DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

26 años en Internet

La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó en el año 1998.

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24-03-2024

Edición Nº 9.558

LITURGIA DE   LAS HORAS  

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En este link, están disponible recursos para la     SEMANA SANTA

 

DOMINGO DE RAMOS

“¡Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor, y el Rey de Israel”  (Jn 12, 12-16)

 

bcu6La entrada jubilosa en Jerusalén constituye el homenaje espontáneo del pueblo a Jesús, que se encamina, a través de la pasión y de la muerte, a la plena manifestación de su Realeza divina, Aquella muchedumbre aclamante no podía abarcar todo el alcance de su gesto, pero la comunidad de los fieles que hoy lo repiten sí puede comprender su profundo sentido. “Tú eres el Rey de Israel y el noble hijo de David, tú, que vienes, Rey bendito, en nombre del Señor... Ellos te aclamaban jubilosamente cuando ibas a morir, nosotros celebramos tu gloria, oh Rey eterno!” (MR). La liturgia invita a fijar la mirada en la gloria de Cristo Rey eterno, para que los fieles estén preparados para comprender mejor el valor de su humillante pasión, camino necesario para la exaltación suprema.

No se trata, pues, de acompañar a Jesús en el triunfo de una hora, sino de seguirle al Calvario, donde, muriendo en la cruz, triunfará para siempre del pecado y de la muerte. No hay un modo más bello de honrar la pasión de Cristo que conformándose a ella para triunfar con Cristo del enemigo, que es el pecado. Comentario de Intimidad Divina, Padre Gabriel de SMM ocd.)

Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS

 

La entrada solemne, pero no la procesión, puede repetirse antes de aquellas misas que se celebran con gran asistencia de fieles.

CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA DEL SEÑOR EN JERUSALÉN

PROCESIÓN

A una hora adecuada, el pueblo se reúne en una iglesia menor o en otro lugar apto, pero fuera del templo hacia el cual se ha de dirigir la procesión.

Los fieles tienen los ramos en sus manos. El sacerdote y los ministros, revestidos con los ornamentos rojos requeridos para la misa, se dirigen al lugar donde el pueblo se encuentra congregado. El sacerdote, en lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará una vez concluida la procesión. Mientras tanto, se canta la siguiente antífona u otro cántico adecuado.

ANTÍFONA Mt 21, 9

¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. ¡Hosanna en las alturas!

El sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada; luego hace una breve monición, en la que invita a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día. Puede hacerlo con estas palabras u otras semejantes.

Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el comienzo de la Cuaresma, por medio de la penitencia y las obras de caridad, hoy nos congregamos para iniciar, con toda la Iglesia, la celebración del misterio pascual de nuestro Señor, que fue consumado por medio de su muerte y resurrección, para lo cual debió entrar en la ciudad de Jerusalén. Por ello, llenos de fe y con gran fervor, recordando esta entrada triunfal, sigamos al Señor, para que, participando de su cruz, lleguemos a tener parte en su resurrección y su vida.

Después de esta monición, el sacerdote dice una de las siguientes oraciones, teniendo las manos juntas:

Oremos. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición  estos ramos, para que nosotros que seguimos alegremente a Cristo Rey, podamos con su ayuda llegar a la eterna Jerusalén. Por Jesucristo nuestro

Señor. R. Amén.

O bien:

Oremos. Señor, aumenta la fe de cuantos esperamos en ti y escucha nuestras súplicas, para que quienes hoy llevamos estos ramos en honor de Cristo victorioso, unidos a él, te presentemos el fruto de las buenas obras. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita.

Luego se proclama el Evangelio de la entrada del Señor, según uno de los cuatro evangelistas. La lectura la realiza el diácono o, a falta de éste, el mismo sacerdote, en la forma acostumbrada.

EVANGELIO Mc 11, 1-10

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Cuando se aproximaban a Jerusalén, estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de Betfagé y de Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:

“Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta:

‘¿Qué están haciendo?’, respondan: ‘El Señor lo necesita y lo va a devolver en seguida’». Ellos fueron y encontraron un asno atado cerca de una puerta, en la calle, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: “¿Qué hacen? ¿Por qué desatan ese asno?”. Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús gritaban: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!”

Palabra del Señor.

