ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Sal. 47, 10-11
En tu santo templo,
Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu nombre llega hasta los
confines de la tierra. Tu derecha está llena de justicia.
ORACIÓN
COLECTA
Dios nuestro, que por
la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concédenos una
santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del pecado, alcancemos
la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA: Oseas 2, 16. 17b-18. 21-22
"Me casaré contigo en matrimonio perpetuo"
Así dice el Señor:
"Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón. Y
me responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que la
saqué de Egipto. Aquel día -oráculo del Señor-, me llamará Esposo mío, no
me llamará Ídolo mío. Me casaré contigo en matrimonio perpetuo, me casaré
contigo en derecho y justicia, en misericordia y compasión, me casaré
contigo en fidelidad, y te penetrarás del Señor."
Palabra de Dios
SALMO
RESPONSORIAL: 144
"El Señor es clemente y misericordioso."
Día tras día, te
bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece
toda alabanza, es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera
tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu
majestad, y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus
temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones; difunden la memoria de
tu inmensa bondad, y aclaman tus victorias. R.
El Señor es clemente y
misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con
todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.
EVANGELIO:
Mateo 9, 18-26
"Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá"
En aquel tiempo,
mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y
le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la
cabeza, y vivirá". Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una
mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por
detrás y le tocó el borde del manto, pensando que, con sólo tocarle el
manto, se curaría. Jesús se volvió, y al verla le dijo: "¡Animo, hija!
Tu fe te ha curado. Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del
personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
"¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida". Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió la niña de la mano, y ella se
puso en pie. La noticia se divulgó por aquella comarca.
Palabra del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Padre del cielo, que
este sacrificio consagrado a tu nombre nos purifique y nos encamine, cada
día más, hacia la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cfr. Mt 11, 28
Vengan a mí todos los
que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con tan
grandes dones, te pedimos, Padre, recibir sus frutos de salvación y no
dejar nunca de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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“Se postró ante él y le dijo: “Señor, mi
hija acaba de morir;
pero ven tú a imponerle las manos y
volverá a vivir”
Mt 9, 18-26:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. SEÑOR, MI HIJA ACABA
DE MORIR
Se presentó a Jesús un
alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: Señor, mi hija acaba de morir,
pero ven a imponerle tu mano y vivirá. San Mateo se refiere uno de los
jefes de la sinagoga, es decir un miembro distinguido de la sinagoga, según
el Evangelio de san Marco, se llama Jairo, nombre bastante usual.
Llegándose a Jesús, se postró ante El, e insistentemente le rogaba que
viniese a su casa e impusiese sus manos sobre su hija única, sabemos por
los sinópticos que es de doce años y que estaba muriéndose, este fragmento
dice mi hija acaba de morir.
2. EL ALTO JEFE RUEGA A
JESÚS, QUE PARA CURAR A SU HIJA
Si el alto jefe ruega a
Jesús, que para curar a su hija, venga a su casa y le imponga sus manos, él
no tenía un conocimiento claro del poder de Jesús, ya que no pensó en una
curación a distancia. Era la fe imperfecta, que pensaba requerirse la
presencia física para la curación. Es lo que hizo exclamar a Marta, la
hermana de Lázaro, después de la muerte de éste, dirigiéndose a Cristo: Si
hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano (Jn 11:21). La prueba le
resultaba especialmente dura al alto jefe, cuando acaba de presenciar la
curación de la mujer con hemorragia. Es un contraste acusado en dos
actitudes de fe.
Este relato de san
Mateo, se encuentra en san Marcos (Mc 5, 21-43) con mucho detalle, con
descripción de los personajes y los sucesos, y nos hace ver minuciosamente
todas las actitudes, que suceden paso a paso, la de Jesús, los discípulos,
las gentes, los que suplican, los que sufren, los que alborotan y los que
lloran, en otra palabras, es un relato muy vivo.
3. SE LE ACERCÓ POR
DETRÁS UNA MUJER QUE PADECÍA DE HEMORRAGIAS
Entonces se le acercó
por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años.
