SAN PABLO

La mansedumbre y el perdón

 

“No os vengáis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios… si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber… No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Rom. 12:19-21).

“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Fil. 4:5).

Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes, los que están animados por el Espíritu, corríjanlo con dulzura. Piensa que también tú puedes ser tentado. Gal. 6:1

Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Col. 3:12

Debe reprender con dulzura a los adversarios, teniendo en cuenta que Dios puede concederles la conversión y llevarlos al conocimiento de la verdad. 2 Tim. 2:25.

 

 

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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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