MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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06-12-2023

 MD 9.207

LITURGIA DE LAS HORAS

         

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ESPIRITU DEL ADVIENTO

El tiempo de Adviento posee una doble índole: es el tiempo de preparación para Navidad, solemnidad que conmemora el primer advenimiento o venida del Hijo de Dios entre los hombres, y es al mismo tiempo aquel, que, debido a esta misma conmemoración o recuerdo, hace que los espíritus dirijan su atención a esperar el segundo advenimiento de Cristo como un tiempo de parusía piadosa y alegre.

Comienza el domingo más cercano al 30 de noviembre (día de San Andrés) que es el inicio del año litúrgico; terminando con las vísperas de Navidad. Durante este tiempo se cuenta con cuatro domingos de Adviento. Del 17 de Diciembre al 24 la misma liturgia intensifica la preparación de los fieles para vivir los días de Navidad.

En este período más que fijarnos en la serie de hechos históricos que sucedieron antes del nacimiento de Cristo, se debe meditar en el misterio de la Salvación que en ellos se contiene. De alguna manera este tiempo nos hace repasar el camino de la salvación, preparándonos para seguirlo; El recuerdo de los hechos históricos que narran como Cristo que es Dios se hizo hombre para salvarnos reafirma nuestra fe. La alegría de saber que ese Dios viene de nuevo a nosotros nos llena de Esperanza. El deseo de prepararnos para recibirle bien por la penitencia, el sacrificio o el ejercicio de la generosidad y amabilidad con los que nos rodean reaviva nuestra caridad.

MARA NA THA, VEN SEÑOR JESUS, Primera Parte. https://youtu.be/2VrPPxQyS9U

EL ADVIENTO, Segunda Parte  https://youtu.be/JDkpsZY5gic

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 14, 5. 7

Vendrá el Señor, y todos los santos con él, y brillará en aquel día una gran luz.

ORACIÓN COLECTA

Dios de misericordia, escucha favorablemente nuestras súplicas, socórrenos en medio de las pruebas de la vida, y que la venida de tu Hijo nos conforte para que no volvamos a caer en la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Is 25, 6-10

Lectura del libro de Isaías.

El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados, de manjares suculentos, medulosos, de vinos añejados, decantados. Él arrancará sobre esta montaña el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones.

Destruirá la muerte para siempre; el Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros, y borrará sobre toda la tierra el oprobio de su pueblo, porque lo ha dicho Él, el Señor.

Y se dirá en aquel día: «Ahí está nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación: es el Señor, en quien nosotros esperábamos; ¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!». Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña.

Palabra de Dios.

Comentario: El banquete de los salvados después del juicio. Juan usa estas imágenes en el Apocalipsis. Más que un premio, es la realización del cumplimiento de una promesa y de un programa planificado y querido por Dios. Es una descripción simbólica de la felicidad en el Reino de Dios, que corresponde a la felicidad de los elegidos. Se vislumbra aquí una referencia al banquete del Reino, anunciado por Jesús en el Nuevo Testamento.

SALMO 22, 1-6

R. Habitaré por siempre en la Casa del Señor.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. R.

ALELUYA

Aleluya. El Señor viene a salvar a su pueblo. Felices los preparados para salir a su encuentro. Aleluya.

EVANGELIO Mt 15, 29-37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a Él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y Él los sanó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban sanos, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino». Los discípulos le dijeron: « ¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente? » Jesús les dijo: « ¿Cuántos panes tienen?» Ellos respondieron: «Siete y unos pocos pescados». Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los daba a los discípulos, y ellos los distribuían entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas.

Palabra del Señor.

Comentario: Esta actitud de Cristo es el eco del mensaje de Isaías en la primera lectura. La realidad humana, pasa por distintos momentos y hay un equilibrio entre fatiga y recreación, entre cruz y liberación. En este episodio resalta la sensibilidad de Jesús que se siente responsable de sus seguidores, que se encontraban en un lugar despoblado y se olvidaban hasta de comer, para escucharlo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Dios nuestro, que te agraden nuestras humilde oraciones y ofrendas, y ya que carecemos de méritos propios socórrenos con tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 84, 13

El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que fructifique en nosotros la celebración de los santos misterios con los que tú nos enseñas a amar y adherirnos a los bienes eternos, mientras peregrinamos en medio de las realidades transitorias de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer”

San Mateo 15, 29-37:

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.      LA SEGUNDA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES

El fragmento de este evangelio, nos narra la segunda multiplicación de los panes, en general, el esquema es similar al relato de la primera multiplicación de los panes. En todo caso es bueno conocer cuáles son algunos puntos diferentes.

