MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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2-08-2022
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Edición Nº 9.339
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. SaI 69, 2.6
Líbrame, Dios mío. Señor, ven pronto a
socorrerme. Tú eres mi ayuda y mi libertador; no tardes, Señor.
ORACIÓN COLECTA
Derrama, Padre, tu misericordia sobre tu pueblo
suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte por Creador y Señor, renueva
en nosotros tu gracia. Y consérvala en tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA
Jer 30, 1-2. 4. 12-15. 18-22
Lectura del
libro de Jeremías.
Palabra que llegó a Jeremías dé parte del
Señor, en estos términos: Así habla el Señor, el Dios de Israel: Escribe en
un libro todas las palabras que Yo te he dirigido. Estas son las palabras
que el Señor dirigió a Israel y a Judá: i Tu herida es incontable,
irremediable tu llaga! Nadie defiende tu causa, no hay remedio para tu
herida, tú ya no tienes cura. Todos tus amantes te han olvidado, no se
interesan por ti. Porque Yo te he golpeado como golpeé un enemigo, con un
castigo cruel, a causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran
graves. ¿Por qué gritas; a causa de tu herida, de tu dolor incurable?; A
causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran graves, Yo te hice todo
esto. Así habla el Señor: Sí, Yo cambiaré la suerte de las carpas de Jacob
y tendré compasión de sus moradas; la ciudad será reconstruida sobre sus
escombros y el palacio se levantará en su debido lugar. De allí saldrán
cantos de alabanza y risas estridentes. Los multiplicaré y no disminuirán,
los glorificaré y no serán menoscabados. Sus hijos serán como en los
tiempos antiguos, su comunidad será estable ante mí y Yo castigaré a todos
sus opresores. Su jefe será uno de ellos y de en medio de ellos saldrá su
soberano. Yo lo haré acercarse, y él avanzará hacia mí, porque si no,
¿quién se atrevería a avanzar hacia mí? —Oráculo del .Señor—. Ustedes serán
mi Pueblo y Yo seré su Dios.
Palabra de
Dios.
COMENTARIO: Los capítulos 30 y
31 nos hacen volver atrás, a los felices años del rey Josías. Este además
de proponer la renovación de la fe y del culto al Señor, logró conquistar
una parte de lo que había sido el reino de Israel y ahora era una provincia
asiria, después de la ruina de Samaria.
SALMO Sal 101, 16-21. 29. 22-23
R. El señor
aparecerá glorioso en Sión
Las naciones temerán tu Nombre. Señor, y los
reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria: cuando el Señor reedifique a
Sión y aparezca glorioso en medio de ella; cuando acepte la oración del
desvalido y no desprecie su plegaria. R.
Quede esto escrito para el tiempo futuro y un
pueblo renovado alabe al Señor: porque él se inclinó desde su alto
Santuario y miró a la tierra desde el cielo, para escuchar el lamento de
los cautivos y librar a los condenados a muerte. R.
Los hijos de tus servidores tendrán una morada
y su descendencia estará segura ante ti, para proclamar en Sión el Nombre
del Señor y su alabanza en Jerusalén cuando se
reúnan los pueblos y los reinos y sirvan todos juntos al Señor. R.
ALELUYA Jn l, 49.
Aleluya. Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú
eres el Rey de Israel. Aleluya.
EVANGÉLIO
Mt 14, 22-36
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la
multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a
la barca y pasaran antes que El a la otra, orilla, mientras El despedía a
la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer,
todavía estaba allí, solo. La barca ya estaba muy lejos de la costa,
sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada,
Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo
caminar sobre el mar, se asustaron. «Es un fantasma», dijeron, y llenos de
temor se pusieron a gritar. Pero Jesús les dijo: «Tranquilícense, soy Yo;
no teman». Entonces Pedro ‘le respondió: «Señor, si eres Tú, mándame ir a
tu encuentro sobre el agua». «Ven», le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la
barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Él. Pero, al ver la
violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó:
«Señor, sálvame». En seguida, Jesús le Vendió la mano y lo sostuvo,
mientras le decía: «Hombre de poca te, ¿por qué dudaste?» En cuanto
subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se
postraron ante El, diciendo: «Verdaderamente, Tú eres el Hijo de Dios». Al
llegar a la otra orilla, fueron a Genesaret.
