La Sagrada Familia de Nazaret “llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor” Lc 2, 22-40 Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant 1. LO HICIERON PARA DARNOS UN EJEMPLO A
NOSOTROS, QUE SOMOS PECADORES Y PENITENTES. El Evangelio nos relata la purificación de
la Santísima Virgen, y la presentación de Jesús en el templo. Ellos no
estaban obligados a hacerlo, es decir obligado a estas leyes, entonces San
Bernardo nos da una explicación de que lo hicieron no por necesidad de ser
purificados, o el ser circuncidado, lo hicieron para darnos un ejemplo a
nosotros, que somos pecadores y penitentes. 2. “CUANDO LLEGÓ EL DÍA FIJADO POR LA LEY
DE MOISÉS PARA LA PURIFICACIÓN”. A fin de comprender mejor este fragmento
del evangelio, comento lo siguiente: dice al comienzo, “Cuando llegó el día
fijado por la Ley de Moisés para la purificación”. En Levíticos, 12, 1-8,
están fijadas la obligaciones a las que se refieren, que cuando una mujer
concibe y da a luz a un hijo Varón, es considerada impura por un período
siete días, al octavo debe circundar al hijo, y luego debe permanecer treinta
y tres días más impura, no debe tocar nada santo ni puede concurrir al
santuario. Si da a luz una hija, el tiempo aumenta a ochenta días. Luego
continúa "Cuando se cumplan los Días de su Purificación, por un hijo o
por una hija, Llevará al sacerdote un cordero de un año para el holocausto, y
un Pichón de paloma o una Tórtola para el sacrificio por el pecado. Pero si
no tiene lo suficiente para un cordero, traerá dos Tórtolas o dos pichones de
paloma, el uno para el holocausto y el otro para el sacrificio por el pecado.
El sacerdote hará expiación por ella, y quedará purificada." Este es el caso de María, que además era
pobre. Estas ofrendas, una era sacrificada en holocausto de adoración, y la
otra por el “pecado”. Pero no se refiere a un “pecado mortal”, sino a algo
legal, por el hecho del alumbramiento, en donde se habla de estos sacrificios
de expiación por haber transgredido algo prohibido “legalmente”, como por
ejemplo tocar un cadáver o un reptil prohibido, y si lo hiciese incluso sin
darse cuenta, debe confesar su pecado. 3. LLEVARON AL NIÑO A JERUSALÉN PARA
PRESENTARLO AL SEÑOR Sigue el evangelio: “Llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: “Todo varón
primogénito será consagrado al Señor”. “Conságrame todo primogénito” (Ex
13,2) Al principio los “primogénitos” estaban destinados al culto, pero luego
se sustituyó este sacerdocio por la tribu de Leví y quedó establecido un simbólico
“rescate” de estos primogénitos. María aprovechó para llevar consigo al Niño
y hacer que José, seguramente, pagase allí el “rescate” por el mismo,
consistente en cinco siclos. Aunque se dice que sus “padres” le llevaron a
Jerusalén, los que están en situación son el Niño, al que hay que “rescatar,”
y su madre, que va a obtener la declaración “legal” de su purificación. El
término usado para “presentarlo al Señor” es término usado para llevarlo al
altar. 4. “VIVÍA ENTONCES EN JERUSALÉN UN HOMBRE
LLAMADO SIMEÓN” Sigue el evangelio, “Vivía entonces en
Jerusalén un hombre llamado Simeón”. El evangelio presenta en escena un
hombre santo: “justo”, que cumplía los preceptos de Dios, y “piadoso”, hombre
de fe viva, religioso. Estos adjetivos acusan esmero por cumplir los deberes
morales. Vivía en Jerusalén, y se llamaba Simeón, nombre usual judío. Era un
hombre que debía de pertenecer a los “círculos” religiosos y que animaban su
esperanza con la próxima venida del Mesías, tan acentuada por entonces en
aquel medio ambiente. El Espíritu Santo estaba “sobre él”; gozaba de carismas
sobrenaturales. Debía de ser de edad avanzada. Y tenía la promesa del
Espíritu Santo, de que no moriría sin haber visto al Cristo del Señor, al
Mesías, es decir, la “consolación” de Israel, que él esperaba. 5. ERA UN HOMBRE SANTO, QUE GOZABA DE
CARISMAS.
