MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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Fecha: 22-07-2020
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Edición Nº MD 7.975
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LITURGIA DE LAS HORAS
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SANTA MARIA MAGDALENA
Leccionario Santoral:
Cant 3,1-4; Salmo 62, 2.6.8-9; Jn 20, 1-2. 11-18
ANTÍFONA DE ENTRADA
Jesús dijo a María
Magdalena: Ve y diles a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a
mi Dios y a vuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Oremos: Dios nuestro,
que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu
Hijo Unigénito el encargo de anunciar el gozo de la resurrección,
concédenos, que siguiendo su ejemplo, demos a conocer a todos que Cristo
vive y nos está esperando en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LECTURA Jer 1, 1. 4-10
Lectura del libro de Jeremías.
Palabras de Jeremías,
hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de
Benjamín. La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: “Antes de
formarte en el vientre materno, Yo te conocía; antes de que salieras del
seno, Yo te había consagrado, te había constituido profeta para las
naciones”. Yo respondí: “¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy
demasiado joven”. El Señor me dijo: “No digas: «Soy demasiado joven»,
porque tú irás adonde Yo te envíe y dirás todo lo que Yo te ordene. No
temas delante de ellos, porque Yo estoy contigo para librarte —oráculo del
Señor—”. El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: “Yo pongo mis
palabras en tu boca. Yo te establezco en este día sobre las naciones y
sobre los reinos, para arrancar y derribar, para perder y demoler, para
edificar y plantar”.
Palabra de Dios.
Comentario: El llamado de Dios a los profetas es
siempre para realizar una misión en medio del pueblo. El profeta tendrá que
plantar la buena semilla de la palabra, pero también tendrá que extirpar de
raíz el mal que se extiende en el pueblo. A esta misión profética fuimos
llamados todos el día de nuestro bautismo, cuando, al ser ungidos con el
santo crisma escuchamos las palabras: “Para que seas con Cristo sacerdote,
profeta y rey”.
SALMO Sal 70, 1-4. 5-6. 15. 17
R. ¡Mi boca anunciará tu salvación, Señor!
Yo me refugio en ti,
Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme! Por tu justicia, líbrame y
rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame. R.
Sé para mí una roca
protectora, Tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque Tú eres mi
Roca y mi fortaleza. ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío! R.
Porque Tú, Señor, eres
mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las
entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Mi boca anunciará
incesantemente tus actos de justicia y salvación. Dios mío, Tú me enseñaste
desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
ALELUYA
Aleluya. La semilla es
la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece
para siempre. Aleluya.
EVANGELIO Mt 13, 1-9
Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús salió de la casa
y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de
manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud
permanecía en la costa. Entonces, Él les habló extensamente por medio de
parábolas. Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las
semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron
en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol,
se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas,
y éstas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron
fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que
oiga!”
Palabra del Señor.
Comentario: La parábola del sembrador ejemplifica el
ancho campo del mundo, con sus malezas, terrenos fértiles y otros difíciles
de sembrar. La semilla de la palabra debe ser siempre anunciada, pero el
resultado dependerá de la respuesta que libremente darán quienes la
reciben.
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS
Señor, recibe los dones
que te presentamos en la conmemoración de santa María Magdalena, así como
tu Hijo recibió con bondad el homenaje de su ardiente caridad. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE
COMUNIÓN 2Cor 5, 14-15
El amor de Cristo nos
apremia, a fin de que los que viven no vivan más para sí, sino para el que
murió y resucitó por ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Señor, que la recepción de tu
sacramento infunda en nosotros aquel amor perseverante que impulsó a santa
María Magdalena a estar siempre unida a Cristo, su Maestro. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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¡El que tenga oídos, que oiga!
Mt 13, 1-9
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
¿CUANTO TIEMPO DISPONEMOS PARA JESÚS?
