“Atender al Señor y escuchar su palabra” Lc 10,38-42 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1.
MARTA LO RECIBIÓ EN SU CASA
Jesús entró en un
pueblo, el
pueblo al cual se refiere es Betania, en la ladera oriental del monte de los
Olivos, a unos Marta es una mujer
que conoce la caridad, como toda persona que recibe a alguien en su casa,
mayor cariño si es Jesús, ella da techo, agua y de comer, más aún sale a su
encuentro con fervor. 2.
EL DESEO DE MARÍA DE OÍR A JESÚS
Y Marta “Tenía
una hermana llamada María”, que sentándose junto a los pies del
Señor, escuchaba su palabra. El evangelista pudo haber dicho solamente
sentada, pero precisó “sentada a los pies del Señor”,
para graficar con palabras la ternura de la conversación, el deseo de María
de oír a Jesús y el respeto que tenía por Jesús, como la humildad para
escucharlo. Además el relatar que “sentada a los pies del Señor,”
señala la actitud de los discípulos ante el Maestro, para escuchar “su
palabra”, el Evangelio. Diríase que Jesús
gozó de una acogida completa y armoniosa: Marta se cuida del aspecto material
y María del espiritual; una hace los honores de la casa y otra exalta al
Maestro tomando la posición de discípula. 3.
“TE INQUIETAS Y TE AGITAS POR MUCHAS
COSAS”
Marta, en cambio,
como superior en la casa, quiere atender con todo el esmero, como era la
costumbre, al Señor, de ahí toda la ocupación doméstica. Habiendo mucho que
hacer para atender al Señor y con la familiaridad que supone la pregunta, se
queja de que María no la ayude en la preparación de algunos quehaceres, quizá
de la comida y le pide que la fuerce a ayudarla y; “dijo a Jesús: “Señor, ¿no te
importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”. La
respuesta de Jesús tiene con ella el mismo tono de familiaridad al repetir su
nombre dos veces: “Marta, Marta”. Para
Marta, la acogida parece reducirse al plano material. María debería echarle
una mano, en vez de estar pendiente de los labios del Maestro. El mismo
huésped debería transmitirle la orden de ir a trabajar para él, y él debería
ocuparse únicamente de esperar la comida. Pero
le da la gran lección: “te inquietas y te agitas por muchas
cosas”, y luego Jesús le dice: “sin embargo, una sola cosa es necesaria”.
Tres lecturas hay de este relato, pero sólo dos son críticamente
admisibles, y en nada cambian el sentido. “María eligió la mejor parte,
que no le será quitada”. 4.
ES MÁS IMPORTANTE ATENDER A LA LECCIÓN Y
VIDA DEL REINO
La enseñanza que de
aquí se desprende es, no que no se pueda atender a los enseres del hogar, que
también Dios los puso, sino que, con el pretexto de estas palabras de Marta,
Jesús nos enseña que es más importante atender a la lección y vida del Reino
que no el derramarse en excesivos quehaceres que nos pueden apartar de él. Es
lo mismo que dijo con otras expresiones: “Buscad primero el Reino y su
justicia, y todo eso se os dará por añadidura” (Mt 6:33). Pero no es
directamente la enseñanza de la vida contemplativa sobre la activa, sino la
necesidad de que los trabajos secundarios o importantes no impidan el atender
a la doctrina del Reino, al Evangelio, que es la “palabra” que el Señor
dirigía a María de Betania. Y Lucas describe
que María: “Escuchaba su palabra”, para que sepamos que cuando vayamos a
casa de alguien sepamos lo que debemos hablar, del amor de Dios, como lo hacía
el Señor. 5.
EL SEÑOR DISTINGUE LAS OCUPACIONES, NO LAS
REPRENDE,
Es así como Marta
quiere estadía agradable para el Señor y prepara de comer y atiende la casa,
mientras ella trabaja, su hermana María escucha y medita, esta absorta oyendo
las dulces palabras del Señor. Marta se preocupa del alimento corporal, María
del alimento espiritual. El Señor distingue
las ocupaciones, no las reprende, “María, eligió la mejor parte”, pero
Marta no eligió la mala, pero la de María es la mejor porque no le será
quitada, esa es la diferencia, porque la palabra del Señor es alimento de
vida eterna, en cambio la de Marta es solo alimento temporal. En la vida real,
podemos pensar que Cristo Jesús viva en sus corazones Pedro Sergio Antonio Donoso Brant XVI
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C |
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