“se verá al Hijo del Hombre venir sobre una nube, lleno
de poder y de gloria” Lucas 21, 25-28. 34-36 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 1.
LA VENIDA DEL
HIJO DEL HOMBRE El relato del evangelio de este primer
domingo de adviento, nos trae un discurso apocalíptico de Jesús. Primero este
discurso se centra en la venida del “Hijo del hombre”, que ha sido
humillado y ha padecido por toda la humanidad y al que Dios luego ha
resucitado de entre los muertos, reconociéndolo como Hijo, salvador de la humanidad.
El cristiano espera el día de su manifestación “lleno de poder y de gloria”, espera que aparezca,
plenamente visible, su victoria sobre el mal y su señorío universal. En este relato Lucas expresa que el día del
“Hijo
del hombre” se anunciará con ciertos signos: “Habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el
rugido del mar y la violencia de las olas”. No se trata de
manifestaciones que nos permitan calcular con anticipación el momento de la
venida de Jesús. Se trata, por el contrario, de acontecimientos que se darán
siempre, en cualquier tiempo. De hecho, siempre sucederán catástrofes naturales
o desórdenes y acontecimientos dolorosos, lo cual indica que el hombre
siempre debe estar a la espera de la venida de Jesús. Cristo nos anuncia lo que sucederá cuando
se cumpla el tiempo de las naciones. Entonces, pues, cuando se acabe, vendrá
el día en el que en vez de astros luminosos brillará Cristo como el lucero y
Rey de un siglo nuevo, será tanto el brillo de su poder y de su gloria, que
el sol que brilla ahora, y la luna y las demás estrellas, se eclipsarán a la
venida de mayor luz, la Luz de Cristo. 2.
ESTÁ POR LLEGARLES LA
LIBERACIÓN” Los incrédulos habrán de atenerse a las
consecuencias de la maldad que les rodea, los creyentes recibirán en
compensación el gozo eterno. Porque para los que crean, se acerca la
salvación y ya se le aproxima la esperanza. El que cree, irá con la frente en
alto al encuentro con el Señor, ha quien ha amado y por quien ha vivido, por
quien a sufrido o ha sido perseguido. Con todo, se darán dos modos de leer los
signos, el del que espera con miedo el final de un mundo encaminado a la
desaparición y la nada, “Los hombres desfallecerán de miedo ante
la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se
conmoverán”, de ahí la angustia, el miedo, y la del que, creyendo, no
minimiza el mal, pero a pesar de todo "levanta la cabeza" y
abre el corazón a la esperanza porque está seguro, “porque está por llegarles la liberación” Después de todo, los buenos y los malos han
sufrido de la misma manera. Los hombres han temblado y temblamos porque
vivimos en un mundo alterado, donde los vicios están a vista y paciencia de
todos, donde las virtudes pasan por exámenes rigurosos. Todos estamos pasmado
por las alteraciones de este mundo, todos nos conmovemos y nos preguntamos a
cada noticia que nos llega, ¡Oh Dios!, como es posible que esto suceda, como
es posible que no exista amor y que hayan hombres que ensucian la creación de
Dios con la maldad, que hay dentro del corazón de algunos que no trepidan en
provocar un mal, una guerra, o un abuso desmedido de los inocentes. 3.
SE VERÁ AL HIJO
DEL HOMBRE VENIR SOBRE UNA NUBE Frente a este mundo angustiante, tenemos la
mejor de todas las esperanzas, Jesús nos anuncia que; “Entonces se verá al Hijo del Hombre
venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Es decir, si la
vida en la tierra ha estado llena de sufrimientos, humillaciones y
persecuciones, ahora triunfara la Verdad, como triunfo glorioso de las
humillaciones y persecuciones nuestro amado Cristo, que subió a los cielos
para estar al lado del Padre. Luego vendrá el día en que volverá glorioso y
triunfante sobre todos los que han sido sus enemigos, para ellos habrá
castigo y para los que lo han seguido consuelo y alegría. Estamos en este mundo en una etapa de
prueba, no nos dejemos aplastar por ellas, el Señor nos dice; “Cuando
comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por
llegarles la liberación.” Por tanto, levantemos la vista, abramos
nuestro corazón a la esperanza, pase lo que pase, aunque parezcan difíciles
de superar, por que al final seremos liberados y nos llegará la gloria, la
resurrección, veremos la luz y gozaremos de una felicidad eterna. 4.