Jesús
salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Jesús está en Cafarnaúm,
según el Evangelio salió de la casa, en San Mateo 4, 13 se dice; Dejando a
Nazaret, se fue a morar en Cafarnaúm, por Tanto Jesús debe haber salido de
su casa. Dice el evangelista: Una gran multitud se reunió junto a él,
haciéndonos ver el atractivo que produce el Señor en las gentes. Luego
agrega que: de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella,
mientras la multitud permanecía en la costa. Nos imaginamos una gran
muchedumbre que se reúne cerca de El para oírle, y debe haber sido quizás
todo el día, porque el fragmento del evangelio dice: Entonces él les habló
extensamente por medio de parábolas.
Nos
preguntamos ahora, ¿cuánto tiempo disponemos para Jesús? ¿Qué atractivo
tiene para nosotros oír sus enseñanzas? ¿Tenemos interés en conocer su
palabra?, me hago la pregunta en razón de que es cierto que conocemos a
personas que muestran antipatía por saber que decía el Hijo de Dios.
2.
EL SEMBRADOR SALIÓ A SEMBRAR
Jesús
les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas,
algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. En aquella
época, en las costumbres agrícolas eran sembrar primero y luego se araba
todo el terreno, incluidos los pequeños caminos de las parcelas, por eso
dice el Señor que algunas cayeron al borde de el. La misma explicación vale
para la frase: Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha
tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; se está
precisando bien la profundidad de la tierra fértil, para luego indicar que:
cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
He
leído, de que los cardos palestinos crecen junto al Lago, y luego alcanzan
en pocos meses un metro de altura, por tanto concretamente “ahogan” la
semilla al desarrollarse. Es así como la parábola sigue: Otras cayeron
entre espinas, y éstas, al crecer, las ahogaron.
Pero
también hay semillas que tienen más éxito y cae en buena tierra, y así dice
Jesús: Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: Los que hayan vivido
en el campo, saben mejor que otros cuanto rinde un sembrado, en aquellas
tierra se decía que rendía de tres a cuatro por uno, y era bueno obtener un
diez por uno, pero en la parábola Jesús dice: unas cien, otras sesenta,
otras treinta.
3.
¡EL QUE TENGA OÍDOS, QUE OIGA!
Finalmente
Jesús les dice: ¡El que tenga oídos, que oiga! Para algunos puede
significar el esmero con el cual se oye la Palabra del Señor. Para llamar
la atención a alguien se le dice te entra por un oído y sale por el otro.
Pero
la frase de Jesús es más bien, un anticipo, un toque de alerta. Un llamado
a meditar.
Entonces,
con la parábola del sembrador, tenemos que preguntarnos como somos nosotros
en cuanto a tierra de cultivo, sabemos que la semilla es de primera
calidad, y germinará según se comporte el suelo que la reciba.
Puede
que la semilla no llegue a nosotros; algunas cayeron al borde del camino y
los pájaros las comieron, nuestro caminar materialista, inspirado en la
soberbia, vanidad, avaricia o envidia y el nulo interés en oír lo bueno,
nos incapacita para recibir la semilla de la Palabra.
4.
¿CUÁL ES NUESTRA DISPOSICIÓN AL OÍR LA PALABRA
DEL SEÑOR?
Otras
brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió
el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron, ¿Cuál es nuestra
disposición al oír la palabra del Señor?, si somos como una roca, la
semilla no echará raíces, si nuestro suelo no se riega no germinará la
semilla, y este se riega con lo esencial, el amor, porque el amor es
contrario a la muerte, es vida, y este amor busca habitar en nuestro
corazón, por tanto si la semilla que es la Palabra, no haya ambiente en
nuestro corazón, no fecundará.
Otras
cayeron entre espinas, y éstas las ahogaron; en efecto, en un corazón
rencoroso la Palabra no alcanza a fecundar, en un alma odiosa, dominada por
las pasiones humanas, no es eficiente, entonces es preciso que el alma este
liberada y por encima de esas tensiones.
Otras
cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras
treinta; Jesús, nos aclara que depende de la disposición que tengamos, es
como da frutos la semilla, es así como, siempre dependerá de cómo sea
aceptada, de cómo sea oída, de cómo están nuestros sentimientos. Entonces
se hace necesario que nuestro terreno de cultivo este bien preparado, para
que la siembra sea eficaz en nosotros, esto es, sensible en el espíritu a
esa semilla, a esa Palabra.
5.
EL QUE HAGA MERITOS PARA RECIBIR EL ESPÍRITU DE
DIOS, ÉSE, ENTENDERÁ LA PALABRA DE DIOS.
¡El
que tenga oídos, que oiga!" El que tenga disposición, esto es voluntad
de oír, el que esté dispuesto a recibir lo que el Señor nos ofrece, el que
sea limpio de corazón, el que viva de acuerdo a las enseñanzas de Cristo,
el que cumpla con su compromiso con nuestra fe cristiana, el que haga méritos
para recibir el Espíritu de Dios, ése, entenderá la Palabra de Dios.
Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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NOS DEJEMOS TRANSFORMAR
POR ESA MISMA PALABRA Y NOS CONVIRTAMOS EN PALABRA» PARA LOS OTROS.
En virtud de nuestra propia experiencia sabemos la gran importancia
que tiene la palabra: a través de ella tomamos conciencia de ser personas
humanas, comunicamos lo que pensamos y sentimos, recibimos, a nuestra vez,
la comunicación del otro, entramos en contacto con el patrimonio cultural
del pasado, conocemos mundos alejados del nuestro... Nuestra misma
experiencia de la fe pone en el centro la palabra, desde el mismo momento
en que Dios, el inefable, se ha hecho Palabra para que nosotros pudiéramos
entrar en relación con él. Ha aceptado los límites de la palabra humana a
fin de «decirse» y revelarse de un modo comprensible para nosotros. Se ha
hecho tan cercano a nuestra experiencia cotidiana que podemos terminar por
confundir su voz con el rumor de la charla confusa y bulliciosa o con el
estruendo de decenas de decibelios que marca nuestra «cultura» del ruido.
El Señor sigue viniendo hoy a nuestro encuentro dirigiéndonos la Palabra a
cada uno de nosotros de manera personal. Y es que incluso cuando Dios habla
a la muchedumbre tiene presente a la persona, con su verdad individual.
Todos y cada uno de nosotros somos conocidos, amados, elegidos -de
modo semejante a Jeremías-. Cada uno de nosotros es objeto de confianza,
como el campo en el que el sembrador esparce la semilla sin parsimonia. A
todos y a cada uno de nosotros le repite la invitación a la amistad, a la
familiaridad confidente con él. Tal vez prefiramos considerar todo esto
como algo imposible porque intuimos que acoger la propuesta de Dios es
comprometedor: exige que nos dejemos transformar por esa misma Palabra y
nos convirtamos en «palabra» para los otros. Dios se compromete el primero
y nos dice: «No temas, yo estaré contigo». Su presencia garantiza la
abundancia del fruto.
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ORACION
(3)
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Me conmueve, Señor, tu ternura conmigo, la confianza que me
demuestras y con la que me acompañas desde el primer momento en que empecé
a existir. Me vienen a la mente las palabras del salmista: «Tú conoces lo
profundo de mi ser, nada mío te era desconocido cuando me iba formando en
lo oculto y tejiendo en las honduras de la tierra» (Sal 139,14-15).
Gracias, Señor, por tanta atención: ése es tu estilo, tu modo de obrar.
Ayúdame a no olvidarlo cuando, frente a ciertos acontecimientos de la vida,
reacciono denunciando tu ausencia o incluso sintiéndote hostil.
Me tienes en tanta estima que me has llamado para colaborar contigo.
Me confías lo más precioso que tienes, la Palabra, que está al comienzo de
todo: de la creación, de la redención, de la santificación. Perdóname, te
lo ruego, la superficialidad con que me pongo ante tu don y ante la misión
que me propones. Perdóname las incertidumbres y las resistencias. Estas
expresan que vivo más replegado en mí mismo que «capturado» en mi corazón
por la gran benevolencia que me muestras.
