MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

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DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti

Lectura del libro de la Sabiduría 18, 6-9

La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres,
para que tuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban.

Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables, pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti.

Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial

Sal 32, 1 y 12. 18-19. 20 y 22 (R.: 12b)

R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a se

Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-19

Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve.

Por su fe, son recordados los antiguos. Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber a dónde iba.
Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas - y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa -mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía.

Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, numerosos- como las estrellas del cielo y como la arena incontable playas.

Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido viéndolo y saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y  peregrinos en la tierra.

Es claro que los que así hablan están buscando una p añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
 
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque parada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «lsaac continuará tu descendencia.»

Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos.
Y así, recobró a Isaac como figura del futuro.

Palabra de Dios.

 

0 bien más breve:

Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-12

Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve.

Por su fe, son recordados los antiguos.
Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas -y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa-, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía.

Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.

Palabra de Dios.