O bien: Jn 12, 12-16

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

La gran multitud que había venido para la fiesta, se enteró de que Jesús se dirigía a Jerusalén. Y, tomando hojas de palmera, salieron a su encuentro y lo aclamaban diciendo: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel!». Al encontrar un asno, Jesús montó sobre él, conforme a lo que está escrito: “No temas, hija de Sión; ya viene tu rey, montado sobre la cría de un asna”. Al comienzo, sus discípulos no comprendieron esto. Pero cuando Jesús fue glorificado, recordaron que todo lo que le había sucedido era lo que estaba escrito acerca de él.

Palabra del Señor.

Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía. El celebrante u otro ministro idóneo invita a comenzar la procesión, con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos: Imitemos a la muchedumbre que aclamó a Jesús y avancemos procesionalmente, unidos por el vínculo de la paz.

Y comienza la procesión hacia la iglesia en la que se celebrará la misa.

MISA

Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que para dar al género humano un ejemplo de humildad determinaste que nuestro Salvador se encarnara y padeciera la cruz, concédenos que seamos dignos del testimonio de su Pasión y así podamos participar un día de su Resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA Is 50, 4-7

Lectura del libro de Isaías.

El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo.

El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

“Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas a los que me arrancaban la barba». Estamos ante el resumen del tercer canto del Siervo de Yahvé. Él, se presenta a sí mismo como el discípulo de Yahvé, que tiene por misión hablar e instruir con las palabras que el Señor le manda transmitir. Esta misión le exigirá afrontar múltiples persecuciones, pero una energía indomable lo sostendrá en su compromiso. El Siervo puede contar con el Señor que no lo abandona en las dificultades.

SALMO Sal 21, 8-9. 17-18 19-20. 23-24

R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Los que me ven, se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza, diciendo: Confió en el Señor, que él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto. R.

Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; taladran mis manos y mis pies. Yo puedo contar todos mis huesos. R.

Se reparten entre sí mi ropa y sortean mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme. R.

Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: “Alábenlo, los que temen al Señor; glorifíquenlo, descendientes de Jacob; témanlo, descendientes de Israel”. R.

SEGUNDA LECTURA Flp 2, 6-11

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.

Jesucristo, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: “Jesucristo es el Señor”.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo. La asunción de nuestra condición humana, no ha sido para el Hijo de Dios un paréntesis o un accidente. Jesucristo ha elegido servir, ya que el servicio es el mejor medio para manifestar quién es Dios. El misterio del Dios de los cristianos es el de revelarse mejor en el servicio y la humildad que en la omnipotencia y en el juicio. Este camino de obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz, ha llevado al Mesías a revelar su identidad más honda, la de Señor.

ACLAMACIÓN Flp 2, 8-9

Cristo se humilló por nosotros hasta aceptar por obediencia la muerte, y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre.

Para la lectura de la Pasión no se llevan cirios ni incienso, se omite el saludo y la signación del libro. La lectura está a cargo de un diácono o, en su defecto, del mismo sacerdote. Puede también ser encomendada a lectores laicos, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo. Solamente los diáconos piden la bendición del celebrante antes de proclamar la Pasión, como se hace antes del Evangelio.

EVANGELIO Mc 14, 1—15, 47

En los lugares en que pareciere oportuno, durante la lectura de la Pasión, se pueden incorporar aclamaciones.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Buscaban la manera de arrestar a Jesús con astucia, para darle muerte.

C. Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los panes Ácimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban la manera de arrestar a Jesús con astucia, para darle muerte. Porque decían:

S. No lo hagamos durante la fiesta, para que no se produzca un tumulto en el pueblo.

Ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura

C. Mientras Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de Simón el leproso, llegó una mujer con un frasco lleno de un valioso perfume de nardo puro, y rompiendo el frasco, derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Entonces algunos de los que estaban allí se indignaron y comentaban entre sí:

S. ¿Para qué este derroche de perfume? Se hubiera podido vender por más de trescientos denarios para repartir el dinero entre los pobres.

C. Y la criticaban. Pero Jesús dijo:

 Déjenla, ¿por qué la molestan? Ha hecho una buena obra conmigo. A los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden hacerles el bien cuando quieran, pero a mí no me tendrán siempre. Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura. Les aseguro que allí donde se proclame la Buena Noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo.

Prometieron a Judas Iscariote darle dinero.

C. Judas Iscariote, uno de los Doce, fue a ver a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, ellos se alegraron y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba una ocasión propicia para entregarlo.

¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?

C. El primer día de la fiesta de los panes Ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús:

S.¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?.

C. Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:

 Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice:

¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?  Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario.

C. Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.

Uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo.

C. Al atardecer, Jesús llegó con los Doce. Y mientras estaban comiendo, dijo:

 Les aseguro que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo.

C. Ellos se entristecieron y comenzaron a preguntarle, uno tras otro:

S. ¿Seré yo?.

C. Él les respondió:

 Es uno de los Doce, uno que se sirve de la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquél por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!.

Esto es mi Cuerpo. Ésta es mi Sangre, la Sangre de la alianza.

C. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

 Tomen, esto es mi Cuerpo.

C. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo:

 Ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.

Antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces.

C. Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos. Y Jesús les dijo:

 Todos ustedes se van a escandalizar, porque dice la Escritura: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. Pero después que yo resucite, iré antes que ustedes a Galilea.

C. Pedro le dijo:

 Aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré.

C. Jesús le respondió:

 Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces.

C. Pero él insistía:

 Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré.

C. Y todos decían lo mismo. Comenzó a sentir temor y a angustiarse.

C. Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos:

 Quédense aquí, mientras yo voy a orar.

C. Después llevó con él a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse. Entonces les dijo:

 Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí velando.

C. Y adelantándose un poco, se postró en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora. Y decía:

 Abbá Padre– todo te es posible: aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.

C. Después volvió y encontró a sus discípulos dormidos. Y Jesús dijo a Pedro:

 Simón, ¿duermes? ¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora? Permanezcan despiertos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.

C. Luego se alejó nuevamente y oró, repitiendo las mismas palabras. Al regresar, los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño, y no sabían qué responderle. Volvió por tercera vez y les dijo:

 Ahora pueden dormir y descansar. Esto se acabó. Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar. Deténganlo y llévenlo bien custodiado.

C. Jesús estaba hablando todavía, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos.

El traidor les había dado esta señal:

S. Es aquél a quien voy a besar. Deténganlo y llévenlo bien custodiado.

C. Apenas llegó, se le acercó y le dijo:

S. Maestro.

C. Y lo besó. Los otros se abalanzaron sobre él y lo arrestaron. Uno de los que estaban allí sacó la espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja. Jesús les dijo:

 Como si fuera un bandido, han salido a arrestarme con espadas y palos.  Todos los días estaba entre ustedes enseñando en el Templo y no me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.

C. Entonces todos lo abandonaron y huyeron. Lo seguía un joven, envuelto solamente con una sábana, y lo sujetaron; pero él, dejando la sábana, se escapó desnudo.

¿Eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?

C. Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y allí se reunieron todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas. Pedro lo había seguido de lejos hasta el interior del palacio del Sumo Sacerdote y estaba sentado con los servidores, calentándose junto al fuego. Los sumos sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban un testimonio contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no lo encontraban. Porque se presentaron muchos con falsas acusaciones contra él, pero sus testimonios no concordaban.

Algunos declaraban falsamente contra Jesús:

S. Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días volveré a construir otro que no será hecho por la mano del hombre’.

C. Pero tampoco en esto concordaban sus declaraciones. El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie ante la asamblea, interrogó a Jesús:

S. ¿No respondes nada a lo que éstos atestiguan contra ti?.

C. Él permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó nuevamente:

S. ¿Eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?.

C. Jesús respondió:

 Sí, yo lo soy: y ustedes verán ‘al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo’.

C. Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó:

S. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece?.

C. Y todos sentenciaron que merecía la muerte. Después algunos comenzaron a escupirlo y, tapándole el rostro, lo golpeaban, mientras le decían:

S. ¡Profetiza!.

C. Y también los servidores le daban bofetadas. Se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre del que estaban hablando.

C. Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote y, al ver a Pedro junto al fuego, lo miró fijamente y le dijo:

S. Tú también estabas con Jesús, el Nazareno.

C. Él lo negó, diciendo:

S. No sé nada; no entiendo de qué estás hablando.

C. Luego salió al vestíbulo y en ese momento cantó el gallo. La sirvienta, al verlo, volvió a decir a los presentes:

S. Éste es uno de ellos.

C. Pero él lo negó nuevamente. Un poco más tarde, los que estaban allí dijeron a Pedro:

S. Seguro que eres uno de ellos, porque tú también eres galileo.

C. Entonces él se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre del que estaban hablando. En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro recordó las palabras que Jesús le había dicho:

Antes que cante el gallo por segunda vez, tú me habrás negado tres veces. Y se puso a llorar.

¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?

C. En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste lo interrogó:

S.¿Eres tú el rey de los judíos?.

C. Jesús le respondió:

 Tú lo dices.

C. Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él. Pilato lo interrogó nuevamente:

S. ¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!.

C. Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato.

En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso, a elección del pueblo. Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición.

La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado. Pilato les dijo:

S. ¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?.

C. Él sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud a pedir la libertad de Barrabás. Pilato continuó diciendo:

S. ¿Qué quieren que haga, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?.

C. Ellos gritaron de nuevo:

S.¡Crucifícalo!.

C. Pilato les dijo:

S. ¿Qué mal ha hecho?.

C. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte:

S. ¡Crucifícalo!.

C. Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

Hicieron una corona de espinas y se la colocaron.

C. Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo:

S. ¡Salud, rey de los judíos!.

C. Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.

Condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota y lo crucificaron.

C. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: “lugar del Cráneo”. Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía:

“El rey de los judíos”. Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo.

C. Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían:

S. ¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!.

C. De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí:

S. ¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!.

C. También lo insultaban los que habían sido crucificados con él.

Jesús dando un gran grito, expiró.

C. Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz:

 Eloi, Eloi, lemá sabactaní.

C. Que significa:

 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.

C. Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron:

S. Está llamando a Elías.

C. Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo:

S. Vamos a ver si Elías viene a bajarlo.

C. Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.

Aquí todos se arrodillan, y se hace un breve silencio de adoración.

C. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó:

S.¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!.

C. Había también allí algunas mujeres que miraban de lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, que seguían a Jesús y lo habían servido cuando estaba en Galilea; y muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.

José hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

C. Era día de Preparación, es decir, vísperas de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea –miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios– tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a José. Éste compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

María Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo habían puesto.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Marcos resalta la dignidad mesiánica de Jesús poniendo en primer plano su aislamiento en el secreto y el silencio en medio de los más escandalosos ultrajes y de la ceguera de la multitud. El pesado silencio en que Jesús se encierra expresa una fidelidad total a su misión. Pero, apenas acabada esta gran soledad en una muerte ignominiosa, una profesión de fe anula las burlas de la turba: “Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios”.

La liturgia de estos días será una llamada a ese final de victoria y triunfo. Por eso, Isaías hablaba de “una palabra de aliento” y de “no quedar confundido, porque el Señor me ayudaba”. Por eso, san Pablo hablaba de “hasta la muerte de cruz” y de “por eso, Dios lo levantó sobre todo”. Y por eso, ahora la pasión proclamada continúa con la celebración de la Pascua de Jesucristo en la eucaristía y nos dirá: “Este es el misterio de la fe”. Y responderemos: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección”.

Según las circunstancias, después del relato de la Pasión, puede tenerse una breve homilía.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te pedimos que por la Pasión de tu Hijo experimentemos tu perdón y, aunque no lo merecemos por nuestras obras, haz que gracias a este sacrificio único, lo recibamos por tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.

El cual, siendo inocente, quiso padecer por los culpables y ser condenado injustamente para salvar a los pecadores; su Muerte lavó nuestros pecados y su Resurrección nos adquirió la santidad.

Por eso te aclamamos con todos los ángeles celebrando tu gloria con gozosa alabanza: Santo, santo, santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 26, 42

Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, alimentados con tus sagrados dones, te pedimos que así como por la Muerte de tu Hijo nos hiciste esperar lo que creemos por la fe, por su Resurrección nos permitas llegar al Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos”

Mc 14, 1—15, 47

Autor Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.             JESÚS ESTÁ YA DISPUESTO A ENTREGARSE EN MANOS DE LOS HOMBRES.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos, es una narración sobria,  concentrada donde los acontecimientos hablan por sí mismos, mientras el Protagonista calla. Jesús se nos muestra como verdadero hombre, en Getsemaní, donde se postró en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora, en un gesto de súplica y abandono. Como verdadero Hijo de Dios, puede invocar a Dios, el Altísimo, con el apelativo de Abba, papá... Tras la repetida oración tiene lugar la dolorosa entrega a la voluntad del Padre. Jesús está ya dispuesto a entregarse en manos de los hombres.

