"yo hago siempre lo que le agrada"
Jn 8, 21-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
"YO ME VOY”
Oír, no es estar de acuerdo o admitir, y a los
judíos les sucede esto, escuchan las enseñanzas de Jesús, pero no admiten
su palabra, pero aún más, rechazan a Jesús. De este modo, los judíos se
pierden en las esperanzas, pero lo peor pecan contra la verdad.
En efecto, la obstinación judía en desconocer a
Jesús como Mesías le lleva a hacerles esta advertencia. "Yo me voy”.
Es su ida por la muerte al Padre. Es el aspecto triunfal de la muerte de
Jesús. Ahora que lo tienen presente como “la luz del mundo” no lo quieren
reconocer como tal.
2.
“USTEDES
ME BUSCARÁN” Y NO ME HALLARÁN.
Y, sin embargo, Jesús les advierte cómo
“ustedes me buscarán” y no me hallarán. El sentido de la frase de Jesús es
amplio. Los judíos siempre estaban expectantes en su historia por el
Mesías; máxime en los días de Jesús había una excepcional expectación mesiánica,
como se ve bien en el movimiento creado en torno al Bautista. En todo ello,
los judíos buscaban implícitamente al Mesías, que es Jesús. Y, al buscarle
fuera de él, no le podrán encontrar, como les dijo más explícitamente
“morirán en su pecado”. Con lo que Jesús le expresa una responsabilidad
personal. Por lo mismo, les dice "Adonde yo voy, ustedes no pueden
ir"
3.
ADONDE YO
VOY, USTEDES NO PUEDEN IR
Judíos y fariseos no concebían que ellos no
pudiesen dejar de estar en todo lo que fuese lo mejor. De ahí la malévola
insidia que lanzan. "¿Pensará matarse para decir: "Adonde yo voy,
ustedes no pueden ir"? Si hubiese pensado ir a predicar a la
“diáspora,” también allí tenía el Sanedrín sus medios de espiarlo y hacerse
con El. Lo sabían muy bien ellos (Jn 7:35). Pero el pensamiento es ahora
presentado en una forma más terminante. “¿Pensara matarse?” El suicidio era
considerado como un gravísimo delito. Era, a un tiempo, una injuria a Jesús
y un modo de manifestar farisaicamente la seguridad de su santidad y del
cielo. ¡Sólo a la gehenna (El fuego del castigo
eterno) era a donde ellos no podían ir!
4.
"USTEDES
SON DE AQUÍ ABAJO, YO SOY DE LO ALTO”
Pero Jesús decía con insistencia el abismo
radical que había entre Él y ellos, y el lugar adonde Él iba: "Ustedes
son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy
de este mundo”
No sólo Jesús es de “arriba” porque siempre
hace lo que es de agrado del Padre, la única norma de su actividad y
enseñanza, sino también en el sentido de que El bajó del cielo por la
encarnación. Y así ahora Él va al Padre, al que lo envió; y a donde ellos
no pueden ir sin creer en El, porque Él es el camino (Jn 14:6) para ir al
Padre (Jn 14:6b). Sin creer en El, morirán en sus pecados.
5.
"USTEDES
MORIRÁN EN SUS PECADOS".
La redacción del evangelio dice así:
"Ustedes morirán en sus pecados". Porque si no creen que yo soy,
morirán en sus pecados. Jesús dice “yo soy”, él es el enviado, el Mesías,
el Hijo de Dios. El Dios de Israel, y el único Dios verdadero. Jesús, al
decir “yo soy” quiere identificarse y caracterizarse con esta palabra, es,
pues, el único Salvador. Del Dios único.
El curso del diálogo al preguntarle: “¿Tú quién
eres?” les respondió: "Esto es precisamente lo que les estoy diciendo
desde el comienzo” .Jesús le quiere decir, ustedes me preguntan quién soy,
pero ante todo es preciso conocer cuál es mi doctrina, porque sus palabras
son las que dan testimonio por El. También le hace ver como El, al
principio y después le ha hablado y enseñado y les continua hablando y
enseñando.
6.
“DE
USTEDES, TENGO MUCHO QUE DECIR, MUCHO QUE JUZGAR”
Luego Jesús les dice: “De ustedes, tengo mucho
que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que
aprendí de él es lo que digo al mundo". A pesar de la mala comprensión
e incredulidad de los judíos con relación a Jesús, Él les dice que tendría
que decir aún muchas cosas precisamente acerca de ellos, de su actitud
hostil e incrédula; y, como consecuencia de ese enjuiciamiento que tendría
que hacerles, se seguiría el condenarles muchas cosas de su conducta y,
sobre todo, la actitud e incredulidad ante El.