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SANTORAL (4)
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MARIA MAGDALENA, MARIA
DE BETANIA Y LA PECADORA
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1. LOS
SANTOS Y MARIA MAGDALENA,
Teresa de Jesús, relata que: “Era yo muy devota
de la gloriosa Magdalena y muy muchas veces pensaba en su conversión, en
especial cuando comulgaba” (Vida 9,2) Además la menciona en 18 ocasiones en
sus libros. San Juan de la Cruz, también la menciona en diversas ocasiones
en sus escritos: “Tal era la fuerza del amor de esta María, que le pareció
que, si el hortelano le dijera dónde le había escondido, fuera ella y lo
tomara, aunque más le fuera defendido.” (Noche Oscura, 2.13,7) “se inclina
la voluntad a buscar y gozar en aquello a su Amado, como hizo María
Magdalena cuando con ardiente amor andaba buscándole por el huerto”
(Cantico Espiritual (B) 10,2) Y Teresa de Lisieux: “Porque un alma abrasada
de amor no puede estarse inactiva. Es cierto que, como santa María
Magdalena, permanece a los pies de Jesús, escuchando sus palabras dulces e
inflamadas.” (Manuscrito C) Los Papas y muchas catequesis nos la recuerdan:
“Así, las piadosas mujeres y María Magdalena nos impulsan a llevar
solícitamente el anuncio del Resucitado a los discípulos.” (JP II
Catequesis contemplar el rostro de cristo resucitado) Belarmino, comentando
la tercera Palabra de Cristo en la Cruz dice de ella “Magdalena, la más
querida de las santas mujeres” Y san Agustín, comentado el Evangelio de San
Juan 20,1 escribe: “No cabe duda que María Magdalena era la que más
fervientemente amaba al Señor de entre todas las mujeres que habían amado
al Señor”, de modo que no sin razón San Juan haga sólo mención de ella sin
nombrar a las otras que con ella fueron, como aseguran los otros
Evangelistas.
2. ACOMPAÑÓ
A JESÚS HASTA LA CRUZ
María Magdalena, con sus dos nombres, aparece
en varios relatos evangélicos. Esta mujer acompañó a Jesús hasta la Cruz.
San Juan relata: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de
su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.” (Jn 19,25). San Juan
la tiene que haber conocido bien. Se desprende por la forma como hace sus
relatos, es decir, que esto no lo supo por terceras persona, habla como
testigo de hecho. También relata: “El primer día de la semana va María
Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la
piedra quitada del sepulcro.” (Jn 20,1). Aquí hay un detalle que hace
suponer que Juan es testigo de esta escena, él dice: “cuando todavía estaba
oscuro.”; habla como presente de la escena. En el mismo relato explica
Juan: “Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro”,
en este caso siempre suponemos que “el otro discípulo” es el mismo Juan. Y
sigue luego: “Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto
al Señor y que había dicho estas palabras.” (Jn 20,18), otro
detalle, “dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho
estas palabras.” Se nota que Juan sabe que palabras dijo el
Señor porque las puede haber oído el mismo. Entonces podemos suponer que se
trata siempre de la misma Maria Magdalena, la misma que estuvo junto con él
al pie de la cruz. (Cfr. Jn 19,26)
3. ¿MARIA
MAGDALENA ES LA MISMA MARÍA DE BETANIA?
En otros capítulos del Evangelio, Juan ya había
relatado lo siguiente de una mujer llamada María que tiene otros dos
hermanos, Lázaro y Marta: “Había un cierto enfermo, Lázaro, de Betania,
pueblo de María (Juan precisa de donde es esta María) y de su hermana
Marta. María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con
sus cabellos” (Jn 11, 1-2) Aquí San Juan nos dice que esta María es la
misma que le seco a los pies del Señor, relato que pone más adelante en la
cena de Betania: “Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo
puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.” (Jn
12,3). Un poco más adelante en el mismo capítulo 11, en el relato de la
resurrección de Lázaro, Juan nuevamente habla de esta misma María: “muchos
judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su
hermano. Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro,
mientras María permanecía en casa.” (Jn 11, 19-20)
Nos surge algunas preguntas: ¿Maria Magdalena
es la misma María de Betania? Magdala (Magadán) es un paraje de
la antigua Palestina, está citado en la Biblia y en el Talmud. Se dice que
María Magdalena nació en esa localidad, de ahí proviene su otro nombre,
Magdalena. Sin embargo Juan habla de una María cuyo pueblo es Betania.
