MISA DIARA Caminando con
Jesus Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant |
DOMINGO IV DE PASCUA PRIMERA LECTURA Ningún otro puede salvar Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles 4,8-12 En aquellos días,
Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: -«Jefes del pueblo
y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy
para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a
todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno,
a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos;
por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra
que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra
angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro
nombre que pueda salvarnos.» Palabra de Dios. Salmo
responsorial Dad gracias al
Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse
en el Señor que fiarse de hombres, mejor es refugiarse en el Señor que fiarse
de los jefes. Te doy gracias
porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha
sido un milagro patente. Bendito el que viene
en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. Tu eres mi Dios,
te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es
bueno, porque es eterna su misericordia. SEGUNDA LECTURA Veremos a Dios tal cual es Lectura de la primera
carta del apóstol san Juan 3, 1-2 Queridos hermanos: Palabra de Dios. Aleluya Jn 10, 14 Lectura del
santo evangelio según san Juan 10, 11-18 En aquel tiempo,
dijo Jesús: - «Yo soy el buen
Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es
pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye;
y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le
importan las ovejas. Yo soy el buen
Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me
conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además,
otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y
escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el
Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita,
sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder
para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.» Palabra de Dios. |