“más que un profeta” Mt 11,2-11 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 1. ERES TÚ EL QUE HA DE
VENIR O DEBEMOS ESPERAR A OTRO El Bautista estaba en la cárcel.
Estaba en un palacio-fortaleza de Herodes Antipas, en el mar Muerto. Allí
debió de tener una prisión en condiciones especiales: “pues Herodes temía a
Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle,
quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto”. (Mc 6:20), y en donde
recibía la visita de sus discípulos. Allí “oyó,” precisamente por sus
“discípulos,”: “Sus discípulos llevaron a Juan todas estas noticias” (Lc
7:18). En la perspectiva de Mateo, deben de ser los milagros relatados y sus
enseñanzas. Y por dos de sus discípulos envió
a Jesús un mensaje: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”, y
manda a preguntar, de modo como si fuera a un futuro inminente: “Eres tú el
que ha de venir”. Se puede pensar que la pregunta, era para que dijese si era
(Jesús) el Mesías. 2. VAYAN A CONTAR A JUAN LO
QUE USTEDES OYEN Y VEN La respuesta de Jesús es: “Vayan a
contar a Juan lo que ustedes oyen y ven”. En el Evangelio de Lucas se relata
que: “En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de
malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos”. Estas curaciones concretas,
hacen ver que era la obra del Mesías, tal como la describía Isaías: “Entonces
se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán.
Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de
júbilo.” (Is 35:5.6) Esta era la respuesta que Jesús
daba, más que al Bautista, a los enviados y, por medio de ellos, al círculo
de celosos seguidores de Juan Bautista. Por eso les añadió: “¡Y feliz aquél
para quien Yo no sea motivo de tropiezo!”, esto es bienaventurado “el que no
se escandaliza de mí.” Pues no respondía la figura de Cristo al concepto
ambiental farisaico deformado sobre el Mesías. “Este no expulsa los demonios
más que por Belcebú, Príncipe de los demonios” (Mt 12 22-23). 3. ¿POR QUÉ MOTIVO ENVIÓ EL
BAUTISTA ESTOS DISCÍPULOS SUYOS CON ESTE MENSAJE A CRISTO? Entonces estos discípulos,
¿regresan convencidos?, por lo que sabemos ellos tenía una cierta resistencia
a seguir a Jesús; “Entonces se le acercan los discípulos de Juan y le dicen:
¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?” (Mt
9, 14). Por tanto nos preguntamos: ¿Por qué motivo envió el Bautista estos
discípulos suyos con este mensaje a Jesús? De una gran cantidad de hipótesis,
pensamos que Juan Bautista no envía sus discípulos a Jesús para que le
responda a él, quitándole su incierta duda, sino para que haga desaparecer la
incertidumbre a sus discípulos. Lo cierto es que cuando el
Bautista envía a sus discípulos a preguntar a Jesús, el estaba recluido,
evidentemente estaba en una situación donde una persona se ve más necesitada
de Dios, pero Juan había anunciado la venida de Jesús, "Este es el
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (Jn 1,29). Es decir
Juan conocía muy bien quien era Jesucristo. Pero él sabe que va a morir,
entonces desea que sus discípulos no tengan dudas, y los manda para que sean
testigos de las maravillas del Señor, para que aprendan además directamente
de los mismos labios de Jesús. 4. TODAS LAS COSAS QUE HACE
JESÚS, NOS MUESTRAN QUE EL ES DIOS. Jesús conoce el propósito de Juan,
y para que a todos les conste, en esa misma hora sanó a muchos enfermos, como
una mejor prueba para los enviados. Por lo tanto, no se contentó con
responderles por medio de palabras, sino que les contestó por medio de obras.
