DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página
de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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06-05-2020
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Nº MD 7.899
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 50;
21. 23
Te alabaré entre las
naciones, Señor, y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Padre, vida de los
fieles, gloria de los humildes y felicidad de los santos, escucha con
bondad nuestras súplicas y sacia siempre con tu abundancia a quienes tienen
sed de los dones que has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo. Tu hijo
que vive y reina contigo en la unidad del espíritu santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
LECTURA Hech 12, 24—13, 5
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
La Palabra de Dios se
difundía incesantemente. Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión,
volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado
Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los
cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene,
Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día, mientras
celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo:
“Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado”.
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron. Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a
Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre. Al llegar a Salamina
anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan
colaboraba con ellos. Palabra de Dios.
COMENTARIO: Ningún
miembro de la comunidad es el dueño de la misión. La misión es dirigida por
el Espíritu Santo. Por eso, los encargados de llevar adelante la
evangelización, surgen de la comunidad puesta en oración y son enviados
bajo el gesto de la imposición de manos hecho por la comunidad.
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R.
¡Que todos los pueblos te den gracias, Señor!
O bien: Aleluya.
El Señor tenga piedad
y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra
se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría
las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las
naciones de la tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
¡Que todos los pueblos
te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la
tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
ALELUYA Jn 8, 12
Aleluya.
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la vida”, dice el
Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 12, 44-50
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús exclamó: El que cree
en Mí, en realidad no cree en Mí, sino en aquel que me envió. Y el que me
ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo
el que crea en Mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis
palabras y no las cumple, Yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo,
sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya
tiene quien lo juzgue: la palabra que Yo he anunciado es la que lo juzgará
en el último día. Porque Yo no hablé por Mí mismo: el Padre que me ha
enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y Yo sé que su mandato es
vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Nuevamente
Jesús declara la estrecha relación que existe entre Él y el Padre. El Padre
lo ha enviado, y Él habla la palabra del Padre, que es palabra de
salvación. Jesús no vino al mundo a condenar, sino a dar vida. Cada uno al
escuchar la palabra toma una postura; el juicio está en que cada uno elija
o rechace lo que dice esa palabra.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por
este santo sacrificio nos concedes participar de tu vida divina, te pedimos
que así como hemos conocido tu verdad, vivamos de acuerdo con ella. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA Cfr. Jn 15, 16. 19
Dice el Señor: Yo los
elegí del mundo y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, ayuda con
bondad a tu pueblo que has alimentado con los sacramentos celestiales;
concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo
nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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"Yo soy la luz”
Jn 12, 44-50
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
“EL PADRE QUE ME HA
ENVIADO ME ORDENÓ LO QUE DEBÍA DECIR Y ANUNCIAR”
Nuevamente Jesús, nos da testimonio de que El
no habla por sí, sino porque “el Padre que me ha enviado me ordenó lo que
debía decir y anunciar” así como también nos dice que: “El que cree en mí,
en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió”, de este modo es
como Jesús quiere tengamos una profunda conciencia que él responde al
Padre, así es como no deja de repetirnos la íntima y estrecha unión que Él
tiene con el Padre. Jesús quiere hacernos ver que el vino hacer la misión
que el Padre le ha encomendado.
Jesús nos dice el que cree en mí, como también
el que me ve, cree en el que le ha enviado, ya que Él se presenta como
Enviado del Padre (Jn 1:18; 13:20). De este modo además, porque Jesús está en el Padre (Jn
10:38; 14:10; 17:21). Por eso, el que ve a Jesús ve en El al Padre (Jn
14:7.9), ya que, donde está el Hijo, está el Padre, que le comunica su
divinidad y le envía al mundo. Ver a Jesús con fe es ver al Padre en el
Hijo.
2.
