Reflexión desde las Lecturas del Domingo XXVII Ciclo B

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    UNIDOS A CRISTO Y APOYADOS EN SU GRACIA LOS MATRIMONIOS PUEDEN SER FIELES AL PLAN DE DIOS

Todo aquello que configura la vida de cada persona no es ajeno al seguimiento de Cristo. Es lo que sucede con la realidad del matrimonio que encontramos en el evangelio del domingo vigésimo séptimo (Mc 10,2-16). En realidad, al rechazar el divorcio lo que hace Jesús es remitir al proyecto originario de Dios (1ª lectura: Gen 2,18-24). Él viene a hacer posible la vivencia del matrimonio tal como el Creador lo había pensado y querido, “desde el principio de la creación”.

La Buena Noticia que es el evangelio abarca a toda la existencia humana. También el matrimonio. Pero, como siempre, Cristo va a la raíz. No se trata de que el evangelio sea más estricto o exigente. “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes”, es decir, como mal menor por el pecado y sus consecuencias.

Cristo manifiesta que los matrimonios pueden vivir el plan de Dios porque viene a sanar al ser humano en su interior, viene a dar un corazón nuevo. Cristo viene a hacerlo nuevo. Al renovar el corazón del hombre, renueva también el matrimonio y la familia, lo mismo que la sociedad, el trabajo, la amistad... todo. En cambio, al margen de Cristo sólo queda la perspectiva del corazón duro, irremediablemente abocado al fracaso. Sólo unidos a Cristo y apoyados en su gracia los matrimonios pueden ser fieles al plan de Dios y vivir a la verdad del matrimonio: ser uno en Cristo Jesús.

“Carne” en sentido bíblico no se refiere sólo al cuerpo, sino a la persona entera bajo el aspecto corporal. Por tanto, “ser una sola carne” indica que los matrimonios han de vivir una unión total: unión de cuerpos y voluntades, de mente y corazón, de vida y de afectos, de proyectos y actuaciones... Jesús insiste: “ya no son dos”. La unión es tan grande que forman como una sola persona. Por eso el divorcio es un desgarrón de uno mismo y necesariamente es fuente de sufrimiento. Pero, por lo dicho, se ve también que un matrimonio vive como divorciado, aunque no haya llegado al divorcio de hecho, si no existe una profunda unión de mente y corazón entre los esposos.

2.    PRIMERA LECTURA

El hombre no agota su vocación dominando la materia y la vida. El hombre ha sido hecho para amar, para encontrar al “otro”, para comunicar vida. Y lo que el hombre descubre en la mujer no es más que otro “él mismo”: “hueso de mis huesos, carne de mi carne”. Considerada como “una ayuda adecuada”, la mujer es creada para sacar al hombre de su propia soledad, proporcionándole comunión. Para unirse a su mujer, el hombre no duda en abandonar su familia; es ya el misterio del otro lo que le atrae y lo llama a salir de sí mismo.

Lectura del libro del Génesis, 2,4:7. 18-24

Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, modeló al hombre con arcilla del suelo, y dijo: “No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando éste se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: “Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre”. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

Palabra de Dios.

2.1   GÉNESIS

El nombre Génesis, proviene de la versión de los LXX, y alude a su contenido sobre el origen del mundo y de la humanidad. Entre los hebreos palestinenses, este primer libro del Pentateuco era llamado Beresit (“al principio”), que es la primera palabra del texto hebreo. En este libro se trata de narrar los orígenes del pueblo hebreo, y, como preámbulo a la historia de la elección de los patriarcas, se da la prehistoria del mismo, enlazando tradiciones y recuerdos en torno a determinados personajes primitivos hasta llegar al primer hombre. Y, como introducción al origen del hombre, se describe el origen del universo y de todos los seres de un único Dios Creador. Así, pues, el libro comienza con la creación del cosmos, para terminar con la muerte de José, que cierra la serie patriarcal.

El libro se divide en dos partes netas, del capítulo 1 -11, el origen del mundo y prehistoria de la humanidad y del capítulo 12 al 50 la elección e historia de los patriarcas.

