MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

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DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Entonces se salvará tu pueblo

Lectura del profeta Daniel 12, 1-3.

En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todo los que se encuentren inscritos en el Libro.

Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horno eterno. Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.

Palabra de Dios

 

Salmo responsorial
Sal 15, 5. 8. 9-10. 11.

R/ Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte esta en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena,
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

 

SEGUNDA LECTURA

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-14. 18

Y, ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar los pecados. El, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados.

Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado.

Palabra de Dios