Misa Diaria, Ciclo C

MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

25 años en Internet, desde 1998

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8-06-2023

Edición Nº 9.629

LITURGIA DE   LAS HORAS  

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 24,16.18

Mírame, Señor, y ten piedad de mí, porque estoy solo y afligido; mira mi pena y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, cuya providencia es infalible en sus designios; te suplicamos que apartes de nosotros lo que nos hace daño y nos concedas todo lo que pueda ayudarnos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Tob 6, 10-11; 7, 1.9-16, 8, 4-9ª

COMENTARIO: Hoy nos encontramos con un matrimonio feliz. Tobías y Sara desean la felicidad como todos los novios. Pero ambos piensan que no podrán conseguirlo sin la ayuda de Dios. Por eso necesitan de la presencia del Señor en la elaboración de su felicidad y la de todos sus descendientes. Este relato nos enseña que Dios vela por el amor humano. Por eso, envía al ángel Rafael (que significa medicina de Dios) para sanar el amor enfermo, a condición de dejarse curar. Este pasaje solemos leerlo en la celebración del sacramento del matrimonio. Ojalá los esposos cristianos hagan suya esta oración de Tobías y Sara.

Del libro de Tobías.

Cuando entraron en Media y ya se acercaban a Ecbátana, Rafael dijo al joven: "¡Hermano Tobías!" Éste le preguntó: "¿Qué quieres?" El ángel continuó: "Es necesario que pasemos esta noche en casa de Ragüel; él es pariente tuyo y tiene una hija que se llama Sara". Cuando llegaron a Ecbátana, Tobías dijo: "Hermano Azarías, llévame directamente a la casa de nuestro hermano Ragüel". El ángel lo llevó, y encontraron a Ragüel sentado a la puerta del patio. Ellos lo saludaron primero, y él les respondió: "¡Salud, hermanos, sean bienvenidos!" Y los hizo pasar a su casa. Luego mataron un cordero del rebaño y los recibieron cordialmente. Después de lavarse y bañarse, se pusieron a comer. Entonces Tobías dijo a Rafael: "Hermano Azarías, dile a Ragüel que me dé por esposa a mi hermana Sara". Ragüel lo oyó y dijo al joven: "Come y bebe, y disfruta de esta noche, porque nadie tiene más derecho que tú, hermano, a casarse con mi hija Sara. Ni siquiera yo puedo dársela a otro, ya que tú eres mi pariente más cercano. Pero ahora, hijo mío, te voy a hablar con toda franqueza. Ya se la he dado a siete de nuestros hermanos, y todos murieron la primera noche que iban a tener relaciones con ella. Por el momento, hijo mío, come y bebe; el Señor intervendrá en favor de ustedes". Pero Tobías le replicó: "No comeré ni beberé hasta que hayas tomado una decisión sobre este asunto". Ragüel le respondió: "¡Está bien! Ella te corresponde a ti según lo prescrito en la Ley de Moisés, y el Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. Desde ahora, tú eres su hermano y ella es tu hermana. A partir de hoy, es tuya para siempre. Que el Señor los asista esta noche, hijo mío, y les conceda su misericordia y su paz". Ragüel hizo venir a su hija Sara. Cuando ella llegó, la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciendo: "Recíbela conforme a la Ley y a lo que está prescrito en el Libro de Moisés, que mandan dártela por esposa. Tómala y llévala sana y salva a la casa de tu padre. ¡Que el Dios del cielo los conduzca en paz por el buen camino!" Después llamó a la madre y le pidió que trajera una hoja de papiro. En ella redactó el contrato matrimonial, por el que entregaba a su hija como esposa de Tobías, conforme a lo prescrito en la Ley de Moisés. Después empezaron a comer y a beber. Ragüel llamó a su esposa Edna y le dijo: "Hermana, prepara la otra habitación, y llévala allí a Sara". Ella fue a preparar la habitación, como se lo había dicho su esposo, llevó allí a Sara y se puso a llorar. Luego enjugó sus lágrimas y le dijo: "¡Ánimo, hija mía! ¡Que el Señor del cielo cambie tu pena en alegría!" Y salió. Mientras tanto, los padres habían salido de la habitación y cerraron la puerta. Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: "Levántate, hermana, y oremos para pedir al Señor que nos manifieste su misericordia y su salvación". Ella se levantó, y los dos se pusieron a orar para alcanzar la salvación. Él comenzó así: "¡Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! ¡Qué te bendigan los cielos y todas tus criaturas por todos los siglos! Tú creaste a Adán e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de apoyo, y de ellos dos nació el género humano. Tú mismo dijiste: "No conviene que el hombre esté solo. Hagámosle una ayuda semejante a él". Yo ahora tomo por esposa a esta hermana mía, no para satisfacer una pasión desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio. ¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos llegar juntos a la vejez!" Ambos dijeron: "¡Amén, amén!", y se acostaron para dormir.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 127, 1-5

