COMO ENSEÑAR A ORAR A LO NIÑOS Testimonio personal Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant Cuando era muy pequeño, esto es, desde la fecha que aún tengo
recuerdos, no podía dormir si no se sentaba en mi cama, y junto a mi madre,
yo soy el segundo de 6 hermanos, lo primero era oír algún cuento o alguna
historia, y luego la infaltable oración antes de dormir. “Jesusito
de mi vida, eres niño como yo, déjame ser tu amigo, yo te entrego mi corazón,
y tu me das tu amor, cuídame al dormir por favor” o la bien conocida oración
“Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”,
luego me persignaba y a dormir. Cuando conversamos de este tema entre adultos ya de mi edad, a muchos
les trae bellos recuerdos esta costumbre, y no encontramos mucha explicación
porque no es un hábito como lo fue antes. Cuando asistimos a la Santa Misa, la proporción de edad de los fieles
que vemos es mas o menos un setenta por ciento de adultos mayores, y en el
treinta por ciento restante no son todos adolescentes, tal vez la minoría,
creo que eso es consecuencia de esta falta de enseñanza de orar que tienen
los niños, es una de las tantas razones por la cual debemos retomar esta
costumbre tan bella, porque así se iniciaba la comunicación de los padres con
los hijos, es el primer catecismo, es la primera enseñanza de amor por Jesús.
No es esto nada de difícil, empecemos de nuevo. Comencemos de una manera muy familiar y sencilla, oremos con nuestros
hijos junto a su cama, ambos padres, y seguro que nuestros hijos y nosotros
dormiremos con una gran paz interior. No busquemos ninguna oración
complicada, lo más sencillo y natural posible y estaremos sembrando las más
hermosas de las semillas en el corazón de nuestros hijos, y esta podrá dar
los frutos que el Señor no pide. “En un jardín de hermosas flores, el Señor dejo caer una semilla, y
encargo a su hijo el riego y el cuidado, así fue como germinó la mas bella de
todas, el Señor la esta ahora esperando en su mesa sólo él sabe cuando,
porque y para que” (PSADB-1990) No olvidemos poner en un lugar destacado en la habitación donde
duermen los niños, alguna imagen de Jesús, a mi me agrada más en las que esta
en brazos de su Madre la Virgen María. Importante que tengan a la vista algún recuerdo de su bautismo y
luego si lo han hecho de su primera comunión. Una pregunta me he hecho
siempre, ¿porque no se pone una foto del día de matrimonio en la habitación
de los hijos? Percibir la presencia de Dios, de Jesús, de la Virgen María, desde
pequeño, nos reconforta y nos da paz, no hace sensible en nuestra fe, porque
si los hijos por ejemplo observan a sus padres que están tomados de la mano,
con los ojos cerrados en comunicación con Dios, seguro de que ellos harán lo
mismo, y de verdad percibirán al Señor, recuerden que el no dijo, que si dos
o mas se reúnen en mi nombre yo estaré dentro de ellos. Creo que esta experiencia es imborrable en nuestros niños, Dios
Padre, Dios Hijo, el Espíritu Santo, mi padre, mi madre, mis hermanos, junto
a mí orando en casa, que confianza para quedar en las manos de Dios. PEDRO SERGIO ANTONIO DONOSO BRANT Diciembre 2001 |