SAN PABLO

El Bautismo – muerte para el pecado

 

 

“Ahora, pues ninguna condenación hay para los que están en el Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom. 8:1-2).

“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de El. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu a causa de la justicia” (Rom. 8:5-10).

Ver también: (Rom. 8:1; 1 Cor. 5:7-8; 2 Cor. 5:17; Gal. 3:27-29; Gal. 5:16-26; Gal. 6:8; Gal. 6:15; Ef. 2:1-6; Ef. 2:14-15; Ef. 3:16-17; Ef. 4:22; Ef. 5:11; Ef. 5:14; Col. 3:1-17; Col. 3:23-24; Fil. 2:14-15; Fil. 3:8-15; Fil. 3:17; Fil. 3:20-21; Fil. 4:4-9; Fil. 4:11-13; 1 Tes. 5:14-22).

Ver además sobre la muerte para el pecado y el bautismo: Rom. 6:1-7; Rom. 8:1-17 y 8:32-34; Gal. 2:19-20 y Gal. 3:27; Col. 2:11-14; 2 Tim. 2:11-13.

 

 

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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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