Cuando
la gente del lugar lo reconoció, difundió la noticia por los alrededores, y
le llevaban a todos los enfermos, rogándole que los dejara tocar tan sólo
los flecos de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanados.
Palabra del
Señor.
COMENTARIO: Jesús hace un,
diagnóstico a la fe de sus discípulos. En lugar de examinar lo que saben o
no saben, quiere ver si aún confían en él. Y esta confianza en él debemos
mostrarla a nuestros hermanos. Por tanto, no busquemos otras seguridades
fuera de Cristo. Jesús está cerca, para tendernos la mano con prontitud y
firmeza.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica los dones que te presentamos, Señor,
y, al aceptar este sacrificio espiritual, conviértenos en ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Jn 6,35
Dice el Señor: Yo soy el pan de vida. El que
viene a mí jamás tendrá hambre, y el que cree en mí jamás tendrá sed.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña y protege siempre, Señor, a
quienes has renovado, con este don celestial, y ya que nos reconfortas
constantemente concédenos participar de la redención eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“Tranquilícense, soy yo; no teman”
Mt 14, 22-36:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. SI ESTÁ UN ALMA EN TODA LA TRIBULACIÓN
Si está un alma en toda la tribulación y
alboroto interior que queda dicho y oscuridad del entendimiento y sequedad;
con una palabra de éstas que diga solamente: no tengas pena, queda sosegada
y sin ninguna, y con gran luz, quitada toda aquella pena con que le parecía
que todo el mundo……y si esta toda llena de temor: y con una palabra que se
le diga sólo: Yo soy, no hayas miedo, se le quita del todo, y queda
consoladísima, y pareciéndole que ninguno bastará a hacerla creer otra
cosa….( Castillo Int. O Las Moradas 6, 3, Santa Teresa de Jesús)
2. JESÚS NO DEJA NUNCA DE ORAR
Relata el Evangelio, (Mt 14, 22-36), que
después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos
que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras
él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas.
Jesús no deja nunca de orar, los Evangelios nos
muestran muchas situaciones donde Él se retira a orar, y busca la soledad
para hacerlo.
Muchas veces hablamos mucho, somos inquietos,
queremos hacer muchas cosas, pero la actividad más importante es orar, es
la mejor forma de utilizar el tiempo, y no se puede considerar como algo
secundario.
Cuando planifiquemos la actividad del día,
incluyamos unos minutos para la oración, y dejemos esos instantes para
dedicarnos con constancia a comunicarnos con nuestro Padre y que nada nos
aparte de esta intención.
3. DOCE ÍNTIMOS AMIGOS DEL SEÑOR, AVANZA
ENTRE LAS DIFICULTADES
Después de navegar casi toda la noche, la barca
donde navegan los Doce íntimos amigos del Señor, avanza entre las
dificultades ocasionadas por la violencia de las olas y el viento en
contra, podemos imaginar la fatiga que llevaban al remar así.
Es como le sucede hoy a nuestra Iglesia, que
avanza por Cristo en una mar de dificultades, remando contra la
irreverencia y el descaro de aquellos que imponen leyes contrarias a las
enseñanzas del Señor.
4. “TRANQUILÍCENSE, SOY YO; NO TEMAN”.
A la madrugada, Jesús fue hacia ellos,
caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar sobre las aguas,
se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y llenos de temor se pusieron a
gritar. Sin embargo la palabra de Nuestro Señor Jesucristo viene a
tranquilizar a sus almas y les dice: “Tranquilícense, soy yo; no teman”. De
todos ellos, Pedro es el más audaz, ya es el líder entre sus amigos, y le dice a Jesús:
“Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua” y lo hace
porque él no duda de que el Señor tiene ese poder y a una palabra “Ven”,
baja de la barca y camina sobre las aguas. Pero a causa de la violencia del
viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. La
reacción del Apóstol es muy humana, es un contraste entre la fe y su
intuitivo temor.