YO SOY LA LUZ
Dice Jesús Yo soy la luz, porque vino al mundo como luz para que se pueda ver
la verdad y no perezca el que crea en El (Jn 1:4; 3:19; 8:12; 9:5; 12:34);
es la luz que llena y da la vida moral. A Los hombres no nos gusta vivir en
las tinieblas, entonces buscamos con desesperación la luz, porque vivir en
las tinieblas es vivir en el error y no divisar ningún resplandor, entonces
el buen Jesús ha venido al mundo para que todo el que crea en El no
permanezca en las tinieblas. Como cristianos, queremos ser hijos y hermanos
de la luz, caminar juntos y en la luz, recibir y dar la luz, es decir
recibir con alegría la afirmación que nos hace Jesús para no permanecer en
las tinieblas y aplicarla a nosotros mismos.
3.
EL QUE ME RECHAZA Y NO
RECIBE MIS PALABRAS, YA TIENE QUIEN LO JUZGUE
Dice Jesús: El que me rechaza y no recibe mis
palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la
que lo juzgará en el último día. Entonces él nos expone cómo la palabra de
Él, en otras palabras el Evangelio, va a juzgar, y condenar al que no la
reciba, pues hay que hacer la verdad, esto es, su verdad, (Jn 3:21). En el último día,
escatología final, al que rechazó el mensaje de Jesús, su palabra, que es
su verdad, la Buena Nueva será la que le juzgue y condene. La razón por que
lo hará la palabra y no El, es porque no vino a juzgar al mundo, sino a
salvar al mundo. En contraposición a
lo que decían algunos judíos, que no veían en el Mesías más que un juez
que, tomando al mundo tal como lo encontraba, sin hacerle intervenir en su
salvación, lo juzgaba y condenaba, San Juan destaca en Jesús Mesías su
misión salvadora.
4.
LA PALABRA QUE YO HE
ANUNCIADO ES LA QUE LO JUZGARÁ EN EL ÚLTIMO DÍA.
Esta enseñanza judicial de la palabra no va contra
otras enseñanzas en el evangelio de San Juan, en donde se dice que el que
juzga es Jesús, puesto que el Padre le entregó a El todo el poder judicial
sobre los seres humanos (Jn 5:22). Jesús no condena sin más, pues vino a
salvar. Pero es verdadero Juez del mundo. Si aquí se destaca la condenación
por hacerse el juicio ante la palabra, es porque se quiere destacar el
valor de ésta y lo que ésta significa para Jesús. Entonces es lo que expone
el evangelista en el último grupo de ideas. La razón última de todo esto es
como Jesús nos dice; Las palabras
que digo, las digo como el Padre me lo ordenó. Así, El no condena por sí
mismo, sino por la palabra y ante su código, que es la voluntad del Padre.
De aquí le viene este gran poder a la palabra (Jn 7:17; 14:10).
Se destaca, por último, el valor del testimonio
del Padre: Él sabe, revelación de Jesús,
que su precepto, es decir la
palabra, es vida eterna, como ya lo había dicho anteriormente en Jn
3:15.16.36; 5:24.40; 10:10.28. Así, este discurso de Jesús parece ser una
síntesis de sus enseñanzas fundamentales. Este discurso es un programa
esquemático, por qué se será condenado. Es la lucha entre la Luz y la
ceguera voluntaria de los dirigentes de Israel.
5.
SABOREAR LA PRESENCIA
DE DIOS EN SU INTERIOR
Nosotros, desde muy pequeño hemos aprendido de
dónde venimos, y que somos de Dios, es decir venimos de Dios y vamos a
Dios, en nuestro corazón de cristianos hemos atesorado esta verdad que nos
ha hecho vivir con tranquilidad y paz, eso nos ha venido de la luz que nos
ha traído Jesucristo, eso es obra del amor.
