MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

www.caminando-con-jesus.org


DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Estás celoso de mí? Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta!

Lectura del libro de Números. 11, 25-29.

Bajó Yahveh en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los setenta ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más.

Habían quedado en el campamento dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad. Reposó también sobre ellos el espíritu, pues aunque no habían salido a la Tienda, eran de los designados. Y profetizaban en el campamento. Un muchacho corrió a anunciar a Moisés: <<Eldad y Medad están profetizando en el campamento.>> Josué, hijo de Nun. Que estaba al servicio de Moisés desde su mocedad, respondió y dijo: <<Mi señor Moisés, prohíbeselo.>> Le respondió Moisés: <<Es que estás celoso por mí? Quién me diera que todo el pueblo de Yahveh profetizara porque Yahveh les daba su espíritu.>>

 

Salmo responsorial
Sal 18, 8. 10. 12-13. 14.
R/ Los mandatos del Señor alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y eternamente justos.

Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado,
quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

 

SEGUNDA LECTURA

Vuestra riqueza está corrompida

Lectura de la carta del Apóstol Santiago. 5, 1-6.

Ahora bien, vosotros, ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará a vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas en estos días que son los últimos. Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido sobre la tierra regaladamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestros corazones en el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.