R. ¡Feliz el que teme al Señor!

¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.

R. ¡Feliz el que teme al Señor!

Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.

R. ¡Feliz el que teme al Señor!

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén!

R. ¡Feliz el que teme al Señor!

ALELUYA Cf. 2 Tim 1, 10

Aleluya. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte, e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluya.

EVANGELIO Mc 12, 28-34

COMENTARIO: En este pasaje, se presenta con sus preguntas un representante de otro grupo importante: un escriba. Los escribas se encargaban del estudio de las Sagradas Escrituras y de su aplicación en la vida del pueblo. Se supone que un escriba sabe perfectamente lo que las Escrituras dicen sobre los mandamientos. Su pregunta da la ocasión para que el Maestro le recuerde, a él y a todos nosotros, cuál es el mensaje más importante de la Escritura: amar a Dios y al prójimo. Esto es vivir el Reino.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Un escriba que oyó discutir a Jesús con los saduceos, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?". Jesús respondió: "El primero es: 'Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas'. El segundo es: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. No hay otro mandamiento más grande que éstos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, confiados en tu misericordia traemos estas ofrendas a tu altar, para que, con tu gracia, quedemos purificados por estos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTIFONA DE COMUNION Sal 16,68

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Guía, Señor, por medio de tu Espíritu, a quienes alimentas, con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra y con la lengua sino con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

Mc 12, 28-34

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.     ¿CUÁL ES EL PRIMERO DE LOS MANDAMIENTOS?

Un escriba que oyó discutir a Jesús con los saduceos, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: ¿Cuál es el primero de los mandamientos? En San Marcos la pregunta se la hace en un tono de respeto. En San Mateo, y más en San Lucas, en un sentido hostil. Es cuestión redaccional. Los fariseos se caracterizaban por su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos. Los saduceos eran ciertas personas, que pertenecían a la aristocracia sacerdotal judía que negaban la inmortalidad del alma, aquí en este Evangelio, el escriba quiere probar la opinión de Jesús, con habilidad y astucia, quizás para conseguir algo con oscuros propósitos y así comprometerlo, en otras palabras, mediante una treta, busca perjudicar a Jesús.

El tema del primer mandamiento era muy discutido en las escuelas rabínicas. Pero San Marcos es el que destaca la argumentación basándose en que Dios es único; luego exige la plenitud de amor y servicio. La repetición de corazón, alma y mente es el procedimiento semita de prueba por acumulación. Pero en el amor a Dios va incluido el amor al prójimo, todo ser humano, que es lo que destaca especialmente San Lucas (Lc 10:29ss). Para el judío, el prójimo era sólo el judío.

2.     “AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO”.

Dice Jesús, el primero es: Escucha, Israel: “el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios”. Él ha querido ver la intención, resaltada, de una cuestión apologética contra el politeísmo del medio ambiente al que se dirige el evangelio de San Marcos. Y luego Jesús añade; “con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Este es nuestro deber, Amarás, y con todo el corazón, sin ninguna restricción y con todo lo que te da la vida, con toda el alma, esto con el primer principio de nuestra vida, lo más importante, la parte espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, y que, junto con el cuerpo, constituye su esencia humana, con toda la mente, con la capacidad intelectual humana, con el pensamiento, más allá de toda imaginación y voluntad.

Esto es amar con todo lo que hemos recibido de Dios, por tanto con todo lo que podemos acercarnos a Dios y estar con Él. Así es como Jesús, nos exige un amor total, El no aceptas un amor parcial o limitado, y lo mismo nos enseña y nos exige, la entrega y el amor, tanto a Dios como al prójimo. Eso quizás fue sorprendente para el escriba, Jesús puso al mismo nivel los dos mandamientos, y así lo aclara el evangelio cuando en san Mateo 22,34-40, dice; De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

3.     SI TU AMAS A TU PRÓJIMO, AMAS A DIOS

Para nosotros, cristianos, seguidores de Jesús, debemos ser absolutamente contrarios a cualquier sentimiento acentuado de hostilidad, antipatía, rechazo y odio a los hombres, sin embargo es algo con lo que convivimos a diario, está a la vista de cualquiera en la familia, en la amistad, con los vecinos, con los que piensan diferente, entre los políticos, entre las naciones y pueblos.

Esto es los que nos enseña Jesús, el hombre es imagen de Dios, y si tu amas a tu prójimo, amas a Dios, y si amas a Dios, lo amas en también en el prójimo. Estos preceptos son nuestros fundamentos de la vida cristiana, ambos basados en el amor, y por amor a Dios y al prójimo, juntos el mandamiento más grande de la Ley.

Luego, el escriba le dijo: Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios. Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: Tú no estás lejos del Reino de Dios. Estos Versículos son propios de San Marcos. En ellos se hace ver que el amor al prójimo es mejor que todos los holocaustos y sacrificios. En esto San Marcos se enlaza con la línea de los profetas sobre la autenticidad del culto y la misericordia (1 Re 15:22; Os 6:6). A esta valoración del escriba que le preguntó, Cristo le responde que su rectitud moral le está aproximando al reino de Dios

4.     EL COMPROMISO CON NUESTRO PRÓJIMO

El compromiso con nuestro prójimo, es impactante, “con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”, si aceptamos esta responsabilidad, tengamos presente que cuando decimos con todo el corazón, es con todo lo nuestro, sin reservas, con todo tipo de sacrificios, con todo lo que nos hace vivir, cuando decimos con toda el alma, es con toda la sensibilidad del amor divino, y cuando dice con todas tus fuerzas es ardientemente y no con tibieza, y añadimos para que no falte nada, con todo nuestro entendimiento, con toda nuestra mente, con la inteligencia y la reflexión.

Pero el amor divino no se aprende. En efecto, no aprendemos de otro a amar la vida, ni amar a nuestros padres, ni a nuestros amigos, ni mucho menos podemos aprender las reglas del amor divino. Hay en nosotros cierto sentimiento íntimo que nos inclina a amar a Dios. Todo el que obedece este sentimiento y practica la doctrina de los divinos preceptos y llega a la perfección de la divina gracia. Así entonces, amamos naturalmente el bien; amamos también a nuestros prójimos y parientes, y además damos espontáneamente a los hombres de bien, todo nuestro afecto.

5.     EL, NOS MANDA AMAR AL PRÓJIMO.

Así es, como Dios es bueno, y todos deseamos lo bueno, lo que se perfecciona por nuestra voluntad reside naturalmente en nosotros. A El, aunque no le conozcamos por su bondad, pero porque procedemos de Él, tenemos obligación de amarle sobre todo, este es nuestro principio. Es también el mayor bien de todos los que se aman naturalmente. El primero y principal mandamiento es, por consiguiente, el del amor a Dios. El segundo, que completa al primero y es completado por El, nos manda amar al prójimo. Por eso decimos y a tu prójimo como a ti mismo. Recibimos de Dios las fuerzas necesarias para cumplir este precepto. Nada hay tan conforme con nuestra naturaleza como el comunicarse con los demás, favorecerse mutuamente y amar a los parientes y amigos.

