, como no le conoció Magdalena ni los peregrinos de Emaús. Tal vez pensaron que era un espectador. Jesús se expresa como quien tiene gran interés por ellos, y les habla en tono animado. Les pregunta si tienen algo de pesca para comer. Jesús les dijo: Muchachos, ¿tienen algo para comer? Acaso piensan en algún mercader que se interese por la marcha de la pesca para comprarla. A su respuesta negativa, les da el consejo Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán. Ante el fracaso nocturno, se decidieron a seguir el consejo.

Siempre había gentes experimentadas en las cosas del mar. En el Tiberíades también hay verdaderos. De suyo no suponía esto un conocimiento sobrenatural. Desde la orilla, un hombre en pie puede ver un banco de peces que no se perciben desde la barca. Echada la red, ya no podían arrastrarla por la multitud de la pesca obtenida. Esta sobreabundancia o plenitud es un rasgo en el que san Juan insiste en su evangelio: tal en Cana (2:6); en el agua viva (4:14; 7:37ss); en la primera multiplicación de los panes (6:11); en la vida abundante que da el Buen Pastor (10:10); lo mismo que en destacar que el Espíritu había sido dado a Jesús en plenitud (3:34).

3.   LLEVA LA BARCA MAR ADENTRO Y ECHEN LAS REDES PARA PESCAR

En el Evangelio de San Lucas, 5:4-11 encontramos este relato; Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar. Simón respondió: Maestro, por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú lo dices, echaré las redes. Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían. Es fácil entonces, pensar si este relato de la pesca milagrosa de san Juan es sustancialmente el mismo de la pesca milagrosa que relata san Lucas. La confrontación de ambos hace ver puntos de contacto. Naturalmente que pueden ser escenas distintas. Pero para quien conoce los usos de los evangelistas y cómo las tradiciones se mezclan, se puede preguntar si no hay aquí una misma tradición que encontró dos expresiones diferentes. En este caso, retocadas, o san Lucas la habría adelantado para ponerla en función de las escenas de vocación de discípulos, o san Juan la retrasa o la mantiene en su situación histórica, como preludio a la importante aparición de Jesús, y destacándola con valor histórico-simbolista.

Ante esta aparición y en aquel ambiente de la resurrección, san Juan percibió algo, evocado acaso por la primera pesca milagrosa (Lc 5:1-11), y al punto comprendió que aquella persona de la orilla era el mismo Jesús. Esto fue también revelación para Pedro. El dolor del pasado y el ímpetu de su amor” el carácter y la psicología de Pedro” le hicieron arrojarse al mar para ir enseguida a Jesús. El peso de la pesca le hizo ver el retraso de la maniobra para atracar, Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua

4.   SAN JUAN HACE UNA PRECISIÓN, SE CIÑÓ LA TÚNICA.

Estudiando las tradiciones de la época, dicen que en el lago de Genesaret el agua y el aire se conservan calientes en aquella estación del año aun durante la noche. Los pescadores suelen quitarse los vestidos ordinarios y echarse encima una especie de túnica ligera de pescador, sin ceñírsela con el cíngulo; de ese modo, en caso de necesidad, están dispuestos a nadar. Los pescadores entonces no tienen dificultad en dejar los vestidos ordinarios durante la faenas y evitan comparecer en traje de trabajo delante de los que no son iguales a ellos. Dice el Evangelio; que era lo único que llevaba puesto, es decir, no completamente vestido, cuando san Juan le dijo: Es el Señor. Entonces podemos decir, que no sólo para nadar con más seguridad, sino también por cierto sentimiento de decencia, antes de echarse al agua se ciñó Pedro la túnica con el cíngulo.

5.   TRAIGAN ALGUNOS DE LOS PESCADOS QUE ACABAN DE SACAR.

Los otros discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red cargada de pesca, ya que no estaban lejos de la costa. Estaban como a unos 200 codos, sobre unos 90 metros. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Pero, cuando ya están estos discípulos en tierra, Jesús les manda traer los peces que acaban de pescar. Jesús les dijo: Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.

Para esto, Pedro, espontáneamente, acaso por ser el dueño de la barca, subió a ella y arrastró la red a tierra. Se hizo el recuento y habían pescado 153 peces grandes. Posiblemente se quiera decir con esto que, en el recuento global, éstas eran las mejores piezas. Preguntándome porque San Juan es tan preciso en la cantidad, no encontré mucha consistencia. Por eso me inclino que tiene un valor simplemente representativo. El evangelista destaca, sin duda con este valor simbolista, el que, con ser tantos los peces capturados, no se rompió la red.

6.   JESÚS LES INVITA A COMER.

El mismo tomó el pan al que acaba de aludir, e igualmente el pez, y les dio ambas cosas para comer. ¿Qué significan este pan y este pez sobre esas brasas, que Jesús “milagrosamente” les preparara y que luego les da a comer? Se piensa en que tiene un triple sentido, como afectivo: Jesús muestra su caridad; O como apologético: Jesús quiere demostrar con ello la realidad de su resurrección, como lo hizo en otras ocasiones (Lc 24:41-43; Hech 1:4), en las que El mismo comió como garantía de la verdad de su cuerpo; aquí, sin embargo, el evangelista omitió que Jesús hubiese también comido, para destacar el aspecto simbolista; esa comida dada por su misma mano a ellos les hacía ver la realidad del cuerpo de Jesús. Era el mismo Jesús que había multiplicado, en otras ocasiones, los panes y los peces, como seguramente aquí también multiplicó un pez y un pan para alimentar a siete discípulos; como allí era realmente El quien les daba el pan y peces que multiplicó, aquí también era realmente El mismo; y finalmente es un sentido simbólico.

