“La semilla cayó en tierra fértil y dio fruto”

Reflexión desde el Salmo 64, 10-14

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


R. La semilla cayó en tierra fértil y dio fruto.

Visitas la tierra, la haces fértil y la colmas de riquezas; los canales de Dios desbordan de agua, y así preparas sus trigales. R.

Riegas los surcos de la tierra, emparejas sus terrones; la ablandas con aguaceros y bendices sus brotes. R.

Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia; rebosan los pastos del desierto y las colinas se ciñen de alegría. R.

Visitas la tierra, la haces fértil. Las praderas se cubren de rebaños y los valles se revisten de trigo: todos ellos aclaman y cantan. R.

Este es un himno que nos maravilla, esta dotado de hermosura, es una pintura primaveral, una escena llena de frescura, esmaltada de colores, colmada de voces de alegría. ”Las colinas se ciñen de alegría”.

Se desarrolla con la descripción de la primavera, en el soleado y árido paisaje del Oriente y la lluvia que fecunda es la expresión de la fidelidad del Señor hacia la creación. Riegas los surcos de la tierra, emparejas sus terrones; la ablandas con aguaceros y bendices sus brotes”.

Es un himno de Acción de Gracias a Dios por su esplendida generosidad. “Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia”

Este cántico eucarístico parece fue compuesto en ocasión de cesar una persistente y asoladora sequía. Alude a los beneficios de una abundante y desbordadora cosecha: “Y los valles se revisten de trigo”. Como Señor y regulador supremo de todos los fenómenos de la naturaleza: “Los canales de Dios desbordan de agua, y así preparas sus trigales” y de los acontecimientos de la historia, se le debe especial acatamiento y veneración. Todas las riquezas de los campos son fruto de su bendición; las cosechas, los abundantes pastos, la multiplicación de los ganados, pregonan su magnificencia, al par que su especial providencia sobre su pueblo necesitado. Todo esto parece suponer que el presente himno fue compuesto para ser recitado en una solemnidad en que se daba gracias a Dios por las abundantes cosechas: “Y a tu paso rebosa la abundancia”.

Acción de gracias por la fertilidad de los campos. Este salmo canta la esplendidez divina, que da la fecundidad a la tierra, regándola con copiosas aguas. Visitas la tierra, la haces fértil”. La visita de Dios a la tierra va acompañada de toda clase de bendiciones materiales: con sus lluvias abundantes ha preparado la tierra para que produzca inagotable mies: Visitas la tierra…. y la colmas de riquezas”. Se describe el efecto bienhechor de la lluvia: los surcos regados: Riegas los surcos de la tierra”, que son después cuidadosamente allanados por el arado: emparejas sus terrones”, sembrando de bendición sus gérmenes, de los que brotará la abundante cosecha. El poeta piensa, sin duda, en la lluvia otoñal, que se requiere para una buena siembra, que, al fin, es coronada con una buena cosecha debida a la abundancia de lluvias.

Hasta los pastizales del desierto se vuelven fecundos, destilando frescor y humedad; los campos se cubren de un verde alegre y prometedor: Las praderas se cubren de rebaños y los valles se revisten de trigo”; y, en consecuencia, los rebaños se mueven por sus laderas, mientras los valles se cubren de mieses. El año agrícola ha sido completo para los cereales y los pastos; por eso los labradores y ganaderos lanzan gritos de júbilo y las canciones alegres se oyen por dondequiera.

Entran en escena las aguas de la vida y de la fecundidad, que en primavera riegan la tierra e idealmente representan la vida nueva. Los versículos finales del Salmo, son de gran belleza y significado. Dios colma la sed de la tierra agrietada por la aridez y el hielo invernal, regándola con la lluvia. El Señor es como un agricultor (cf. Jn 15,1), que hace crecer el grano y hace brotar la hierba con su trabajo. Prepara el terreno, riega los surcos, iguala los terrones, ablanda todo su campo con el agua: emparejas sus terrones; la ablandas con aguaceros y bendices sus brotes”.

El salmista usa sus verbos para describir esta acción amorosa del Creador con respecto a la tierra, que se transfigura en una especie de criatura viva. emparejas sus terrones; la ablandas con aguaceros y bendices sus brotes A este propósito son sugestivos también los verbos vinculados al símbolo del vestido: “Las praderas se cubren de rebaños y los valles se revisten de trigo”. Es la imagen de una pradera esparcida con la blancura de las ovejas; las colinas se ornamentan tal vez con las viñas, signo de júbilo por su producto, el vino, que “alegra el corazón del hombre” (Sal 103,15); los valles se visten con el manto dorado de las mieses.

Lo sembrado en buena tierra, da los frutos esperados, digamos fuerza y hagamos viva la Palabra repitiendo; “La semilla cayó en tierra fértil y dio fruto”

Pedro Sergio

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

Fuentes: Algunos comentarios están tomados de la Biblia de Nácar-Colunga

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II, SALMO 64, Solemne acción de gracias Audiencia general del Miércoles 6 de marzo de 2002

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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