A la vista de este esquema, aparece claro que el autor sagrado no pretende presentarnos un relato completo de los orígenes de la humanidad ni del pueblo de Israel, sino destacar los sucesos y personajes más importantes, que, al decir de Agustín de Hipona, son como los hitos que marcan el curso seguido por las promesas de salvación a través de las edades de la historia humana.

Este primer libro de la Biblia es sumamente rico en enseñanzas religiosas, que son la base de la teocracia hebrea. Se presenta a un Ser supremo, creador de todas las cosas, obrando conforme a sus atributos de omnipotencia, sabiduría, justicia, santidad y verdad. Dios no sólo creó al hombre, sino que tuvo particular providencia de él, colocándolo en el paraíso y dándole una “ayuda semejante a él.” Dios creó al hombre dotado de libertad; por eso le somete a una prueba, de forma que quiere acepte voluntariamente su servidumbre.

2.2  TODO PARECE QUE ES PERFECTO, PERO FALTA ALGO, EL HOMBRE, A PESAR DE QUE VIVE EN UN PARAÍSO, ESTE NO PUEDE SER FELIZ.

El autor sagrado, siguiendo su método descriptivo e insinuante, finge en Dios un momento de reflexión. Todo parece que es perfecto, pero falta algo en su obra, pues el hombre, a pesar de que vive en un paraíso, este no puede ser feliz, pues necesita de una ayuda que le complete y con la que pueda comunicarse. El autor, profundo conocedor de la psicología humana, pone aquí de relieve misteriosas tendencias en la naturaleza humana, la atracción de los sexos, el complemento sexual y la vocación del hombre hacia la convivencia unida con la parte femenina En el capítulo anterior, el autor decía simplemente que Dios había creado al hombre en su doble manifestación sexual de “macho y hembra los creo.” La integridad de la naturaleza y la necesidad de la procreación exigían esta diversidad como en los demás animales. Pero ahora el autor sagrado quiere enseñar otras verdades, como el origen divino del matrimonio y la igualdad sustancial de la mujer y el hombre, y así presenta una parábola en acción, en la que los diversos elementos o protagonistas entran en escena en conformidad con las exigencias de las ideas a expresar. Así, lo primero que quiere el autor sagrado poner de relieve es esa tendencia misteriosa del hombre hacia la mujer, sin la que no encuentra felicidad. Esta idea queda bien clara al decir que Dios le presentó todos los animales para que los reconociera como suyos y les pusiera nombre en señal de dominio sobre ellos; “Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre”.  La escena es, sin duda, ficticia, pero expresa bien a las claras que el hombre no encuentra en ellos el complemento que exige su naturaleza, la compañía ansiada, la “ayuda semejante a él.” Los psicólogos hablan del eros, de la libido, como fuerzas ocultas que existen en la subconsciencia humana. El autor sagrado sabe también que existe esa fuerza misteriosa en el hombre hacia la mujer, y en este relato pintoresco presenta al hombre inquieto y desasosegado hasta que encuentra su complemento. Dios mismo, que ha constatado que falta algo en su obra; “No conviene que el hombre esté solo”, y va a llenar el vacío que colme el corazón del varón. Para que quisiera a su futura compañera (ayuda semejante a él), la saca de su mismo cuerpo. Y vendrán a ser los dos una sola carne. ¿Podemos concebir una explicación más plástica y realista del amor conyugal?

2.3  “NO CONVIENE QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO”.

Este capítulo 2 del libro del Génesis, nos muestra al hombre creado por Dios, en la soledad de los comienzos. “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien”, no obstante,  luego vio al hombre y reflexionó; “No conviene que el hombre esté solo”. Los animales, con toda la variedad de sus especies, no están en condiciones de colmar el vacío existencial del hombre. Este ejerce sobre ellos discernimiento y autoridad, determinando sus funciones en la tierra, pero no son “semejantes a él”. La creación de la mujer a partir de la parte del hombre considerada más noble -el tórax, sede del corazón- está presentada con elementos comunes a otras mitologías del Oriente medio. El sueño que cae sobre el hombre es extraordinario; “Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño”  y es preludio de la obra extraordinaria que El Señor va a realizar.