ESTÉN PREVENIDOS” En la segunda parte el relato nos destaca dos
puntos importantes, “Estén prevenidos”. Es
así como preciso tener cuidado con lo que embota el corazón y apaga la
esperanza. Hay que vigilar -y aquí aparece la añadidura de la preciosa
invitación a la oración- para evitar la perversa fascinación del mal y estar
lúcidos para esperar al único que da sentido a nuestra historia: “al
Hijo del hombre” En efecto, el Señor quiere que tengamos
cuidado, “Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez
y las preocupaciones de la vida”, esta es una advertencia, para que
no nos dejemos sorprender, especialmente por las desproporciones y luego nos
pide que estemos prevenidos, es decir avisados, “para que ese día no caiga de
improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los
hombres en toda la tierra”. Lo que Jesús nos pide es que nos alejemos
de los males y que seamos serios, decorosos, como también comedidos al hablar
y al actuar en todo, es decir seamos moderados y utilicemos los regalos de la
virtud de la templanza, y que por nuestro bien estemos vigilantes. Pero al
decir: “Estén prevenidos”, es decir, cuidado,
también nos dice que somos nosotros los responsables de nuestra conducta, es
decir a nosotros nos compete cuidarnos. Si miramos a nuestro alrededor, sabemos que
hay muchos excesos e imprudencias que hacen vacilar la fe y nos inducen o nos
provocan, por esos nos dice que “no nos dejemos aturdir”.
Aturdirse, es confundirse y desconectarse de la realidad como cristianos, es
también pasar de la luz a la oscuridad. No dejarse aturdir, es no dejarse
confundir y no desconectarse de nuestra forma de ser de cristianos cuidando
de caer en excesos. 5.
OREN INCESANTEMENTE Dentro de todo esto, Jesús le da mucha
importancia a la oración, y nos dice; “oren incesantemente”, es decir
primero nos advierte en contra de los males y luego nos dice como ponerle
remedio. Atesoremos la recomendación de Jesús a sus
discípulos acerca de su venida; “Estén prevenidos y oren incesantemente”, es
decir, vigilemos y en todo tiempo, cuidémonos constantemente, velemos sin
descanso, tengamos puestos los cinco sentidos en todo momento “para
quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir” y, “Así podrán comparecer
seguros ante el Hijo del hombre”. Roguemos para no nos suceda nada malo, y también
hemos de pedir para impedir lo que ha de venir, todo esto porque el no ama y
entonces nos advierte para que nos protejamos. Jesús ha de venir, pero no nos ha dicho
cuando, pero el día que venga, vendrá de improviso. A muchos nos sorprenderá,
y no va a ser bueno si estamos llevando una vida descuidada y perezosa. Pero
a los que estén practicando una vida laboriosa y trabajando para el bien,
esto es, no estemos haciendo una vida ociosa, habrá reconocimiento. Cuidemos este tiempo de espera, no nos
dejemos caer en tentaciones, con la recomendación que nos ha dejado Jesús, “oren para que nos caigan en tentación”,
(Mt 26,41), No caigamos en la tentación ni en la comodidad ni en el placer
mundano. Es decir que las cosas temporales no nos hagan descuidar las
espirituales. Así como muchas cosas nos son necesarias para vivir y no
podemos prescindir de ella como los alimentos, tampoco podemos prescindir de
las cosas espirituales, estas son aún más necesarias. Si no nos alimentamos
nuestro cuerpo desfallece, si no rezamos, desfallece el alma. Si bien es cierto, que trabajar para vivir,
es una obligación, no es menos cierto que como cristianos orar también lo es.
Pero trabajar sin fe es desalentador y trabajar con una oración en los labios
aumenta la eficacia. 6.
OREMOS EN AMOR Y
AMISTAD Oremos amando al amado Dios, San Juan de la
Cruz decía: “El mirar de Dios es amar”, Carlos de Foucalud decía: “Mientras
mas se ama, mejor se reza”. Dios nos ama con mucha fidelidad, y lo mejor, es
que nos ama más, cuando mas estamos necesitado de El, cuando muchas veces todos nos han dejado solo en nuestras dificultades, él no
nos abandona. Oremos sintiendo su amistad. Es un trato
amistoso, Dios y yo. Como nos enseño Santa Teresa de Jesús, “Tratar de
amistad, estando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama”. Dios es
nuestro amigo. Estemos preparados. Si estamos listos, sentiremos lo que es
estar con un amigo, entonces ya no estaremos tan preocupados de lo que vamos
a decir en este tiempo y disfrutaremos como es estar en un verdadero clima de
amistad divina. “¿De qué le servirá al hombre ganar el
mundo entero si pierde su alma? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su
vida (alma)? Mt 16:26 Vivamos
unidos en la oración Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant ocds I
Domingo de Adviento Ciclo C |
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