Debía de ser de cierta posición social, pues había consultado muchos
médicos y gastado toda su hacienda con ellos, pero no había podido ser
curada por ninguno, pero sin provecho alguno, es decir iba de mal en peor,
no sólo por la inutilidad de aquellos remedios, sino, en parte, causados
por los mismos.
Cuando Jesús iba a casa
del Jefe de la Sinagoga para curar a su hija, tiene lugar esta escena. Iba
acompañado de una gran multitud, que le apretujaba. En las callejuelas del
viejo Oriente, el entusiasmo despertado por Jesús hacía que la multitud,
empujándose por acercarse, le apretujase. Entre esta turba se mezcló la
mujer angustiada y tocó con fe el vestido del Señor. Y al punto se hizo su
curación.
4. CREÍA QUE CON ELLO
SE CURARÍA
Habiendo oído esta
mujer la fama curativa de Jesús, apeló, desesperada ya de médicos, al mejor
recurso, Él. Sólo pensó en tocar su vestido, porque creía que con ello se
curaría. La mujer enferma, a como de lugar quiere llevar adelante su
propósito, entonces viene por atrás, y como queriendo robarle o
sorprenderle un milagro. Esto es, porque era debido al tipo de impureza
legal que significaba su enfermedad, ya que otros enfermos tocaban a Jesús
para curarse. Las prescripciones rabínicas, aislaban a la mujer que padecía
de esta enfermedad a fin de que no contagiase su impureza legal.
5. TEN CONFIANZA, HIJA,
TU FE TE HA SALVADO
En este fragmento de
san Mateo, dice que Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: Ten
confianza, hija, tu fe te ha salvado, sin embargo en san Marcos, Jesús, se
vuelve preguntando quién le ha tocado, porque una fuerza había salido de
Él. Y se dio vuelta, es decir, miraba en torno suyo, — es la clásica mirada
circular del estilo de san Marcos, como queriendo descubrir quién había
sido. Si Jesús obra así, no es por ignorancia, sino por elevar y confirmar
la fe de aquella mujer, haciéndole ver que no fue la curación por un
contacto supersticioso, sino por efecto de la fe. Ante esto, los
discípulos, se extrañan de esta pregunta, pues todos le apretujaban y nadie
se había acercado a Él con gestos o modos especiales. Pero Jesús insistió
en su afirmación. Ante esto, la mujer se postró ante Él y le confesó, lo
mismo, ante todo el pueblo toda la verdad. Jesús le dijo: Ten confianza,
hija, tu fe te ha salvado. Y desde ese instante la mujer quedó sana.
6. CONFIANZA PLENA EN
EL PODER DE JESÚS
Hermoso relato, Al
acercarse a Él con fe esta mujer y ser curada, lo que más nos encanta, es
darnos cuenta la confianza plena en el poder de Jesús, no solo cree que
Jesús la puede curar, sino que va más adelante, pues ella cree que con tan
solo tocar su vestido basta, pero aún hay más, ella piensa que aunque Jesús
no se dé cuenta, con el simple contacto de su manto, le devolverá la salud
perdida.
Así debiera ser nuestra
fe y nuestra confianza en Jesús, nuestro hermano amigo que nunca nos falla.
Pero Jesús, al oír
esto, sólo le recomienda que tenga fe. Era ésta la que iba a crear el clima
en que El ejercía las curaciones, y que, por faltar tantas veces, no
realizó milagros. Y vino a su casa. Pero no permito que le siguiera nadie
de la turba que le rodeaba, más que tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan.
7. LA NIÑA NO ESTÁ
MUERTA, SINO QUE DUERME
Al llegar a la casa del
jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba,
gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba, todo el rito de lloronas a
sueldo, ya evocadas por Jeremías (Jer 9:17-18). Por eso, a la presencia de
esto, les dice al entrar, Retírense, la niña no está muerta, sino que
duerme. El uso eufemístico del sueño por la muerte es usual al pueblo
judío. Así anunció Jesús la muerte de Lázaro (Jn 11:11.14). Pero aquí el
contraste entre muerte y sueño no permitía la interpretación eufemística.
Y, sabiendo aquellos mercenarios fúnebres la realidad de la muerte de la
niña, se rieron de Jesús. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, Y,
acercándose al lecho, tomó de la mano, y ella se levantó. Según san Marcos,
le dijo unas palabras en arameo. «Talitá kum», que significa: « ¡Niña, Yo
te lo ordeno, levántate!», destacándose la autoridad de Jesús. Y al
instante la niña de doce años se levantó y echó a andar, luego mandó que
diesen de comer a la niña.
8. EL PODER DE JESÚS
QUE SE MANIFIESTA INCLUSO ANTE LA MUERTE
Jesús, sólo permitió
entrar en la habitación de la niña muerta a sus padres y a sus tres
apóstoles. Y a todos los demás los echó fuera
Nos demuestra este
relato la verdad de la resurrección, pero no sólo la había resucitado, sino
curado; la necesidad de comida le haría ver la perfecta salud que ya
gozaba.
Este relato nos muestra
el poder de Jesús que se manifiesta incluso ante la muerte, que se somete a
su palabra imperativa, la resurrección de la hija de Jairo, nos muestra el
poder de Jesús sobre la vida humana.
9. SE POSTRÓ ANTE ÉL
ROGÁNDOLE CON INSISTENCIA.
También vemos a al alto
jefe de la sinagoga que al ver Jesús, se postró ante él, esto es se arrojó
a sus pies, rogándole con insistencia. Así debemos ser también nosotros en
la oración, con fuerza y perseverancia. La fe es nuestra mayor necesidad,
muchas veces estamos preocupados de un sin números de necesidades, tales
como bienes, vacaciones, viajes, cultura, dinero etc. Pero lo que el Señor
no dice que lo que más necesitamos es fe. Es así, como es bueno pedirle al
Señor: Señor, que la fe no me abandone, te pido que me la refuerces, que me
la concedas siempre, en abundancia y en suficiencia.
Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14)
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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ENTRAR EN CONTACTO CON JESUS
Los ídolos de muerte denunciados por Oseas 2 en la primera lectura de
hoy siguen seduciendo a los hombres de hoy. Estos son el dinero, la ropa,
el culto a la imagen, el sexo, el hedonismo y también ese sutil, aunque
obstinado, dominio del ego, mediante el cual, incluso cuando hacemos el
bien, nos buscamos más a nosotros mismos y nuestras propias gratificaciones
que la gloria del Señor y la venida del Reino.
Sin embargo, nuestro corazón está profundamente insatisfecho e
inquieto. Es preciso escucharlo mientras grita la desolación de su vacío,
de ese adulterio que es dejar perder a Dios en el torbellino del activismo,
en la carrera hacia la exageración para deshonrarse con alguno de los
ídolos que hemos citado más arriba.
Entonces es preciso que nos dejemos conducir por el Señor al
desierto. Para ver con perspicacia que la idolatría del vivir comprometidos
con las lógicas de este mundo no sólo es un insulto al Señor de la vida,
sino también una progresiva pérdida de vida, como experimentaba la mujer
antes de tocar la orla del manto de Jesús, para todo esto, decíamos,
resultan preciosos algunos momentos de meditación.
Poco a poco se pierde el gusto por la oración, la alegría de hacer el
bien, la sensibilidad del hacerse prójimo. Y, a la larga, se va apagando la
vida espiritual. Hay muertos ambulantes con mucho activismo por dentro y
apariencia -¡puede darse!- de bien.
Con todo, es posible la salvación. Se llama Jesús.
Jesús sólo pide que le conozcamos, aunque en lo profundo del corazón:
con ese conocimiento de la fe que es tocarle como la mujer del evangelio y
dejarse tocar (tomar por la mano) por él como la niña de doce años que se
levanta.
Jesús es el Esposo que libera a quien habita en las tinieblas (en el
vacío) y en sombras de muerte (todo adulterio, dejarse dominar por los
ídolos). Con todo, es preciso entrar en contacto con él con una fe orante.
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