Esto es lo que llamamos, “Hechos y no palabras”, Entonces respondió a los
enviados: “Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído”. Jesús, se define
por su obrar, esto es su respuesta son sus obras, los ciegos ven y los
paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los
muertos resucitan y Toda la obra milagrosa de Jesús,
era la que había anunciado el profeta Isaías, (Is. 35, 4-5) “Decid a los de
Corazón apocado: "¡Fortaleceos; no Temáis! He Aquí que vuestro Dios
viene con venganza y Retribución divina. El mismo Vendrá y os Salvará." “Entonces
Serán abiertos los ojos de los ciegos, y los Oídos de los sordos se
Destaparán”. O como en el Salmo (Sal 145, 8-8),
donde cantamos: “El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace
justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los
cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se
doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta
al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor
reina eternamente”. 5. NO HA NACIDO NINGÚN
HOMBRE MÁS GRANDE QUE JUAN EL BAUTISTA. Así es como en algunos relatos
evangélicos se acusan los celos de los discípulos de Juan ante ese prestigio
y obra de Jesús, (Mt 9:14-17; Jn 3:23-26). Sin embargo ya en otras dos
ocasiones el Evangelio muestra al Bautista encaminando a sus discípulos a
Cristo; “He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es
por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de
mí, porque existía antes que yo. (Jn 1:29-30) o bien: Es preciso que él
crezca y que yo disminuya. (Jn 3:30). Por otra parte, si la grandeza del
Bautista queda ya expresada con la aplicación de esta cita de Malaquías: He
aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y
enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis” (Malaquías 3,1), aún se resaltará terminantemente
con las palabras de Jesús. “Es el mayor entre los nacidos de mujer”. En la
redacción casi idéntica del lugar paralelo en Lucas donde se dice que no hubo
“profeta mayor” que el Bautista. Pero el texto de Mateo da suficientemente al
pensamiento al decir que es más que un profeta. Los profetas hablaban del
Mesías “desde lejos,” Juan lo ve y lo presenta a Israel. Lo hace por su
dignidad profética de precursor. Así, Juan es, metafóricamente, el Elías que ha de venir, por eso “todos los profetas y 6. Y SIN EMBARGO, EL MÁS
PEQUEÑO EN EL REINO DE LOS CIELOS ES MÁS GRANDE QUE ÉL Pero se diría que el pensamiento
polémico-apologético sobre la dignidad de Jesús y su obra se vuelve a acusar.
Si el Bautista es el “mayor” profeta por su dignidad de precursor, el ingreso
y pertenencia del “menor” en el reino es “mayor que Juan Bautista”; pues
entre una función carismático-profética y preparatoria para el reino y la
incorporación al mismo, la superioridad está por éste. Era Elías por su
papel, conforme a la profecía de Malaquías, y lo era porque tenía “el
espíritu y el poder de Elías” (Lc 1:17). A este ingreso en el reino,
preparativamente contribuyó el Bautista. Lucas cita esto mismo en otro
contexto en forma más clara: “ 7. JUAN BAUTISTA, MAS QUE UN
PROFETA Jesús, hace el elogio del
Bautista, prisionero por testimoniar la verdad. Es el modelo de la fidelidad
a su misión y de su dignidad. Los evangelistas transmiten con una viveza
extraordinaria las palabras de Jesucristo sobre el Bautista. Este había
creado una gran expectación cuando apareció anunciando el bautismo de
penitencia (Mt 3:5). Hasta el historiador judío Josefo se hace cargo de aquel
movimiento, y las autoridades judías de Jerusalén enviaron una legación a
preguntarle si él era el Mesías (Jn 1:19-27). Seguramente, a muchos de los
que fueron oyentes del Bautista se dirigieron ahora las palabras de Jesús. El Bautista, “en el desierto,” no
era una “caña agitada por el viento.” Estas, que nacen en abundancia junto al
Jordán, escenario bautismal de Juan, fueron siempre símbolo de insipidez, de
ligereza, de falta de consistencia (1 Re 14:15; 2 Re 18:21). Pero el Bautista
tenía la reciedumbre moral para enfrentarse contra el escandaloso adulterio
de Antipas y Herodías. No era el Bautista la figura
suave de los cortesanos de Tiberias, que vestían
delicadamente y vivían placenteramente. Juan tenía la vestimenta y la
austeridad de los profetas. Por eso el “crescendo” de indagación sigue:
salieron no sólo a ver a un profeta, “sino a más que profeta.” El Señor les Bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso
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