NINGUN COMPROMISO CON EL MAL

«El que ama no hace mal al prójimo» (Rom 13,10).

El mal, lo contrario del bien y lo que nos aleja de Dios

 

“Tú no eres un Dios que ame la maldad,

ni el malvado es tu huésped,

ni el arrogante se mantiene en tu presencia.”

 

“Detestas a los malhechores,

destruyes a los mentirosos;

al hombre sanguinario y traicionero

lo aborrece el Señor.”

Del Salmo 5, 2-10, oración de la mañana de un justo perseguido, Laúdes, lunes 1ª Semana

UN DIOS SANTO Y JUSTO

Por la mañana de los lunes de cada primera semana del salterio, rezamos un salmo de súplica dirigidos al Señor, le rogamos a El que libre a sus hijos del mal. El Señor es un Dios coherente, bueno y ajeno al mal, el salmita lo expresa rezando: “Tú no eres un Dios que ame la maldad”

Expone el salmista, su lista de personas amigas de la maldad, los malhechores, los mentirosos, los sanguinarios y traicioneros. Y nosotros sabemos que la lista es aún más larga. No obstante, ninguna persona mala escapa de la mirada atenta del Señor. Lo que más importa para nosotros, es saber que tenemos un Dios santo y justo, y El está siempre de parte de quienes siguen los caminos de la verdad, de amor y justicia, por esa razón no nos sentimos ni solo ni abandonados en esta sociedad lleno de espantosos acontecimientos de maldad.

LA MALDAD SE PASEA FRENTE A NUESTROS OJOS

En efecto, la maldad se pasea frente a nuestros ojos y deambula libremente por el mundo, lo triste es que cobra sus victimas. El mal no es de Dios ni viene de El. No obstante no preguntamos reiteradamente ¿porque tienen éxito los malhechores, los mentirosos, los sanguinarios y traicioneros?, ¿Por qué consiente Dios estas personas malas? Ciertamente que Dios distingue entre el bueno y el malo, entre el inocente y el culpable, en ese sentido, es un Dios justo, en ese sentido nos confiamos plenamente de Dios, y sabemos que El  fiel a su palabra. La justicia de Dios es fidelidad, misericordia, gracia..., que motivan la confianza.

Cada uno puede experimentar en su propio corazón la confianza en que el Señor no guiará por los caminos de bien, todo esto si queremos nosotros ser hombres de bien. Dios es nuestro confidente. De el viene nuestro auxilio contra el mal.

CUIDATE

Los jóvenes ha creado una muy buena palabra cuando se despiden de alguien: “Cuídate”. Y de verdad hay mucho de que cuidarse, la maldad nos acorrala y busca disimuladamente nuestra complicidad. Son muchos los defectos en los cuales caemos casi sin darnos cuenta, jactancia e impertinencia que atenta contra nuestra fraternidad, el ambiente de la maldad y enemistad, que infunde en nuestros actos un anónimo malestar. Vivimos en un mundo que se muestra interesado en romper  nuestra fidelidad y confianza mutua, por eso viene bien el cuidarse, porque no hay que ser ingenuo, la comunidad está amenazada. 

HAGA EL BIEN, BUSQUE LA PAZ Y CORRA TRAS ELLA

“No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición. Pues quien quiera amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras engañosas, apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella. Pues los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal.” (1 Pedro (SBJ) 3,9)

Ciertamente, la buena semilla comienza a crecer junto con la cizaña; en nuestra historia, el bien siempre estará obstaculizado por el mal. Pero Dios ve el tiempo desde la perspectiva de la eterna meta final: Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos que oiga, porque la siega tendrá lugar el discernimiento definitivo. (Cf. Mt 13, 24-43

ORACION

Hágase tu voluntad, Señor, porque sólo en ella encuentro la paz y la plenitud de la vida. Enséñame a preferir siempre la luz a las tinieblas, el bien al mal, la gracia al pecado. Haz, Señor, que mis elecciones sean conformes a lo que esperas.

Concédele a tu Iglesia, Señor, que no alimente actitudes soberbias, sino servicios humildes, agradables a ti. Que desdeñe el mal y practique cuanto es recto con amor y plena libertad (oración fijada por la antigua liturgia romana para el 15 de junio, en memoria de los mártires).

Tú, que quieres que venzamos el mal con el bien y que oremos por quienes nos persiguen, apiádate, Señor, de mis enemigos y de mí y condúcenos a tu celestial Reino.

El sabio es quien teme a Dios y se aparta del mal (cf Job 28,28).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Enero 2011

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net