5. FRENTE A LAS TORMENTAS POR LA CUAL LA
IGLESIA PASA, TODOS TENEMOS QUE ANIMARLA
Quizás distinto hubiera sido si sus amigos
desde la barca le hubieran entre todos animados, “Pedro, avanza con
confianza”, “Pedro si se puede, ten fe”, y es posible pensar que entre
tanto ánimos de sus amigos él no hubiera tenido el normal temor de
hundirse. Esto nos enseña, comparando este suceso, que la barca es como
nuestra Iglesia y Pedro como nuestro Papa,
es decir, frente a las tormentas por la cual la Iglesia pasa, todos
tenemos que animarla a que siga adelante al encuentro con el Señor.
6. “HOMBRE DE POCA FE, ¿POR QUÉ DUDASTE?”.
Pedro, esta colmado de entusiasmo y ardor por
su Maestro, pero también expuesto a los miedos, al cansancio, por cuanto
necesita que el Señor venga en su ayuda para sostenerlo. Caminando sobre
las aguas turbulentas, el Dios de Jesucristo, se muestra como persona
humana y divina, él se hizo hombre y fue hermano para sus discípulos, es
parte de la familia de sus amigos, El los ánima pero también los reprende,
el calma sus tormentas, pero al mismo tiempo les tiende su mano. Frente al
peligro, EL se hace presente para salvarlos. Así es como en seguida, Jesús
le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por
qué dudaste?”. En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que
estaban en ella se postraron ante él, diciendo: “Verdaderamente, tú eres el
Hijo de Dios”.
7. SU PRESENCIA NOS PROTEGE DEL PELIGRO
El encogimiento de la fe, nos hace temer frente
al peligro, como también nos hace sentir desanimado en las dificultades, y
parece que naufragamos. Pero donde
la fe es viva, es cuando no dudamos del poder de Jesucristo, por cuanto su
presencia nos protege del peligro y nuestra Iglesia estará por siempre a
salvo, la mano del Señor se extenderá amorosamente para salvarla de
cualquier tormenta.
Y cuando estemos solos, o cuando nos veamos
solo, aprendamos a sentir la presencia del Señor, Él siempre quiere estar
con nosotros, lo hemos visto que no deja de preocuparse por sus apóstoles y
esta justamente ahí, donde el peligro asecha, para animarnos y darnos
confianza. Es lógico asustarse si no tenemos a Jesús junto a nosotros, es
normal que nos sintamos solo si no tenemos su compañía. Pero ahí está Jesús
diciéndonos "Tranquilícense, soy yo; no teman".
8. NOS CUESTA MUCHO RECONOCER SU PRESENCIA
En muchas ocasiones perdemos la tranquilidad, y
tenemos a nuestro alrededor una tormenta de preocupaciones y nos sucede que
no identificamos la voz de calma que nos da el Señor o nos cuesta mucho
reconocer su presencia, seguramente esto es porque estamos algo alejados de
Dios, y entonces no hundimos en la inseguridad que está bajo nuestros pies.
Cuando esto suceda busquemos tomar la mano salvadora de Jesús que se
extiende hacia nosotros, y hagámoslo poniendo mucho de nuestra parte.
9. ¡SEÑOR SÁLVAME!,
En efecto tenemos que poner mucho de nosotros y
hacerlo en forma habitual cada día, ya que Jesús no pide esfuerzo, y si
damos todo de sí, podemos confiar en la ayuda de Jesús, y como ante el
grito angustioso de Pedro ¡Señor Sálvame!, Él nos extenderá cariñosamente
las manos para hacerlo, pero no hará ver la poca fe, nos echará en cara que
si estuvimos en peligro y tuvimos miedo fue por no confiar en El o porque
no hemos distanciados de Él.
Todo volvió a la calma en el momento que Jesús
tomo la mano de Pedro, y todo es distinto cuando nosotros no tomamos de
Jesús, es cuestión de fe, esa fe que debe guiar nuestra vida, nuestro
propósitos, nuestros planes, fe que debe mantenerse viva para que ilumine y
la fuente de energía que permite que no se apague está en la oración.
