MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

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DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores.

Lectura del Profeta Jeremías. 23, 1-6.

Ay de los pastores que dejan perderse y desparramarse las ovejas de mis patos! - oráculo de Yahveh-. Pues así dice Yahveh, el Dios de Israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no las atendisteis. Mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras- oráculo de Yahveh-. Yo recogeré el Resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empujé, las haré tornar a sus estancias, criarán y se multiplicarán. Y pondré al frente de ellas pastores que las apacienten, y nunca más estarán medrosas ni asustadas, ni faltará ninguna- oráculo de Yahveh-.

Mirad que días vienen-oráculo de Yahveh- en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra. En sus días estará a salvo en Judá, e Israel y vivirá seguro. Y este es el nombre con que te llamarán:"Yahveh, justicia nuestra."


Salmo responsorial
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6.
R/ El Señor es mi pastor nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta,
en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Me guía por senderos justos,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras
nada temo porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume
y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.


SEGUNDA LECTURA

El es nuestra paz y ha hecho de dos una sola cosa.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios. 2, 13-18.

Más ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo.

Porque él es nuestra paz: el que de los pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en si mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz, y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. Pues por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu.