¿QUÉ TALENTOS POSEO? ¿CUÁLES SON MIS DONES Y QUE DE BUENO PUEDO OBRAR MEDIANTE ELLOS?

Mt 25, 14-30

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1)      SABER UTILIZAR LOS DONES RECIBIDOS

La lectura del libro de los Proverbios 31,10-13. 19-20. 30-31, describe el prototipo de mujer que se dedica al servicio cotidiano, en la familia y en la sociedad, Es así como expresa que: “Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas”.

La lectura bíblica  esboza la figura de una mujer de gran valor, una mujer virtuosa, “Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida”, ella es una mujer entregada a su familia, fiel a sus deberes de esposa y de madre, afanosa en el trabajo, caritativa con los pobres. Por tanto “El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación”- Este trozo elogia con gran entusiasmo a esta ama de casa, es una mujer a las cual se le ha dado una serie de dones y sabe utilizarlos muy bien, “Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos. Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso.”

Bellísimo el elogio a una buena mujer, de esas que se entregan con gran esfuerzo a cumplir con sus tareas a pesar de que con frecuencia está dividida entre el trabajo de la casa y el del sustento, y con todo eso, ella comprende que su deber primordial es siempre la atención y el cuidado de la familia, la entrega cariñosa a su marido y con gran amor a sus hijos. La virtud es base de la felicidad de la familia y objeto de la alabanza de Dios. Y finalmente, este fragmento bíblico, da su preferencia a: la mujer que teme al Señor merece ser alabada. Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente. Por cierto, una mujer así, “entra a participar del gozo de su Señor” (Mt 25-21)

2)      ESPERANDO EL DIA QUE DAREMOS CUENTA AL SEÑOR,

San Pablo (1 Ts 5, 1-6) nos invita a vivir como “hijos de la luz” mientras esperamos el gran “Día del Señor”. El cristiano debe estar vigilante, preparado para venida futura del Señor, pero sin estar preocupado de cuando vendrá, es así como san Pablo nos dice que es inútil averiguar cuando va a suceder: “En cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba”. “El retorno glorioso de Cristo, llegará de improviso y nos advierte que: “vendrá como un ladrón en plena noche”

Lo que debemos tener claro, es que vendrá, de eso no tengamos duda, pero cuándo y cómo va a suceder, sólo Dios lo sabe. Por tanto tenemos necesidad de estar preparado, vigilante y utilizando de buena manera todos los dones que el Señor no ha regalado.

En el mundo de hoy, vemos como muchas personas solo piensan en disfrutar de la vida como si no hay que rendir cuentas y además como si en ningún tiempo debiese morir, para ellos San Pablo dice: "Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente,”Sin embargo también se reconoce que por el contrario, si vivimos como verdadero “hijos de la luz, hijos del día.” Nuestro destino ser diferente, porque: “no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas., por tanto entonces: “No nos durmamos, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios”, y esperemos confiados el día del Señor, sin dejar de trabajar con los dones que el nos ha dado.

3)      LA PARABOLA DE LOS TALENTOS.

Nuestro servicio al Reino de Dios reclama que hagamos rendir los “talentos” que el Señor nos dio. El Evangelio (Mt 25, 14-30), nos relata la parábola de los talentos, que habla precisamente del siervo fiel que no derrocha la vida en pasatiempos o en la ociosidad, sino que hace rendir los dones recibidos de Dios.

Dios da a cada hombre unos talentos: el don de la vida, la capacidad de entender y querer y de obrar, la gracia, la caridad, la fe y muchas virtudes que debemos saber aprovechar. Es falsa humildad no reconocer los dones de Dios, es apocamiento y pereza dejarlos inactivos.

Y les dice Jesús  a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes”. Esta es una parábola alegorizante, es decir figurativa o simbólica. Según nuestras costumbres, si vamos a emprender un viaje, no disponemos de nuestros bienes por este hecho, sin embargo en la parábola de hoy, el amo, les confía a sus siervos su hacienda y lo distribuye a tres categorías de siervos.

Nuevamente Jesús nos esta haciéndonos ver como debemos ser en nuestra vida terrena para llegar a vivir en el Reino. Nosotros somos en este relato los siervos y los bienes que nos son confiados, es decir los talentos, son todas esas condiciones con la que Dios nos ha dotado a cada uno, tales como la inteligencia, la capacidad de generar amor, de hacer felices a los demás y los bienes naturales.

El talento, más que una moneda, era el peso de un determinado número de dinero. En aquel tiempo, el talento era una unidad contable que equivalía a unos 35 a 42 kilos de plata, (algunos sostienen 50, pero no es lo importante), esta medida se empleaba para medir grandes cantidades de dinero, y representaba mas o menos unos seis mil denarios, eso era mucho dinero, ya que un denario aparece como el jornal de un trabajador del campo, con esto podemos deducir que el siervo que recibió menos bienes (un talento) obtuvo del Señor una gran cantidad de dinero, entonces pensemos que hemos recibido bienes incontables.

Después de mucho tiempo volvió aquel señor. Con ello se da margen suficiente a la producción de los bienes confiados. Pero el primero y único acto que se destaca, por su valor de enseñanza, es el que pide cuentas de los “talentos” entregados a aquellos siervos.

4)      ENTRAR A TOMAR PARTE EN EL GOZO DEL SEÑOR

Los dos primeros, gozosos, le traen el doble de lo entregado: el primero recibió cinco talentos, y logró otros cinco; el segundo, con dos, logró otros dos.

El Señor los felicita por haber sido “siervo bueno y fiel.” Han sido fieles en “lo poco.” Pero como ya he comentado, cinco y dos talentos eran una fortuna cuantiosa, hagamos la cuenta para dimensionar cuanto era: Los cinco “talentos” eran equivalentes a 30.000 denarios, y los dos “talentos” equivalían a 12.000, es decir el jornal de 30.000 y 12.000 días. El felicitar por haber sido fiel en lo “poco,” siendo una cantidad excesiva, en todo caso, probablemente se destaca por su valor simbólico: la abundancia y excelencia de los dones de Dios.

El premio será una mayor abundancia de dones: si aquí se le encargó de administrar una cantidad limitada, lo “poco,” el premio será “constituirlo sobre lo mucho.” Así, de administrador limitado pasa a ser mayordomo. El premio es “entrar en el gozo de su señor,” cuyo significado alegórico, como luego se verá, es el premio definitivo mesiánico. Lo mismo pasa y se dice con el mismo cliché proporcional, con el segundo siervo.

Pero al llegar el siervo al que, por sus condiciones, se le había dado un solo “talento,” el señor le dirá, torpe y osadamente, como disculpa de su temor y de su inactividad, que “lo escondió en tierra,” para asegurarlo así incluso del robo de ladrones, por temor al Señor, y las razones que da, son: “eres hombre duro, que quieres cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste.”

De hecho, como explicación, se añade lo siguiente: “Porque al que tiene, se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. La enseñanza doctrinal fundamental es clara: Dios exige que los seres humanos rindan, religiosamente, los valores que Dios les confió, preparándose así al glorioso regreso del Señor.

En efecto, lo que debemos aprender de este relato, es que todos tenemos la necesidad de hacer fructificar los dones recibidos, de una manera esforzada, exigente y constante durante toda nuestra vida. Tenemos la necesidad de producir buenas obras, y estas buenas obras deben ser realizadas proporcionalmente a los dones recibidos, ya que los talentos de la parábola designan la capacidad que recibimos para hacer buenas obras.

El tiempo que dura el viaje del señor o el amo, representa nuestra vida, y el regreso inesperado, el fin de la vida terrenal, la muerte, el arreglo de las cuentas, la rendición de cuentas, es el juicio. El Señor, nos esta enseñando con este relato, es que todos tenemos que corresponder a las gracias que hemos recibido, hayan sido estas mayores o menores. Aquel que recibió mucho, deberá rendir cuenta por lo mucho que recibió, y se le exigirá muchos frutos, así se manifiesta diciendo al que hizo fructificar: "Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Pero aquel que recibió poco, también está obligado a responder por aquello que recibió, y al no hacerlo le dijo: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses”.

