MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

www.caminando-con-jesus.org


DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Recuerda que fuiste esclavo en Egipto

Lectura del libro del Deuteronomio 55,12-15
Así dice el Señor:
- «Guarda el día del sábado, santificándolo, como el Señor, tu Dios, te ha mandado.

Durante seis días puedes trabajar y hacer tus tareas; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No haréis trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni tu ganado, ni el forastero que resida en tus ciudades, para que descansen como tú el esclavo y la esclava.
Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que te sacó de allí el Señor, tu Dios, con mano fuerte y con brazo extendido. Por eso te manda el Señor, tu Dios, guardar el día del sábado.»

Palabra de Dios.


Salmo responsorial 
Sal 80, 3-4. 5-6ab. 6c-8a. 10- 11 ab (.W.: 2a)

Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Acompañad, tocad los panderos, las cítaras templadas y las arpas; tocad la trompeta por la luna nueva, por la luna llena, que es nuestra fiesta.

Porque es una ley de Israel, un precepto del Dios de Jacob, una norma establecida para José al salir de Egipto. 

Oigo un lenguaje desconocido: «Retiré sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta; clamaste en la aflicción, y te libré.

No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto.


SEGUNDA LECTURA

La vida de Jesús se manifiesta en nuestro cuerpo

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 49 6-11

Hermanos:

El Dios que dijo: «Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo.
Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.

Palabra de Dios.