San Juan de la Cruz, nos ha enseñado que quien
ha llegado a saborear la presencia de Dios en su interior y vive
habitualmente en oración o atención amorosa, percibe en su vida los efectos
de la obra que Dios va realizando en nosotros, porque muchas cosas suele
Dios decir, enseñar y prometer, no para que entonces se entiendan ni se
posean, sino, que cuando se consiga el efecto de ellas, porque es Dios el
que va realizando la obra en el Alma.
La alegría
de Cristo resucitado vivan en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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MI ACTITUD CON JESÚS Y
CON SU PALABRA
En el evangelio de hoy encontramos palabras de confianza y palabras
de temor. Palabras de vida y de muerte. Palabras de salvación y de condena.
Es cierto que Jesús no ha venido “para juzgar el mundo”. Sin embargo, su
Palabra y su misión realizan automáticamente un juicio y se convierten en
el criterio último de verdad y de praxis.
Mi actitud con Jesús y con su Palabra lleva a cabo hoy el juicio, el
presente y el futuro. En la persona de Cristo está la realidad definitiva.
Y he de hacer frente, aquí y ahora a esta realidad, porque es lo definitivo
lo que sopesa lo que pasa, es lo eterno lo que criba lo transitorio. Es hoy
cuando decido mi destino eterno. Es hoy cuando debo compararme con Cristo,
es hoy cuando debo configurarme con la Palabra. Es hoy cuando mi vida está
suspendida entre la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre
el todo y la nada.
Importancia del momento presente. Importancia decisiva del instante
que estoy viviendo. Valor eterno de este fugacísimo momento. Valor del hoy
para mi destino eterno. Recuperación del sentido de la dramática
ambivalencia del momento presente, tan vivo en muchos santos. ¿Hacia dónde
estoy orientado hoy, en este momento, en lo hondo de mi corazón?
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ORACION (3)
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Concédeme, Padre, que me deje empapar por estas palabras tuyas de
salvador y de juez. Haz que, a pesar de la carga de miseria que soy, no
pierda la confianza, no me aleje de ti entristecido y desalentado, sino que
acuda a ti para dejarme iluminar por tu luz, revigorizar por tu vitalidad,
deseoso de recuperar tu vida.
Concede a mi corazón asustado ver bajo la dureza de tus palabras la
voluntad de recuperarme y salvarme. Concédeme, pues, oírlas como una ayuda
concreta para no perder la vida eterna que has preparado para mí.
Sé que quieres salvarme y que por eso has enviado a tu Hijo, que me ha
transmitido tus palabras. Te suplico que ninguna de mis culpas me haga
perder la confianza en que tú quieres mi salvación y no mi condena; que
quede siempre, por tanto, una rendija de esperanza para mí, porque eres un
Dios benévolo incluso cuando te muestras severo. Padre bueno y
misericordioso, esculpe en mi corazón las palabras de tu Hijo para que yo
pueda gustar hoy, mañana y siempre tu salvación.
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SANTORAL (4)
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SAN
PEDRO NOLASCO
En el siglo XIII aparece viviendo en Barcelona
un rico joven de estirpe del Languedoc, que admira a todos por su ejemplar
conducta moral, su religiosidad y su espíritu de caridad, y que organiza
una especie de pequeña cofradía consagrada a la redención de cautivos de la
morisma. Se llamaba Pedro Nolasco; se dice que ha nacido unos veinte años
antes, de padres nobles, en el Mediodía de Francia, en una finca cerca de Carcasona,
y que vino a Cataluña al quedar huérfano, pues algunos de sus familiares
eran albigenses y la infausta herejía que tan lamentablemente estaba
extendida en su país y le causaba gran repugnancia.
Otros dicen con argumentos muy sólidos que era
natural de Barcelona, nacido en el seno de una de las ricas familias
procedentes de tierra francesa establecidas en el llano del Norte de la
ciudad, cobijado desde entonces por el patronazgo de San Martín de Tours y
llamado Sant Martí dels Provençals.