Se nos relata que Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer”. No hace falta suponer que sean días completos; conforme al uso ambiental, bastaría uno completo y parte de los otros. Por eso Jesús no quiere despacharlos sin alimento, pues teme que “desfallezcan en el camino” (Mc), y “algunos han venido de lejos” (Mc). El lugar es despoblado.

En la primera multiplicación, se habla de la bendición, en este relato se narra que “tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió”, estos son términos sinónimos.

2.      SIETE Y UNOS POCOS PESCADOS

Los que se benefician de este milagro, “sin contar mujeres y niños” (Mt), son 4.000 hombres. Los panes a multiplicarse eran siete, y los “peces” eran, indeterminadamente, “unos pocos”. En la primera multiplicación se relata que: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”

El número de cestos que se recogen con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas, en el anterior, doce. En ambos relatos, primera y segunda multiplicación, se despide a las gentes y se suben a la barca, en Mateo, El solo, en Marcos, con sus discípulos. Finaliza este relato; “Todos comieron hasta saciarse”, el “saciarse” tiene un cierto valor escatológico.

El problema exegético de interés es saber si se trata de una nueva multiplicación de los panes o ésta es un “duplicado” de la primera, hay argumentos a favor y en contra, pero este aspecto no cambia sustancialmente el verdadero interés de la reflexión en su conjunto.

3.      SIEMPRE MOTIVADO POR UN AUTENTICO SENTIMIENTO DE AFECTO

Jesús nos muestra como en casi en todos los Evangelios su carácter lleno de sentimientos de pena y lástima por la desgracia o por el sufrimiento ajeno. Siempre nos enseña esa natural inclinación a compadecerse y mostrarse comprensivo ante las miserias y sufrimientos, siempre motivado por un auténtico sentimiento de afecto, cariño y solidaridad hacia aquella gente que estaba cansada y hambrienta, por querer estar en su compañía, es así como sintió una gran compasión y curó a los enfermos que ellos traían.

4.      LOS DISCÍPULOS ESTÁN PREOCUPADOS

En la primera multiplicación, Mateo relata: Como ya se hacía tarde, pone en conocimiento que el día está por terminar, y ya no hay tiempo necesario para poder ir a proveerse de víveres y alojamientos, entonces se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Los discípulos están preocupados, lo que había llevado como provisiones, no era suficiente para tanta gente. La enseñanza que impartía de Jesús debe haber sido cautivante, se había quedado más tiempo de lo considerado y se habían agotado los víveres. Entonces los discípulos le dicen al Señor: Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren algo de comer.

Pero Jesús les contestó: No hace falta que vayan; denles ustedes de comer. Ellos le respondieron: No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados, en este fragmento se habla de: “Siete y unos pocos pescados”. El Corazón de Jesús, siempre está dispuesto a dar una solución y no titubea en recurrir a lo que Él puede hacer, para ir en ayuda a tanta gente hambrienta, entonces le dijo: Tráiganmelos. Jesús dan pan material a las gentes, pero él sabe que también los hombres sienten hambre de Dios, las dos hambres que experimenta el hombre y los dos son urgentes de atender.

5.      MANDÓ QUE LA GENTE SE RECOSTARA EN EL SUELO.

Luego mandó que la gente se recostara en el suelo (la hierba). Tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos y ellos los distribuyeron entre la multitud. En el relato anterior se expone que Jesús elevó los ojos al cielo. Este gesto de Jesús era frecuente en su oración. En cambio, no era usual en las costumbres rabínicas, porque se decía: “La regla es que el que ora ha de tener los ojos bajos y el corazón elevado al cielo.” Jesús no enseña nuevamente que todo viene del Padre, El está con su corazón en ese momento en la tierra, pero levanta los ojos al cielo, enseñándonos que es allí donde debemos mirar, porque todo viene de Dios y todo nos debe llevar a Dios. También el relato nos dice que: pronunció una bendición. Jesús sigue la tradición judía. La costumbre rabínica había establecido que no se comiese o bebiese sin bendecir los alimentos, pues equivalía a un pecado de infidelidad.

Se relata que: partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. El milagro se hizo en las manos de Jesús, y se puede suponer que se fue multiplicando en las manos de los discípulos, porque de lo contrario hubiese sido incesante e inacabable ir y venir a Jesús. Entonces, Jesús no sació directamente el hambre, lo hace a través de sus discípulos, es así como les dios a ellos los panes y estos a las gentes.

