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MISA DE LA MAÑANA

ANTÍFONA DE ENTRADA Gál 4, 4

Ya se cumplió el tiempo establecido, en el que Dios envió a su Hijo a la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Jesús, apresúrate, no tardes, para que tu venida consuele y anime a quienes confían en tu bondad. Tú que eres Dios y vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo. Por los siglos de los siglos.

LECTURA 2Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16

Lectura del segundo libro de Samuel.

Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz, librándolo de todos sus enemigos de alrededor, el rey dijo al profeta Natán: “Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el arca de Dios está en una tienda de campaña”. Natán respondió al rey: “Ve a hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo”. Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: “Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la habite? Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel. Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti.

Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra. Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa. Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre”.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

La profecía de Natán es la carta del mesianismo real. Al rey que se propone edificar una casa para el Señor, se le dice que a él se le construirá una casa: la elección de su dinastía. Ello significa que el Señor estará con él y con su pueblo, como garantía de su integridad y de su paz. El mismo Señor edificará para David una casa, dándole un trono eterno. Esta promesa, es uno de los ejes de la historia; resume y concentra en la familia de David las promesas hechas a los patriarcas y será evocada con frecuencia por las sucesivas profecías mesiánicas, comunicadas por Amós, Isaías, Jeremías, Malaquías y Ezequiel.

SALMO Sal 88, 2-5. 27. 29

R. ¡Cantaré eternamente tu misericordia, Señor!

Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

Porque tú has dicho: “Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo”. R.

Yo sellé una alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi servidor: “Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones”. R.

Él me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi roca salvadora”. Le aseguraré mi amor eternamente, y mi alianza será estable para él. R.

ALELUYA

Aleluya. Sol naciente, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven a iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte. Aleluya.

EVANGELIO Lc 1, 67-79

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente: Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y nos ha dado un poderoso salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian.

Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de los enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida. Y tú, niño, serás llamado profeta del altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Zacarías nos ofrece una síntesis brillante de los principales temas de la historia de la salvación. La obra del Señor tiene como soporte su gran misericordia que se nos manda imitar en nuestras relaciones humanas (cf. Lc 6, 36). El “Hijo de David”, prometido desde antiguo, conducirá al pueblo no con la fuerza de las armas, sino por la santidad y la justicia; cumplirá las promesa hechas, a pesar de los muros levantados por la infidelidad, la idolatría, la injusticia y la hipocresía de los hombres. Bendito sea el Señor que ha sido justo y misericordioso para sacar a su pueblo de la esclavitud y capacitarlo para que viva en paz y libertad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad, Padre, los dones que te ofrecemos; haz que, al recibirlos, nos libren de nuestros pecados y podamos esperar con alma limpia la gloriosa venida de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1, 68

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por esta eucaristía, te pedimos, Padre, que así como preparamos la fiesta del admirable nacimiento de tu Hijo, también podamos recibir con alegría la abundancia de sus dones eternos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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