ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. SaI 17,19-20
El
Señor fue mi apoyo: me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama.
ORACIÓN
COLECTA
Concédenos,
Señor, que los acontecimientos de este mundo se orienten pare nuestro bien,
según tus designios de paz, y que tu Iglesia se alegre de servirte con entrega
y serenidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la Unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA: I Pe 1,3-9
"No habéis visto a
Jesucristo, y lo amáis; creéis en él, y os alegráis con un gozo
inefable"
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran
misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos
ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia
incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La
fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a
manifestarse en el momento final.
Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en
pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el
oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan al fuego- llegará a ser alabanza
y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a
Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un
gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe:
vuestra propia salvación.
SALMO RESPONSORIAL: 110, 1-2.5-6.9.10
"El Señor recuerda
siempre su alianza"
Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en
la asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las
aman. R.
Él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza; mostró a
su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles. R.
Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza; la
alabanza del Señor dura por siempre. R.
ALELUYA
2Cor 8,9
Aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos
con su pobreza. Aleluya.
EVANGELÍO
Mc 10, 17-27.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Marcos.
Jesús
se puso en camino. Un hombre corrió hacia Él y, arrodillándose, le
preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?» Jesús le
dijo: «Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los
mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás
falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre».
El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he Cumplido desde mi
juventud». Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve,
vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo.
Después, ven y sígueme». El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue
apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor,
dijo e sus discípulos: « ¡Qué difícil será para los ricos entrar en el
Reino de Dios!» Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero
Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de
Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico
entre en el Reino de Dios». Lo discípulos se asombraron aún más y se
preguntaban unos a otros: Entonces ¿quién podrá salvarse?» Jesús, fijando
en ellos su mirada les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para
Dios, porque para Él todo es posible».
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
Un hombre, con ansias de superación, se acerca al
Maestro en busca de orientación para su vida. Haciendo un examen de conciencia
se encuentra con muchos vacíos en su vida. Viene a Jesús y le pregunta por
ese “más” para llenar su vida: ¿Qué debo hacer? Esta pregunta más bien se
entiende en términos económicos y, pareciera significar “qué debo pagar”
como si la vida eterna fuera un bien comerciable y canjeable por dinero. Y
recibe una respuesta desconcertante: “no debes pagar nada, debes dejarlo
todo” La vida eterna se gana con un corazón libre y nadie puede hacerlo
mientras esté atado por bienes materiales en lucha contra el espíritu.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Dios
nuestro, que nos das lo que debemos ofrecerte y consideras esta ofrenda
como un gesto de nuestra devoción hacia ti; te pedimos confiadamente poder
alcanzar los premios eternos, ya que nos concedes la fuente del mérito. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cfr. Sal 12 6
Cantaré
al Señor, porque me ha favorecido; alabaré el nombre del Señor Altísimo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados
con el alimento de la salvación, te pedimos, Padre de misericordia, que,
por este sacramento que recibimos en la tierra, nos hagas participar de la
vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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“Es más fácil que un camello pase por el ojo de
una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios”
Mc 10, 17-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. MAESTRO BUENO, ¿QUÉ DEBO HACER PARA HEREDAR LA VIDA ETERNA?
Jesús se puso en
camino. Un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: Maestro
bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna? No podemos tratar de sorprender
a Jesús con ninguna pregunta, jamás lo podemos hallar desprevenido, me
refiero a algo imprevisto, incomprensible y que le cause sorpresa, por
mucho que nos acerquemos con algo oculto o disimulado, El nada tarda en
descubrirlo, en todo caso ante esta pregunta Jesús le dice: ¿Por qué me
llamas bueno? Los Evangelios según san Marcos y según san Lucas, recalcaban
bien la pregunta de Jesús al joven, algo modificada en san Mateo. Al
subrayarle que le llama Maestro bueno y que sólo Dios es bueno, está
atrayendo a este joven hacia sí, significándole su esfera divina.
2. SÓLO DIOS ES BUENO
Jesús le dice; Sólo
Dios es bueno. En ese instante el Joven recibe una sorpresa, porque espera
que Jesús le indique alguna regla, entonces Jesús le responde: Tú conoces
los mandamientos. Cuando leemos a san Mateo 19,16-22, dice si quieres
entrar en la Vida
eterna, cumple los Mandamientos, pero el joven falto de humildad frente al
maestro, y quizá con algún aire de soberbia, pregunta ¿Cuáles?, pero Jesús
mantiene su paz en su natural forma de ser y le responde como dice aquí: No
matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no
perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.
3. JESÚS LO MIRÓ CON AMOR
El hombre le
respondió: Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud. Jesús lo
miró con amor. San Marcos, es el único que destaca que el Señor le amó y le
miró con cariño al decir: Jesús lo miró con amor. Es un rasgo de la
exquisitez de Jesús. El joven mira a Jesús preguntando ¿qué me queda por
hacer? - san Mateo - Aunque parezca una respuesta sencilla e inocente de
alguien que busca ser mejor, no puedo imaginarme que no haya una cierta
altanería en una respuesta como esta, es algo típico de alguien orgulloso o
que se cree superior o autosuficiente, y esto es porque responde casi en de
forma despectiva ¿Qué me queda por hacer?, es así como Jesús que un
instante puede haber puesto la mirada en un joven como un futuro discípulo,
entonces le responde con algo que descoloca al Joven, Sólo te falta una
cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en
el cielo. Después, ven y sígueme. Al oír estas palabras, el joven se retiró
entristecido, porque poseía muchos bienes.
