DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
Página
de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
26
años en Internet, desde 1998
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electrónico: caminandoconjesus@vtr.net
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reflexiones y la publicación de esta página, solo ruego indicar el autor y
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24-04-2024
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Edición Nº 9.588
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 50;
21. 23
Te alabaré entre las
naciones, Señor, y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Padre, vida de los fieles,
gloria de los humildes y felicidad de los santos, escucha con bondad
nuestras súplicas y sacia siempre con tu abundancia a quienes tienen sed de
los dones que has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo. Tu hijo que vive
y reina contigo en la unidad del espíritu santo y es Dios, por los siglos
de los siglos.
LECTURA Hech 12, 24—13, 5
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
La Palabra de Dios se
difundía incesantemente. Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión,
volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado
Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los
cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene,
Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día, mientras
celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo:
“Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado”.
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron. Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a
Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre. Al llegar a Salamina
anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan
colaboraba con ellos. Palabra de Dios.
COMENTARIO: Ningún
miembro de la comunidad es el dueño de la misión. La misión es dirigida por
el Espíritu Santo. Por eso, los encargados de llevar adelante la
evangelización, surgen de la comunidad puesta en oración y son enviados
bajo el gesto de la imposición de manos hecho por la comunidad.
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R.
¡Que todos los pueblos te den gracias, Señor!
O bien: Aleluya.
El Señor tenga piedad
y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra
se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría
las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las
naciones de la tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
¡Que todos los pueblos
te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la
tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
ALELUYA Jn 8, 12
Aleluya.
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la vida”, dice
el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 12, 44-50
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús exclamó: El que
cree en Mí, en realidad no cree en Mí, sino en aquel que me envió. Y el que
me ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que
todo el que crea en Mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis
palabras y no las cumple, Yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo,
sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya
tiene quien lo juzgue: la palabra que Yo he anunciado es la que lo juzgará
en el último día. Porque Yo no hablé por Mí mismo: el Padre que me ha
enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y Yo sé que su mandato es
vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Nuevamente
Jesús declara la estrecha relación que existe entre Él y el Padre. El Padre
lo ha enviado, y Él habla la palabra del Padre, que es palabra de
salvación. Jesús no vino al mundo a condenar, sino a dar vida. Cada uno al
escuchar la palabra toma una postura; el juicio está en que cada uno elija
o rechace lo que dice esa palabra.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por
este santo sacrificio nos concedes participar de tu vida divina, te pedimos
que así como hemos conocido tu verdad, vivamos de acuerdo con ella. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA Cfr. Jn 15, 16. 19
Dice el Señor: Yo los
elegí del mundo y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, ayuda con bondad
a tu pueblo que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele
apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo nuestro
Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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"Yo soy la luz”
Jn 12, 44-50
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
“EL PADRE QUE ME HA
ENVIADO ME ORDENÓ LO QUE DEBÍA DECIR Y ANUNCIAR”
Nuevamente Jesús, nos da testimonio de que El
no habla por sí, sino porque “el Padre que me ha enviado me ordenó lo que
debía decir y anunciar” así como también nos dice que: “El que cree en mí,
en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió”, de este modo es
como Jesús quiere tengamos una profunda conciencia que él responde al
Padre, así es como no deja de repetirnos la íntima y estrecha unión que Él
tiene con el Padre. Jesús quiere hacernos ver que el vino hacer la misión
que el Padre le ha encomendado.
Jesús nos dice el que cree en mí, como también el
que me ve, cree en el que le ha enviado, ya que Él se presenta como Enviado
del Padre (Jn 1:18; 13:20). De este modo
además, porque Jesús está en el Padre (Jn 10:38; 14:10; 17:21). Por
eso, el que ve a Jesús ve en El al Padre (Jn 14:7.9), ya que, donde está el
Hijo, está el Padre, que le comunica su divinidad y le envía al mundo. Ver
a Jesús con fe es ver al Padre en el Hijo.
2.
YO SOY LA LUZ
Dice Jesús Yo soy la luz, porque vino al mundo como luz para que se pueda
ver la verdad y no perezca el que crea en El (Jn 1:4; 3:19; 8:12; 9:5;
12:34); es la luz que llena y da la vida moral. A Los hombres no nos gusta
vivir en las tinieblas, entonces buscamos con desesperación la luz, porque
vivir en las tinieblas es vivir en el error y no divisar ningún resplandor,
entonces el buen Jesús ha venido al mundo para que todo el que crea en El
no permanezca en las tinieblas. Como cristianos, queremos ser hijos y
hermanos de la luz, caminar juntos y en la luz, recibir y dar la luz, es
decir recibir con alegría la afirmación que nos hace Jesús para no
permanecer en las tinieblas y aplicarla a nosotros mismos.
3.
EL QUE ME RECHAZA Y NO
RECIBE MIS PALABRAS, YA TIENE QUIEN LO JUZGUE
Dice Jesús: El que me rechaza y no recibe mis
palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la
que lo juzgará en el último día. Entonces él nos expone cómo la palabra de
Él, en otras palabras el Evangelio, va a juzgar, y condenar al que no la
reciba, pues hay que hacer la verdad, esto es, su verdad, (Jn 3:21). En el último día,
escatología final, al que rechazó el mensaje de Jesús, su palabra, que es
su verdad, la Buena Nueva será la que le juzgue y condene. La razón por que
lo hará la palabra y no El, es porque no vino a juzgar al mundo, sino a
salvar al mundo. En contraposición a
lo que decían algunos judíos, que no veían en el Mesías más que un juez
que, tomando al mundo tal como lo encontraba, sin hacerle intervenir en su
salvación, lo juzgaba y condenaba, San Juan destaca en Jesús Mesías su
misión salvadora.