¿Entonces no se trata de la misma María, por eso aquí la describe con un
solo nombre y no con dos, como en caso de María Magdalena?
4. MARÍA,
LLAMADA MAGDALENA Y MARIA DE BETANIA
Observemos lo que nos dice Lucas: “Algunas
mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades:
María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios” (Lc 8,2)
Aquí Lucas dice: “María, llamada Magdalena”, es decir, usado la costumbre
de llamar a las personas por su lugar de origen. Esto podría concluir que
ella era de Magdala. El que de Magdalena haya “echado siete demonios”
no significa que fuese pecadora, sino que la había curado de siete
enfermedades, o, por ser el número siete número de plenitud, podría
significar una grave enfermedad, o una enfermedad importante y crónica, o,
en el peor de los casos, un tipo de posesión diabólica, aunque valorando
esto con la apreciación popular de entonces; lo que no indica que fuese
pecadora. Además, Lucas, al comienzo del capítulo siguiente, presenta a
Magdalena como a una protagonista desconocida. Y luego Lucas dice que esta
Maria Magdalena es amiga, familia o conocida de los apóstoles: “Las que
decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la
de Santiago y las demás que estaban con ellas.” (Lc 24,10) Otro dato, la
escena de Lucas tiene lugar en la época media del ministerio público de
Cristo, y, por la situación del relato, tiene lugar en Galilea. La de Juan
es en Judea seis días antes de su muerte.
Relata Lucas: “Yendo ellos de camino, (Jesús y
sus amigos) entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en
su casa tenía ella una hermana llamada María, (aquí Lucas no dice que se
trate de la misma “María, llamada Magdalena”), que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su Palabra.” (Lc 10, 38-39) Este relato es propio de
Lucas. La escena debe de tener lugar ya en esta ida de Cristo a Jerusalén
en compañía de sus apóstoles. El tono del relato, la coincidencia de
nombres y la familiaridad que estas mujeres tienen con Cristo, hace ver que
son las hermanas de Lázaro y que se hospedó en Betania. Lucas dice que lo
recibe Marta en su casa. Esto indicaría, en la perspectiva literaria, según
las costumbres orientales, que, ausente Lázaro, Marta es la mayor y ama de
casa.
El contraste de la escena está entre María, que
está “sentada a los pies del Señor,” que es la actitud de los discípulos
ante el Maestro, para escuchar “su palabra”. Añade luego el relato: “María
ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.”
5. MARÍA
MAGDALENA Y LA OTRA MARÍA FUERON A VER EL SEPULCRO
Marco, se refiera a Maria Magdalena cuando
Jesús está crucificado y luego a la resurrección: “Había también unas
mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre
de Santiago el menor y de Joset, y Salomé, que le seguían y le servían
cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a
Jerusalén.” (Mc 15,40-41) “comprando una sábana, lo descolgó de la cruz, lo
envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca;
luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena
y María la de Joset se fijaban dónde era puesto.” (Mc 15,47) “Pasado el
sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas
para ir a embalsamarle.” (Mc 16,1) Luego, para puntualizar de cual Maria
Magdalena se trata dice: “Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de
la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado
siete demonios. (Mc 16,9)
Paralelamente Mateo relata; “Había allí muchas
mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde
Galilea para servirle. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre
de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.” (Mt 27,56)
“Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al
sepulcro.” (Mt 27,61) “Pasado el sábado, al alborear el primer día de la
semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.” (Mt
28,1)
6. NUNCA
SE DICE QUE MARÍA MAGDALENA SEA PECADORA
Es necesario destacar que nunca se dice que
María Magdalena sea pecadora, ni se habla desfavorablemente de María de
Betania. Hay que subrayar además que Cristo no repara en ir a buscar a los
pecadores.
Relata Lucas de una cierta mujer pecadora:
“Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba
comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y
poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas
le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba
sus pies y los ungía con el perfume. (Lc 7,36-38) Nótese que aquí no la
llama por ningún nombre, ni siquiera como María a secas. Solo habla de una
pecadora. Pero por otra parte, el enfoque estructural de los relatos es
distinto. En el de Lucas, el motivo del relato es el perdón y conversión de
una pecadora; en el de Juan y Mateo y Marcos, el tema es un acto de amor de
a Cristo.