Ante éstos no tiene más palabras que las que declaran su identidad, causando su condena como blasfemo  y subversivo. En el relato observamos el clamor de las muchas voces que lo acusan, se burlan, reniegan y gritan "¡Crucifíquenlo!", en el  más impresionante  silencio de Jesús, que en el momento supremo se convierte en un fuerte grito, oración acongojada al Padre, entrega total. El Hijo de Dios atraviesa los umbrales de la muerte.

2.             LA FIESTA DE LA PASCUA Y DE LOS PANES ÁCIMOS

En este relato el Evangelio de Marcos, precisa que la Pascua, y manifiesta para los lectores gentiles que era la de los “Ácimos,” así llamada porque en toda la semana se comía pan sin levadura, se iba a celebrar “después de dos días.” Se está, pues, en el 12 del mes de Nisán, antes de la puesta del sol, ya que el 14, al ponerse el sol era ya el 15. A no ser que Marcos, escribiendo para étnico-cristianos, tome los días conforme al cómputo solar de media noche. El prestigio de Cristo les ponía temor de apoderarse de los días festivos, públicamente, ya que con los galileos en Jerusalén para la Pascua había peligro de alborotos y de intervenciones de Roma.

3.             UNA MUJER DERRAMÓ EL PERFUME SOBRE LA CABEZA DE JESÚS

Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de simón el leproso y una mujer derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús y, algunos de los que estaban allí se indignaron. Según el Evangelio de Mateo, estos indignados fueron los discípulos, según el Evangelio de San Juan fue Judas,

En muchos comentarios que se leen sobre esto de la unción en la cabeza que relata San Marcos, (también Mateo), pudiera ser un indicio evocador de la dignidad real de Cristo. Es algo que no podemos decir si esto es cierto, por el contario, en los relatos de Lucas y Juan, esta unción es en los pies del Señor, no obstante, podríamos pensar que fue en la cabeza y en los pies. En todo caso, ungir la cabeza era una práctica  común, pero la unción de los pies era desconocida.

La actitud de esta mujer, que en Juan es María Magdalena, debe haber causado asombro no solo de los anfitriones, también de lo invitados, que  seguramente al verla se estaban escandalizando, y muy asombrados por el comportamiento  tan respetuoso y amoroso de Jesús con ella y María, demostró la delicadeza de su amor al Maestro.

4.             LA TRAICIÓN DE JUDAS ISCARIOTE

El relato no es muy coloreado, tal como está narrada la escena, parece que Judas va a los sanedritas a denunciarle, aunque, más que por celo, por ponerse a cubierto de los peligros por ser discípulo, y que ellos le “prometieron darle dinero.” Al leer los otros Evangelios, esta operación fue una verdadera venta, tal es así, que lo pone en la humillación de fijarla en 30 siclos del templo, este era el precio de la venta de un esclavo. ¿Qué  motivos tuvo Judas?, me parece que los evangelistas proponen solo la avaricia. Hay comentarios que insinúan que Judas pensaba en Cristo como un Mesías nacionalista e incluso se dice hubiese pertenecido al partido de los ”zelotes,” que ran exaltados nacionalistas. Y que el, al ver el giro del mesianismo espiritual de Cristo, se hubiese desilusionado, entonces por prevenirse de haber sido discípulo del Señor, hubiese llegado a su traición. Según san Juan, Judas que andaba en malos pasos con relación a Cristo con éste relato: “¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo. Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce. (Juan (SBJ) 6, 70-71)

5.            JESÚS LES HABÍA DICHO QUE PREPARAN LA PASCUA.

Los discípulos dijeron a Jesús: ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual? Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos? 

San Marcos, al decir que esta preparación va a hacerse el “primer día de los Ácimos,” matiza para los lectores gentiles, que es “cuando se sacrificaba la Pascua.” Esto ocurre el 14 de Nisán, ya que desde el mediodía se comía pan ácimo por precaución de transgresión legal, y en el uso vulgar de esta época venía a llamarse día de los Ácimos también este día previo. No obstante, a diferencia de Mateo, que lo presenta más indefinido, destaca que Cristo los envió a Jerusalén, y que al llegar les “saldrá al encuentro un hombre con un cántaro de agua.” Les manda seguirle, y, donde entre, que le digan al dueño que él desea celebrar en su casa la Pascua con sus discípulos, que son los apóstoles. No se sabe, lo que hay solo son conjeturas, puede tratarse de un amigo o discípulo de los que tenía en Jerusalén, y que incluso le hubiese invitado a celebrar la Pascua en su casa. Marcos no dice a quien envió, pero Lucas, al escribir este relato, dice que Jesús y envió a Pedro y a Juan,  (Lucas (SBJ) 22,  6-8)

6.             UNO DE USTEDES ME ENTREGARÁ, UNO QUE COME CONMIGO.

Al atardecer, Jesús llegó con los Doce. Y mientras estaban comiendo, dijo: Les aseguro que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo.

