Reflexión desde las Lecturas del XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    ¿CUÁL ES MI TESORO?

Porque los hijos de este mundo son más astutos... que los hijos de la luz. He aquí la enseñanza fundamental de esta parábola. Este administrador renuncia a su ganancia, a los intereses que le correspondían del préstamo, para ganarse amigos que le reciban en su casa cuando quede despedido. Jesús alaba esta astucia y sugiere que los hijos de la luz deberíamos ser más astutos cuando son los bienes espirituales los que están en juego. ¡Qué distinto sería si los cristianos pusiéramos en el negocio de la vida eterna por lo menos el mismo interés que en los negocios humanos! Debemos preguntarnos: ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar por Cristo?

Ningún servidor puede servir a dos señores. Esta es la explicación profunda de lo anterior. El que tiene como rey y centro de su corazón el dinero, discurre lo posible y lo imposible para tener más. Y lo mismo el que busca fama y honor, gloria humana, poder, comodidad... El que de veras se ha decidido a servir al Señor, está atento a cómo agradarle en todo y se entrega a la construcción del Reino de Dios, buscando que todos le conozcan y le amen. Se nota si servimos al Señor en que cada vez más nuestros pensamientos, anhelos y deseos están centrados en Él y en sus cosas. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Lc 12,34). ¿Dónde está puesto mi corazón? ¿Cuál es mi tesoro? ¿A quién sirvo de veras?

2.    PRIMERA LECTURA Am 8, 4 -7

Cuando el pobre se tiene que vender a cualquier precio, es el signo más evidente que una sociedad ha tocado el techo de la injusticia. Este breve relato del profeta Amós ilustra el comportamiento errado de quien por un lado celebra rigurosamente las fiestas religiosas sin que ello le mueva a un cambio de actitud respecto a la injusticia y sufrimiento de los menos favorecidos.

Lectura de la profecía de Amós.

Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: « ¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo». El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré ninguna de sus acciones.

Palabra de Dios.

2.1  LAS INJUSTICIAS SOCIALES

El profeta vuelve de nuevo a la carga contra las injusticias sociales, como en los primeros capítulos, y presenta a los ricos insaciables de Israel nerviosos por adquirir nuevas ganancias. En su impaciencia por acumular riquezas, se les hacen largos los días feriados del novilunio (primero de mes) y del sábado, en que estaban prohibidas las transacciones. Además, procuraban hacer todos los fraudes posibles: “Disminuiremos la medida”, para dar menos de lo debido, y agrandaremos “aumentaremos el precio”, para exigir más a los compradores, “falsearemos las balanzas para defraudar”.  No se puede reflejar mejor la avaricia sin conciencia de las clases pudientes. Abusando de su situación privilegiada, trafican con las conciencias de los pobres, comprándoles por un par de sandalias; “compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias”, aprovechándose de la situación angustiosa de los desheredados por deudas mínimas, les embargan los pocos bienes que tienen y aun los someten a la esclavitud: compraremos por dinero a los débiles. En contraste con este crimen de pisar la personalidad de los demás comprándola al precio mínimo, se atreven a vender “hasta los desechos del trigo”. Todo esto está clamando por la intervención de la mano justiciera de Dios. Por eso ha jurado por el orgullo de Jacob: “El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob”, es decir, a causa de la insolencia y obstinación pecadora de Israel, que no echará en olvido sus obras pecaminosas. Su paciencia se está agotando, y aunque aparentemente parece que olvida las transgresiones de Jacob-Israel, sin embargo, todo, es tenido en cuenta: “Jamás olvidaré ninguna de sus acciones”   

3.    SALMO Sal 112, 1-2. 4-8

BONDAD DE DIOS CON LOS HUMILDES.

En este himno de alabanza se declara la especial providencia que tiene el Señor sobre los humildes a pesar de su excelsa majestad. Este salmo es el primero de la serie (112-117) que constituye el “gran Hallel,” por empezar con la exclamación litúrgica “aleluya” (“Alaben al Señor”). Estos seis salmos se cantaban en las grandes fiestas del año — Pascua, Pentecostés, Tabernáculos y Dedicación del templo — y en los novilunios, (primero días de mes), excepto el primero de año.

Este salmo constituye como “el punto de unión entre el cántico de Ana (1 Cf. Sam 2:1-10) y el Magníficat de la Virgen”. Se divide en tres estrofas. El estilo es sencillo, pero muy fluido y elegante.

R. ¡Alaben al Señor, que alza al pobre!

Alaben, servidores del Señor, alaben el Nombre del Señor. Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y para siempre. R.

El Señor está sobre todas las naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra? R.

Él levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo. R.

3.1   LA PROVIDENCIA DIVINA SOBRE LOS DESVALIDOS.

El salmista invita a los piadosos — siervos de Yahvé en cuanto que viven conscientes la vocación de entrega a Dios como miembros de un pueblo elegido entre todos los de la tierra para servirle de un modo especial (Cf. Sal 69:36) — a entonar himnos de alabanza al Dios providente y excelso. “Alaben, servidores del Señor, alaben el Nombre del Señor. Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y para siempre”. El nombre del Señor simboliza su esencia y sus atributos, y bajo este aspecto es digno de admiración y alabanzas. Pero este reconocimiento alabador del nombre del Dios de Israel no debe limitarse a las funciones litúrgicas del templo, sino a todas las manifestaciones de la vida: ahora y siempre. Todos los pueblos — de oriente a occidente — deben asociarse a estas alabanzas que ahora resuenan en el tabernáculo de Sión, porque, aunque el Señor sea el Dios del pueblo israelita, es también el Señor de todos los pueblos. “El Señor está sobre todas las naciones”

La morada del Señor está en lo más alto de los cielos, “su gloria se eleva sobre el cielo” y desde allí contempla la marcha de la historia. Con bello antropomorfismo, el poeta presenta al Señor tan elevado en la cúspide de los cielos, que tiene que abajarse para contemplar al detalle lo que pasa por la tierra. “¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra?”

Su solicitud se extiende principalmente a los necesitados y humildes. “El levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo”. Plásticamente presenta el salmista al pobre, expulsado de la sociedad, sentado en su miseria y lo eleva sobre la más alta dignidad de los “nobles de su pueblo”. El salmista, pues, trabaja con la tradición literaria para expresar su gratitud hacia el Señor, que se preocupa de redimir a los desvalidos y despreciados de la sociedad.

4.    SEGUNDA LECTURA 1Tim 2, 1-8

A través de los consejos del autor de esta carta podemos conocer por quién, cómo y cuándo oraban aquellos cristianos; y al hacerlo por los soberanos y autoridades, no se pide para ellos castigo sino conversión y que sean los agentes de paz que la sociedad espera.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.

Querido hijo: Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar e a todos. Éste es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento. Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.

Palabra de Dios.

4.1  HAGAN PETICIONES, ORACIONES, SÚPLICAS Y ACCIONES DE GRACIAS POR TODOS LOS HOMBRES

Manda el Apóstol que se hagan oraciones por todos los seres humanos; “Querido hijo: Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres”, y en especial por los constituidos en dignidad, comenzando “por los soberanos y por todas las autoridades”. La razón de esta mención especial de las personas constituidas en dignidad es porque su conducta implica graves consecuencias para el bien de los demás, dependiendo de ellos en gran parte “para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna”

A fin de dar más autoridad a su recomendación, Pablo añade que “Esto es bueno”,  es decir, el que reguemos por todos y en especial por los constituidos en dignidad, “y agradable a Dios nuestro Salvador”  Y da la razón: “porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. Es obvio, pues, que si quiere que todos se salven, nosotros, rogando por todos, hacemos una cosa grata a Dios. Enseñanza importante sobre el deber y la eficacia de la oración para cooperar a la voluntad de Dios. Es la oración algo que se introduce entre Dios y la voluntad libre del hombre, a fin de atraer sobre ésta gracias de luz y de fuerza por parte de Dios, que libremente la dobleguen a sus planes salvadores.

4.2  “HAY UN SOLO DIOS Y UN SOLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES: JESUCRISTO, HOMBRE”

La expresión “porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” viene a equivaler aquí a conocimiento de la verdadera religión. El razonamiento de San Pablo todavía no se detiene aquí. En efecto, el Apóstol sigue encadenando verdades, y ahora va a explicar el porqué de esa voluntad salvífica universal de Dios. Dice que no puede ser de otra manera, pues, “Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar e a todos”. Lo que equivale a decir que son dos las razones del universalismo: la unicidad de Dios, primer principio y último fin de todos y, la unicidad del Mediador, Dios y hombre a la vez; “que se entregó a sí mismo para rescatar e a todos”. El que San Pablo hable de único “mediador”, que es Jesucristo, no excluye la mediación de los ángeles y santos, y singularmente la de la Virgen María, conforme ha sostenido siempre la Iglesia, pues esa mediación de los santos supone la mediación de Jesucristo, y en ella se funda y de ella recibe toda su fuerza. El término “mediador,” aparte este lugar, se aplica también a Jesucristo en Heb 8:6 y 9:15. La idea, sin embargo, es muy frecuente: por El tenemos acceso al Padre (Ef 2:18), la paz (Rom 5:1), la victoria (1 Cor 15, 57), etc. La misma concepción de Cristo como nuevo Adán (cf. Rom 5:12-21) contiene implícitamente la idea de la mediación.

Llama la atención el relieve que, al hablar de Cristo Jesús, da el Apóstol a la palabra “hombre Él también”. Algunos eruditos comentan que puede ser que se trate simplemente de hacer resaltar que Jesucristo ejerce ese poder de “mediador” precisamente en cuanto hombre, pues es en cuanto hombre como va a la muerte y paga a Dios el precio de nuestro rescate. Claro que, en realidad, solamente porque también era Dios pudo dar a su muerte un valor infinito, y, por tanto, es en su condición de hombre-Dios como le compete el título de “mediador” único.

4.3  QUE LOS HOMBRES OREN CONSTANTEMENTE, LEVANTANDO LAS MANOS AL CIELO

San Pablo termina su razonamiento diciendo que “el testimonio que Él dio a su debido tiempo” que es a redención del mundo por la pasión y muerte de Cristo fue una prueba manifiesta de la voluntad salvífica universal del Padre, escondida durante siglos y manifestada ahora en el tiempo por El. Para promulgar o extender por el mundo ese testimonio, Pablo ha sido elegido “heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera”.  

Después de aconsejar que se hagan oraciones por todos y en especial por los constituidos en dignidad, San Pablo indica ahora el modo de orar, distinguiendo entre hombres “Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones”. Se trata, como aparece del contexto, de las oraciones públicas. Ese “oren constantemente”  es siempre, con perseverancia y donde se reúnan las asambleas cristianas. La costumbre de orar con las manos levantadas hacia el cielo era la ordinaria entre los judíos (cf. Ex 9:29; 1 Re 8:38; Is 1:15; Sal 134:2). San Pablo quiere que ésa siga siendo la costumbre entre los cristianos; pero que lo hagan con las manos “puras” (pureza moral) y “sin arrebatos ni discusiones”,  es decir, plenamente dispuestos para la oración (cf. Mt 5:23-24)

5.    EVANGELIO Lc 16, 1-13

El texto de Lucas que alaba la astucia y sagacidad del administrador deshonesto, por otro lado resalta la incompatibilidad entre el camino cristiano y el apego a las cosas de la tierra por ser pasajeras, debido a que, quien se apega al dinero termina excluyendo a Dios, porque no se puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o apreciará a uno despreciando al otro.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús decía a los discípulos: Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto". El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!" Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?" "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez". Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos". Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz. Pero Yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

Palabra del Señor.

5.1   BUSCAR FUTUROS AMIGOS A COSTA DE UN FRAUDE

Esta narración solo la trae el evangelio de Lucas, es propio de una historia parabólica e imaginaria. No es una alegoría, ya que  los elementos que utiliza son del mundo natural e incluso verosímil. En todo caso es bastante extraña esta propuesta la de buscar futuros amigos a costa de un fraude. Casi parece un enigma o incógnita.

Pero no por ello vamos a no considerarla, al contrario, buscaremos descubrir la enseñanza. Como método pedagógico, en la estructura de las parábolas puede haber elementos irreales, sin que exijan una interpretación alegórica, ya que se los utiliza para acusar más el relieve de la doctrina que trata de exponerse. Como aquí.

5.2  UN ADMINISTRADOR INFIEL VA A SER DESTITUIDO

La trama es sencilla. Un administrador infiel va a ser destituido. Con ello, su fama y porvenir se hunden. La narración no resalta otros detalles intermedios, que podían suponerse; pero son elementos que no interesan a la finalidad propuesta. Este hombre, antes de ir a su dueño a rendir cuentas, se previene para el futuro, haciendo favores con fraude, ya que debe ser hombre débil que no puede ponerse a trabajar, y el mendigar le avergüenza: les rebaja en las cuentas parte de lo que debían.

5.3  NUESTRA VIDA, NO ES NUESTRA, ES DE DIOS

Una cosa es cierta, no siempre nos parece buena idea dar cuenta de lo que hemos hecho, parece que nos gusta poco que se metan en la forma como manejamos nuestra vida. También tenemos temor que se analice los distintos aspectos de nuestros actos, como si no estuviéramos seguros si lo hemos realizado bien.

Pero resulta que nuestra vida, no es nuestra, es de Dios y Él nos ha dado gratis muchas cosas, nos ha entregado talentos, dones, virtudes, cualidades y El sí puede exigirnos dar cuenta de cómo lo hemos hecho, en especial, que la proyectemos y la compartamos con el prójimo.

Bajo esta perspectiva anterior, vemos que es necesario hacer una revisión de cómo estamos en nuestra rendición de cuentas, de nuestros pensamientos y acciones, es decir como lo hemos hecho en nuestro rol de administrador de los bienes que nos ha dado Dios, y teniendo en consideración, que no conocemos el momento en el cual nos pueden llamar a dar cuentas.

5.4  EL SABER ADMINISTRAR LAS RIQUEZAS, LOS BIENES MATERIALES, DE TAL MANERA QUE TRAIGAN GRAN PROVECHO EN EL REINO

Y Dios nos tiene bien advertido, “estén preparado porque el Hijo del Hombre vendrá en la hora menos pensada” (Mt. 24,24)

Entonces la aplicación de este fragmento del Evangelio, se hace a un caso concreto: el saber administrar las riquezas, los bienes materiales, de tal manera que traigan gran provecho en el Reino: probablemente alude de una manera específica a la limosna, ya que el tema es de riquezas.

Dice el este relato que el amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad, por eso cuando el amo se enteró de esta astucia final “alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente”.

5.5  LOS QUE PERTENECEN A ESTE MUNDO SON MÁS HÁBILES

Dice el Señor: “Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz”. Y Cristo saca explícitamente la lección, los hijos de este mundo son más astutos en el trato con los suyos que los hijos de la luz para sus obras religiosas. Esta es la doctrina e intento directo: la necesidad de esmerarse sumamente en lograr el mayor provecho en la vida del Reino.

Hoy nosotros somos los hijos de la Luz, pero no siempre nos comportamos como tal. Nuestra Luz es esa que nos dijo Jesucristo, “Yo soy la Luz del Mundo”

Pero también hay hijos de este mundo, muchos de ellos escalan con rapidez lo que ellos llaman “posición”, sea esta política, económica o social y a muchos les resulta un arduo trabajo este paso a paso para tener una posición más alta, y hacen su vida una pasión por conservar sus bienes y aumentarlos.

5.6  LA OBTENCIÓN  DE BENEFICIOS DE LOS BIENES QUE DIOS NOS HA DADO

He aquí una paradoja, porque es un hecho extraño, absurdo u opuesto a la opinión o al sentir de un cristiano, somos hijos de la luz, y que poco empeño ponemos en la obtención  de beneficios de los bienes que Dios nos ha dado, y que poco interés de servirnos de los medios que tenemos para el logro del bienes de nuestro espíritu. A modo de ejemplo, sucede a veces que estamos más preocupados por un regalo desmedido, vana ostentación, más que por tantas obras de caridad que necesitan de lo que tenemos. Y es un contrasentido, saber que  hemos recibido de Dios cualidades especiales para emplearla en bien del prójimo y que difícil nos resulta administrar este bien.

Es una actitud espiritual sobre lo que somos nosotros y lo que tenemos. Si no lo hemos hecho, es hora de darse cuenta de que todo lo que nosotros somos y todo lo que poseemos son regalos generosamente entregados a nosotros por un Dios que nos ama y que nos llama a mantener una relación con El. No poseemos nada -ni siquiera la vida misma- que no haya sido un regalo de Dios. Y con esta comprensión viene tanto un deseo de devolver de alguna manera, como acción de gracias, una parte de todo lo que nos ha sido dado, así como también una creciente conciencia de nuestra responsabilidad de usar sabiamente esos regalos. La buena administración de nuestro tiempo para dedicarse a Dios, es una actitud de gratitud sensible y responsable.

5.7  SOMOS AMADOS Y LLAMADOS A MANTENER UNA RELACIÓN CON CRISTO

Antes que nada la administración de nuestro tiempo, talento y tesoro como Bienes de Dios empieza con una relación, somos amados y llamados a mantener una relación con Cristo, por tanto, la medida de nuestra fidelidad a esa relación, será el resultado palpable y visible del anhelo de devolver a Dios lo que a Él le pertenece.

Contemplando a Cristo, no dejemos de reconocer lo mucho que nos ama, El reconoce que Mientras más amamos, más deseamos dar de nosotros mismos en nuestra tarea de administrador de sus bienes.

5.8   EL USO DEBIDO QUE DEBEMOS DAR A LAS RIQUEZAS MATERIALES

En la segunda parte del evangelio de Lucas, se refiere directamente al uso debido que debemos dar a las riquezas materiales y alude a la parábola que se acaba de exponer. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas” (en el cielo”. Al decir, esto, no justifica el robo, sino que las riquezas que se tengan se las administre esmeradamente para la vida eterna. Además, “dinero de la injusticia” es una frase del A.T. que significa “riquezas terrenas” (Eclo 5:10).

Literariamente se presenta con una doble modalidad: una es ahora gánense amigos que aquí son los pobres socorridos, que serán los que después intervendrán ante Dios, máxime cuando al hacer esto se hace al mismo Cristo (Mt 25:40).

5.9   NO SE PUEDE ROBAR LO AJENO Y DEL PRODUCTO DE ESTE ROBO DAR A LOS POBRES

Un pensamiento de aquel tiempo decía del pobre y el rico que ambos se necesitan: “Los ricos auxilian a los pobres en este mundo con sus riquezas; y los pobres, a los ricos en el mundo venidero.”

Sin embargo Jesús nos enseña que no se puede robar lo ajeno y del producto de este robo dar a los pobres, la limosna bien dada es la que se gana con el propio trabajo. Tampoco se puede robar a los pobres, y de eso dar a otros como si fuera algo justo. Esos hacen los usureros. Al Señor no podemos engañar. Y no olvidemos que lo que hemos recibido de Dios, es algo que a Él le pertenece, por tanto también a nuestro prójimo.

5.10  ASÍ COMO DEBEMOS DAR A LOS POBRES PARA QUE SEAMOS RECIBIDOS DE ELLOS EN LOS CIELOS.

Serán además riquezas injustas todas las que el Señor nos ha concedido para satisfacer las necesidades de nuestros hermanos y semejantes, y que egoístamente reservamos para nosotros. Debemos, por tanto, entregarlas a los pobres o a las necesidades del prójimo desde el principio. Porque en verdad hemos sido injustos administradores de esas riquezas, si hemos retenido para nosotros todo aquello que se nos ha concedido para la necesidad de los demás.

Si estamos conscientes de ello, es hora de no continuar de ningún modo en esta crueldad. Es así como debemos dar a los pobres para que seamos recibidos de ellos en los cielos. Si adquirimos “las moradas eternas” por nuestra amistad con los pobres, es decir si ganamos el cielo por afecto y consideración de los indigentes, debemos pensar que cuando les damos nuestras donaciones, que más bien las ponemos en manos de nuestros defensores que en las de los necesitados.

5.1   ¿Y QUIÉNES SON LOS QUE SERÁN RECIBIDOS POR ELLOS EN LAS MORADAS ETERNAS?

¿Y quiénes son los que serán recibidos por ellos en las moradas eternas, sino aquellos que los socorren en su necesidad y les suministran con alegría lo que les es necesario? Estos son los menores de Cristo, que todo lo han dejado por seguirlo y todo lo que han tenido lo han distribuido entre los pobres, necesitados, indigentes o pordioseros para poder servir a Dios desembarazados de los cuidados de la tierra y, libres del peso de los negocios mundanos y así levantarse como en alas hacia el cielo.

¿Cuantos bienes hemos recibido de Dios? Hemos recibido cualidades, talento, educación, oportunidades, salud, posiciones en la sociedad, alegría, simpatía. Muchas cosas ha puesto Dios en nuestras manos, para nuestro uso, para salvarnos y para salvar a los demás. La administración de todos estos bienes, tendremos que dársela en su día a Dios.

5.12   EL QUE ES FIEL EN LO POCO TAMBIÉN ES FIEL EN LO MUCHO,

Que hermoso es cuando somos testigos que las grandes cosas provienes de las pequeñas. Cuán grande es a veces un pequeño gesto. Una mínima palabra amorosa expresada en nuestros labios produce mucha más paz en quien la da y quien la recibe que todo un gran discurso. El trato afable, el saludo cortés, el ayudar al desvalido en algunos de sus problemas, la capacidad de oír el desahogo del que sufre, en fin, pequeños gestos que engrandecen el corazón. Así es como toda nuestra vida está basada en pequeñas cosas, más aún insignificante. Un segundo es casi nada, pero ellos son parte del tiempo de nuestra vida. De los insignificantes segundos nace toda una felicidad para nosotros.

Entonces segundo a segundo estamos esperando las grandes ocasiones de nuestra vida, sin embargo están se presentaran en contadas etapas o circunstancias. En cambio las cosas de cada día, las que transcurren en el diario vivir, los sencillos deberes cotidianos, nos preparan para las cosas grandes. Porque no será fácil para ninguno de nosotros superar los obstáculos mayores si no hemos superado los menores, porque los pequeños reveses, mínimos contratiempo, nos hacen decaer fuertemente. Entonces muchas veces necesitamos mayor fortaleza para las cosas pequeñas que las grandes. Entonces qué bien nos llegan estas palabras del Señor cuando nos dice que “el que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho”.

5.13   NO HAY CRIADO QUE PUEDA SERVIR A DOS AMOS

Dice el Señor: “Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo”. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero, y También nos dice: “Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. (Mt 6, 24) No se puede servir a Dios y a las riquezas. Ni psicológica ni religiosamente esto es posible. El corazón ha de estar totalizado en Dios.

Pero además Él nos dice: "Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones”, Toda la pedagogía del Señor es una voz de alerta, un llamado a nuestros corazones y conciencia, todo los que nos dice en sus enseñanzas y en sus parábolas tiene por fin el prepararnos para que seamos salvos.

5.14   TODO LO QUE TENEMOS QUE HACER, ES SER HONESTO Y DE CORAZÓN PURO ANTE DIOS

Y ¿Qué podemos ocultar a Dios?, ¿Qué podemos fingir al Señor? No debemos ser tentados hacernos pasar por lo que no somos, no procuremos mostrar sentimientos que no tenemos, no pretendamos pasar por justo siendo injustos, no engañemos tratando de demostrar que somos gente de paz y alimentamos la violencia en el corazón. Porque no engañaremos a Dios, tratando de dar una imagen de generosidad con un corazón de sentimiento egoísta. ¿Acaso es bueno hacer una vida cómoda y tratar de hacer ver que nos esforzamos por ser activo en la ayuda a los que sufren?

Con toda razón dice Jesús; "Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios". (Lc 16-15)

Todo lo que tenemos que hacer, es ser honesto y de corazón puro ante Dios, buscar todos los caminos de la vida sana, recta, santas, así Dios no apartara sus dulces y delicados ojos de nosotros.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 Publicado en este link: PALABRA DE DIOS

 XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C


Fuentes Bibliográficas:

www.caminando-con-jesus.org

Biblia Nácar Colunga y Biblia de Jerusalén

Julio Alonso Ampuero, Meditaciones Bíblicas sobre el Año Litúrgico


www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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