Misa Diaria,
Ciclo C
MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente y
culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
Página de Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
25 años en
Internet, desde 1998
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La edición de la
Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más antigua
de Internet, comenzó en el año 1998
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los días en el WEB www.caminando-con-jesus.org
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25-08-2023
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Nº MD 9.105
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-11
Señor,
protector nuestro, mira y considera el rostro de tu Ungido; vale más un día
en tus atrios que mil días en otra parte.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro,
que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en
nuestros corazones la ternura de tu amor para que, amándote en todas y
sobre todas las cosas, alcancemos tus promesas que superan todo deseo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Rut 1,1-8. 14-16.22
COMENTARIO: Desde el Concilio Vaticano II se insiste
en proteger la libertad religiosa y el respeto a los que profesan otras
religiones. Reafirmando esto el papa Juan Pablo II se ha reunido y
comunicado con los líderes de todas las religiones de la tierra,
promoviendo el diálogo interreligioso, a partir del primer encuentro con
éstos en Asís, tierra donde nació san Francisco. Noemí y su nuera Rut son
pioneras en esta libertad. Noemí regresa a su patria, acompañada por Rut,
oriunda de Moab. Es el amor entre ambas mujeres el que iguala las
creencias: “Tu pueblo será mi pueblo, tu Dios es mi Dios”, decide Rut. El
amor a la suegra es más fuerte que el amor al clan y adopta la fe de
aquélla. Lo que no sospecha Rut es que con su decisión por el Dios de
Israel se injerta en el árbol genealógico de Jesús
Lectura del libro de Rut.
Durante el tiempo de los Jueces
hubo una gran sequía en el país, y un hombre de Belén de Judá emigró a los
campos de Moab, con su mujer y sus dos hijos. El hombre se llamaba
Elimélec; su esposa, Noemí; y sus dos hijos, Majlón y Quilión. Al morir
Elimélec, el esposo de Noemí, ella se quedó con sus hijos. Estos se casaron
con mujeres moabitas -una se llamaba Orpá y la otra Rut- y así vivieron
unos diez años. Pero también murieron Majlón y Quilión, y Noemí se quedó
sola, sin hijos y sin esposo. Entonces se decidió a volver junto con sus
nueras, abandonando los campos de Moab, porque se enteró de que el Señor
había visitado a su pueblo y le había proporcionado alimento. Mientras
regresaban al país de Judá, Noemí dijo a sus nueras: “Váyanse, vuelvan cada
una a la casa de su madre. ¡Qué el Señor tenga misericordia de ustedes,
como ustedes la tuvieron con mis hijos muertos y conmigo!” Orpá despidió a
su suegra con un beso, mientras que Rut se quedó a su lado. Noemí le dijo:
“Mira, tu cuñada regresa a su pueblo y a sus dioses; regresa tú también con
ella”. Pero Rut le respondió:
“No insistas en que te abandone y
me vuelva, porque yo iré adonde tú vayas y viviré donde tú vivas. Tu pueblo
será mi pueblo y tu Dios será mi Dios». Así regresó Noemí con su nuera, la
moabita Rut, la que había venido de los campos de Moab. Cuando llegaron a
Belén, comenzaba la cosecha de la cebada.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 145, 5-10
R. ¡Alaba, alma mía, al Señor!
Feliz el que se apoya en el Dios de
Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios: él hizo el cielo y la
tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. R.
Él mantiene su fidelidad para
siempre. Hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor
libera a los cautivos. R.
Abre los ojos de los ciegos y endereza
a los que están encorvados, el Señor ama a los justos y protege a los
extranjeros. R. Sustenta al huérfano y a la viuda; y entorpece el camino de
los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo
de las generaciones. R.
ALELUYA Sal 24, 4.5
Aleluya. Señor, enséñame tus
senderos, guíame por el camino de tu fidelidad. Aleluya.
EVANGELIO Mt 22, 34-40
COMENTARIO: Muchas veces hemos escuchado que el
árbol impide ver el bosque. Pero también es cierto que los detalles de la
Ley pueden ocultar el amor que la inspiran. Es la esencia lo que ante todo
debemos ver y observar, aunque para ello fuera necesario pasar por alto
algunos detalles. Tal cual sucede cuando el Maestro, respecto al descanso
sabático, rompe algunas prescripciones, quebrantando la ley cuando se trata
de sanar a un enfermo o dar de comer a una multitud hambrienta y cansada.
Se pregunta sobre cuál es el mandamiento más importante. El Maestro
responde que consiste en aceptar la voluntad del Padre en la propia vida
por amor y el modo de hacerlo es servir al prójimo por amor. Quien cumple
ha puesto en práctica toda la Ley y la enseñanza de los profetas.
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Mateo.
Cuando los fariseos se enteraron de
que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con él, y uno de
ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”. Jesús le
respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma
y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El
segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De
estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, nuestra ofrenda, en la cual se realiza un admirable intercambio,
para que, al ofrecerte lo que nos diste, podamos recibirte a ti mismo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 129, 7
En el
Señor, se encuentra la misericordia y la redención en abundancia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Padre nuestro, unidos a
Cristo por este sacramento, imploramos humildemente tu misericordia, para
que, hechos semejantes a Él en la tierra, merezcamos gozar de su compañía
en el cielo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”
Mt 22, 34-40
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
1.