Marcos no omite la gravedad de la acusación de Jesús, quien anuncia la traición, pero no dice quien es el traidor, como lo hace Mateo, pues cuando Judas hace la pregunta Jesús le da una respuesta afirmativa. En san Juan, se explicita que es Judas. Es decir marcos es más impersonal: la denuncia se hace dando como sola referencia que es “uno de los Doce, el que moja conmigo en el plato.” Y luego la sentencia de Jesús es escalofriante para quien lo traiciona, ¡Ay de aquél por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!

7.             ESTO ES MI CUERPO. ÉSTA ES MI SANGRE, LA SANGRE DE LA ALIANZA.

La Institución de la Eucaristía, merece algunos puntos de comparación con san Lucas y san Pablo, ya que en el relato de San Marco, encontramos algunas diferencias, esto es que en San Marcos se relata: “Mientras comían, Jesús tomó el pan”, y en Lucas: “después de haber comido.”  Puede ser porque Lucas precisa el momento; fue después de haber terminado la cena estricta, comiéndose el cordero pascual, pero continuándose con los ritos de la cena. Ahora, como el estilo de Marcos es más sobrio, sólo dicen que se celebró durante ella, sin más precisiones. En cambio, al relatar la consagración del cáliz, Marcos tiene una redacción singular; “tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella”, Y después de esto consagra su sangre. “Ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza”, Así, desea hacer ver que todos bebieron de aquel único cáliz consagrado. Que se derrama por muchos”.  Luego Jesús les dice; “Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.” Esta es una frase “escatológica” de reunirse con ellos en la etapa celeste del reino, representada, en el medio ambiente, bajo el símbolo de un banquete. La conciencia de Cristo es clara en toda esta tragedia.

8.             TODOS USTEDES SE VAN A ESCANDALIZAR

Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos. Y Jesús les dijo: Todos ustedes se van a escandalizar, es una triste predicción, la que hace el Señor para todos sus discípulos, y luego  le hace otra a su íntimo amigo Pedro cuando le dice; Aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré. Entonces Jesús le respondió: Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces.

Marco nos da a comprender que estas dos predicciones las hace después de “salir” del Cenáculo camino de Getsemaní. Pero por la forma introductoria utiliza, un tácito “entonces,” de su estilo de introducción literaria más que cronológica de ideas. Según Lucas y Juan, estas predicciones debieron de ser hechas en el Cenáculo, en momentos distintos, y acopladas aquí en un contexto lógico.

Luego, Marcos, acusa muy claramente las tres negaciones de Pedro antes que el gallo cante dos veces. Pedro habrá de recordar tristemente luego esta predicción porque le había asegurado;”Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré”.

9.             GETSEMANÍ

Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos: Quédense aquí, mientras yo voy a orar.

Esta es una escena muy angustiosa. Marcos nos destaca el deseo de Jesús, que pase de El aquel cáliz, que pase aquella “hora.” Es un tema constantemente destacado en el evangelio de san Juan la “hora” mesiánica de la muerte redentora. Acaso con la alusión a esta hora quiere Marcos enlazar con el tema de san Juan que es la “hora” de la gran lucha satánica contra Cristo: “Viene el príncipe de este mundo” (Jn 14:30).

Según Marcos, Jesús comenzó a sentir temor y a angustiarse. Es un misterio este temor del Señor, Es un temor muy  nuestro, Jesús es como nosotros.

10.         ABBÁ

Y el relato sigue; Y adelantándose un poco, se postró en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora. Y decía: Abbá,  Padre todo te es posible: aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. Observamos que Marcos, conserva en la oración de Cristo el término aramaico Abbá, “Padre.” Generalmente se admite que el término griego de “Padre” es una traducción para los lectores étnico-cristianos. Sería más lógico pensar que la frase aramaica Abba fuese la equivalente al “Padre mío” que recoge Mateo. Pero los judíos oraban a Dios en aramaico diciendo: Abbí, Padre mío, y, en cambio usaban Abba para el padre carnal. Por otra parte, aparece la forma Abba, “Padre,” en las epístolas de San Pablo (Rom 8:15; Gal 4:6).

