“¡Vayan! y los envió de dos en
dos” Lc 10, 1-12. 17-20 Autor: Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant 1. LOS ENVIÓ DE DOS EN DOS El
Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos
en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía
ir. Jesús envío ahora un nuevo conjunto de nuevos enviados, además de sus
doce mas íntimos, ellos van con la misma finalidad evangélica. Con esto el
Señor nos quiere enseñar que la misión de evangelizar no es exclusiva de 2. RUEGUEN AL DUEÑO DE LOS SEMBRADOS QUE
ENVÍE TRABAJADORES PARA Y
les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Es decir, no hay tiempo
que perder y Jesús esta muy interesado en que comprendamos esto. Jesús nos
muestra y nos advierte como la cosecha es abundante. Es decir, tenemos mucho
trabajo que hacer y, eso nosotros lo sabemos, ¿pero que hacemos?, son muchos
los que necesitan evangelización, son muchos los que no conocen a Dios, por
todas partes hay hermanos que ignoran el propósito y el plan de Dios, que son
planes de salvación, no podemos alegar que no estamos conciente de que son
muchos los hijos que viven alejados de la casa del Padre. 3. “ Ante
tanto trabajo de Evangelización, ¿Cuántos hay dispuesto a asumir de alguna
forma esta tarea? El Señor nos dice: “La mies es mucha, pero los obreros
pocos” La mies, es el cereal maduro y la cosecha se refiere al conjunto de
frutos que se recogen de la tierra cuando están maduros, y es el producto que
se obtiene de estos frutos mediante un tratamiento adecuado, especialmente en
el tiempo durante el que se recogen estos frutos, por eso se habla que en la
cosecha hay mucho trabajo para los obreros y es buena cuando el conjunto de
lo que obtiene como resultado del propio esfuerzo, se recoge en abundancia y
con aprovechamiento. 4. HAY QUE REZAR PARA QUE HAYA MUCHOS
TRABAJADORES Así
es, al igual que a un campo donde hay mucho que cosechar, así esta el mundo,
pero los obreros no son tantos como los que se necesitan, entonces hay que
organizar el trabajo apostólico del modo más eficaz y hay que rezar para que
haya muchos trabajadores, porque es cierto que la tarea excede a la capacidad
de los que dedican a esto, como así mismo no todos los que se dedican tienen
el mismo talento para el trabajo que se requiere, pero debemos estar
dispuesto a llevarlo a cabo con la fuerza que Dios nos da: con su Gracia.
Nuestro Padre Dios oye a los que oran y da ayuda a sus hijos que, que con
sencillez y confiados, le suplican. 5. ¡VAYAN! YO LOS ENVÍO COMO A OVEJAS EN
MEDIO DE LOBOS Pero
para llevar adelante esta tarea, y para que no quepa la mas mínima duda de
que necesitamos la fuerza que Dios nos da, insiste Jesucristo en su
advertencia, haciéndonos ver que no lo tendremos fácil. La imagen es muy
gráfica: ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Esta es una
experiencia, no ausente de sacrificios. 6. NO LLEVEN DINERO, NI PROVISIONES, NI
CALZADO Jesús
nos instruye diciéndonos: “No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no
se detengan a saludar a nadie por el camino.” En efecto, lo único
verdaderamente necesario e imprescindible es el auxilio divino, no podemos
avanzar sin la ayuda de Dios, y el nos la quiere dar. En efecto, nos damos
cuenta que a pesar de la ciencia, los avances tecnológico que están a nuestra
vista, la modernidad del mundo de hoy, no nos convence de lo contrario, esto
es, que nadie nos calmará de nuestras angustias como la hace Dios. Es así,
como hoy más que nunca se necesitan apóstoles que nos hablen en nombre de Dios,
porque el mundo necesita que le mostremos el camino de verdad. Se
necesitan mas obreros para recoger la mies, mas hombres que no piensen en si
mismo y que se entreguen a esta tarea, entregar el mensaje del Evangelio, sin
buscar sus personales conveniencias, pero si, en la búsqueda del bien
espiritual de su prójimo, hombres dispuesto a sacrificarse por Cristo como el
lo hizo por nosotros. 7. ¡QUE DESCIENDA Jesús
al aleccionarnos nos dice: “Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que
descienda la paz sobre esta casa!" Y si hay allí alguien digno de
recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes”. El
discípulo es un caminante que prepara el lugar por donde su Señor ha de
pasar, el anuncio de estos caminantes es la paz, Jesucristo es la paz. Nos