“El Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre”. Dios presenta la mujer creada al hombre, del mismo modo que al comienzo le había presentado los animales; “Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre”, pero el resultado es muy distinto. El hombre reconoce en la mujer a una criatura igual a él en dignidad y “El hombre exclamó: “Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer”. Está unido a ella con un vínculo más fuerte que con cualquier otro ser, para estrechar el cual hasta las relaciones con los padres se transforman; “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne”. El hombre y la mujer han sido creados para ser una sola cosa. El nombre de mujer, que el hombre da a la criatura plasmada a partir de su costilla, expresa la identidad de naturaleza entre los dos y la diversidad de sus tareas. De este modo es como manifiestan la imagen y la semejanza del Dios creador;  Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra”. (Gn 1,26).

3.    SALMO

El Salmo 127 que nos trae la liturgia de hoy, es un canto a la felicidad doméstica de quien teme al Señor: ¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo…. Tu esposa como una vid fecunda... Tus hijos como renuevos de olivo... Que te bendiga el Señor desde Sión…. que veas a los hijos de tus hijos. Paz a Israel.

Sal 127,1-6

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. R.

Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. R.

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén! R.

¡Y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel! R.

3.1  FELICIDAD DEL JUSTO.

Este breve poema tiene un fondo sapiencial, como el anterior, (parece continuación y conclusión del salmo anterior) si bien resalta en él un carácter marcadamente placentero. Se declara bienaventurado al que sigue las normas de la justicia divina, disfrutando de su trabajo y viéndose rodeado de numerosa sucesión y aun lejana descendencia.  En el salmo anterior, Salmo 126, se citaba que los esfuerzos humanos sin Dios son estériles, y reza que no se fatiguen para ganar el pan, porque Dios se los da a sus amigos mientras duermen, y numerosos hijos como herencia o salario; “cuando él colma a su amado mientras duerme  la herencia del Señor  son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas”  (Salmos 126, 2,3). En este salmo es todo lo contrario, pues ahora felicita al hombre que tiene en cuenta a Dios. También se proclama y se contempla la satisfacción del que, por haber actuado bien y fielmente, honra al Señor y sigue sus caminos; “Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos”, por tanto ha conseguido hermosas bendiciones divinas tales como trabajo fructífero y sustento asegurado, prosperidad; “Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien”, y tendrá además una esposa fecunda e hijos numerosos como brotes de un olivo: “Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa”. En otra palabras, la felicidad total.

3.2  LA PROSPERIDAD DEL QUE TEME A DIOS.

El “temor de Dios” es el principio de la sabiduría; “El temor de Dios es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción”. (Proverbios 1,7), porque amoldando la conducta a las exigencias de la ley divina se consigue la bendición del Señor Todopoderoso. El salmista insiste en esta idea, tan recalcada en los escritos sapienciales. El ideal de la doctrina de la mayor parte de los libros sapienciales del A.T., proclama que debe disfrutarse de los bienes que Dios otorga de modo moderado, teniendo en cuenta que cualquier exceso es duramente castigado por la justicia divina.

La senda de la ley del Señor lleva a la felicidad: “Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos”. (Proverbios 8,32), pues el justo tiene asegurada larga vida bajo la protección del Señor Todopoderoso; el trabajo de sus manos no será usufructuado por sus enemigos, sino que, al contrario, el premio a su laboriosidad será el disfrute honesto del mismo; y así, su vida se desarrollará plácida y tranquila, rodeado de numerosa descendencia. Sus hijos serán como brotes de olivo que se enrollarán al tronco familiar, formando una escolta de honor en torno a la mesa del hogar: “tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa”. El olivo es símbolo de vitalidad y de vigor.

Pero esta felicidad familiar debe tener una proyección social y aun nacional; por eso, el salmista piensa en la prosperidad de la ciudad santa, donde mora el Señor. Todo israelita debe pensar siempre en la suerte de su nación, que está vinculada a su Dios por una alianza: la prosperidad familiar debe ser un reflejo de la prosperidad general de la colectividad nacional y de la propia capital de la teocracia: “Alabad al Señor, porque es bueno el Señor, salmodiad a su nombre, que es amable. Pues el Señor  se ha elegido a Jacob, a Israel, como su propiedad”  (Salmos 134, 3). Por eso, la descendencia del israelita está vinculada a la suerte de la nación: la paz sobre Israel. Este pensamiento final colectivo sirve para que el salmo pueda ser cantado por los peregrinos que se acercan jubilosos a la ciudad santa.