11.         JESÚS ES ARRESTADO

Jesús estaba hablando todavía con sus discípulos, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado esta señal: Es aquél a quien voy a besar. Deténganlo y llévenlo bien custodiado. Apenas llegó, se le acercó y le dijo: Maestro. Y lo besó

Como detalle singular, Marcos explica que Judas, al dar la contraseña a los soldados, no sólo dice  “deténgalo” sino que da orden de que lo conduzcan  “bien custodiado”, es decir con firmeza, esto puede ser por el temor que pudiese evitar el arresto con sus milagros, del cual seguramente Judas había en otras ocasiones sido testigo.

Otro detalle es el relato que; “Lo seguía un joven, envuelto solamente con una sábana, y lo sujetaron; pero él, dejando la sábana, se escapó desnudo.”  La palabra “desnudo” indica a veces una persona muy ligeramente vestida. Conforme a costumbres de la época, se trataría de una persona que vivía cerca y al oír lo insólito de la escena, se despertó y salió a ver el suceso. El hecho de que “seguía” al piquete sugiere que se trata de alguien muy interesado por la suerte de Cristo. También, el de tener sobre sí una “sábana” hace ver que se trata de persona de cierta calidad, ya que los pobres sólo tenían su túnica.

12.         EL SANEDRÍN

Marcos  relata el proceso “nocturno” del sanedrín contra Cristo. Cita las tres partes componentes del sanedrín. “allí se reunieron todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas” Con ello quiere indicar bien las responsabilidad global del mismo. Se percibe el enfoque cristiano contra el judaísmo.

Jesús permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó preguntando; “¿Eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?, Jesús respondió: Sí, yo lo soy: y ustedes verán ‘al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo’.

13.         LAS NEGACIONES DE PEDRO

Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote y, al ver a Pedro junto al fuego, lo miró fijamente y le dijo: Tú también estabas con Jesús, el Nazareno. Él lo negó, diciendo: No sé nada; no entiendo de qué estás hablando.

Se comprende la primera negación fue en el “atrio,” y, terminada, salió afuera, pues dice que lo negó en el patio y después en “vestíbulo.”  También Marcos recoge el arrepentimiento de Pedro con una frase discutida, no obstante; Pedro recordó las palabras que Jesús le había dicho: Antes que cante el gallo por segunda vez, tú me habrás negado tres veces. Y se puso a llorar. Esto refleja el tremendo dolor de Pedro por sus caídas. Esté “romper a llorar” debió de suceder fuera, pues no parece oportuno lo hiciese ante aquellas gentes hostiles.

14.         CRISTO ANTE PILATO

En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. “Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste lo interrogó”

El proceso es presentado a Pilato sólo bajo el aspecto político de un competidor del Cesar, al hacerse el Rey Mesías. Marcos omite, como Mateo y Juan el envío a Antipas. También Marcos elimina la escena de burla de los soldados para darle una mayor extensión, aunque fue antes de la condena. Esto sucede dentro del atrio, y precisamente que “es el pretorio.”

Pilatos pregunta; “Eres tú el rey de los judíos? Jesús le respondió: Tú lo dices. Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él. Pilato lo interrogó nuevamente: ¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan! Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato.

15.         CAMINO A LA CRUCIFIXIÓN

Pilato, para contentar a la multitud, puso en libertad al asesino llamado Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

San Marcos en su narración de la Vía Dolorosa de la crucifixión tiene algunos elementos propios. Precisa que Simón de Cirene era “el padre de Alejandro y de Rufo.” Probablemente eran cristianos bien conocidos en la comunidad cristiana, precisamente por el servicio prestado por su padre a Cristo, y se los destaca así honoríficamente. San Pablo, escribiendo a los romanos, saluda a un tal Rufo; acaso pueda ser este mismo l.

San Marcos, cita con exactitud un hecho que a Jesús, le ofrecieron  vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Era creencia que esta mezcla de vino y mirra tenía un valor narcótico, y por piedad se lo daban a los que iban a crucificar, para insensibilizarlos un tanto. Lo ofrecían las gentes principales de Israel, pero, en su defecto, era la comunidad, las autoridades judías — Pilato respetaba la “costumbre” — las que debían ofrecerlo. Pero Cristo no lo aceptó.