4.
LA PALABRA QUE YO HE
ANUNCIADO ES LA QUE LO JUZGARÁ EN EL ÚLTIMO DÍA.
Esta enseñanza judicial de la palabra no va
contra otras enseñanzas en el evangelio de San Juan, en donde se dice que
el que juzga es Jesús, puesto que el Padre le entregó a El todo el poder
judicial sobre los seres humanos (Jn 5:22). Jesús no condena sin más, pues
vino a salvar. Pero es verdadero Juez del mundo. Si aquí se destaca la
condenación por hacerse el juicio ante la palabra, es porque se quiere
destacar el valor de ésta y lo que ésta significa para Jesús. Entonces es
lo que expone el evangelista en el último grupo de ideas. La razón última
de todo esto es como Jesús nos dice;
Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó. Así, El
no condena por sí mismo, sino por la palabra y ante su código, que es la
voluntad del Padre. De aquí le viene este gran poder a la palabra (Jn 7:17;
14:10).
Se destaca, por último, el valor del testimonio
del Padre: Él sabe, revelación de Jesús,
que su precepto, es decir la
palabra, es vida eterna, como ya lo había dicho anteriormente en Jn
3:15.16.36; 5:24.40; 10:10.28. Así, este discurso de Jesús parece ser una
síntesis de sus enseñanzas fundamentales. Este discurso es un programa
esquemático, por qué se será condenado. Es la lucha entre la Luz y la
ceguera voluntaria de los dirigentes de Israel.
5.
SABOREAR LA PRESENCIA
DE DIOS EN SU INTERIOR
Nosotros, desde muy pequeño hemos aprendido de
dónde venimos, y que somos de Dios, es decir venimos de Dios y vamos a
Dios, en nuestro corazón de cristianos hemos atesorado esta verdad que nos
ha hecho vivir con tranquilidad y paz, eso nos ha venido de la luz que nos
ha traído Jesucristo, eso es obra del amor.
San Juan de la Cruz, nos ha enseñado que quien
ha llegado a saborear la presencia de Dios en su interior y vive
habitualmente en oración o atención amorosa, percibe en su vida los efectos
de la obra que Dios va realizando en nosotros, porque muchas cosas suele
Dios decir, enseñar y prometer, no para que entonces se entiendan ni se
posean, sino, que cuando se consiga el efecto de ellas, porque es Dios el
que va realizando la obra en el Alma.
La alegría
de Cristo resucitado vivan en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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MI ACTITUD CON JESÚS Y
CON SU PALABRA
En el evangelio de hoy encontramos palabras de confianza y palabras
de temor. Palabras de vida y de muerte. Palabras de salvación y de condena.
Es cierto que Jesús no ha venido “para juzgar el mundo”. Sin embargo, su
Palabra y su misión realizan automáticamente un juicio y se convierten en
el criterio último de verdad y de praxis.
Mi actitud con Jesús y con su Palabra lleva a cabo hoy el juicio, el
presente y el futuro. En la persona de Cristo está la realidad definitiva.
Y he de hacer frente, aquí y ahora a esta realidad, porque es lo definitivo
lo que sopesa lo que pasa, es lo eterno lo que criba lo transitorio. Es hoy
cuando decido mi destino eterno. Es hoy cuando debo compararme con Cristo,
es hoy cuando debo configurarme con la Palabra. Es hoy cuando mi vida está
suspendida entre la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre
el todo y la nada.
Importancia del momento presente. Importancia decisiva del instante
que estoy viviendo. Valor eterno de este fugacísimo momento. Valor del hoy
para mi destino eterno. Recuperación del sentido de la dramática
ambivalencia del momento presente, tan vivo en muchos santos. ¿Hacia dónde
estoy orientado hoy, en este momento, en lo hondo de mi corazón?
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ORACION (3)
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Concédeme, Padre, que me deje empapar por estas palabras tuyas de
salvador y de juez. Haz que, a pesar de la carga de miseria que soy, no
pierda la confianza, no me aleje de ti entristecido y desalentado, sino que
acuda a ti para dejarme iluminar por tu luz, revigorizar por tu vitalidad,
deseoso de recuperar tu vida.
Concede a mi corazón asustado ver bajo la dureza de tus palabras la
voluntad de recuperarme y salvarme. Concédeme, pues, oírlas como una ayuda
concreta para no perder la vida eterna que has preparado para mí.
Sé que quieres salvarme y que por eso has enviado a tu Hijo, que me
ha transmitido tus palabras. Te suplico que ninguna de mis culpas me haga
perder la confianza en que tú quieres mi salvación y no mi condena; que
quede siempre, por tanto, una rendija de esperanza para mí, porque eres un
Dios benévolo incluso cuando te muestras severo. Padre bueno y
misericordioso, esculpe en mi corazón las palabras de tu Hijo para que yo
pueda gustar hoy, mañana y siempre tu salvación.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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