“Un hombre que sembró buena semilla en su campo….su enemigo, sembró
cizaña en medio del trigo y se fue”. Mt 13, 24-43 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 1. LA PALABRA DE JESÚS, ES SEMILLA DE BONDAD Y AMOR Jesús propuso a la gente esta parábola: El Reino de los
Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo. ¿Quien es
el que vino a sembrar la buena semilla?, ¿que nos representa la semilla?,
¿Qué representa el campo? La palabra de Jesús, es semilla de bondad y amor,
que sembrada en el corazón de un hombre bueno, halla el campo ideal de tierra
fértil donde puede crecer y prosperar. Jesús es quien nos siembra su palabra
y nosotros la atesoramos en su lugar preferido, el corazón, acogiéndola con
fe y amor. Esta palabra transforma nuestra vida y se convierte en nuestra
principal guía de vida. Pero Jesús nos relata que; mientras todos dormían vino su
enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Si nos preguntamos porque
algunas veces nacen de nosotros hermosos sentimientos de amor, y algunas
veces sin darnos cuentas nos surgen sentimientos de odios, es porque los dos
están habitando en nuestro corazón. En efecto, en el mismo lugar que siembra
Dios, también siembra el Maligno en nosotros. 2. LA BUENA SEMILLA ES LA PALABRA, Que gran diferencia, en la luz de Jesús, hemos recibido la
buena semilla y en la oscuridad de la noche el maligno vino a sembrar la mala
a fin de crear confusión. Como podemos observar, lo bueno siempre vine con la
Luz y lo malo llega oculto en las tinieblas. Pero el producto de las semillas
es infinitamente distinto, pues la semilla de amor produce frutos de amor y
la semilla del mal produce maldad. La buena semilla es La Palabra, esta convertida en
presencia de Jesús dentro de nosotros, es fuerte, activa, eficaz, con una
gran capacidad de fortalecernos, santificarnos y protegernos de la siembra
del maligno. Porque la Palabra del Señor, si es aceptada y atesorada en
nuestro corazón, si es incondicionalmente admitida, llevada con fe y esperanza,
produce el amor que combate la maldad y no se deja asfixiar por la cizaña. 3. "SEÑOR, ¿NO HABÍAS SEMBRADO BUENA SEMILLA EN TU CAMPO? Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también
apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le
dijeron: "Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es
que ahora hay cizaña en él?" Hay cizaña, porque los sembradores de esta
nociva hierba están ahí al acecho para sembrarla, mezclarla entre la buena y
confundirla. Dice el Señor: Esto lo ha hecho algún enemigo. Los enemigos de
los valores y las enseñanzas de Cristo, son los opuestos del Reino Aquellos
que impugnan la palabra del Señor, son los sembradores de la cizaña, aquellos
que comparten sus ideales de irreverencia, son las cizañas que tratan de
obstaculizar el crecimiento de la buena semilla. Pero lo más triste, son
aquellos que se sienten felices de ser cizaña, y perversamente por el camino
de la depravación, el vicio, el desenfreno, en nombre de un errático
libertinaje, buscan a incautos e ingenuos para llevarlos a caminos destinados
a la perdición. 4. AL ARRANCAR LA CIZAÑA, CORREN EL PELIGRO DE ARRANCAR TAMBIÉN EL TRIGO. Los peones replicaron: "¿Quieres que vayamos a
arrancarla?" "No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña,
corren el peligro de arrancar también el trigo. Somos concientes que en
nuestro mundo convivimos buenos y malos. Dios permite esto para que los que
van por mal camino tengan la oportunidad de arrepentirse aprendiendo de las
bondades de las vidas ejemplares y de esta manera caminar por la senda del
bien. Dios es paciente, “lento en el castigo y rico en misericordia”, pero el
arrepentimiento y la reconciliación deben hacerse a tiempo. Esto quiere
decirnos Jesús cuando en la parábola se dice que: Dejen que crezcan juntos
hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la
cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi
granero". Sepamos distinguir que es lo verdadero y que es lo falso,
esta diferencia se aprecia cuando se atesora la sabiduría de la palabra de
Dios, transformada en fuente viviente de sapiencia, que estimula a ver con
los ojos de Jesús desde el corazón, así se puede apreciar que verdadero es el
buen trigo, falsa es la cizaña. Pongamos en nosotros un cedazo en lo que nos
dicen, por que cizañeros intentaran convencernos de ideas de sectas
religiosas confusas, conceptos u pensamientos que intentan justificarse con
mensajes y frases sacadas de su verdadero contexto. Para ser más preciso me
refiero a esas doctrinas revestidas de una apariencia seudo evangélica y que
en el fondo no lo son. Es así, como tenemos que saber distinguir la mentira
de la verdad, el verdadero evangelio es enseñanza de amor y produce el mismo
