MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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26-06-2022
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Edición Nº 9.308
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LITURGIA DE LAS HORAS
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TALLER SOBRE EL INMACULADO CORAZON DE MARIA EN ESTE
LINK: https://youtu.be/AYa3eM9i31g
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XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C
CRISTO
LO HA DADO TODO Y LO PIDE TODO.
Jesús llama a seguirle. Pero
seguir a Cristo implica la vida entera, no sólo algunos momentos o algunas
zonas de nuestra existencia. Lo que el profeta no podía exigir (primera
lectura), por ser un hombre, Cristo sí puede por ser el Hijo de Dios. Más
aún, no hay otra manera de seguir a Cristo: “El que mira hacia atrás no es
apto para el Reino de Dios”. El seguimiento de Cristo sólo puede ser
incondicional. No caben rebajas ni descuentos. El seguimiento de Cristo no
es una cuestión de negociaciones. Poner condiciones es estar diciendo “no”,
es ya dejar de seguirle.
Cristo lo ha dado todo y lo pide
todo. Y esto es lo que implica ser cristiano: un seguimiento incondicional.
No hay dos tipos de cristianos. Sólo es verdaderamente cristiano el que “va
a por todas”. Cristo comprende la debilidad humana y los fallos motivados
por ella, pero no acepta la mediocridad por sistema, el “bajar el listón”,
los cálculos egoístas. Los apóstoles fueron grandes pecadores: san Pedro
llegó a negar a Cristo, san Pablo persiguió a la Iglesia... Pero no fueron
mediocres: se dieron del todo, gastaron su vida por Cristo, sin reservarse
nada.
El que no entiende en
absoluto, será incapaz de seguir a Cristo. Porque él quiere ser el absoluto
de nuestra vida. El que se escandaliza porque Cristo pide la renuncia
incluso a cosas buenas es que no ha entendido nada del evangelio. Ser
cristiano no equivale a ser honrado y no hacer mal; eso lo procuran también
los ateos. Ser cristiano significa estar dispuesto a toda renuncia y a todo
sacrificio por Cristo.
Para ver la
Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este
domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS
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I.-RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE
ENTRADA Sal 46, 2
Todos los
pueblos aplaudan y aclamen al Señor con gritos de alegría.
ACTO PENITENCIAL
· En ti creemos. Porque
nos faltó generosidad para seguirte. Señor, ten piedad.
· A ti acudimos. Porque nos
cuesta dejarnos conducir por Espíritu. Cristo, ten piedad.
· Por ti optamos. Porque
seguimos atados a vanidades que nos alejan de ti. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del
Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre. Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
nuestro, que por la gracia de la adopción quisiste hacernos hijos de la
luz; concédenos que no seamos envueltos en las tinieblas del error, sino que
permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II.-LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA
LECTURA 1Rey 19, 16. 19-21
El Señor
elige a quien quiere para hacerlo su portavoz. Es su estilo, que luego lo
vemos aplicado en el modo de hacer de Jesús. La llamada del Señor es como
un nuevo nacimiento.
Es una
llamada que toma al hombre desde dentro y lo resitúa totalmente en su vida.
Así le sucedió a Eliseo. La vocación de Eliseo es semejante a cualquier
llamada de Dios. Eliseo respondió a la llamada y continuó la misión de
Elías. Es importante subrayar aquí que la llamada irrumpe en medio del
ajetreo cotidiano y un hombre libre acepta el desafío propuesto.
Lectura
del primer libro de los Reyes.
El Señor
dijo a Elías: “A Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás profeta en lugar de ti”. Elías
partió y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que
estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la
última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto. Eliseo dejó sus
bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: “Déjame besar a mi padre y a mi
madre; luego te seguiré”. Elías le respondió: “Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo
para impedírtelo?”. Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los
inmoló.
Luego,
con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que
comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
15, 1-2. 5. 7-11
R. Señor,
tú eres la parte de mi herencia.
Protégeme,
Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi
bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi
suerte! R.
Bendeciré
al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo
siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Por eso
mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa
seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el
sepulcro. R.
Me harás
conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de
felicidad eterna a tu derecha. R.