dice Jesús: “Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que
haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En
las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a
sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de
ustedes". 8. “EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA” El
Reino de Dios, se aproxima con la misión de sus discípulos, a todo debemos
anunciarles El
Reino de Dios, es establecer en nuestro corazón una unión vital con Dios, que
abarque toda nuestra vida, proyectada a toda la vida y a cualquier circunstancia
de ella. Esta vida de Dios en nosotros y ese vivir nuestro de Dios que no es
algo fácil, pero es nuestro ideal para llegar a compenetrarnos en El. Hagamos
mucha oración por las vocaciones a servir al Señor, en todos los campos, es
decir en los religiosos ordenados y en los laicos, todos estamos invitado a
trabajar por el Reino, por eso nos dice Jesús: “Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores” 9. SEÑOR, HASTA LOS DEMONIOS SE NOS SOMETEN
EN TU NOMBRE “Al
volver los setenta y dos de su misión, dijeron a Jesús llenos de gozo:
"Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre". Él les
dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Al
regresar esos setenta y dos que había enviado Jesús, no pudieron disimular la
alegría de su corazón, su misión apostólica era un éxito, pero estos se
alegraban más porque habían hecho milagros, que por haber sido destinados a
cumplir una labor evangélica. Lo bueno habría sido que se alegraran por
aquellos que se hubieran convertido. Es así, como el Señor reprendió
admirablemente el orgullo en el corazón de sus discípulos, recordándoles la
perdición del maestro de la soberbia, para que en el autor de la soberbia
aprendiesen lo que debían temer de ese vicio. Entonces les dice: "Veía a
Satanás que caía del cielo como un rayo", esto es, desde la virtud más
perfecta, hasta la debilidad más extrema. Antes
de la venida del Salvador, el Demonio o Satanás había sometido a todo el
mundo a su dominio, así es como era adorado. Pero desde que el Divino Verbo
bajó del cielo, cayó como un rayo, porque es pisoteado por los que adoran a
Jesús. 10. PODER PARA CAMINAR SOBRE SERPIENTES Y
ESCORPIONES Jesús
les dice a sus discípulos, que les ha dado poder para caminar sobre
serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo y que
por esto nada podrá dañarlos. Hemos
de observar que hay una diferencia entre las serpientes y los escorpiones,
mientras las primeras atacan y dañan con la boca, los escorpiones los hacen
con la cola, esto es, las serpientes atacan abiertamente, del mismo modo como
los malvados lo hacen en los homicidios y los escorpiones lo hacen acechando
a escondidas, como sucede con los vicios espirituales. 11. SIN EMBARGO NO SE ALEGREN DE QUE LOS
ESPÍRITUS SE LES SOMETAN Los
discípulos regresaron llenos de alegría, ellos evangelizaron y predicaron Jesús,
quien ve el corazón de sus discípulos, se da cuenta de esto, por eso Jesús
dice: sin embargo no se alegren de que los espíritus se les sometan; Arrojar
los espíritus, así como obrar otros prodigios, no siempre es por el mérito
del que obra, sino que por la invocación del nombre de Jesucristo. Porque
todo lo que hicieron los discípulos, fue por el poder de invocar su nombre.
"En tu nombre se alegrarán todo el día?"
(Sal 88,17). 12. EN AQUEL MOMENTO JESÚS SE ESTREMECIÓ DE
GOZO, MOVIDO POR EL ESPÍRITU SANTO En
este caso Jesús quiere ahora elevarlos a un gozo mayor, por esta razón ahora
le dice a sus discípulos que deben
alegrarse más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo. En efecto
la alegría debe abundar más por ir al cielo que por humillar al demonio. El
diablo cae de lo alto, pero los hombres, viviendo abajo, son inscritos arriba
en el cielo. Sin
embargo, el maestro también ve el lado bueno de la labor de sus discípulos, y
el evangelista no relata luego que “En aquel momento Jesús se estremeció de
gozo, movido por el Espíritu Santo. Así como un buen padre se alegra de ver
bien dirigidos a sus hijos, así se regocija Jesucristo porque los apóstoles
se han hecho dignos de tantos bienes. Cristo es "nuestra
paz" (Ef 2, 14) Pedro Sergio Antonio Donoso
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