FORMACION RELIGIOSA
Formado religiosamente en un monasterio
cisterciense francés o en Cataluña, según las diversas hipótesis de los
biógrafos, la vida del joven Nolasco se mostraba saturada de pureza
angelical, de fervor devoto, de afecto filial a la Virgen Santísima, de
compasión con los pobres y enfermos, a los que auxiliaba con abundantes
limosnas y asistía personalmente, sobre todo en el hospital de Santa
Eulalia.
Paulatinamente fue penetrando Nolasco en el
conocimiento de la tragedia de los cautivos cristianos y de su magnitud.
Tragedia enorme para ellos y para nuestro país, aquel cautiverio de mucha
de su gente en manos de los musulmanes, lejos del hogar propio, y una gran
parte lejos de la patria...
LA TRAJEDIA DE LOS CAUTIVOS
Nolasco se iba haciendo testigo del duelo de
las madres que lloraban a sus hijos prisioneros, oía contar historias
terribles de sufrimientos, do torturas... y también de apostasías. Se
trataba de la tribulación de los cuerpos y del peligro de las almas. Por
esto surgió en él una idea, que poco a poco se convirtió en su aspiración
obsesionante: la de consagrarse a la liberación de cautivos; y buscó
colaboradores que le acompañasen en sus entusiasmos. Un buen puñado de
piadosos varones, algunos ricos y nobles, se pusieron a sus órdenes. Y
desde entonces se preocupó cada día más de la realización de su empresa
redentora.
Muy pronto, pasando de los proyectos a las
obras, organizó diversas escaramuzas en tierras de moros, para librar de
sus garras a cuantos desgraciados prisioneros fuese posible. Armando barcos
adrede, con la cooperación pecuniaria o personal de sus adheridos, fue a
Mallorca, Valencia, Murcia; y a fuerza de mucho dinero, y a través de
tormentas en el mar, insultos de los infieles y azares peligrosísimos,
logró que centenares de cristianos recobrasen la libertad deseada. En
cierta ocasión, Barcelona le vio llegar al puerto con trescientos hombres
semidesnudos, hambrientos, cubiertos de llagas y cicatrices...
SU FORTUNA NO LE ALCANZA
El derrame de limosnas y los dispendios de
tamañas hazañas, agotaron la fortuna de Pedro
Nolasco. Y su corazón tuvo que preguntarse cómo iba a ser posible la
prosecución de la modesta cruzada liberadora. ¿Acaso podría continuarse con
multiplicadas aportaciones de otros, si no le vieren a él contribuir con
sus propios recursos? Pero no temió el fracaso. Se había puesto bajo la
protección de la Reina del Cielo, y confió serenamente en su bondad
maternal. Y fue, realmente, la Madre celeste la que le trajo el gran
socorro. El día 1º de agosto de 1218, festividad de San Pedro prisionero,
se le apareció y le manifestó que sería muy del agrado de su Hijo y suyo
que fundase una Orden religiosa con el título de Nuestra Señora de la
Merced para la redención de cautivos, prometiéndole su asistencia.
Persuadido Pedro Nolasco de la voluntad de Dios
en fuerza de esta visión, de cuya objetividad no le cupo la menor duda,
sólo se preocupó de deliberar los medios para la ejecución de lo que María
acababa de indicarle.
RAIMUNDO DE PEÑAFORT
Ante todo acudió a consultar a persona de tan
alta prudencia como Raimundo de Peñafort, canónigo penitenciario, el cual
recibió con emoción y sumo interés la noticia que Nolasco le daba y desde
aquel día se hizo como cosa suya la Orden, por lo que se le llama
justificadamente su segundo fundador. Obtenido tan importante beneplácito,
se fue Nolasco a visitar al Rey Jaime 1 el Conquistador, que le recibió con
no menor afecto, hasta el punto que inmediatamente
dio las órdenes oportunas para el caso. Y el día de San Lorenzo, el
Monarca, acompañado de toda su corte y de las autoridades de Barcelona, se
encaminó a la Catedral, donde Raimundo subió al púlpito y explicó al pueblo
allí congregado el alcance de la ceremonia que se iba a celebrar: la de la
fundación de la Orden de la Merced.