SEGUNDA
LECTURA Gál 5, 1. 13-18
San Pablo
nos predica la libertad de los cristianos. Toda la carta a los cristianos
de Galacia es un desarrollo de esa verdad que Pablo anuncia a judíos y
gentiles. Ni la ley, ni la filosofía, ni una ascética del esfuerzo puede
liberar al hombre. Sólo en Cristo y por Cristo tenemos la verdadera
libertad. La libertad se expresa y alcanza su plenitud en el amor; es la
disponibilidad para la gracia de Dios que supera la ley. Y, por ende,
seguir a Cristo es renunciar a las ataduras que nos esclavizan, para ser
libres de verdad.
Lectura de
la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos:
Ésta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer
de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Ustedes, hermanos, han sido
llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un
pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores
los unos de los otros, por medio del amor. Porque toda la Ley está resumida
plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si
ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque
terminarán destruyéndose los unos a los otros. Yo los exhorto a que se dejen
conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos
de la carne. Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra
la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el
bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están
sometidos a la Ley.
Palabra
de Dios.
ALELUYA
1Sam 3, 9; Jn 6, 68
Aleluya.
Habla, Señor, porque tu servidor escucha; Tú tienes palabras de Vida
eterna. Aleluya.
EVANGELIO Lc 9, 51-62
Los
caminos que conducen a la plena libertad del hombre se hacen gesto concreto
en el relato de Lucas. Jesús, mientras camina hacia el fin de su actividad
terrena, va aclarando las condiciones de los que quieran apostar por la
empresa que lleva entre sus manos. Exige desprenderse de los bienes
materiales y, romper las ataduras con el pasado, incluyendo con los que más
amamos en caso de que esto fuera un obstáculo. Sólo así estaremos
disponibles y seremos libres para anunciar el Reino de Dios.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando
estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó
decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos
partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos
Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer
fuego del cielo para consumirlos?”. Pero Él se dio vuelta y los reprendió.
Y se fueron a otro pueblo. Mientras iban caminando, alguien le dijo a
Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”. Jesús le respondió: “Los zorros tienen
sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene
dónde reclinar la cabeza”. Y dijo a otro: “Sígueme”. Él respondió: “Señor,
permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió:
“Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de
Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de
los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira
hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.
Palabra
del Señor.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre
todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer
día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha
de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a
los muertos.
Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Enséñanos Señor, a escucharte y
seguirte.
· Por todos los que han
consagrado su vida a Cristo mediante una entrega exclusiva: para que
experimenten la alegría de tener al Señor por herencia. Oremos.
· Por las instituciones y
las personas que luchan por libertad del hombre de toda esclavitud: para
que sus esfuerzos tengan éxito. Oremos.
· Por los jóvenes que
estudian la posibilidad de consagrarse totalmente a Dios: para que se dejen
conducir por el Espíritu Oremos.
· Por todos nosotros:
para que sepamos reconocer las ataduras que nos impiden vivir con mayor
fidelidad el Evangelio. Oremos.
III.- LITURGIA
EUCARÍSTICA
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Dios de
bondad, que das eficacia a tus misterios, concede que nuestro culto resulte
digno de estos sagrados dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
DOMINICAL
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás
en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que
dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en
cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE
COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1
Bendice
al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre.
O bien:
Cfr. Jn 17, 20.21
Dice el
Señor: Padre, ruego por ellos, para que todos sean uno en nosotros, para
que el mundo crea que tú me enviaste.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la
víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos llene de vida, Señor, para
que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan eternamente. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
IV.- RITO DE CONCLUSIÓN
Bendición
Canto final
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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"El que ha puesto la mano en el arado y mira
hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios."
Lc 9, 51-62
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. NO LES PARECIÓ
BIEN EL HECHO DE QUE JESÚS ENCAMINARA SUS PASOS A JERUSALÉN
“Cuando
estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó
decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él”. Ellos partieron y entraron al pueblo de Samaria para
prepararle alojamiento para Él y sus discípulos. Era necesario y muy normal
pasar por estas tierras de Samaria, cuando se viajaba de Galilea a
Jerusalén. Pero existía mucha hostilidad entre samaritanos y judíos hasta
el punto de que no se hablaban.
