“Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo”

Lc 24, 46-53

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.      UNA SÍNTESIS DEL KERIGMA

Este pasaje, quiere responder, en su fondo, a las conversaciones de Cristo con los apóstoles en los 40 días en que les habló del reino (Hech 1:3). En su exposición hay una síntesis del kerigma: el “cumplimiento” el sufrimiento del Mesías y su resurrección al tercer día  junto con el arrepentimiento de los pecados.

2.      ESTÁ ESCRITO EN LA LEY DE MOISÉS Y EN LOS PROFETAS Y EN LOS SALMOS DE MÍ

Hacerles ver por la Escritura que enuncia en sus tres partes, y sobre todo al especificar los Salmos — quizá por su gran valor mesiánico, ya que, generalmente, sólo se citaban la Ley y los Profetas — , que el plan del Padre no era el mesianismo ambiental, nacionalista y político, sino que el Mesías había de morir y resucitar. Y entonces “les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras, y les dijo que así estaba escrito que el Mesías padeciese y al tercer día resucitase de entre los muertos.”

3.      “ABRIRLES LA INTELIGENCIA PARA QUE ENTENDIESEN LAS ESCRITURAS,”

Previamente (Lc  24,44), Lucas relata que les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras.” Esto  podría tener dos sentidos: o que Jesús les concede un carisma para que ellos penetren este sentido de las Escrituras, a diferencia de los de Emaús, a los que él abiertamente se las explicaba (Lc 24:26.27), o que se trate de una frase fundamentalmente equivalente a la de los de Emaús, aunque la redacción literaria sea algo distinta, pues aquí mismo dice Lucas que después de “abrirles la inteligencia,” que es hacer comprender, “les dijo que así estaba escrito, que el Mesías padeciese y al tercer día resucitase de entre los muertos.” Es decir, explicación hecha por él mismo.

4.      SE LES CAPACITÓ PARA QUE TUVIESEN UNA VISIÓN NUEVA

Probablemente este segundo sentido sea preferible, si entendemos que se les capacitó para que tuviesen una visión nueva — la auténtica — del A.T. Que se predicase en “su nombre,” del Cristo muerto y resucitado, la “penitencia”  para la remisión de los pecados. Esta “penitencia” es cambiar el modo de ser, y de ver en El, con su mesianismo de cruz y de resurrección, al único Salvador que Dios puso para la salvación. En los Hechos de los Apóstoles dirá San Pedro ante el Sanedrín: “En ningún otro (Cristo) hay salud, pues ningún otro nombre (semitismo por persona) nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos” (Hech 4:12). Con la “conversión” a este Mesías y a su doctrina, se tiene la remisión de los pecados.

5.      LA CONVERSIÓN Y LA REMISIÓN DE LOS PECADOS A TODAS LAS NACIONES

Esta predicación de Cristo Mesías y la salvación anexa a su fe es para “todas las naciones.” Es el universalismo de la fe (Mt 28:19.20). Pero en el plan de Dios será irradiada esta Buena Nueva comenzando por Jerusalén (Hech 1:8). Era todavía la bendición del Mesías al pueblo que lo crucificó, y como gran beneficio, al tiempo que pasaba el privilegio de Israel a las gentes. El mismo San Pablo reconocerá estas “primacías” privilegiadas de Israel.

Los apóstoles serán “los testigos” de toda esta verdad y enseñanza. La expresión “a todas las gentes,” vocabulario del Ν. Τ., pero que es el mesianismo profético, refleja también, redaccionalmente, la Iglesia primitiva ya en marcha (cf. Mc 16:20).

6.      VAN A RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO

Pero van a ser preparados con la gran fuerza renovadora y fortalecedora de Pentecostés. Van a recibir el Espíritu Santo, de cuyo envío y obras tanto habló Jn en los discursos de la cena. El complemento de esto lo expone Lc en los Hechos de los Apóstoles (Hech 1:48; c.2).

La enseñanza — orden (Mt 28:19-20) — de que se “predique” a “todas las gentes” la salvación en “su nombre,” tema frecuente en Hechos de los Apóstoles (2:38; 3:6; 4:10.30), es la proclamación de la divinidad de Cristo, pues tiene dos poderes de Yahvé: el perdón de los pecados y el “enviar” la promesa del Padre: el Espíritu Santo.

7.      LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR EN PRESENCIA DE LOS APÓSTOLES.

Marcos sólo consigna el hecho de la ascensión del Señor en presencia de los apóstoles. Lucas describe algo más. Acaso sólo pone un resumen de lo que pudiera ser ya en su propósito la escritura del libro de los Hechos, en donde da una más amplia descripción de la ascensión. El relato no tiene conexión cronológica con lo anterior.

Lleva un día a los apóstoles hacia Betania, en el monte de los Olivos (Hech). La tradición señala un lugar en la cima del monte de los Olivos como lugar de la ascensión.

8.      ELLOS “SE POSTRARON” ANTE EL.

Era el acto de acatamiento ante la majestad de Cristo, que así subía a los cielos. Cuando, ante la pesca milagrosa (Lc 5:8ss), Pedro, admirado, “se postró” a los pies de Jesús, diciéndole que se apartase de él porque era pecador, ahora era la reacción espontánea ante Cristo subiendo a los cielos.

9.      VOLVIERON A JERUSALÉN.

Se comprende el “gozo” de ellos al ver este término apoteósico del Cristo crucificado. Lucas, que comienza su evangelio en el templo con el oficio sacerdotal de Zacarías, lo termina igualmente en el templo con la asidua oración de los apóstoles. “Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios”. Lucas nos quiere decir que con gran  frecuencia, asistían a los actos de culto en el templo. El cristianismo no rompió de golpe con ciertas prácticas judaicas. El templo era el lugar de la oración, y allí, siguiendo el plan de Dios, asistían asiduamente, preparándose para la recepción del Espíritu Santo prometido.

El Señor les Bendiga y les regale su amor.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

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