“MAESTRO, ¿CUÁL ES EL MANDAMIENTO MÁS GRANDE DE LA LEY?”
“Cuando los fariseos se enteraron
de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con él, y uno
de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le
respondió con el mandamiento tomado del Deuteronomio: “Amarás al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu” y les
asegura que: “este es el más grande y el primer mandamiento.” Y luego
tomado de Levíticos 19,18 les amplía: “El segundo es semejante al primero:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos eran mandamientos conocidos,
pero muy tenidos en menos como los más importantes.
Aquí se busca conocer el
pensamiento de Jesús, sobre un mandamiento de la ley, seguramente éste
estaba en las habituales discusiones del ambiente rabínico, porque sabemos
que era común de aquel tiempo discutir sobre la importancia de los
preceptos. Sucedía que de todos los mandatos, una buena parte se
consideraban como positivos y otros negativos, como del mismo modo se
calificaban en graves y otros en leves. En este ambiente surge la pregunta
que se le va a hacer a Jesús.
Los fariseos se caracterizaban por
su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la
atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos y los saduceos
eran ciertas personas, que pertenecían a la aristocracia sacerdotal judía
que negaban la inmortalidad del alma, aquí en este Evangelio, el fariseo
quiere probar la opinión de Jesús, con habilidad y astucia para conseguir
algo con oscuros propósitos y así comprometerlo, en otras palabras, mediante
una treta, busca perjudicar a Jesús.
2.
UN SOLO MANDAMIENTO “EL AMOR” Y PARA TODOS LOS EFECTOS LA NOVEDAD ESTÁ EN
UBICARLOS EN PRIMER LUGAR
Jesús, les declara que “De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”, y lo que hace con esto,
al relacionar esto dos preceptos, los transforma en uno solo, y nos enseña
que la voluntad del Padre, se concentra en el doble precepto del amor a
Dios y al prójimo. Entonces la novedad es que no es necesario ya para
nosotros discernir cuáles cual es el más grande de los mandamientos, porque
nos quedamos con uno solo “el amor” y para todos los efectos la novedad
está en ubicarlos en primer lugar, es así como el Señor insistirá en situar
el precepto del amor a Dios sobre todas las cosas, en su lugar primero,
absoluto y excepcional, “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma y con todo tu espíritu”. Y luego va a insistir y situar en su
propio lugar otro mandamiento descuidado por el judaísmo y pospuesto a
otros preceptos menores, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús da
este segundo mandamiento sin que el doctor de la Ley se lo haya preguntado.
¿A qué se debe esta insistencia y la proclamación de su excelencia?
Moralmente, quizás a los judíos les
sonaba bien esto como un valor moral, en este caso para Jesús es un mandato
y se los anuncia con las palabras del Levítico: “Amarás a tu prójimo como a
ti mismo” (Lev 19:18). Pero en su mismo contexto se ve que este prójimo de
un judío es sólo otro judío, y a lo más el “peregrino” que morase con
ellos. Los samaritanos, los publícanos y las gentes de mala vida no eran
para ellos prójimo; los samaritanos y los publícanos eran positivamente
odiados (Eclo 50:27.28).
Entonces, Jesús sitúa este precepto
en el puesto que le corresponde, y lo reglamenta en función de Dios. Por
eso se da aquí a este mandamiento dos características. Por una parte saca
el concepto de prójimo de los estrechos límites judíos para darle la universalidad
de lo “humano”; es la doctrina de Jesús. Por otra parte, Él pone y destaca
la gravedad e importancia del mismo, al ponerlo, por encima de todas las
insignificancias y pequeñeces del amor de Dios, porque no hay otro
mandamiento mayor que éstos. Precisamente el precepto del amor al prójimo
es “semejante” al mandamiento del amor a Dios. “La semejanza está en la
caridad, que no va al prójimo sino por amor de Dios.” Pero lo que aquí
también se urge es la gran obligación semejante al primero, la práctica del
amor al “prójimo”
El amor a Dios, y el amor al
prójimo, sumados las dos recopilan y sintetizan toda la Ley, de estos
preceptos las leyes restantes cobran mucho sentido.
3.
“AMARÁS”, Y CON TODO EL CORAZÓN
Este es nuestro deber, “Amarás”, y
con todo el corazón, sin ninguna restricción y con todo lo que te da la
vida, con toda el alma, esto con el primer principio de nuestra vida, lo
más importante, la parte espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y
sentir, y que, junto con el cuerpo, constituye su esencia humana, con toda
la mente, con la capacidad intelectual humana, con el pensamiento, más allá
de toda imaginación y voluntad. Esto es amar con todo lo que hemos recibido
de Dios, por tanto con todo lo que podemos acercarnos a Dios y estar con
Él.