Sin
embargo, como nos relata el Evangelio, no recibieron a Jesús y sus
discípulos porque se dirigía a Jerusalén. En efecto, ellos sabían que eran
peregrinos venidos de Galilea, sin embargo no
fueron acogidos, ¿Por qué? Seguramente no hubo sencillez en el corazón de
estos samaritanos. Lo que está claro es que no les pareció bien el hecho de
que Jesús encaminara sus pasos a Jerusalén, entonces mostraron su mala
voluntad, negándoles hospitalidad.
2. "SEÑOR,
¿QUIERES QUE MANDEMOS CAER FUEGO DEL CIELO PARA CONSUMIRLOS?"
Esta
experiencia de no ser aceptado prepara a los apóstoles para más adelante,
de este modo cuando ellos tengan que salir a predicar el evangelio, sepan
ya de las dificultades, porque no siempre va a ser todo fácil, como entrar
en todas partes. Pero frente a estos casos hay que ser pacientes y mansos,
no ser hostiles e iracundos, y mucho menos vengativos con sus perseguidores.
No
obstante, nos relata el Evangelio que cuando los discípulos Santiago y Juan
vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer
fuego del cielo para consumirlos?" Con esta actitud,
observamos que los apóstoles aún no estaban preparados para ser rechazados,
por eso le preguntaron a Jesús si podían hacer caer fuego sobre la ciudad.
Frente a esta pregunta, Jesús les enseña que no debe haber venganza,
manifestando que la verdadera virtud no es vengativa, y que no hay caridad
allí donde exista la ira, así es, como no se debe estar en contra de la
flaqueza humana, al contrario, esta debe ser confortada, por eso la
indignación contra los hombres no es actitud cristiana.
3. JESUS
REPRENDE A SUS APOSTOLES
Así
es como Jesús, se dio dirigió directamente a sus amigos y los
reprendió; “Pero
Él se dio vuelta y los reprendió”, seguramente
les debe haber dado además un sermón para una amonestación más educativa y
luego se fueron a otro pueblo.
Nos
podemos imaginar a un Jesús dolido por la actitud de sus discípulos,
entristecido por tener que reprenderlos, apenado por esta actitud vengativa
justamente porque a ellos les había enseñado lo que era amar al prójimo y
porque "El Hijo del hombre no había venido a perder las almas,
sino a salvarlas", porque la venganza no es Espíritu de Dios
sino del maligno. En efecto, como nos dice San Juan, “Dios no envió
a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por El (Jn 3,17)
4. JESÚS
RECHAZADO POR LOS SAMARITANOS
La
lectura de este fragmento del Evangelio, nos
muestra a Jesús rechazado por los samaritanos; “Pero no lo recibieron porque se
dirigía a Jerusalén”, e incomprendido por sus propios discípulos, “Cuando sus discípulos Santiago y
Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del
cielo para consumirlos?”, estas
son las posturas en las cuales no debemos caer, por una lado el rechazo y
por otra la incomprensión.
Es
posible que Santiago y Juan hayan sentido dolor por el rechazo de los
samaritanos a su Maestro, molestia muy humana y algo natural en dos pueblos
que no se aceptaban mutuamente, pero para el Señor, ese no es el espíritu
del Reino. Hoy debemos guardar en mente este rechazo de Dios si pensamos
así vengativamente de nuestros hermanos vecinos de otras nacionalidades, ya
que no estamos cumpliendo con el mandato de Jesús, amar al prójimo como a
nosotros mismos.
5. RECHAZAR
ACOGER A JESÚS, ES RECHAZAR A DIOS.
Por
otra parte, el rechazar acoger a Jesús, es rechazar a Dios. Esto es algo
que se da en todos, en efecto inconscientemente algunas veces no estamos de
acuerdo con el Plan de Dios en nosotros. Pero cuando no queremos aceptar la
voluntad de Dios, ¿a quién estamos rechazando?, cuando huimos del
sacrificio, ¿a quién estamos no estamos aceptando?, cuando no somos
comprensivo con el que sufre, ¿con quién no somos comprensivos? Nuestra vida
siempre debe estar orientada por los principios del Evangelio, por las
enseñanzas de Jesús, como las expuestas en San Juan 15, 9-17 “Ámense
los unos a los otros Como el Padre me amó, así también os he amado Yo:
permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos permanecerán en mi
amor, como Yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor”. Vivamos pues, por las inspiraciones de la gracia y del
Espíritu Santo.