El Espíritu Santo, comenzó en el anciano
Simeón, su acción espiritual para que conociera a Jesús y lo recibieran como
el Mesías prometido. Impulsado por el Espíritu, vino al templo cuando los
padres traían al Niño. Era un hombre santo, que gozaba de carismas. Y
tomándolo en sus brazos, “bendijo” a Dios. Los rabinos tomaban a los niños en
brazos para bendecirlos. Conforme a la revelación tenida, Simeón ha visto al
Mesías. Su vida sólo aspiró a esto: a gozar de su venida y visión, que era el
ansia máxima para un israelita. Por eso lo puede dejar ya ir “en paz,” es
decir, con el gozo del mesianismo, en el que estaban todos los bienes
cifrados. El Mesías es “tu salvación”, la que Dios envía: Jesús (Is 40:5). 6. “SU PADRE Y SU MADRE ESTABAN ADMIRADOS” Pero este Mesías tiene dos características:
es un Salvador universal: “para todos los pueblos”; es el mesianismo
profético y abrahámico; y es un mesianismo espiritual, no de conquistas
políticas, sino “luz” para “iluminar a las gentes” en su verdad. Pero siempre
quedaba un legítimo orgullo nacional: el Mesías sería siempre “gloria de tu
pueblo, Israel,” de donde ha salido. También San Pablo, en Romanos,
mantendrá este privilegio de Israel. Relata san Lucas; “Su padre y su madre
estaban admirados”, ante esto. Era la admiración ante el modo como Dios iba
revelando el misterio del Niño, y la obra que venía a realizar. De nadie sino
del Espíritu le podía venir este conocimiento profético. 7. ESTE NIÑO SERÁ CAUSA DE CAÍDA Y DE
ELEVACIÓN PARA MUCHOS EN ISRAEL Simeón los “bendijo.” Con alguna fórmula,
invocó la bendición de Dios sobre ellos. No es extraño este sentido de
“bendición” en un anciano y un profeta. Pero, dirigiéndose especialmente a su
madre, le dijo proféticamente: “Este niño será causa de caída y de elevación
para muchos en Israel; será signo de contradicción” Va a ser “signo” (Is
8:18) de contradicción. La vida de Cristo ha sido esto: desde tenerlo por
endemoniado hasta confesarlo por Mesías. Como dirá San Pablo, su doctrina fue
“escándalo” para los judíos (1 Cor 1:23) 38. Jesús será la señal de
contradicción. En Efecto, unos lo amarán, otros lo odiarán; unos estarán
dispuestos a morir por El, mientras otros no cesarán en su esfuerzo por
hacerlo desaparecer de la historia y de la faz de la tierra. 8. “Y A TI MISMA UNA ESPADA TE ATRAVESARÁ
EL CORAZÓN” Sigue luego: “Y a ti misma una espada te
atravesará el corazón” Esto es algo trágico, “Una espada de dolor atravesará
tu alma.” No será sólo para ella el dolor de una madre por la persecución,
calumnia y muerte de su hijo. Observo que en el texto no se dirige a San
José, que, sin duda, está allí presente, pues “Simeón los bendijo”. Esta
profecía, dirigida personal y exclusivamente a ella, debe de tener un mayor
contenido. Se diría que se ve a la Madre especialmente unida al Hijo en esta
obra. María es “Hija de Sión,” entonces lleva dentro de sí el destino
espiritual de su pueblo, destacándose aquí el dolor de sus entrañas por lo que
significaba Cristo, signo de contradicción. La Santísima Virgen está asociada a la obra
redentora de Cristo. No hay redención sin dolor, y el alma de la Santísima
Virgen, será traspasada por la espada del dolor, por todo lo que ella luego
sufrió en su corazón por la pasión de su Hijo Jesús. 9. “ASÍ SE MANIFESTARÁN CLARAMENTE LOS
PENSAMIENTOS ÍNTIMOS DE MUCHOS” Finalmente el evangelio nos relata; “Así se
manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”. Este término, se
entronca con la finalidad que va a seguirse de esa “contradicción” de Cristo:
que “se descubran los pensamientos de muchos corazones.” Habrá de tomarse
partido por El o contra El: hay que abrir el alma ante la misión de Cristo. Jesús, venció al mundo y nos advirtió
sabiamente, “En el mundo habrá tribulación, pero ánimo, Yo he vencido al mundo” 10. UNA PROFETISA LLAMADA ANA Continua el Evangelio, relatando que había
también allí una profetisa llamada Ana, “la profetisa”, es sin duda una mujer
muy especial, por esa razón aparece como una figura destacada en este
fragmento del evangelio. Ella es una “profetisa,” es decir una mujer
consagrada a Dios, con un específico carisma, dada a la piedad y a la
animación de estos días donde se realizan estas especiales doctrinas. San Lucas,
hace una descripción detallada de la biografía de ella y sus actividades. Su
viudez parece un “celibato consagrado”. Su obra no fue al menos
exclusivamente, en el templo, pues ella “hablaba” a todos los que esperaban
la “liberación” por obra mesiánica. Debió de recibir un fuerte impacto en
aquel episodio del templo. Ana, es como las figura de los laicos
comprometidos, que con el testimonio de su palabra, anuncia proféticamente la
evangelización en su ambiente, aportando además con un testimonio de vida,
con caminos hacia la santidad, con prácticas de constantes oraciones y
penitencias. Ana da un testimonio sobre el Niños Jesús,
en un instante de inspiración y dirigida por el Espíritu de Dios. Su
actuación, consagrada a la oración, al sacrificio, observando las
obligaciones que se deben cumplir, la convierte en una destacada mujer. 11. “EL NIÑO IBA CRECIENDO Y SE FORTALECÍA,
LLENO DE SABIDURÍA, Y LA GRACIA DE DIOS ESTABA CON ÉL.” El Niño en el templo, es una escena que nos
atrae y nos invita a percibir en el relato diversos motivos a este propósito.
En este relato, es la primera palabra que aparece de Cristo en los
evangelios. Además, en forma sutil, nos habla de la inteligencia de Cristo,
porque dice crece en “sabiduría.” Produce esta escena admiración, porque
luego veremos como en los evangelios de “discusión” de Cristo con fariseos y
doctores los hace callar. Aquí tiene su preludio y “justificación” al estar
demostrando su saber bíblico ante los doctores de la Ley en sus mismas
escuelas del templo. Ellos le rinden allí, imparcialmente y aún sin
prejuicios, homenaje a su saber. “El niño iba creciendo y se fortalecía,
lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.” La gracia porque a
Jesús, hombre, le fue concedida la gran gracia de que desde que empezó a ser
hombre fuese perfecto y fuese Dios. Todavía siendo niño, tenía la gracia de
Dios, para que, como todas las cosas en El eran admirables, lo fuese también
su niñez, y se cumpliese así la sabiduría de Dios. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre,
quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" El Señor les Bendiga Pedro Sergio
Antonio Donoso
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