Observamos como el servidor que recibió un talento lo enterró y no lo usó, y fue reprendido duramente por ello. Nos enseña el Señor, que no es suficiente evitar el no utilizar nuestro talento para el mal, el servidor no malgastó su talento en cosas inservibles ni en maldades, pero no fue capaz de realizar cosas positivas con el.

5)      ¿QUÉ TALENTOS POSEO? ¿CUÁLES SON MIS DONES Y QUE DE BUENO PUEDO OBRAR MEDIANTE ELLOS?

Dios sabe por que nos entrega cantidades distintas de talentos y no son comparables nuestros talentos con lo que otros han recibido. Se nos ha otorgado una vida de talento y somos invitados por Dios a utilizar lo que nos otorgado para su gloria.

Nos hacemos algunas preguntas y estas pueden ser, ¿Qué talento poseo? ¿Cuáles son mis dones y que de bueno puedo obrar mediante ellos? ¿Qué soy capaz de realizar por la gracia de Dios? ¿Qué bien, si omito realizarlo, nunca será realidad?, Cada uno hemos de contestar a estas cuestiones por sí mismo.

Tenemos que pensar en nuestra vida toda en servicio y entrega a Dios, para su honor y gloria, trabajar en nuestra vocación en servicio a los que nos rodean, en favor de la paz y la justicia, de la comprensión entre los seres humanos, del bien común, es parte integral del servir a Dios y darle gloria. La justicia, la honestidad y solidaridad, con la que vivimos cotidianamente es sustancial a la realización del reino de Dios.

Debiera ser nuestro anhelo hacer el mejor y mayor uso posible de los talentos que Dios nos ha brindado. Hemos de estar siempre dispuestos y abiertos a hacer algo más o algo mejor de lo que ya estamos realizando a fin de que Reino de Dios se haga realidad en la tierra así como ya lo es en los cielos.

Como vemos entonces, esperar el Reino no es quedarse parados a ver qué sucede, sino trabajar para que se haga realidad ahora mismo. La persona que escondió su talento, es como el que guarda la fe entre sus recuerdos, el que nunca se arriesga a tomar iniciativas fructíferas, el que no tiene el valor de emprender algo nuevo.

Los que arriesgaron sus talentos son los que desean colaborar con Dios, que necesita la cooperación de los hombres, no porque El no pueda obrar solo, sino porque nos hace partícipes de la salvación del mundo. Arriesgando construimos en la tierra, y esta obra se convierte en el inicio de lo que seremos en el cielo. Confiar en Dios y en nosotros mismos es confiar en los talentos que Dios nos ha dado para ponerlos al servicio de los demás.

6)      ORACION

En consonancia con esta conducta, y en especial con la lectura del libro de los Proverbios oramos con el Salmo 112 7, 1-5, el que resalta nuevamente los sencillos goces de la vida familiar, para significar la felicidad de quienes siguen al Señor, por eso con alegría podemos decir: ¡Feliz quien ama al Señor!

OH Dios, deseo de corazón sentirme contento, porque es “·feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerá del fruto de su trabajo, serás feliz y todo le irá bien. Y su esposa será como una vid fecunda en el seno del hogar; los hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.”

OH Dios, feliz espero ser bendecido por temer al Señor!, todos los días de mi vida y contemplar la paz que nuestro Señor Jesucristo nos dejo.

OH Dios, todo los que deseo, es hacer el mejor y mayor uso posible de los talentos que me has brindado. Ayuda a mi corazón a que siempre este dispuesto a amarte intensamente y hacer algo más o algo mejor de lo que puedo realizar, porque es: ¡Feliz quien ama al Señor!

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Noviembre 2008

 

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

www.caminando-con-jesus.org

www.caminando-con-maria.org

caminandoconjesus@vtr.net