6. “TE
SEGUIRÉ ADONDE VAYAS”
Para
seguir a Cristo hay que tener la decisión de dejarlo todo por El, y en este
fragmento del Evangelio, nos destaca cual es el espíritu de esta decisión
que se debe tener.
El
fragmento del Evangelio de hoy, nos muestra un
primer ofrecimiento, que le hace alguien a Jesús diciéndole; “te
seguiré adonde vayas”. Jesús no le rechaza, él es el que se
invita, sin embargo, le pone la perspectiva ardua del apostolado: sólo
tiene asegurado, en comparación con los zorros y aves, el incesante ir y
venir para anunciar la Buena Nueva.
Nuestro
hogar en un lugar que nos da cierta seguridad, como a los animales su
madriguera, es allí donde se esconden del peligro. Pero el hogar además es
un sitio de descanso, con ciertas comodidades, protegidos del frío, tenemos
nuestros alimentos y allí podemos dormir con tranquilidad.
7. EL HIJO DEL
HOMBRE NO TIENE DÓNDE RECLINAR LA CABEZA
Es
así, como Jesús nos advierte, que para caminar
junto a Él, debemos desprendernos de lo bienes
terrenales, debemos olvidarnos de la comodidad, como así también, seguirlo
a Él, no es para conseguir ventajas terrenales, ni económicas ni de
posición social, aún más, se debe estar dispuesto a todo y en todo tipo de
lugar. Así es, donde haya que llevar el mensaje del Evangelio, ahí hay que
ir sin pensar en el camino, si este será fácil o difícil.
Dice
Jesús; “El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”, debe
de referirse a esta vida de incesante caminar apostólico más que al no
tener alguna morada para descansar, como en Nazaret y Cafarnaúm. Es aquí
donde por vez primera sale en los evangelios el título que se da Jesús de
Hijo del hombre. Jesús frecuentemente lo utilizará para nombrarse. Esta
expresión sólo aparece en los Evangelios en boca de Jesús. Es El quien se
designa con ella. En algunos textos en los que se usa esta expresión, es para
designar calificativamente, al Mesías humilde, despreciado, y que irá a la
muerte, en otros textos se designa con esta expresión al Mesías en su
aspecto glorioso y triunfal, o para destacar su potestad.
8. SEÑOR,
PERMÍTEME QUE VAYA PRIMERO A ENTERRAR A MI PADRE.
Luego
este mismo fragmento, trae un segundo ofrecimiento, ahora es un discípulo,
pero éste antes le ruega; “Señor, permíteme que vaya antes a
enterrar a mi padre”. A éste, Jesús le da la
orden-invitación; “Sígueme”, y “Deja que los muertos entierren a
sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”. No era esta invitación para incorporarlo a ser uno de
los Doce. Era invitarle a seguirle más de cerca, y acaso más habitualmente,
en sus correrías apostólicas, como le acompañaban sus discípulos en otras
ocasiones. Sin embargo, este discípulo, en lugar de seguir al punto la
invitación del Maestro, le suplicó un espacio de tiempo para cumplir un
deber sagrado: “Señor,
permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”.
La
frase y el ruego no se refieren, manifiestamente, a que el padre de este
discípulo acabase de morir o estuviese muy grave y le pidiese licencia para
ir a cumplir sus deberes de piedad. Sería una coincidencia aquí increíble.
Y más increíble aún el que Jesús le hubiese negado lo que era un deber
incluido en el mandamiento del Decálogo: “Honra a tu padre y a tu
madre” Debe, pues, de tratarse de un discípulo que, antes de
seguir a Jesús en su apostolado de una manera total y habitual, rogó que se
le permitiese antes esperar a la muerte de su padre, de este modo ya sin
tener que preocuparse de estos deberes, entregarse entonces a esta misión.
Pero esto era incierto, y la llamada del Señor para acompañarle en la mies,
que era mucha y los operarios pocos, urgía más
9. LOS DERECHOS
DE DIOS SOBRE NOSOTROS
Quizás
no sea fácil comprender esta lección del supremo amor a Jesús sobre
nuestros padres, que los muertos entierren a sus muertos, sin embargo si no concentramos en la idea de que la obra del
apostolado es la predicación del reino, es decir la vida eterna, todo lo
demás es como la muerte, porque los que viven en el mundo despreocupados de
la vida eterna, están como muertos. Entonces decimos que ellos cuiden de sí
mismos: que los muertos entierren a sus muertos. En otras palabras, los que
no han encontrado la vida del Reino en Jesús
Fuerte
paradoja para expresar los derechos de Dios sobre nosotros, que no está por
sobre los mismos de los padres de manera afectiva, sino efectiva. Por qué
el mismo Jesús nos dijo “si alguno viene a mí y no aborrece a su padre,
madre., no puede ser mi discípulo” (Lc 14:26).
