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Nacimiento de Juan Bautista

Lc 1, 57-66.80

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.    CUANDO LLEGÓ EL TIEMPO EN QUE ISABEL DEBÍA SER MADRE, DIO A LUZ UN HIJO….

El evangelista Lucas nos viene a relatarnos hoy, al comienzo de su evangelio, la infancia de Juan el Bautista junto a la infancia de Jesús, este es un paralelismo literariamente bello y rico desde el punto de vista teológico.

Observamos en este fragmento del Evangelio, una narración muy sencilla y sobria, resumida en una sola frase; “Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo”. Este nacimiento fue un acontecimiento, por esa razón los amigos y familiares de Isabel y Zacarías, se alegraban. Las congratulaciones eran por la bendición que recibió Isabel, quien de ser estéril, paso a ser madre.

Este nacimiento es preludio del de Jesús. Un niño que anuncia la presencia de otro niño. Un nombre — el de Juan — que es preludio de otro nombre: el de Jesús. Una presencia absolutamente relativa a la de otro. Un acontecimiento extraordinario (la maternidad de Isabel) que prepara otro (la maternidad virginal de María).

2.    ISABEL, PROPONE QUE EL NIÑO SE LLAME JUAN

Al octavo día, como era tradicional se hacia la circuncisión, rito por el cual un judío se incorporaba a Israel. Además, en esta reunión familiar, se le pondría nombre al recién nacido. La costumbre era poner el nombre de los abuelos, no era muy habitual ponerle el nombre del padre. Sin embargo, como Zacarías era de edad avanzada, le querían poner su nombre.

Isabel propone el nombre y dijo; “debe llamarse Juan”. Sin embargo a los familiares y amigos, les parece extraño, ya que nadie en la familia se llama así. Zacarías, se encontraba mudo y sordo, y le preguntaron por señas que nombre quería para su hijo, éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”, luego de escribir recupero el habla. Este suceso, causo un gran impacto, entonces por toda la región de Judea se comentaba sobre los destinos providenciales de este niño. Juan Bautista había sido concebido en una vejez estéril y acompaño su nacimiento con prodigios.

Una vez escrito esto, Zacarías rompió el silencio y con razón se activo en seguida su lengua, era absurdo que siguiera así después, no era el quien le ponía el nombre, sino que ya lo había recibido de Dios. Sus labios estaban cerrados por la incredulidad, ahora debía ser abierto por la fe.

3.    ABRE SUS LABIOS PARA BENDECIR AL SEÑOR

Si leemos con detención este Evangelio de Lucas, nos damos cuenta que Zacarías, el padre de Juan el Bautista, no solo estaba mudo, también debería haber estado sordo, ya que: Entonces le preguntaron por señas”. Por lo demás, la sordera y la mudez espiritual, en muchas ocasiones van de la mano, esto es, cuando estamos incapacitados de oír a Dios, también nos incapacitamos para hablar con El.

Ahora, la dormida lengua de Zacarías, se despierta y se activa, y abre sus labios para bendecir al Señor por el hijo que le dio. El nacimiento de Juan, fue para ellos una gran bendición de Dios.

Zacarías ya puede hablar y bendice al Señor por el hijo que le ha dado; ¿Cuántos motivos tenemos para alabar y bendecir al Señor? Dios nos está  bendiciendo siempre con su gracia, ¿es motivo esto agradecer al Señor su gran bondad para con nosotros?

La mano del Señor protegía en todo  a Juan, para protegerlo y guiarlo hasta llegar a ser “El Precursor del Mesías”. “Porque la mano del Señor estaba con él”.  Del mismo modo, Dios también está nosotros y quiere estar con nosotros, nos bendice y nos protege. La mano de Dios está con nosotros cada día en los momentos más decisivos y en los momentos sencillos. Por todo esto tenemos muchos motivos para alabar y bendecir al Señor.

4.    ¿QUÉ LLEGARA A SER ESTE NIÑO?