Pero omite seguir ahora por este camino. ¿Por
qué? La razón que alega pudiera extrañar: “Pero el que me ha enviado es
veraz y Yo hablo al mundo lo que oí a Él. La palabra que califica al Padre
es “veraz,” y Jesús sólo dice la verdad. Así ahora lo que enseña el sentido
de “fidelidad.” “Dios es veraz”: fiel a sus promesas (Rom 3:4; cf. v.3).
Como Jesús sólo se atiene al plan del Padre, y éste es “fiel” al mismo, no
quiere que Jesús condene ahora, sino que ejerza su función de Salvador.
7.
"CUANDO
USTEDES HAYAN LEVANTADO EN ALTO AL HIJO DEL HOMBRE, ENTONCES SABRÁN QUE YO
SOY”
Pero la enseñanza continúa. Esa actitud hostil
e incrédula que tengan con El, sería un día vencida por la evidencia de la
historia. Cuando “eleven” al Hijo del hombre, conocerán que “soy yo.”
El anuncio de "Cuando ustedes hayan
levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy” es cuando
ellos lo “eleven” en alto se refiere a la cruz. Pero esto evocando el
sentido triunfal, es decir, por la cruz, la subida al Padre. Y por su
“elevación” a la cruz y por su ida a la derecha del Padre, manifestada en
prodigios, tendrán que comprender la verdad de todo lo que les diga: que
sólo hizo aquello para lo que el Padre le envió, que sólo hizo “lo que es
de su agrado” (Is 38:3), y que su Padre “estuvo con El siempre”. Como dice
Jesús: “El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago
siempre lo que le agrada".
8.
“HABLÓ
COMO JAMÁS HOMBRE ALGUNO HABLÓ”
Pero el “Yo soy” además expresa la divinidad de
Jesús, no sólo porque los milagros confirmaron la doctrina de su filiación
divina, sino también porque ella evoca el nombre inefable de Yahvé, y aquí
aplica sobre El este nombre y su realidad: “Yo soy”.
Sin embargo, este conocimiento que los judíos,
según les anuncia, tendrán de Él, no es un anuncio de su conversión. Pues
antes les había dicho que lo buscaran y al no creer en El, “morirían en su
pecado”. Se refiere Jesús, a la experiencia que, por fuerza de los hechos,
les hará ver que Él era el que dijo. Los hechos triunfales en su
resurrección, el cumplimiento de las profecías, la fundación y crecimiento
de su Iglesia, la destrucción anunciada de Jerusalén, etc., serían otros
tantos hechos que se imponían objetivamente sobre la realidad subjetiva de
su apreciación; Jesús, en todo, sólo obedecía al Padre. Y éste confirmó su
obra.
El vigor y convicción de estas palabras de
Jesús, que “habló como jamás hombre alguno habló” (Jn 7:46), y que atrajo a
Él a los ministros sanedritas, impresionó al
auditorio. Y “muchos” entonces “creyeron en El.” Pero esta fe podía tener
muchos grados y adhesiones, como El mismo dijo en otra oportunidad.
9.
“PORQUE YO
HAGO SIEMPRE LO QUE LE AGRADA”.
Los evangelios de san Juan, necesitan más que
investigar o escudriñar, introducirse en el mundo de Jesús. Ser de este
mundo, es hacer un vida material, la misma que menoscaba la dignidad
humana, y ser del otro mundo, es hacer la vida espiritual de la divina
gracia. Es así como los que son de este mundo, no pueden comprender las
cosas del alto, esa que son del mundo de espíritu. En otras palabras, para
comprender las cosas de Dios, con facilidad y gozar de ellas, no hay que
ser de este mundo. En efecto, si somos de este mundo, no apreciaremos las
cosas del Padre, no las comprenderemos y no las valoraremos. Introducirse
en el mundo de Jesús, es ver nuestra sociedad con una escala de valores
distintos a las que Jesús nos propone en cada Evangelio.
Refiriéndose al Padre, Jesús dice: “porque yo
hago siempre lo que le agrada”. Esta debe ser nuestra norma de vida, esta
debe ser nuestra conducta, ese debe ser nuestro mundo.
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant