CONTAGIARSE DE LA LUZ V Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo A Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant La palabra de Dios en este domingo V del
Tiempo Ordinario del Ciclo A, es para contagiarse de la Luz. En efecto, la
Liturgia de este domingo, utiliza la imagen de la luz para hablar del hombre
que es justo y que teme al Señor.
También lo siente el Apóstol Pablo,
que comenta que se presentó antes los corintios débil, temeroso y vacilante
de modo qué su saber y credenciales eran solamente Jesús, “Luz del Mundo”. El
hombre de fe, que confía en Dios, es un “hombre luminoso”. La luz que
resplandece en los hombres buenos y justos, es la misma luz del Señor, que
vive en su corazón, y por eso motivo
se transparenta, hasta el punto de convertirse en luz del mundo, así
el Señor nos ha dicho que; “Ustedes son la luz del mundo” (Mateo 5, 14) Es de este modo, como la liturgia de este
domingo, pasa a ser una celebración para contagiarse de la luz, donde el
hombre justo puede irradiar en el mundo con su propio testimonio, como el que
relata con sencillez el apóstol Pablo en la Segunda Lectura. (1Cor 2,1-5)
“Hermanos, cuando los visité para anunciarles el misterio de Dios, no llegué
con el prestigio de la elocuencia o de la sabiduría”. El apóstol, inundado de
la luz divina, se convierte a su vez, en antorcha que alumbra a los corintios.
Por otra parte, sabemos que muchos, aun
siendo bautizados y conocedores del Evangelio, se alejan de la fuente de la
luz, que es el amor de Dios, convirtiéndose en expresión de lo absurdo de una
luz sofocada, como si estuviera bajo el cajón de su propia incoherencia y de
la falta de memoria en la fe en Dios hecho hombre, que ha dicho de sí mismo:
“Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino
que tendrá la luz de la vida”. (Juan 8,12) La primera lectura del profeta Isaías, (Is
58, 7-10) describe que quien se preocupa del pobre, el que comparte su pan
con el hambriento y albergas a los pobres sin techo y cubre al que ve
desnudo, es como un hombre la cual luz surge como la aurora, y a quien
construye relaciones de paz y de caridad, como un hombre la cual luz brilla
en las tinieblas. Y entonces presenta la influencia de un hombre justo y
generoso, que con su vida ejemplar rompe el hielo de una sociedad cerrada en
sí misma, que no se preocupa de los necesitados, que no ofrece su pan al
hambriento y no sacia al que vive en la penuria, por eso la intervención del hombre
bondadoso, es comparada al calor
y a la luminosidad de la luz, y su luz
se alzará en las tinieblas y la oscuridad será como al medio día. Luego como respuesta a esta primera lectura
de Isaías, el salmo (Sal 111,4-9) nos
hace expresar que para los buenos brilla una luz en las tinieblas, haciendo
ver también, que el hombre justo, bondadoso, que se compadece y da prestado,
y administra su vida con rectitud, no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá
para siempre, su corazón está firme, confiado en el Señor, y es luz en la tinieblas. Y luego en el mismo Evangelio, (Mateo 5, 13-16) el Señor
compara a sus discípulos con una lámpara que no puede ocultarse debajo de un
cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los
que están en la casa. La referencia al cajón debajo del cual se esconde la
luz, resalta lo absurdo del punto, porque una lámpara no puede permanecer
escondida o cubierta, porque en esas condiciones pierde su sentido y su
función. La luz debe resplandecer y la “luz de los hombres” corresponde a sus
obras buenas, o sea los actos de amor y de justicia. El testimonio de la fe no pasa sólo a
través de las palabras, pero si pasa por ser personas que son capaces de
hacer obras de solidaridad, caridad, paz y de justicia. El cristiano, no debe
ocultarse, y debe estar expuesto a Luz del Señor, para contagiarse de la Luz de Cristo, y una
vez recibida la Luz, no debe esconderla de debajo del propio “cajón”, sino
irradiarla a todos aquellos que lo rodean y para que sea visto por todos, a
fin de que los demás vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está
en el cielo. El
Señor nos bendiga con su Luz Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Domingo
V del Tiempo Ordinario Ciclo A Is
58, 7-10, Sal 111,4-9, 1Cor 2,1-5, Mt 5, 13 16 Publicado en este enlace de mi WEB: REFLEXIONES
INTIMAS EN AMISTAD CON DIOS |
|
---