MISA DIARA

Caminando con Jesus  

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant  

www.caminando-con-jesus.org


DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO  C

PRIMERA LECTURA

Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor

Lectura del libro de Jeremías 17, 5-8

Así dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor.

 

Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien;

habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita.

 

Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.

 

Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces;

cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde;

en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: Sal 39, 5a)

R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,

ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.


Será como un árbol plantado al borde de la acequia:

da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;

y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.

Porque el Señor protege el camino de los justos,

pero el camino de los impíos acaba mal. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 12. 16-20

Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan?

 

Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados.

 

¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

 

Palabra de Dios.