Este fragmento del Evangelio de San Lucas, nos invita a no perder las esperanzas, nos estimula a tener una perseverante fe en Dios, como también nos enseña que nuestros labios no se deben enmudecer ante la incredulidad, tal como lo hizo Zacarías. No sólo debemos creer en Dios, además, debemos creerle a Dios. El sabe bien lo que necesitamos y el momento oportuno para darnos lo que nos hace falta.

Dios, continuamente nos esta hablando y, esta esperando nuestra respuesta, nuestra fe en EL. Es importante oírlo y responderle. Oímos la Palabra de Dios y respondemos con la oración y la alabanza, como Zacarías que cuando recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.

Y Así como todo el pueblo estaba admirado del silencio de Zacarías, luego todos quedaron admirados cuando recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente a fin de que esos dos prodigios hiciesen pensar algo grande acerca del recién nacido. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Todo esto se disponía así, a fin de que, el que debía ser testigo de Cristo, fuese también digno de fe.

Signos previos se muestran desde el nacimiento del precursor que irá por el camino de la verdad “porque la mano del Señor estaba con él".

5.    LA MISIÓN DEL BAUTISTA ERA PREPARAR LA VENIDA DEL MESÍAS

Juan Bautista, es El Precursor del Mesías. — Zacarías, dirigiendo el pensamiento a su hijo, le anuncia lo que va a ser, conforme el ángel le dijo en el templo. Será llamado, con lo que se indicaba lo que se es y el reconocimiento en que todos le tendrán, profeta del Altísimo. El Bautista tan profeta fue del Altísimo, nombre con que los gentiles conocían al Dios de Israel, que lo presentará a Israel. Por eso, irás delante del Señor. Esto hace ver que el evangelista presenta a Cristo como Dios.

La misión del Bautista era preparar la venida del Mesías, logrando un pueblo dispuesto a recibirle. Esto es lo que dirá en su predicación en el desierto: “convertíos”. Por eso, su misión es enseñar la ciencia de la salud a su pueblo, para la remisión de sus pecados. Es la preparación espiritual del pueblo para recibir al Mesías en su mesianismo espiritual.

Todo ello es obra de la misericordia de Dios. Del cielo nos visitará: Oriens ex alto es el Mesías en la literatura rabínica. El viene del cielo, como san Lucas narró antes, en la encarnación. Su misión es iluminar con la luz de la verdad a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte (Is 9:2). A su luz se podrá caminar verdaderamente por el camino de la paz.

6.    EL NIÑO IBA CRECIENDO Y SE FORTALECÍA EN SU ESPÍRITU.

Ya niño, no sólo crecía físicamente, sino que se fortalecía en la vida de austeridad y penitencia en los desiertos, hasta el día de su manifestación a Israel.

El evangelista cierra el pasaje preparando la escena del Bautista en su acción de Precursor en el desierto o en lugares desiertos. Naturalmente el niño no pudo ir al desierto hasta una edad oportuna, ni se lo presenta en él morando, de pastor, como Amos, sino que se lo sitúa en él como en lugar de preparación, para su misión. La frase - vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel - supone su ausencia del culto del Templo y sinagogas. El fortalecerse en espíritu en el desierto, ha de entenderse de una vida de tipo monacal y solitaria, en este contexto desértico puede haber llevado una vida apartada y en silencio, donde la oración ocupa un lugar principal.

La misión de Juan Bautista, nos anticipa el gusto por la misión de Jesús, por tanto, no viene al caso comparar de una manera concluyente la misión de Juan el Bautista a la de Jesús, como si la primera se caracterizara totalmente y de manera exclusiva por la penitencia y la segunda por la alegría mesiánica. Parece mejor pensar que más bien se trata de una única misión en dos momentos, según el proyecto salvífico de Dios, dos períodos de una única historia, que se desarrolla siguiendo ritmos alternos y armonizados.

Juan Bautista, se preparó para cumplir su misión, pasando varios años de soledad, con una vida austera. En el recogimiento de la oración, es donde mejor nos encontramos con Dios.

Es de esperar que el ejemplo que nos hace el profeta del Altísimo, ir delante del Señor para preparar sus caminos y dar a las gentes conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados viva en nosotros.

La Paz de Cristo

     Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Nacimiento de Juan Bautista

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