Somos responsables ante Dios de todo lo que hagamos y digamos y de todo lo que dejemos de hacer y de decir. No se trata de tener miedo a Dios, pero sí de “trabajar con temor y temblor por nuestra salvación” (Fil 2,12). El Temor de Dios, es amor a Dios, por eso hoy cantamos muy alegres: ¡Feliz quien ama al Señor! Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida”

4.    SEGUNDA LECTURA

En tiempos de Jesús se pensaba que los ángeles regían el cosmos y el destino del hombre aquí abajo. En cambio, el hombre moderno no hace intervenir a los ángeles en su comprensión de las leyes del universo, pero está convencido que una cierta comprensión de estas leyes mantiene la humanidad en un estado de alienación. Para salvar al hombre de sus alienaciones, el Salvador debía estar necesariamente; “por poco tiempo debajo de los ángeles”, a fin de asumir totalmente la condición humana, viniendo a ser así el hermano de una muchedumbre

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9-11

Hermanos: A Aquél que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, El experimentó la muerte en favor de todos. Convenía, en efecto, que Aquél por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.

4.1  HEBREOS

La Carta a los Hebreos, es un escrito de gran importancia doctrinal, y a él se presta hoy mucha atención por teólogos y exegetas. Está dentro del “canon” de libros inspirados y consta históricamente que pertenece a la época apostólica. Pero ¿quién fue su autor? Tradicionalmente, durante siglos, ha venido atribuyéndose a Pablo; sin embargo, a partir ya de principios del siglo XIX, esta paternidad paulina ha sido fuertemente discutida. Desde luego, comparada a las otras cartas paulinas, es éste un escrito singular, cuyas diferencias saltan a la vista. Nada de saludo inicial, nombrando autor y destinatarios, como en las otras cartas de Pablo; todo presenta más bien aspecto de tratado teológico o de exposición homilética, a excepción del último capítulo, único que tiene tono de carta. También el modo de citar la Sagrada Escritura es del todo característico por la forma como se introduce la cita. Por lo que toca a las ideas, no es difícil hallar pasajes paralelos en las otras cartas paulinas; pero, incluso en esto, se nota un modo característico de presentar esas ideas. El modo propio como nos habla esta carta, hace pensar a muchos eruditos que la carta a los Hebreos no ha podido ser escrita por Pablo, al menos de modo directo. No obstante esta explicación inicial, en cuanto a unos de los propósitos de la carta, parece claro que el autor trata de animar a los destinatarios a que permanezcan firmes en la fe que han abrazado, sin desanimarse ante las persecuciones.

Evidentemente, la figura central en torno a la cual gira todo el escrito es la persona de Jesucristo, cuyos principales atributos se hacen resaltar de modo solemne en el comienzo mismo de la carta. Creemos que en esos versículos queda ya enunciada la idea básica que dirige toda la exposición, es a saber, especie de confrontación entre la Antigua Alianza y la Nueva, haciendo resaltar la inmensa superioridad de ésta: “Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos” (Hebreos 1,1-2)”

