MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

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DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Yo haré llover pan del cielo.

Lectura del libro del Exodo. 16, 2-4. 12-15.

Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto. Los israelitas les decían: "Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta hartarnos! Vosotros nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda la asamblea."

Yahveh dijo a Moisés: Mira yo haré llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré a prueba para ver si andan o no según mi ley.

"He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: Al atardecer comeréis carne y por la mañana os hartaréis de pan; y así sabréis que yo soy Yahveh vuestro Dios." Aquella misma tarde vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al evaporarse la capa de rocío apareció sobre el suelo del desierto una cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha de la tierra.

Cuando los israelitas la vieron, se decían unos a otros: "Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:" Este es el pan que Yahveh os da por alimento."


Salmo responsorial
Sal 77, 3. 4b. 23-24. 25 y 54.

R/ El les dio pan del cielo.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
Las alabanzas del Señor, su poder,
las maravillas que realizó.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
Hizo llover sobre ellos maná,
les dio pan del cielo.
El hombre comió pan de ángeles,
el Señor les mandó provisiones hasta la hartura.

Los hizo entrar por las santas fronteras
hasta el monte que su diestra había adquirido.


SEGUNDA LECTURA

Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios.

Lectura de la carta de apóstol San Pablo a los Efesios. 4, 17. 20-24.

Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente.

Pero no es este el Cristo que vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme la verdad de Jesús a despojarnos, en cuanto a nuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y revestíos del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad