“PORQUE VIMOS SU ESTRELLA EN ORIENTE Y HEMOS VENIDO A ADORARLO” Mt 2, 1-12 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant ocds 1.
EL PROFETA ISAIAS ANIMA A ISRAEL
CON Ya viene el Señor del universo. En sus manos, están la
realeza, el poder y el imperio. (Mal 3, 1; 1Crón 19, 12), así nos anuncia Cristo-Luz brilla en las tinieblas y a su resplandor
acudirán pueblos y reyes con cantos y ofrendas. Mira a tu alrededor y observa:
todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos …..se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas
de las naciones llegarán hasta ti…….Todos ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas
del Señor. Jesús se manifiesta hoy y es reconocido como Dios. 2.
PUES JESÚS HA VENIDO NO SÓLO PARA Ya no se contempla al rededor del pesebre la humilde
presencia de los pastores, sino la fastuosa comitiva de los Magos, que han
venido del Oriente para rendir homenaje al Niño Dios, como representantes de
los que no pertenecían a su pueblo. Pues Jesús ha venido no sólo para la
salvación de Israel, sino para la de todos los hombres de cualquier raza o
nación. El instituyó «la nueva alianza en su sangre, convocando un pueblo de
entre los judíos y los gentiles, que se condensara en unidad... y
constituyera un nuevo Pueblo de Dios» (LG 9). También S. Pablo habla de este grandioso misterio que él
ha tenido la misión de anunciar al mundo: - los gentiles son coherederos y
miembros todos de un mismo cuerpo, copartícipes de las promesas en Cristo
Jesús mediante el Evangelio- (Ef 3, 6). La fiesta de Epifanía, o Teofanía, quiere decir precisamente
”manifestación de Dios”; que la oración y el celo de los creyentes apresuren
el tiempo en que la luz de la fe brille sobre todos los pueblos, para que
todos conozcan --la insondable riqueza de Cristo- (Ef 3, 8) y adoren en él a
su Dios. (Fr. Gabriel de Santa M.
Magdalena, OCD Intimidad Divina) 3.
¿DÓNDE ESTÁ EL REY DE LOS JUDÍOS
QUE ACABA DE NACER?” Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de
Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron:
“¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? San Mateo, comienza es fragmento del Evangelio precisando
el lugar del nacimiento de Cristo, “En Belén de Judea”, también nos sitúa
cronológicamente, “bajo el reinado de Herodes”, Se refiere a Herodes el
Grande, que reinó en años antes de Cristo. En esa época narra la venida de
unos “Magos de Oriente” a Jerusalén. El Evangelio nos relata: “unos magos”, no dice que sean
reyes. Se sostiene que venían desde Persia, que eran “celosos observadores de
la justicia y de la virtud.” Cicerón añade que son “la clase de sabios y
doctores en Persia.” En una segunda época tardía, después de la conquista de
Babilonia, degeneraron y pasaron a ser nigromantes y astrólogos en el sentido
peyorativo. San Jerónimo dice: “La costumbre y lenguaje popular toma los
magos por gente maléfica.” Los magos que aquí presenta el evangelio aparecen
como personajes importantes y hombres dedicados al estudio, principalmente de
los astros. No eran, por tanto, reyes. Ni por su nombre, ni por su
origen, ni por el modo como Herodes los recibe y marchan a Belén. El texto
del evangelio dice que proceden “de Oriente” o mejor aún, “de las regiones
orientales.” Ellos mismos dirán “Porque vimos su estrella en Oriente” Sin
embargo, al tratar de precisar la región, surgen las divergencias. Como
exprese antes, pudiera ser Persia, el país originario de los magos. Esta es
la opinión de la mayoría de los Padres y así son representados en varias
catacumbas y aun en la iglesia de Belén, del siglo IV. Caldea — Babilonia —,
además de ser país de magos, estuvo en contacto con Israel y pudo conocer sus
esperanzas mesiánicas. Sin embargo, para otros, no parece que sea este país.
Así también puede ser Arabia, país del Este por excelencia, porque su
comercio y las invasiones a Palestina se hacían por Moab y el Jordán. En estas
regiones se encontraba el país de los nabateos, donde residían gran número de
judíos con frecuentes relaciones con Palestina. Es probable, pues, que el
relato de san Mateo se refiera a esta gran zona de Arabia. La llegada de los Magos a Jerusalén fue diversamente
interpretada en la tradición. La opinión más frecuente en los Padres es que
fue poco después del nacimiento de Cristo. Sin embargo, la opinión ordinaria
es que se pone sobre año y medio después, ya que Herodes da la orden de matar
a los niños de “dos años abajo.” 4.
“PORQUE VIMOS SU ESTRELLA EN
ORIENTE Y HEMOS VENIDO A ADORARLO” Nos presenta esta estrella con un carácter sobrenatural.
Pues se les aparece y desaparece; les va guiando y camina delante de ellos;
llegada sobre el lugar donde estaba el Niño, se paró. Su semejanza puede
encontrarse en lo que se lee en el Éxodo: que “una columna de fuego, en la
noche, iba delante de ellos” en el camino de Israel por el desierto (Ex
13:21). El que los Magos conocieran que aquella estrella anunciaba
el nacimiento del “Rey de los judíos,” además de la ilustración y moción
sobrenaturales que había que suponer, se realizó por algo que estaba en el
ambiente. Era entonces esperado el Mesías, expectación que di-fundieron los
judíos en su cautividad de Babilonia y en Habiendo visto la estrella, “Porque vimos su estrella en
Oriente y hemos venido a adorarlo”, se encaminan a Jerusalén.