4.2  JESUS NO SE AVERGÜENZA DE LLAMARNOS HERMANOS

La carta a los Hebreos presenta la persona de Jesús y su misión, sacando a la luz sus características únicas. Jesús es el Hijo y su dignidad no es comparable a la de ningún otro ser. El autor de la carta lo demuestra desarrollando en particular la comparación con los ángeles, a los que ciertos medios judíos reconocían un papel de mediación entre Dios y los hombres. Jesús, en cuanto hombre y tras haber renunciado a las prerrogativas divinas; “El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Flp 2,6-8), se encuentra en una condición inferior respecto a la de los ángeles; “por poco tiempo debajo de los ángeles” ;sin embargo, en virtud de la pasión y de la resurrección, vive ahora glorioso para siempre y se le tributa todo honor; “a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor”. Precisamente por el sufrimiento y la muerte que ha padecido, “a causa de la muerte que padeció”, obedeciendo al Padre, Jesús se ha convertido en fuente de salvación para todos. El, por quien todo ha sido creado y en quien todo subsiste; “Todo lo sometiste debajo de sus pies. Al someterle todo, nada dejó que no le estuviera sometido. Mas al presente, no vemos todavía que le esté sometido todo” (Hebreos 2, 8), ha compartido la condición histórica del hombre y, llevando a cumplimiento en sí mismo su vocación, se ha convertido en guía autorizado de la humanidad en el camino de retorno al Padre. “Convenía, en efecto, que Aquél por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos”, Jesús cumple, por consiguiente, las condiciones de la mediación sacerdotal: autoridad ante Dios en virtud de su obediencia salvífica; compartimiento de la naturaleza humana marcada por el límite y por el sufrimiento; “perfeccionara, por medio del sufrimiento”.  Jesús no pierde a ninguno de los que el Padre le ha dado, y “los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen”. Jesús, es Hijo de Dios y hermano de todos los hombres “por eso, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos”.

5.    EVANGELIO

Abordando aquí la cuestión del divorcio, el Maestro recuerda que el Creador los hizo hombre y mujer y que la tendencia más profunda del amor, inscrita en la naturaleza de las cosas es la indisolubilidad. En el matrimonio el ideal del Creador es la unión perpetua del hombre y la mujer. El hombre y la mujer, tienen, en materia de amor, los mismos derechos y las mismas obligaciones. Así la aventura conyugal es presentada como uno de los terrenos privilegiados donde toma cuerpo la venida del Reino, por tanto, que ella sea vivida en fidelidad a la iniciativa original del Creador.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos Mc 10, 2-16

Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?” Él les respondió: “Qué es lo que Moisés les ha ordenado?” Ellos dijeron: “Moisés permitió declaración de divorcio y separarse de ella”. Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, “Dios los hizo varón y mujer”. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne”. De manera que ya no son dos, “sino una sola carne”. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquélla; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor

5.1  JESÚS FUE A LA REGIÓN DE JUDEA Y AL OTRO LADO DEL JORDÁN.

Después de una breve indicación geográfica, san Marco recoge la escena en que “algunos fariseos” ”Se acercaron a Jesús” y  le preguntan, tentándole, “para ponerlo a prueba” sobre la licitud del divorcio. Era tema discutido en las escuelas rabínicas. A San Marcos le interesa enseñar la absoluta indisolubilidad del matrimonio como también en otras ocasiones señalan los evangelistas, intentan tender una trampa a Jesús para demostrar su culpabilidad como violador de la ley y para el presente caso, le plantean la cuestión de la posibilidad del divorcio

San Marco trae como propio las preguntas que sobre el tema le hacen los discípulos en casa. Igualmente plantea el divorcio desde el punto de vista de la mujer — derecho greco-romano —, que también estaba algún tanto en uso, mientras que san Mateo se atiene a la iniciativa del hombre, conforme a la ley judía.

5.2  ¿ES LÍCITO AL HOMBRE DIVORCIARSE DE SU MUJER?

Como ya sabemos, los fariseos se caracterizaban por su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, entonces le preguntaron: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”. Cuando hablamos de algo lícito, es porque esta permitido por la ley, pero aquí esta pregunta la orientación es, si es justo desde el punto de vista de la razón o de la moral, la pregunta es hecha de manera queriendo obligar a Jesús a que opine sobre esta disputa que permitía el divorcio literalmente por cualquier razón o causa, o sólo por causa de adulterio.

“Qué es lo que Moisés les ha ordenado?”. La contra pregunta de Jesús pone de manifiesto que las prescripciones de la Ley de Moisés no constituyen el principio absoluto, sino una derogación de la más importante ley originaria de la creación, derogación motivada por la dureza del corazón de los hombres; “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes”, reiteradamente desobedientes a los mandamientos divinos.