10. ¡OH, QUE BUENO ERES DIOS MÍO,
DICIÉNDOLE A ELLOS Y A NOSOTROS ESAS PALABRAS!,
“Tranquilícense, soy yo; no teman”, le dice el
Señor a sus discípulos, ¡OH, qué bueno eres Dios mío, diciéndole a ellos y a
nosotros esas palabras!, .. Qué débil soy, qué miserable, qué pecador, qué
agitado estoy de continuo por el viento de la tentación y cómo estoy a
punto de anegarme...! Porque no es tanto que la tentación sea fuerte cuanto
que yo soy débil... Sí reconozco; tú no dejas que yo sea muy tentado;
siento mano sin cesar sobre mí para protegerme y cualquier tentación
grave... Qué bueno eres, Dios mío, diciéndome a mí que bogo sin avanzar un
paso, a mí que me siento juguete de las olas e impotente para continuar: No
teman. ... iQué bueno eres, no sólo diciéndome esa palabra, sino también
dejándome entrever que la esperanza
de que algún día tu mismos subirás a mi barquita..(Carlos de Foucauld)
Cristo
Jesús, vivan en nuestros corazones.
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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JESÚS SIGNIFICA DIOS SALVA.
Parte del relato del
Evangelio de este martes nos dice que: “Pedro, bajando de la barca, comenzó
a caminar sobre el agua en dirección a Él. (Jesús) Pero, al ver la
violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó:
“Señor, sálvame”. En seguida, Jesús le Vendió la mano y lo sostuvo,
mientras le decía: “Hombre de poca te, ¿por qué dudaste?”
Él, el Hijo de Dios,
proclama y realiza la voluntad del Padre: que todos los hombres se salven.
La salvación que Dios nos ofrece es una salvación concreta, histórica,
comienzo de la vida eterna que será la comunión con él, la experiencia
inexpresable del amor, de la alegría, de la fiesta sin fin. Esto nos hace
invulnerables contra los distintos tipos de sufrimientos que marcan la vida
humana, en virtud de su naturaleza limitada y frágil y, por estar herida
por el pecado, amenazada por la angustia.
La presencia de Dios
junto a nosotros, en nuestro acontecer terreno, aparece frecuentemente más
como una ausencia o, en cualquier caso, no parece ser eficaz. Ante nuestros
ojos, empañados por el miedo a vivir, su imagen se confunde con la imagen
de los numerosos mercaderes de soluciones fáciles e inmediatas para salir
de la angustia. A veces, se interponen entre nosotros y él ritos
convencionales y tradiciones de los antiguos. Estamos tan acostumbrados a
los sucedáneos de Dios que ya no sabemos reconocerle a él mismo. Más aún,
Dios nos desorienta porque no le conocemos como él se da a conocer. Nos
espanta porque fácilmente queremos verlo según nuestra imaginación y no tal
como él se muestra a nosotros.
En medio del remolino
que supone la imposibilidad que sentimos para encontrar vías de escape por
nosotros mismos, podemos hacer nuestro el grito de Pedro: “¡Señor,
sálvame!”, y tener la esperanza cierta de oírnos repetir lo que somos:
gente de poca fe, siempre dispuesta a dudar. Con nuestra débil fe podemos
reconocer que Jesús es el salvador, sólo él, y nadie más. Todo instante es
el momento oportuno para el encuentro decisivo con él, en lo íntimo y en lo
profundo de nuestro ser.
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ORACION (3)
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Señor Jesús:
¿Por qué dudo?
Porque tú presencia, Jesús, me resulta en
ocasiones incomprensible, tu venida a mi encuentro no pasa por los senderos
de mis lógicas y no te veo allí donde tú estás.
Te quisiera a mi medida, quisiera que fueras
alguien que resuelve mis desgracias, un antídoto contra los infortunios y
las posibles calamidades.
¿Por qué dudo?
Porque tu salvación abarca mi humanidad y la
transfigura a tu semejanza divina, y me produce vértigo.
Señor Jesús:
Si sigues apoyándome, también yo con mi titubeo
dubitativo podré confiarme a tu mano.
Que pase junto a ti, a través de las oleadas del
tiempo, a la dulcísima quietud de la eternidad.
Pedro
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FUENTES DE LA PAGINA
ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA
COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO NO OLVIDE DE INDICAR EL AUTOR Y
LAS FUENTES DE ORIGEN
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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