MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

www.caminando-con-jesus.org


DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Mis días se consumen sin esperanza

Lectura del libro de Job 7,1-4.6-7

Habló Job, diciendo:

«El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.

Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.

Mis días corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza.  Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.»

Palabra de Dios.


Salmo responsorial 
Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6
Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.

Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel.

Él sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su nombre.

Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida. El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los malvados.


SEGUNDA LECTURA

¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23

Hermanos:

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.

Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

Palabra de Dios.