Con todo, Jesús afirma categóricamente sobre lo indisoluble del vínculo matrimonial, revalidando la dignidad del matrimonio, rechazando la teoría del repudio, y restaura el derecho en su sentido original, sin dejar de recordar que Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón”, pero además deja en claro que; “desde el principio de la creación”, Esto es, al principio no era así y luego destaca que; “Dios los hizo varón y mujer”.

5.3  UN AMOR PARA SIEMPRE

El amor que nos prometemos al casarnos, es un amor para siempre, de lo contrario no estaríamos siendo honestos y sinceros, por tanto el amor tampoco seria verdadero. Como humanos, por lo general somos inconstantes, y tenemos facilidad para el cambio, en especial con el carácter de persona, y esta forma de ser voluble, es una amenaza para la permanencia del amor. Entonces la intervención de Dios en nuestra unión como esposos, es garantía de indisolubilidad de este sacramento. Esta es una obra de la creación, es obra de Dios, en la que los hombres no podemos intervenir.

Sin embargo, muchas veces conscientes que la unidad y la indisolubilidad del matrimonio son dos cualidades establecidas por Dios, se le exige intervención a la Iglesia e incluso se le hace ver que es demasiado terca, firme, perseverante o excesivamente tenaz en este propósito, pero con lo que nos dice Jesús, significa que ni la misma Iglesia puede intervenir, por tanto, lo que debemos comprender que lo que esta haciendo es ser fiel a lo mandado por Dios.

5.4  EL QUE SE DIVORCIA DE SU MUJER Y SE CASA CON OTRA COMETE ADULTERIO

Por otra parte, Jesús, no está contra la ley de Moisés. Con todo, en los puntos en que se distancia de ella lo hace para volver a poner en primer plano la voluntad de Dios tal como se manifestó en el acto creador. Esto es lo que da su sentido a las citas del Génesis; “pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó”. (Génesis 1,27) y la otra cita de la lectura de hoy; “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne” (Gn 2,24): el hombre y la mujer han sido creados con una diferenciación sexual masculina-femenina, pero están llamados a la unidad en la complementariedad, en la unión inseparable, que tiene que ver con todo su ser personal.

Jesús quiere devolver a la ley divina, su primitivo vigor, y dice: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquélla; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.

Es cierto que muchas veces el matrimonio no es algo fácil, en otras palabras tiene su cruz y en ocasiones muy pesada, más aún si se mira como algo del cuerpo y de sus instintos, o relacionado con ellos, esto es carnal, pero si al contrario, si lo miramos con algo más de espíritu, y tomamos conciencia de que es un gran sacramento, descubriremos la riqueza del matrimonio.

5.5  NO TODOS ENTIENDEN ESTE LENGUAJE

“Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto”. La enseñanza dispensada a los discípulos cuando regresaron a la casa, acentúa la afirmación del carácter inescindible (esto es, no se puede dividir) del vínculo matrimonial y, poniendo en el mismo plano de responsabilidad al hombre y a la mujer, subrayando la validez del mandamiento; “no cometerás adulterio” (Ex 20,14), cuyo cumplimiento vino a proclamar Jesús;  “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”. (Mt 5,17).

Y así Jesús no aprobó la conclusión de no conviene casarse, “¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?..... Lo que Dios unió no lo separe el hombre.” (Mateo 19, 3-6) y alaba la castidad consagrada, entonces responde: “No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido”. (Mateo 19,11) En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!.(Mateo 19,12)

Esta es una invitación a la continencia perpetua a los que quieran consagrase exclusivamente al Reino de Dios, pero este ideal no es válido para todos, sino para aquellos a los Dios llama a tal estado y que tienen una firme voluntad de guardarla. Entonces nosotros tenemos que saber cual es el estado de vida que Dios nos ha señalado en el puesto que hemos de servir, sea este el camino del matrimonio cristianos, o la soltería o la virginidad consagrada.