fruto, y el falso siempre se presenta con conceptos que buscan producir la
desunión, la confusión, la duda y el fruto es el odio. El corazón del hombre
es un campo abierto, allí busca sembrar el Señor, simientes de bondad y de
amor, pero del mismo modo el maligno quiere sembrar semillas de pasiones
desordenadas. La oración y la contemplación, nos ayudara a estar vigilantes
para que la cizaña no germine y nos ahogue. 5. EL REINO DE LOS CIELOS SE PARECE A UN GRANO DE MOSTAZA Jesús propuso a la gente esta parábola: "El Reino de
los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
En realidad, ésta es la más pequeña de las semillas…. Jesús emplea este término que era usual en los judíos para
comparar las cosas pequeñas, y lo hace así, para decir que el Reino de Dios
comenzó modestamente y luego se expandió con gran vigor, igual que la semilla
de mostaza o la levadura. En las cosas sencillas y humildes siempre Dios pone la
esperanza en sus hijos, y emplea medios sencillos para llegar hasta él, así
fue también como eligió a una humilde y sencilla mujer para encarnar a su
Hijo, y en un humilde pesebre fue a nacer, así también se nos hace presente
Cristo en la Eucaristía, en pedacito de pan y en un poco de vino, signos de
gran sencillez. Sin embargo a los hombres nos gustan las cosas grandiosas,
con exigentes preparativos, especialmente cuando no conocen bien a Dios. Sin
embargo Dios no esta interesado en que emprendamos grandes obras para
demostrarle nuestro amor, pero nos acoge con cariño con tan solo serle fiel
en todo momento. Una buena enseñanza es nuestra Iglesia, que nació
modestamente, con hombres de condición humilde, que habían sido pescadores, y
hoy esta por todo el mundo, y pueblos de diferentes costumbres, idiomas y
razas la acogen y la engrandecen. 6. “LA LEVADURA FERMENTO TODO” Luego Jesús nos enseña a través de un parábola hogareña,
“la levadura fermento todo”, para que nosotros podamos ser como ella,
corrompiendo lo que nos hace cómodo, lo que no nos hace crecer, y para que
comprobemos la eficacia de los Evangelios, del mismo modo como la levadura
fermenta la masa, el mensaje del Evangelio nos fermenta a nosotros, del mismo
modo como la levadura penetra en la masa, lo hace el Evangelio en los
hombres. Del mismo modo como se transforma la semilla, también la
Palabra del Señor es levadura para transformarnos, así nos quiere decir Jesús
como es el Reino de Dios, con fuerza y vigor para extenderse y fermentar y
transformar el mundo. Innegablemente, la predicación de los Evangelios, Palabra
de Dios, es la levadura capaz de transformar los hombres y todos de alguna
forma estamos llamados a ser levadura, en nuestro lugar de trabajo, estudio,
ambiente social o familiar, pero no esa levadura que corrompa, sino aquella
que ayude a levantar la masa y fermente con el Evangelio. 7. EXPLÍCANOS LA PARÁBOLA DE LA CIZAÑA SEMBRADA EN EL CAMPO Jesús se fue a su casa, allí se le acercan los discípulos
y le dijeron: - Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo –
Jesús le explica solamente a sus amigos más íntimos, como una instrucción
especial, ya que estos se la piden expresamente. ¿No habían entendido con
claridad lo que les manifestaba Jesús?, nos ocurre a veces que no entendemos
las cosas de Dios. En efecto, sucede que muchas veces no nos damos cuenta que
Dios nos manifiesta algo, esto es porque no dejamos hacer en nosotros y
porque no le prestamos la debida atención y además no nos acercamos lo
suficiente a El. Hemos lamentado muchas veces que si nos hubiéramos
acercado al Señor, hubiéramos penetrado en su Espíritu, entonces nos hemos
privado de muchos bienes por la falta de espiritualidad, los hemos perdido
por ser superficiales. El mayor trato e intimo con el Señor, nos hará
comprender de mejor forma lo que El quiere decirnos, busquémosle en la
oración y hagamos de esta algo constante. El acercamiento al Dios, el amor a
El, permitirá que nos haga confidentes de sus cosas. 8. "EL QUE SIEMBRA LA BUENA SEMILLA ES EL HIJO DEL HOMBRE” Jesús nos aclara al responder que;"El que siembra la
buena semilla es el Hijo del hombre”, que todo lo bueno viene de Dios, todo
lo bueno de nosotros viene de El, es así, es El quien siembra en nuestros
corazones, y cuando necesitemos algo bueno es a El a quien debemos pedir,
pero estemos atentos, porque en nuestro campo, en nuestro corazón, del mismo
modo como se siembra el trigo, que es el bien, se siembra la cizaña que es el
mal, unas esparcidas con una mano amorosa y las otras con astucia para buscar
lograr su oscuros propósitos. Un aspecto interesante, es que en el Antiguo Testamento,
en el Libro de Daniel se lee: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como
un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia.