En todo esto destaca el autor que ninguno se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor. Era un motivo de respeto hacía El, como ya lo habían tenido, en forma igual, cuando hablaba con la Samaritana (Jn 4:27), máxime aquí, al encontrarse con El resucitado y en una atmósfera distinta. Por eso no se atreven a profundizar más el misterio

7.   LA TERCERA VEZ QUE JESÚS SE APARECIÓ RESUCITADO A SUS DISCÍPULOS

San Juan consigna que ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció resucitado a sus discípulos, conforme al esquema literario del evangelio de san Juan. Las otras dos veces fue en Jerusalén, la tarde misma de la resurrección, y la segunda, en las mismas condiciones, a los ocho días (Jn 20:19-29).

San Juan, como he comentado, nos acusa muchos simbolismos en sus narraciones, como por ejemplo en este capítulo, acusa en su estructuración toda una honda evocación simbolista, especialmente en torno a Pedro. Pedro se propone pescar. Suben a su barca otros discípulos. El número de los pescadores que van en la barca de Pedro es de siete, número de universalidad. Por sus solos esfuerzos nada logran en la noche de pesca. Pero Jesús vigila desde lugar seguro por la barca de Pedro y de los que van en ella, lo mismo que por su obra. Por eso, les dice cómo deben pescar. El mandarles tirar la red a la derecha pudiera tener acaso un sentido de orientación a los elegidos (Mt 25:33).

8.   LA BARCA DE PEDRO SIGUE AHORA LAS INDICACIONES DE JESÚS

Pedro es guiado por Jesús. Jesús orienta la barca de Pedro en su tarea, en su marcha. Y entonces la pesca es abundantísima. La Iglesia es guiada por Jesús. La red es símbolo de la del reino (Mt 4:19 par.), de la Iglesia, como la pesca milagrosa fue ya símbolo de la predicación de los apóstoles (Lc 5:10). Terminadas sus faenas, en nombre de Jesús “faenas apostólicas” todos vienen a Jesús. Es a Él a quien han de rendírsele los frutos de esta labor de apostolado.

Jesús mira por los suyos, por sus tareas y fatigas. Pan y peces fue el alimento que El multiplicó dos veces. Él les tiene preparado un alimento que los repara y los apostoliza. El mismo se lo da. Evoca esto la sentencia de Jesús: Venid a mí todos los que estéis cansados y cargados, que yo os aliviaré (Mt 11:28). El que Él lo tomó ³ se lo dio parecería orientar simbólicamente a la eucaristía. El que esté un pez sobre brasas indica la solicitud de Jesús por ellos al asarles así la pesca, encuadrado también en el valor histórico-simbolista de la escena. Si les manda traer de los peces que han pescado y unirlos al suyo, hace ver que todo alimento apostólico se ha de unir al que Jesús dispensa (Jn 4:36-38).

Acaso también se pudiera ver un simbolismo en la frase de no preguntarle quién era, sabiendo todos que era el Señor. En la tarea apostólica, el apóstol sabe que Jesús está con él, lo siente y lo ve en toda su obra. También se piensa si podría ser un rasgo simbolista el que no pesquen nada en la noche, sino en la mañana, a la luz de Jesús.

Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le respondieron: Vamos también nosotros. Es decir, los apóstoles siguieron a Pedro. Pedro es la cabeza de la Iglesia, como lo fue Juan XIII y Juan Pablo II que serán prontamente canonizados. Con gran cariño recordamos a estos papas. La luz de Cristo se hizo presente por medio de ellos entre nosotros.

   La Paz de Cristo Resucitado

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

JESÚS ES AHORA EL ÚNICO SALVADOR.

Expone el Apóstol Pedro: “Porque en ningún otro existe la salvación, ni hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos”.

La seguridad de Pedro procede de la certeza interior de que Jesús es ahora el único Salvador. Toda la Iglesia de los orígenes vive de esta certeza, una certeza que la hace fuerte, intrépida, gozosa, misionera, irresistible.

La Iglesia será siempre misionera mientras se interese por la salvación del prójimo, a la luz de Cristo salvador.

Nuestros tiempos no resultan demasiado fáciles a este respecto: es preciso justamente respetar las conciencias, está el diálogo interreligioso, es preciso promover la paz, existe la propagación de un cierto relativismo, está la desconfianza con respecto a todo tipo de integrismo.

A pesar de todo ello, Cristo, ayer como hoy y como mañana, sigue siendo el único Salvador. De lo que se trata es de convertir esta certeza no en un arma contra nadie, sino en una propuesta paciente y firme, serena y motivada, testimoniada y hablada, orada y alegre, suave y valiente, dialogadora y confesante. En todo ambiente, en todo momento de la vida, aun cuando parezca tiempo perdido, incluso cuando parezca fuera de moda.

De esta certeza nace una fuerza nueva: Dejamos de tener miedo a los juicios de los hombres y nos convertimos en hombres y mujeres interior y exteriormente libres.

ORACION (3)

 

Señor

Ayúdanos a ser respetuoso de las opiniones de los otros y saber comunicar tu nombre y tu verdad.

Ayúdanos a no ofender la sensibilidad de quien profesa una fe distinta a la mía y enséñeme a comunicar tu nombre.

Refuerza, mi pobre corazón, para que ponga y vuelva a poner su centro sólo en ti como Señor y Salvador.

Concédeme una experiencia vigorosa de esta realidad para que pueda yo decir que tú eres mi salvación y mi alegría.

Concédeme una experiencia tan incisiva que suprima en mí toda inseguridad a la hora de anunciar tu nombre, tu nombre santo de Salvador de todos.

Concédeme, Señor, la convicción de que la Buena Nueva evangelizará el corazón del mundo.

Concédeme tú luz para que pueda yo iluminar este pequeño ángulo del mundo que me has confiado.

  Pedro

 

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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