Y a tu prójimo como a ti mismo, lo más prójimo, es decir lo más próximo que tenemos, es quien habita en nuestro corazón, morada de Dios, a El todo nuestro amor. “Y adonde no hay amor, ponga amor, y sacará amor” (San Juan de la Cruz)

Muchas Bendiciones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA

 

NINGÚN CREYENTE, NINGUNA PERSONA RECTA, PUEDE PERMANECER INDIFERENTE.

¿Un cuadro de vida de otros tiempos? ¿Una meta imposible de proponer o que incluso no se debe proponer? ¿La colocación exacta del amor entre el hombre y la mujer? Probemos a tomar estas páginas del libro de Tobías y a someterlas a una comparación con las muchas -incluso demasiadas- páginas que se extienden ante nuestros ojos. Desde la televisión a la prensa, al cine, a Internet, al lenguaje, a la publicidad más trivial de cualquier producto, estamos amenazados por una avalancha de imágenes y de palabras, por un verdadero mercado en el que el sexo, mezclado con todos los posibles ingredientes, se ha convertido en una moneda ahora devaluada. Hasta tal punto que quien desea obtener cierto efecto «hiriente» recurre a la presentación de las más aberrantes desviaciones. Y todo ello en nombre de la libertad, de la madurez, de la autonomía del hombre... Ahora bien, ¿dónde está el hombre en esta zarabanda de pésimo gusto? ¿A qué ha quedado reducido?

También el matrimonio se resiente de ello, incluso el sellado con el sello del sacramento. Una vez venido a menos el sentido de la indisolubilidad, los contrayentes acceden a él reservándose una puerta de salida para tomarla en la primera dificultad: y todo se hunde.

Ningún creyente, ninguna persona recta, puede permanecer indiferente. Sin embargo, el remedio no puede consistir sólo en organizar cruzadas puritanas o en restablecer deberes y prohibiciones. La propuesta que presentan hoy Tobías y Sara se plantea en otro ámbito, el de las motivaciones profundas, y suena cautivadora como un reclamo y provocadora como un desafío. Ambos se sitúan, en el umbral de su vida de pareja, con el respeto, la ansiedad y la admiración de quien sabe que recibe un don inestimable. No buscan la realización de un proyecto suyo, sino que se ofrecen, como instrumentos dóciles y responsables, a la realización de un designio que está por encima de ellos y, al mismo tiempo, les interpela y les compromete. Se saben pensados el uno para la otra por un amor más grande, son conscientes de que su amor recíproco, que florece en el tiempo, es eco y respuesta a un amor más grande que les ha precedido. Su relación se abre con la bendición de Dios, el «tercero» presente y operante en su acontecer.

ORACION

 

Bendito seas, Dios, Señor y autor de la vida, vida y belleza eterna. Bendito seas por todo lo que vive y muestra un reflejo de tu belleza y de tu sabiduría. Bendito seas por habernos otorgado el don de la vida. Bendito seas por habernos llamado a ser tus colaboradores conscientes en tu continua obra de creación y de redención.

Bendito seas por habernos creado a tu imagen y semejanza, capaces de entregar y de recibir amor, capaces de abrirnos al otro y de acogerlo en la veneración de su misterio. Bendito seas por haber depositado en nosotros una chispa de aquella energía viva, de amor, que arde en tu eterno secreto. Tú nos la diste para que, con la alegría de los hijos, fuésemos sus administradores fieles y responsables.

Bendito seas, Padre, fuente de todo amor fecundo, bendito seas, Hijo, esposo ardiente de la humanidad, bendito seas, Espíritu Santo, sello de caridad y de unión.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Página de la Misa Diaria, está preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

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