Que el banquete se dé en casa de Simón en ambos
relatos no es objeción, ya que este nombre era muy corriente, recordemos
que era el nombre de Pedro. En el Ν. Τ. Se cita más de diez
personajes de este nombre. Y mientras Lucas lo llama sin más Simón, por
ejemplo Mt-Mc lo destacan, precisamente para distinguirlo de
entre lo usual del mismo, llamándolo “Simón el leproso.” Juan, en su
relato, omite el nombre de Simón.
7. MARÍA
MAGDALENA, UNA DESTACADA MUJER QUE ACOMPAÑA A JESÚS
En síntesis, lo que queda de manifiesto, es que
María Magdalena, es una destacada mujer que acompaña a Jesús, está presente
durante la Pasión y al pie de la cruz, acompañando además a la Madre de
Jesús: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre,
María, mujer de Clopás, y María Magdalena.” (Jn 19, 25); según Marcos, ella
observa cómo sepultan al Señor: “María Magdalena y María la de Joset se
fijaban dónde era puesto.” (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al
sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se
aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo
reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); y ella fue enviada por
Jesús a informarle a los apóstoles: “Pero vete donde mis hermanos y diles:
Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios. Fue María
Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había
dicho estas palabras.” (Jn 20, 17-18). María Magdalena es enviada a ser
apóstol de los apóstoles.
También queda sabido que María de Betania es la
hermana de Marta y de Lázaro. Esta María aparece en el episodio de la
resurrección de su hermano (Jn 11) y luego es la que derrama perfume sobre
el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 12, 3). Según Lucas, María
escucha al Señor sentada a sus pies y “ha elegido la parte buena, que no le
será quitada.” (Lc 10, 38-42) Todo esto mientras Marta estaba atareada en
muchos quehaceres”, que también eran para atender activamente al Señor.
8. UN
TERCER PERSONAJE, UNA MUJER PECADORA PUBLICA
Finalmente, hay un tercer personaje, una mujer
pecadora publica, es anónima y no sabemos su nombre. Esta mujer, poniéndose
detrás, a los pies de él, (Jesús) comenzó a llorar, y con sus lágrimas le
mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus
pies y los ungía con el perfume. (Lc 7, 36-38). Lucas dice que esto ocurrió
en casa de Simón, que era Fariseo. Por otra parte, este relato sucede en
Galilea y el de Juan es en Betania.
El relato de María de Betania que
hace San Juan puede hacer suponer que es la misma mujer, pero las
circunstancias difieren y parece más sensato no relacionar a Juan con Lucas
porque hay varios detalles que así lo demuestran. Como ya se ha dicho, la
unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo y Juan por su
parte cuando hablan de la unción en Betania, no aclara el nombre del dueño
de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente.
Todo esto, hace que los argumentos a favor de
que siempre se hable de la misma María, son débiles. Creo que es más seguro
inclinarse por la hipótesis que hay tres mujeres. María Magdalena que no
tiene ninguna referencia como pecadora, María de Betania, hermana de Lázaro
y de Marta y una mujer pecadora pública. Pensar esto, es atenerse sólo a
los datos que ofrece el evangelio. Es así, como a mí me parece que
considerar que la identificación entre María Magdalena, Maria de Betania y
la pecadora es más bien una confusión, ya que no hay respaldo que sea la
misma. Es decir, María Magdalena, por lo que nos relata la Escritura, no
fue “pecadora pública”, ni “adúltera” ni “prostituta”, sino sólo seguidora
de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo
pascual a los mismos Apóstoles, con la certeza que a ella el
Hijo de Dios le confió, antes que a nadie, la hermosa misión de anunciar a
los suyos la alegría pascual.
El Señor les bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
(4) Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo.
Nota sobre la publicidad: La publicidad que pueda aparecer
debajo de esta página, no es de responsabilidad de Caminando con Jesús. Este
es un servicio gratuito, no recibe ningún tipo de ayuda económica y no la
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