4. PREFIERE MANTENER SU BIENES Y SE RETIRA
ENTRISTECIDO.
El pedirle que venda
su hacienda y la dé a los pobres no es enunciar una doctrina universal
preceptiva, sino dirigirse a un caso concreto y a una meta libre de
perfección.
Pero pensemos también
que el Joven se sintió atraído por las enseñanzas de Jesús, y buscaba la
perfección al buscar algo más que cumplir la Ley, y entonces Jesús le recuerda
primeramente los mandamientos y para mejor perfección le abre el camino al
desprendimiento y si lo hace, lo invita a seguirlo, en ese instante el
joven no reconoce el gran beneficio de seguir a Jesús y prefiere mantener
su bienes y se retira entristecido. Jesús debe haber quedado desilusionado
del joven.
5. ¿QUÉ DEBO HACER?, ¿SEÑOR, QUE QUIERES QUE HAGA?
Cuantas veces nosotros
le preguntamos al Señor, ¿Qué debo hacer?, ¿Señor, que quieres que haga?, e
incluso nos atrevemos a decir, Señor, hágase tu voluntad, pero tenemos que
conocer a quien nos llama y a quien nos ofrecemos, y lo conocemos
abriéndole nuestro mejor espacio en el corazón, con la oración y la
contemplación, porque Él nos tiene ya una misión clara y específica, ahora
nos corresponde a nosotros tener claridad en nuestra respuesta y esta no
puede ser causa de desilusión, es así, como para dar nuestro primer o
siguiente paso, tenemos que saber que nuestras intenciones son sinceras y
de corazón, y con mucho deseo de mejoramiento y perfección.
6. CUANDO EL SEÑOR LLAMA, SABE MUY BIEN A QUIEN
LLAMA
Jesús necesita muchos
colaboradores, que estén dispuestos a desprenderse de todo aquello que él
nos pida, la renuncia debe ser radical, y llama a muchos jóvenes a tomar
una buena decisión, Dios hace un llamado personal al hombre, y los hombres
somos libres de aceptar o no ese llamado.
Tenemos que reconocer,
que seguir a Jesús no es fácil, pero cuando el Señor llama, sabe muy bien a
quien llama, porque lo llama y para que lo llama, como del mismo modo sabe
cuanta fuerza necesita el que es llamado.
7. CUANDO NOS ACERQUEMOS A JESÚS, HAGÁMOSLO CON
SENCILLEZ
No hacemos una
pregunta, ¿Estamos satisfecho de nosotros mismos?, ¿estamos contento con la
vida que llevamos?, ¿podemos hacer algo más?, ¿Qué estamos dispuesto hacer
si Jesús nos pide algo?
Dios tiene un plan
para nosotros, y espera de nosotros. Cuando nos acerquemos a Jesús,
hagámoslo con sencillez, con actitud humilde, sin responderle con una
pregunta y sin tratar de justificarnos, para El solo valen los resultados y
la honestidad de sentimiento, las excusas, no sirven.
8. "HIJOS MÍOS, ¡QUÉ DIFÍCIL ES ENTRAR EN EL
REINO DE DIOS!
Entonces Jesús, mirando
alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos
entrar en el Reino de Dios!". Los discípulos se sorprendieron por
estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡qué
difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por
el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". Los
discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros:
"Entonces, ¿quién podrá salvarse?".
Es bueno para nosotros
hacerse esta pregunta, ¿somos capaces de renunciar a los bienes y a la
familia por seguir a Jesús? Jesús mantiene sus radicales exigencias, pero
también mantiene su promesa, pero igual vemos hombres que ven como
imposible desprenderse de sus riquezas, y también vemos otros que tocados
por la Gracia
de Dios, están dispuestos al desprendimiento.
9. NO SIGNIFICA QUE LOS RICOS NO PUEDAN SALVARSE
Así es como Jesús
después de la triste retirada del joven rico, aprovecha las circunstancias
para dar una lección a sus discípulos y a todos nosotros. Sabemos que no se
puede servir a Dios y a las Riquezas, y el poder hacerlo es un don más que
un esfuerzo basado en una buena intención. En efecto en el contexto de fe,
de confianza puesta en Dios, se puede dejarlo todo y seguir a Jesús. Es
así, como la renuncia a los bienes y capacidad de compartirlos con los
necesitados, y tener la disposición al seguimiento de Jesús, es un don de
Dios, para el que todo es posible.
No significa que los
ricos no puedan salvarse, sino aquellos que ponen su confianza en el
dinero, difícilmente se salvarán. Peor es para aquellos que lo han obtenido
a través de una vida desordenada, cometiendo injusticias, aferrados a su
egoísmo, o con cualquier actitud contraria a los principios de salvación.
10. PORQUE PARA DIOS TODO ES POSIBLE
Despeguemos el corazón
de las riquezas terrenales, y acerquemos más nuestro interés en Dios, y nos
aseguraremos de llegar primero al Reino.
Tomemos en cuenta que
dejar las riquezas, es una de las condiciones para seguir a Jesús, pero la
perfección es seguirlo incondicionalmente
Dice Jesús: Para los
hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible. La Santa Madre Teresa
de Jesús decía: Teresa sola, que poco puede, en cambio, Teresa con Dios lo
puede todo. Nos llena esta frase de alegría, al saber y sentirnos hijos de
Dios, ayudados por El y respaldados por Dios
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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