IMPOSICION DEL HABITO
El Obispo de la Diócesis, Berenguer de Palou,
vistió el hábito y el escapulario de la nueva Orden a Nolasco y otros,
aceptando de ellos los tres votos ordinarios y un cuarto voto especial, por
el cual se obligaban, no solamente a buscar limosnas para la redención de
cautivos, sino también a quedarse prisioneros por el rescate de los otros,
cuando fuere necesario. Jaime I en persona acompañó a los investidos a su
Palacio, del cual les cedió una parte para que instalasen su primer
convento.
No pasó mucho tiempo sin que fuese preciso
hacer un convento nuevo: tantos fueron los que solicitaron el ingreso,
algunos pertenecientes a la nobleza más ilustre. Entonces se determinó
establecerlo junto a la iglesia de Santa Eulalia, cerca del mar, en el
sitio en que se sitúan hoy la Basílica de la Merced y la Capitanía General
de Cataluña. Ni tampoco tardó Nolasco en tener el consuelo de ver dilatada
su familia religiosa con otras Casas, en muchas poblaciones catalanas y
aragonesas.
LA PRIMERA EXPEDICION
La primera expedición organizada por el Santo
como dirigente de la Orden fue hacia el reino de Valencia, ocupado todavía
por los sarracenos. Poniéndose personalmente al frente de la misma y
empleando los métodos previstos, liberó a muchos cristianos. A otros
tantos, asimismo, en una segunda incursión, en el reino de Granada. Después
de las conquistas de Valencia, Mallorca y Murcia por el Rey Don Jaime, ya
no hubo problema de redenciones en tales reinos. Hubo sí en ellos
fundaciones de conventos mercedarios, por voluntad del mismo Rey, para que
sirvieran de focos de irradiación espiritual y de impulso de la redención
en la que no ha cesado la Orden: la de las almas. Más adelante pasó Nolasco
con algunos de sus frailes a Berbería, donde pudo satisfacer su sed de
padecer por Cristo, si ella no hubiera sido insaciable; porque, además de
las fatigas que sufrió, fue encerrado en una mazmorra, cargado de cadenas,
tratado con crueldad y repetidamente puesto en peligro de muerte. A fuerza
de todos estos tormentos y otros sacrificios, pudo llevarse cautivos en
número muy considerable.
RENUNCIA A SU CARGO
Poco tiempo más tarde, reunió el Santo a sus
religiosos para anunciarles su dimisión del cargo de Padre general y su
propósito de vivir el resto de su vida como simple fraile; pero ninguno
aceptó la renuncia, y lo más que logró fue que eligiesen un Vicario, en el
cual resignó todo lo honorífico, reservándose para sí únicamente el cuidado
de distribuir las caridades. Cargado de achaques, no por esto dejó de
aumentar sus penitencias. Se tenía por el más insignificante.
Es difícil ser más humilde que lo fue él.
Firmaba las cartas «Pedro Nolasco, siervo inútil e indigno», o también:
«Pedro Nolasco, desecho del mundo». Y como le dijesen que estos títulos
parecían ridículos, respondía que la firma debía expresar lo que somos y
que él se calificaba tal como juzgaba ser.
En su última enfermedad sufrió largos y vivos
padecimientos, durante los cuales no perdió jamás su habitual dulzura.
Sintiendo que se acercaba su hora suprema, reunió a los religiosos de la
Casa, recibió los Sacramentos con fervor y se entregó después a la más alta
contemplación. Falleció en Nochebuena, con una suavidad inefable, iluminado
su rostro por una sonrisa verdaderamente navideña.
Jesús Martí Ballester
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FUENTES DE LA PAGINA
|
La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada
por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
(4) Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo.
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