“No se puede servir a Dios y al Dinero”

Mt 6, 24-34

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    NADIE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES

Dijo Jesús a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo”. Jesús nos dijo Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón, (Mt 6, 19-23) allí está el amor de Dios, el verdadero tesoro, a El debemos amar por sobre todas las cosas. Es un imperfecto, sentimiento pensar que se puede amar tanto a otra persona como a Dios. Una imperfección compatible con un fundamental amor a Dios. Este versículo, literariamente se presenta un siervo entregándose totalmente a un señor; su voluntad es la de éste. Esto le impedirá servir a otro totalmente. El siervo no tiene más que la voluntad de su amo. Jesús acusa de incompatibilidades, aborrecerá a uno y amará al otro. Esta formulación no significa odio propio, sino no amar o amar menos. Y Jesús dice la enseñanza: No se puede servir a Dios y al Dinero. No se puede servir a un tiempo con la misma sumisión a Dios y a la riqueza material, no se puede hacer ni psicológica ni religiosamente, esto no es posible. El corazón ha de estar totalizado en Dios.

2.    SENTIRNOS QUE PERTENECEMOS A DIOS

Cuando nos hemos bautizados, no hemos consagrados a Dios, y es así, como en nuestras conciencias sentimos el llamado de Dios a vivir en plenitud de nuestra vida esa consagración, asumimos con amor la voluntad de pertenecer al Señor y servir y vivir para El.

Para sentirnos que pertenecemos a Dios, debemos liberarnos de las odiosidades y las soberbias, abandonar el egoísmo y las comodidades, y no servir a las riquezas haciéndonos esclavos de ellas, ya que las comodidades materiales nos alejan del servicio de Dios.

3.    NO SE INQUIETEN POR SU VIDA

Dice Jesús: Por eso les digo: “No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir” ¿No ha de haber solicitud por los bienes necesarios de la tierra? Sí, pero sin demasiada interés, pues hay Providencia. La enseñanza es clara: no es negar el cuidado por las cosas necesarias o convenientes a la vida — alimento, bebida y vestido —, sino lo que se censura es el afán desorbitado por aquellas que impidan atender a las exigencias del reino. No se promete venir, milagrosamente, a proveer de sustento o cubrir así las necesidades de los hombres. Jesús al encontrarse sediento, pide agua a la Samaritana (Jn 4:7). Como también para usos y previsiones del grupo apostólico había una caja común de bienes (Jn 13:29).

4.    ¿NO VALE ACASO MÁS LA VIDA QUE LA COMIDA Y EL CUERPO MÁS QUE EL VESTIDO?

Pero las enseñanzas indican que hay Providencia. “¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?”…..”Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta”….“Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer”. Se prolonga la vida, y, sin embargo, Dios alimenta las aves, viste los lirios y prolonga la vida del hombre. ¿No hará mucho más Dios con nosotros? “¡Cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!” El Padre sabe de lo que hay necesidad, por eso Jesús nos dice: El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Hay que pensar primero en buscar el Reino, cumplir sus exigencias, y Dios proveerá por mil medios al desarrollo de la vida, pues cuida del hombre.

5.    ¡HAY PROVIDENCIA SOBRE LA VIDA!

La gran lección, después de buscar primero el reino y su justicia es ésta: ¡Hay providencia sobre la vida! La providencia de Dios, que ¡existe! y la enunciación son de sabiduría, y habla del suceder normal y según la naturaleza de las cosas. Los que no tienen fe -- Son los paganos los que van detrás de estas cosas-- se preocupan por todas las cosas de la vida, porque no conocen la providencia de Dios, nuestro Padre.

¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? De aquí que esta palabra hay que interpretarla de edad, un tiempo que se añadiese a una vida no es en realidad, nada, el salmista dice hablando de la vida del hombre: Has reducido a palmos mis días (Sal 39:6). Y un palmo, como medida metafórica, añadido a la vida de un hombre no sería nada.

6.    BUSQUEN PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA

Dice el Señor: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia”, esto comprende todas aquellas cosa que son justas, todas esas obras que hace que nuestra vida sea justa con la justicia de los evangelios, justas a los ojos de Dios. Eso es lo que debemos buscar y practicar, así podremos instaurar el Reino en nuestras vidas. Luego Jesús nos dice que; “todo lo demás se les dará por añadidura”.

7.    NO TE PREOCUPES POR LA INQUIETUD DE MAÑANA

No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. En el Talmud se lee: No te preocupes por la inquietud de mañana, porque tú no sabes lo que el día traerá, como para indicar la inutilidad de adelantarse a lo incierto, que indica que, con preocupaciones, no se alarga un instante la vida. Hasta por utilidad, evítese lo inevitable. Pero no por simple utilitarismo. Encuadrado el versículo en este fragmento de la Providencia, la sentencia cobra una nueva perspectiva. No te preocupes afanosamente, desorbitadamente, por los cuidados del mañana, que ni conoces y acaso ni puedes evitar; y formulado todo ello sabiamente. Pero confía en Dios, porque ¡hay Providencia!

8.    EL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO SABE BIEN QUE USTEDES LAS NECESITAN

Tengamos fe en la Providencia de Dios, ciertamente como nos dice Jesús, nosotros para el Señor valemos mucho más que los pájaros y todas las cosas que Él ya se preocupa, nuestra vida vale mucho más que las cosas materiales. Jesús nos enseña que: “El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 VIII Domingo Ciclo “A”

 

 

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