“Señor, sácianos con tu amor”

Reflexión desde el Salmo 89, 12-17

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


    

     MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA HUMANA.

En estilo bellísimo y atractivo, con abundancia de metáforas, el salmista canta en la primera parte de este salmo la grandeza de Dios, Señor del universo, anterior a la formación de los montes, para quien mil años son como un día. Frente a esta grandeza divina está la pequeñez e indigencia del hombre, hecho de la tierra, sin consistencia, y cubierto de pecados, que provocan la ira divina. Por sus faltas, la vida humana transcurre triste y en constante turbación. Es un canto emotivo, de elevación casi único. A la seriedad del pensamiento sobre la pequeñez de la vida humana corresponde la solemnidad y tonalidad grave de expresión. Pero, aunque esté bajo el golpe del dolor y de una penetrante melancolía, el poeta no se deja arrastrar por ella fuera de Dios ni de la confianza en El.

Sal 89, 12-17

R. Señor, sácianos con tu amor.

Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Alégranos por los días en que nos afligiste, por los años en que soportamos la desgracia. R.

Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.

     “QUE DESCIENDA HASTA NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR”

En este poema, el salmista suplica, que Dios le dé a entender la brevedad de la vida para saber vivir con la conciencia de su limitación, y, en consecuencia, organizándola conforme a las exigencias del temor de Dios, que es el principio de la sabiduría.

En los versos anteriores a este fragmento,  el salmista trataba de las relaciones de Dios con el ser humano en su proyección humana, sin restricción alguna; en cambio, ahora la perspectiva se estrecha y se consideran las relaciones del Señor con sus siervos, los pertenecientes al pueblo elegido. El tono es más confiado: desaparece el Dios lejano, sumido en la eternidad, para aparecer el Dios providente que se preocupa de los problemas de su pueblo. El salmista se hace eco de una tragedia nacional: los que forman el pueblo de Dios han sido humillados y afligidos. Y, en un arranque de impaciencia, el poeta exclama: “Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores” No concibe que su Dios permanezca mucho tiempo apartado de su pueblo, y con tono confiado le dice: “Vuélvete”. Siente el vacío de su presencia, y por eso pide que muy pronto, desde la mañana, haga sentir su gracia, “Alégranos por los días en que nos afligiste”, es decir, su comunicación benevolente y protectora, sembrando así la alegría y la confianza en sus siervos, que están desolados, “por los años en que soportamos la desgracia”. Los años de humillación y de postración exigen ahora una compensación proporcionada de alegría en la intimidad con el Señor.

Llevado de su fe ciega en Dios, le pide que manifieste su obra, es decir, su intervención milagrosa en favor de ellos, brillando así su magnificencia como Dios omnipotente y Señor de la historia'. Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos”. La oración termina con el deseo de que la suavidad o benevolencia del Señor los bendiga. “Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor” y confirme el trabajo cotidiano de los que luchan por salir de una difícil situación de prosperidad: “que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos”. “Señor, sácianos con tu amor”.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio

Domingo XXVIII Ciclo B

Reflexiones de los Salmos Dominicales en este link:

REFLEXIONES DESDE LOS SALMOS

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

Fuentes:

Algunos comentarios están tomados de la Biblia Nácar Colunga, adaptación pedagógica: del Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teología, otros comentarios están tomados de Maximiliano García Cordero, en la Biblia comentada de la BAC

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

………………………….-------------------…………………………..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

------------

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-----