A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y
lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su
reino no será destruido jamás. (Daniel 7,13). Por otra parte, Jesús utiliza
esta expresión “Hijo del Hombre”, ante los sumos sacerdotes del Sanedrín: “Y
yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la
diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo. (Mateo 26, 64) 9. LA BUENA SEMILLA SON LOS QUE PERTENECEN AL REINO” Luego Jesús prosigue; “el campo es el mundo”, precisamente
porque sus enseñanzas no son exclusivas de algunos pocos, es para todos, es
universal. Además esta expresión no puede recibir aquí el sentido restringido
de Israel, sino que significa todo el mundo. Toda la alegorización se
desenvuelve teniendo en cuenta el fin del mundo y el juicio de Dios sobre los
seres humanos. Aquí se expresa la universalidad del reino. También no dice que; “la buena semilla son los que
pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno”. Como
explicación aparte, en arameo, no se conoce Maligno como sinónimo de Diablo.
En arameo, el nombre de Diablo es “Satanás.” Los “hijos del Maligno” o del
“Mal” lo son por cualidad suya. Jesús nos hace saber que algunos somos partidario del
Reino, y otros seguidores de Maligno. Nosotros estamos llamados a ser la
buena semilla, entonces trabajemos por la construcción de un mundo nuevo y
por apartarnos y oponernos a los que buscan el mal. Es importante comprender como nos explica Jesús,
especialmente cuando nos enseña que quien siembra la cizaña es Satanás,
enemigo de Dios y de los hombres, enemigo del bien, de la verdad, del amor,
de la bondad y de la misericordia, por tanto del Reino. 10. EL TIEMPO DE LA COSECHA ES EL FIN DEL MUNDO, Y LOS SEGADORES SON LOS
ÁNGELES” La cosecha es el término del siglo presente. En este
juicio final los ángeles aparecen como ministros de la justicia divina. Esto
es de la máxima importancia doctrinal. Cristo mismo enviará a sus ángeles
para su obra de justicia. Se presenta a Cristo como dueño de los ángeles,
siendo esto atributo de Dios, Cristo se equipara a Yahvé, que mandará a sus
ángeles a que guarden los caminos del justo. (Sal 91:11; Heb
1:7). Frente a la autosuficiencia de los grupos religiosos que
pueden considerarse en línea directa con Dios, Jesús invita a sus discípulos
a estar atentos y preparados, pues al final de los tiempos será el juez
supremo quien hará la separación entre los verdaderos y falsos ciudadanos del
reino. En todo caso, esta parábola, es un buen consejo para tener paciencia a
causa de la coexistencia de la cizaña con el trigo, tomados estos términos en
sentido de malos y buenos, coexistencia de fieles y pecadores. Pero en el trasfondo se percibe en la necesidad de la
exhortación a la paciencia hasta que llegue esta hora judicial de Cristo. El
Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos
los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el
horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. El “llanto” es
metáfora que expresa dolor; “rechinar de dientes,” furor de la desesperación.
¿Porque?, porque los que son arrojados, perderán a Dios para siempre. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de
su Padre. Es decir, los justos, en contraposición, brillarán. La luz aparece
en la Escritura como símbolo de gloria y felicidad ¿Por qué?, porque tendrán
a Dios para siempre. Cristo Jesús viva en
sus corazones Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant ocds Domingo XVI del
Tiempo Ordinario Ciclo A |
|
---