5.6  DEJEN QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MÍ

El relato evangélico prosigue presentando un encuentro de Jesús con los niños; “Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara”. A la actitud intolerante y hostil de los discípulos; “pero los discípulos los reprendieron” y  se opone la actitud acogedora y cálida de Jesús. Los discípulos ven cómo Jesús les reprocha su dureza contra quienes ocupaban de modo decidido uno de los peldaños más bajos de la escala social de aquel tiempo; “Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan”. Se capta la intención del evangelista, que no es otra que comunicar a la comunidad cristiana una enseñanza que Jesús repite constantemente: el que no tiene pretensiones, el que es considerado incapaz o indigno por su aparente poquedad, ése es quien está en mejores condiciones para acoger, mejor que los llamados poderosos, el Reino de Dios; “porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos”.

Era costumbre bendecir los niños por los jefes de la sinagoga, los Judío tenían por costumbre presentar sus hijos a los rabinos, de ellos los niños recibían la bendición con imposición de las manos. Lo mismo que los hijos y discípulos se hacían bendecir por sus padres y maestros. Así fue, como la gente trajo sus hijos para que Jesús les impusiera las manos, pues veían en Jesús la facultad de realizar milagros o actos extraordinarios. En ese momento Jesús estaba enseñando, y los apóstoles no miraron con buenos ojos este proceder de los padres y los niños, entonces ellos reprendieron a los muchachos, quizás pensaron que molestarían al Maestro, también los niños deben haber actuado como son hasta hoy, donde ellos ven cariño, se acercan con mucha confianza.

La imposición de manos, si les evocaba la bendición de Jacob sobre sus hijos (Gen 48:14), también podríamos pensar en su necesidad para un efecto prodigioso, como la hemorroísa.

5.7  EL REINO HA DE RECIBIRSE COMO LOS NIÑOS LO RECIBEN.

Conforme a las ideas del medio ambiente, no se refiere tanto a la inocencia como a lo casi nada que para un judío significaba un niño. Frente al orgullo y exigencia farisaicos, el reino es simple don del cielo.

Si los apóstoles querían impedir su acceso a él, aparte de lo que podría haber de alboroto por acercarlos a Jesús, podrían pensar el que eran niños: cosa sin gran valor para un judío.

Cuando veamos a los niños acercarse al presbiterio, dejémoslo, “no se lo impidan”,  esa confianza que a ellos les inquieta se les confirma en el corazón, la presencia de Cristo en el altar, allí está su cuerpo y sangre en cada eucaristía, aún más invitemos a los niños al sagrario, digámosle que es el tabernáculo, enseñemos a nuestros muchachos a orar, a hacer sus plegarias frente al santísimo, acostumbremos a nuestros niños a ofrecer sus oraciones por ellos y por sus familia al Señor Sacramentado, es justo eso lo que Jesús no esta pidiendo, “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan” “porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos”.

5.8  LA SENCILLEZ DE CORAZÓN ES RECLAMADA CON INSISTENCIA

Jesús no solo quiere demostrarnos su gran amor por nuestros niños, en los Evangelios la sencillez de corazón es reclamada con insistencia, la limpieza y la humildad e espíritu es un requisito indispensable para llegar al Reino de los Cielos y Jesús quiere que todos lleguemos, por esa razón nos invita a ser como niños, por que en ellos las virtudes no están contaminadas, siempre esta presente la docilidad, y la buena disposición.

Cuando un niño asiste a una catequesis, oye, presta atención, pregunta y lleva a su corazón lo aprendido y lo hace con sencillez, es así, como Jesús ve en los niños el prototipo de sus discípulos, igual como los niños abren sus corazón, sin contradicciones al espíritu, sin juzgar el plan Salvador de Dios, así quiere nuestra disposición a oír los Evangelios.

Fomentemos en nosotros y nuestros niños las virtudes de los infantes, inocencia, sencillez de corazón, sinceridad, credibilidad, docilidad y buena disposición, especialmente para descubrir en los Evangelios el camino para participar en la pertenencia del Reino de los Cielos.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

XXVII Domingo Ciclo B

El Señor les Bendiga, Cristo Jesús, viva en nuestros corazones

Publicado en este link: PALABRA DE DIOS


Fuentes Bibliográficas: Biblia Nácar Colunga y Biblia de Jerusalén

Algunos conceptos están tomados de los comentarios a los Evangelios por Manuel de Tuya, O. P.

Biblia Comentada, Adaptación Pedagógica: Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teol.

Lectura de la Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.)

Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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