Así es como Jesús, nos exige un
amor total, El no aceptas un amor parcial o limitado, y lo mismo nos enseña
y nos exige, la entrega y el amor, tanto a Dios como al prójimo. Eso quizás
fue sorprendente para el fariseo, Jesús puso al mismo nivel los dos
mandamientos, y así lo aclara el evangelio cuando diciendo “De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
Para nosotros, cristianos,
seguidores de Jesús, debemos ser absolutamente contrarios a cualquier
sentimiento acentuado de hostilidad, antipatía, rechazo y odio a los
hombres, sin embargo es algo con lo que convivimos a diario, está a la
vista de cualquiera en la familia, en la amistad, con los vecinos, con los
que piensan diferente, entre los políticos, entre las naciones y pueblos.
Esto es los que nos enseña Jesús,
el hombre es imagen de Dios, y si tu amas a tu prójimo, amas a Dios, y si
amas a Dios, lo amas en también en el prójimo.
Estos preceptos son nuestros
fundamentos de la vida cristiana, ambos basados en el amor, y por amor a Dios
y al prójimo, juntos el mandamiento más grande de la Ley
Jesús, con estas palabras, nos ha
dado a toda la Humanidad otra de esas lecciones trascendentales. Es la
lección de la caridad cristiana volcándose en la fraternidad de todos los
seres humanos.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA
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PREPARAR LA GENERACIÓN DE LA QUE
HABRÍA DE NACER EL MESÍAS
El relato de Rut remite al Dios de
Israel, que viene al encuentro de su pueblo. La iniciativa es suya y es
gratuita, a fin de que la respuesta a la que invita sea una reciprocidad de
amor en la libertad de la entrega. La vida de Rut se va construyendo a lo
largo del camino de toda su existencia, a través de los acontecimientos
normales de la vida diaria: en su decisión de formar una familia, en los
sufrimientos de la pérdida de sus seres queridos, en su decisión de
convertirse a su vez —como ya había sucedido con Noemí— en emigrante en
tierra extranjera. Conoce el sufrimiento por la falta de un hijo y por la
muerte prematura de su marido.
Dios está presente en su historia y
obra en ella como lo hace en el pueblo y en los pueblos. Noemí, con su
testimonio, se vuelve para Rut mediación de una llamada del Señor para que
abandone sus propias tradiciones, su propia cultura, su propia gente, sus
propios dioses, y se abra a una nueva vida desconocida para ella, pero que
forma parte de un designio de amor de inmensos confines. Rut irá conociendo
en su camino nuevas alegrías y nuevos dolores, la incomprensión, los
conflictos, las incertidumbres y el sufrimiento íntimo de un pueblo que se
ha convertido en el suyo. Rut cree, responde y va, es decir, sigue al Dios
de la alianza, a quien ahora pertenece por haberse entregado a él.
El Señor la ha elegido, del mismo
modo que ha elegido a otras mujeres de Israel y a mujeres de otros pueblos
para preparar la generación de la que habría de nacer el Mesías. Rut tendrá
un hijo, testimonio de que Dios provee a su pueblo, porque lo ama.
La respuesta de Jesús, narrada en
la perícopa evangélica de Mateo, revela el mecanismo profundo del ser del
hombre que le impulsa hacia Dios y hacia los hermanos. El hecho de haber
unido de modo indisoluble los dos mandamientos del amor a Dios y del amor
al prójimo significa que la raíz del hombre es el amor, porque Dios es
amor. Significa que la totalidad del compromiso con Dios se convierte en
amor sin reservas al prójimo. Significa, sobre todo, que el modelo de
nuestra relación con los otros es el obrar del Dios- amor con el hombre. No
se trata de una imitación moral, sino de la tensión de nuestro ser
partícipes de la vida de Dios.
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ORACION
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Hay una belleza que salvará al mundo:
es la tuya, el más bello de los hijos del hombre, y es la de María, tu
Madre y nuestra Madre. Al contemplar tu misterio, que hoy se ha hecho
manifiesto en la vida y en la experiencia de Rut, brota la oración de
nuestro corazón: es el Padrenuestro, la súplica que nos revela el camino
para la belleza de la humanidad y de cada rostro.
Te pedimos vivirlo, no repetirlo
como fórmula de rezo. Te pedimos que descubramos, al vibrar con las notas
que lo componen, la belleza del grano de trigo que, al pudrirse, florece y
madura en pan de vida. Pudrirse no es morir; es amarte a ti sobre todas las
cosas y es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, o sea, es vivir,
oh Cordero de Dios, corazón del mundo, en nuestras propias carnes de hijos
con tu pasión por el hombre, convertido, gracias a tu sangre redentora, en
mi hermano.
He aquí las notas del cántico que
la vida, al consumarse, eleva: venga a nosotros tu Reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo, que todo hombre tenga su pan de
cada día, venza al Maligno, encuentre la felicidad y desemboque en la
belleza de su ser de hombre y de mujer, en la armonía con la creación. Eso
es lo que te pido. Eso es lo que te pedimos.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está
preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de
Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y
por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio
y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la
Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el
estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia
Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio Divina, Lectio
Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra
(Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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caminandoconjesus@vtr.net
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