6.      TODOS COMIERON HASTA SACIARSE

Así han de ser los apóstoles de hoy, en ningún caso indiferente a las necesidades de los demás, siempre dispuestos a atender y acudir en la ayuda de los necesitados, con generosidad y sin pensar muchas veces en el descanso, porque esto se hace por el amor a Cristo, por amor al Padre Bueno y a todos sus hermanos.

Los apóstoles le ofrecieron a Jesús todo lo que tenían, fruto del trabajo y del esfuerzo, solo siete panes y Jesús hizo todo los demás. El Evangelio continúa: Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron siete canastos. En el relato anterior se habla de doce y que los que comieron eran unos cuatro mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

El milagro fue tan abundante, que todos se saciaron y luego recogieron los siete canastos sobrantes. Era uso judío recoger, después de las comidas, los trozos de comida caídos a tierra. El milagro se constataba bien: las sobras eran más que la materia de siete panes para el milagro.

7.      LAS GENTES QUE NO TIENEN QUÉ COMER EN EL DESIERTO

En el trasfondo de este hecho está la evocación de Moisés, viniendo a ser ello una tipología de esta obra de Jesús. A las gentes que no tienen qué comer en el desierto (Núm. 11:13.14), Moisés, con su oración, logra el maná. En esta época se esperaba que el Mesías saliese del desierto, y aparecieron por entonces varios pseudo Mesías, que llevaban las gentes al desierto, donde las prometían señales prodigiosas y de donde saldrían triunfadores, pero se cuenta que su fin fue desastroso. Igualmente, en los días mesiánicos, como renovación de los días del desierto, se esperaba una lluvia perpetua de maná.

Todo esto podía provocar una explosión de entusiasmo mesiánico en torno a Jesús. Pero Jesús despachó a las gentes y discípulos, para que no se dejasen contagiar de aquel mesianismo, no era el auténtico, ni la hora de su plena proclamación, y El mismo se marchó solo a un monte a hacer oración.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

EL MISTERIO DE LA MISERICORDIA DIVINA

Las lecturas bíblicas que nos presentan la liturgia de hoy nos ofrecen una ilustración coherente del rostro de Dios, que viene a sanar nuestra humanidad herida y a saciar nuestras ansias de salvación.

El Señor…ofrecerá a todos los pueblos…un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados… Is 25, 6-10

Aparece el retrato de la espera de esa salvación que sólo Dios puede conceder, anfitrión que prepara el banquete para todos y nos ama a cada uno de nosotros con un amor personal que llega hasta a enjugar las lágrimas de cada rostro.

Tú preparas ante mí una mesa…Salmo 22

El misterio de la misericordia divina asume para nosotros los rasgos del rostro y gestos de Jesús que sana a los enfermos y sacia con su pan a la multitud hambrienta que le sigue desde hace días. Mt 15, 29-37

En la hondura de esta compasión de Jesús se nos hace visible el rostro de un Dios médico que cura nuestra humanidad cansada, desmayada y enferma.

En él encuentro al divino y generoso anfitrión que me acoge a su mesa y me declara lo importante y precioso que soy a sus ojos iluminando nuestros corazones.

De hecho, nos reconocemos en el hambre de salvación de la multitud de pobres y enfermos que se agolpan en torno a Jesús. Que hermoso ver como aparece la imagen de un Dios que es puro amor y preocupación por nosotros.

ORACION (3)

 

Señor Jesús:

Venimos a ti, fatigados por nuestras limitaciones, afligidos por nuestras culpas, desilusionados de tantas "mesas" en las que no saciamos nuestra hambre ni apagamos nuestra sed.

Te pedimos nos consueles y cures con tu amor, que nos sacies con tu pan y que apagues nuestra sed en la fuente de tu Espíritu.

Acrecienta en nosotros la feliz esperanza, la tensión por el banquete de vida plena y definitiva que, con el Padre, preparas para todos los pueblos.

Te bendecimos por tu compasión con los pobres y enfermos con la que nos revelas la bondad misericordiosa del Padre.

Te bendecimos también por el pan de cada día, signo de tu solicitud con nosotros.

Te pedimos que refuerces nuestra caridad para que, en nuestro compartir y en el servicio, podamos ser auténticos testigos de tu gran corazón de pastor que sana y apacienta sus ovejas.

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,.

 

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