Por este procedimiento, Jesús evoca su trascendencia divina.
10. “EL QUE EMPUÑA EL ARADO Y MIRA
HACIA ATRÁS, NO SIRVE PARA EL REINO DE DIOS”
Cuando
a Jesús le dice uno que se le ofrecía seguir: “Te seguiré, Señor, pero permíteme
antes despedirme de los míos”. Le
dijo Jesús: “El
que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el
Reino de Dios”. Utilizando el proverbio del
arado, una vez puestas las manos a la obra del Reino, todo ha de ser para
él y su obra. Como en el pasaje anterior, Cristo reclama para sí los
afectos más profundos, pues está por encima de ellos. Pareciera que Jesús
lo desanima, como que le quita el interés, pero nada de eso es así, porque
para animar a una persona, se le debe dar vigor, energía moral, fuerza,
impulso, especialmente en una actividad tan intensa, con tanto movimiento
como es seguir a Jesús, y debe hacerse con alegría y disposición total.
Es
así, como Jesucristo, quiere testigos verdaderos, debemos estar dispuesto a
pensar como El, sentir como EL, actuar como El, mirar a los demás como los
mira El, nos pide una firme decisión, que rompa con el pasado, mirando
hacia el futuro y sin añoranzas y con una libre voluntad para recibir su
gracia.
Que Cristo Jesús viva en
sus corazones
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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SOMOS LIBRES CUANDO
ESTAMOS DISPUESTOS A DEJARNOS ASIR TOTALMENTE POR LA CARIDAD DE CRISTO.
La liturgia de este domingo
nos pone ante una palabra simplicísima, pero que tiene en sí un poder
extraordinario: caridad. Es una palabra que brilla como una antorcha e
ilumina nuestra existencia, llegando inmediatamente a las profundidades de
nuestro corazón como una palabra capaz de discernir entre lo que el
Espíritu ha engendrado en nosotros y lo que es fruto de nuestro egoísmo.
Veamos cómo.
En la primera lectura,
Eliseo, puesto ante la opción por Dios, una opción que incluye un «paso de
propiedad» —de pertenecerse a sí mismo a pertenecerle a él y a su misión—,
responde de inmediato con un gesto de entrega: da a los suyos todo lo que
tiene y todo lo que es.
En esta línea se sitúa
la invitación de Pablo a recorrer un camino de libertad. Somos libres
cuando estamos dispuestos a dejarnos asir totalmente por la caridad de
Cristo. El aspecto, el «rostro» de esta caridad nos lo muestra Lucas en su
evangelio. El evangelista nos pone ante nuestros ojos el rostro
«endurecido» —es decir, desfigurado— de Jesús por la pasión del Padre por
todos sus hijos. Es una pasión tan fuerte que nada puede distraerle de su
meta: llegar a Jerusalén, es decir, llegar al lugar de la comunión plena
con la voluntad del Padre.
Quisiéramos detenernos
ante este amor rebosante, para fijar en él la mirada de nuestro corazón,
para escrutar su profundidad... y dejar que nuestra vida quede
transfigurada.
|
ORACION (3)
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Sólo la caridad puede ensanchar
mi corazón. Y desde que esta dulce llama lo consume, Jesús, corro alegre
por el camino de tu mandato nuevo... Y quiero correr por él hasta que
llegue el día venturoso en que, uniéndome al cortejo de las vírgenes, pueda
seguirte por los espacios infinitos cantando tu cántico nuevo, que será el
cántico del amor. (Teresita de Lisieux, Manuscrito "C" Capítulo
X)
|
FUENTES DE LA PAGINA
ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA
COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO NO OLVIDE DE INDICAR EL AUTOR Y
LAS FUENTES DE ORIGEN
|
La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde
Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor
Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda
mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto
nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad
Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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