Pensaban que el acontecimiento era del dominio público. Por ello preguntan,
sin más, dónde estaba el Rey de los judíos que había nacido y venimos para
adorarle. Y, a pesar de que su presencia en Jerusalén no debió de llamar la
atención, acostumbrada a diversas caravanas, la noticia llegó a Herodes,
quien temió que pudieran crearle revueltas y peligros políticos. Ante este hecho, “El rey Herodes quedó desconcertado”,
Herodes convoca a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del
pueblo. El Sanedrín era el Gran Consejo de la nación. Constaba de 71
miembros, divididos en tres grupos: príncipes de los sacerdotes, que eran los
ex sumos sacerdotes, y re-presentaban a las grandes familias sacerdotales;
los escribas, cultivadores e intérpretes de las Escrituras, y los ancianos,
representantes de los sectores importantes de la nación. El Consejo estaba
presidido por el sumo sacerdote. Y, reunidos, les pregunta “dónde
había de nacer el Mesías.” Le contestaron con el texto de Miqueas: “En
Belén de Judea” -le respondieron-, porque así está escrito por el
Profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las
principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el pastor
de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes mandó llamar en secreto a los Magos y les
interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella. Lo
hizo en secreto, personalmente, como era su costumbre. El historiador judío y
fariseo Josefo cuenta que Herodes mismo, “frecuentemente disfrazado con traje
de hombre privado, en las noches, se mezclaba entre las turbas para
experimentar y saber por sí mismo lo que sentían de su reinado”. Cerciorado
de este dato, le interesaba actuar con astucia, temiendo pudiera ser un
enredo político, tramado contra él desde fuera. En su mismo palacio se habían
urdido conjuras, bajo el pretexto de la aparición próxima del Mesías, que
terminaron en sangre 5.
“ESTA ESTRELLA ES EL Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y
cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle
homenaje. Con el consejo que les da de volver a él para poder ir a
“adorarlo,” no en el sentido religioso, sino de acatamiento externo, se
pusieron los Magos en camino hacia Belén y vieron de nuevo la estrella. San
Mateo dice; “Cuando vieron la estrella, se llenaron de alegría” Ellos se
regocijaron porque en vez de ver fallidas sus esperanzas, fueron, por el
contrario, confirmadas más y más, y porque veían recompensadas las
penalidades de un camino tan largo. Se alegra con gozo aquel que se alegra en
Dios, que es el verdadero gozo. El misterio de la estrella les había hecho
presentir que la dignidad del Rey que había nacido aventajaba a la de todos
los reyes de la tierra. San Ambrosio, dice hermosamente de este párrafo; “Esta
estrella es el camino, y el camino es Cristo, pues por el misterio de su
encarnación Cristo es nuestra estrella, astro brillante de la mañana que no
se ve donde está Herodes, pero que vuelve a aparecer allí donde está el
Salvador y enseña el camino” El Texto sigue; “Que les guió hasta la casa donde estaba
el Niño”. No es probable que fuese ya en el pesebre, porque si ya
habían pasado algún tiempo, talvez al año y medio del nacimiento de Cristo,
lo natural es que hubiesen ocupado una modesta casa. El evangelio dice; “Al
entrar en la casa, encontraron al niño con María” 6.
Y POSTRÁNDOSE, LE RINDIERON
HOMENAJE Allí, “postrándose” en tierra al estilo oriental, que
revestía varias formas, “le adoraron.” Y “abriendo sus cofres,” le ofrecieron
sus dones, “oro, incienso y mirra,” dones principescos, como en otro tiempo
la reina de Saba ofreció a Salomón San Agustín dice; “Se le ofrece el oro como a un gran rey,
se quema el incienso en su presencia como delante de Dios, y se le ofrece la
mirra como a aquél que había de morir por la salvación de todos” Finalmente el texto dice; “Y como recibieron en sueños la
advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por
otro camino” San Agustín dice de este párrafo: El impío Herodes, hecho
cruel por el temor, quiso desencadenar su furor. Pero, ¿cómo la malicia había
de enseñorearse del que había venido a este mundo para extirpar a la misma
malicia? En efecto, los que habían ofrecido dones al Señor bien
merecían recibir esta advertencia que recibieron en sueños. 7.
En aquel tiempo, los escribas y muchos sacerdotes, muy
conocedores de las escrituras, pasan por un periodo de una fe hundida, no hay
en ellos ni interés ni esfuerzo para conocer donde esta y visitar a Niño
Dios, sin embargo gente humilde como los pastores de Belén, que en este caso
representan al sencillo pueblo de Israel, fueron a visitarle, como también
fueron los Magos, que en este caso representan a los pueblo del resto del
mundo, y a todos ellos, Dios le hace llegar la salvación, por medio de su
Hijo Jesús. Sepamos ver como la luz de la estrella que guió a los
Magos, brilla para todo el mundo, es
la misma luz que necesita ser interpretada para seguirla. Aquésta me guiaba, más cierto que la luz
del medio día, a donde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde
nadie parecía. (san Juan de ¡Pueblos de la
tierra, alaben al Señor! (Sal 71) Porque él librará al
pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del
débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. El Señor les Bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso
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