16.         DOS LADRONES CON CRISTO

“El rey de los judíos”. Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Y decían; “Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo”. Como Mateo, supone que los dos ladrones insultaban a Cristo, cuando era sólo uno, como dice Lucas.

Se piensa que Marcos ve en la crucifixión de los dos ladrones con Cristo el cumplimiento de una profecía de Isaías, “Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes. (Isaías (SBJ) 53, 11-12).En todo caso algunos piensas que esto es dudoso.

17.         LA MUERTE DE CRISTO

Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró. Observamos que Marcos con una simplicidad absoluta narra la muerte de Cristo. También comenta la rotura del velo y del templo y  como un centurión proclama la inocencia de Cristo.; “El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: ¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios! Marcos pone en la boca del centurión lo que era ya creencia clara cristiana, la filiación divina de Cristo, lema con que comienza ya su evangelio.

Otro detalle, es que Marcos dice que; “Había también allí algunas mujeres que miraban de lejos mujeres que, “estando en Galilea, le servían y seguían, citando expresamente las mismas; “María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé”

18.         LA SEPULTURA DE CRISTO

Era día de Preparación, es decir, vísperas de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea –miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a José. Éste compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

Se está en preparación de la Pascua. Mientras José de Arimatea es presentado en Mateo como “un hombre rico,” con lo que quiere indicar su influencia social, Marcos lo presenta como; “miembro notable del Sanedrín”. Mateo asegura que: “se había hecho también discípulo de Jesús.  (Mateo (SBJ) 27, 57), no obstante aquí Marcos que era de los que esperaban a Cristo “viniendo en su reino” para instaurarlo triunfalmente.

Marcos destaca que Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Se “maravilló” de que hubiese muerto tan pronto, ya que los crucificados dejados en la cruz al uso romano podían estar vivos hasta tres días en la cruz.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Reflexión desde los textos de la Biblia Nacar-Colunga y Biblia de Jerusalén, edición estudio.

 

PARA LA LECTIO DIVINA 

 

LA LITURGIA DE HOY ABRE LAS CELEBRACIONES PASCUALES.

Nos encontramos entre la muchedumbre que acude festiva a la entrada de Jesús en la ciudad santa y se nos invita a continuación a escuchar la dolorosa pasión que en Marcos da la definitiva respuesta a la pregunta que atraviesa todo el Evangelio: ¿quién es Jesús?. Y también nosotros debemos ahora pronunciarnos a su favor con verdad y franqueza para no pasar -como hizo la muchedumbre- del hosanna al crucifige. Debemos preguntarnos si de verdad también nosotros estamos dispuestos a afrontar con el Maestro y nuestro Señor el camino del amor. Es una senda que se manifiesta, en su aparente debilidad e inutilidad, en un abandono incondicionado a la voluntad del Padre. Si los discípulos de entonces, que habían palpado el Verbo de la vida, que habían hundido en sus ojos la mirada, no lo han comprendido, sino que abandonaron y traicionaron a Jesús, ¿cómo podremos nosotros presumir de ser fieles, engatusados como estamos por mil sirenas que nos ofrecen una felicidad efímera?

¿Osaremos tener la mirada fija en Jesús, por lo menos en estos días santos, para no dar una mano al que trata de asfixiar al amor? Sólo a los pies de la cruz podrá renacer en nosotros una fe más madura en Jesús verdadero hombre y verdadero Dios, un Dios tan enamorado de su criatura que acepta morir por amor. Nuestra vida necesita esta fe para crear la novedad de gestos que sólo el amor humilde sabe inventar, y para transfigurar la trivialidad cotidiana en una maravillosa epifanía del Reino de Dios que está en medio de nosotros.

ORACION

 

Concédenos, Señor, la gracia de vivir este tiempo en un profundo recogimiento interior. Que hasta en los compromisos diarios de nuestro trabajo permanezca viva en nosotros la memoria de tu santísima pasión. Dispón tú mismo nuestro corazón para que acoja cualquier experiencia dolorosa, nuestra o de nuestros seres queridos, como una ocasión privilegiada de unirnos a ti, que has querido salvarnos a precio de tu sangre.

Sólo cuando aceptemos cargar con el dolor de otros, como tú has asumido el nuestro, podremos celebrar de verdad tu pascua y convertirnos en signos de esperanza para tantos hermanos nuestros que esperan nuestra ayuda, nuestro sostén y nuestro aliento.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

www.caminando-con-jesus.org     www.caminando-con-maria.org

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