HISTORIA
Los Santos Padres
muchas veces hablaron del Corazón de Cristo como símbolo de su amor,
tomándolo de la Escritura:
"Hemos de beber el agua que brotaría de su Corazón... cuando salió
sangre y agua" (Jn 7,37; 19,35).
En la Edad Media comenzaron
a considerarle como modelo de nuestro amor, paciente por nuestros pecados, a
quien debemos reparar entregándole nuestro corazón (santas Lutgarda, Matilde, Gertrudis la Grande, Marga-rita de Cortona, Angela de Foligno, San Buenaventura, etc.).
En el siglo XVII
estaba muy extendida esta devoción. San Juan Eudes,
ya en 1670, introdujo la primera fiesta pública del Sagrado Corazón.
En 1673, Santa
Margarita María de Alocoque comenzó a tener una
serie de revelaciones que le llevaron a la santidad y la impulsaron a formar
un equipo de apóstoles de esta devoción. Con su celo consiguieron un enorme
impacto en la Iglesia.
Se divulgaron
innumerables libros e imágenes. Las asociaciones del Sagrado Corazón subieron
en un siglo, desde mediados del XVIII, de 1.000 a 100.000. Unas 200
congregaciones religiosas y varios institutos secula-res
se han fundado para extender su culto de mil formas.
El Apostolado de la Oración, que pretende conse-guir nuestra
santificación personal y la salvación del mundo mediante esta devoción, contaba
ya en 1917 con 20 millones de asociados. Y en 1960 llegaba al doble en todo
el mundo, pasando en España del millón; sus 200 revistas tenían 15 millones
de suscriptores. La mayor asociación de todo el mundo.
La Oposición a este culto siempre ha sido grande, sobre todo en
el siglo XVIII por parte de los jansenistas, y recibió un fuerte golpe con la
supresión de la Compañía
de Jesús (1773).
En España se
prohibieron los libros sobre el Sagrado Corazón. El emperador de Austria dio
orden que desapareciesen sus imágenes de todas las iglesias y capillas. En
los seminarios se enseñaba: "la fiesta del Sagrado Corazón ha echado una
grave mancha sobre la religión."
La Europa oficial rechazó el Corazón de Cristo y en seguida
fue asolada por los horrores de la Revolución francesa y de las guerras
napoleónicas. Pero después de la purificación, resurgió de nuevo con más
fuerza que nunca.
En 1856 Pío IX
extendió su fiesta a toda la
Iglesia. En 1899 León XIII consagró el mundo al Sagrado
Corazón de Jesús (Ecuador se había consagrado en 1874).
Y España en 1919,
el 30 de mayo, también se consagró públicamente al Sagrado Corazón en el
Cerro de los Angeles. Donde se grabó, debajo de la estatua de Cristo, aquella
promesa que hizo al padre Bernardo de Hoyos, S.J.,
el 14 de mayo de 1733, mostrándole su Corazón, en Valladolid (Santuario de la Gran Promesa), y
diciéndole: "Reinaré en España con más Veneración que en otras muchas partes"
(entonces también América era España).
Fuente: www.aciprensa.com
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