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SAN JUAN Y LA MADRE DE JESUS

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


 

San Juan nunca llama a la Madre de Jesús por su nombre y la menciona en solo dos relatos, donde hay dialogo entre Jesús y su madre. Las Bodas de Caná, un relato alegre, donde se necesita más vino para que siga la alegría y un relato conmovedor con un dialogo del hijo a su madre desde la Cruz.

Primer Relato, Bodas de Caná.

“Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: « No tienen vino. » Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. »  Dice su madre a los sirvientes: « Haced lo que él os diga. » (Jn 2, 1-5)

Después bajó a Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días. (Jn 2,12)

Este relato lo hace Juan después del pasaje de las cuatro “vocaciones” de Andrés y “otro” discípulo (Jn 1, 35-40) de Simón Pedro (Jn 1, 41-42); 3) de Felipe (Jn 1, 43-44) y de Natanael (Jn 1, 45-51). El relato de esta vocación es iniciado nuevamente con la expresión. “Al día siguiente” y el de las Bodas de Caná “Tres días después”.  Juan no precisa desde donde venía Jesús caminando por tres días, pero podemos suponer siguiendo los relatos anteriores, que es desde las cercanías del Río Jordán. Otro dato a tomar en cuenta es que al decir “estaba allí la madre de Jesús” supone que María estaba ya en Caná cuando llegó su Hijo. El que no parece estar es José, el esposo de María, citado poco antes como padre legal de Jesús: “Jesús, hijo de José de Nazaret” (Jn 1:45). Este detalle puede hacernos  suponer que el no pudo asistir por su avanzada edad o porque ya había muerto.

Juan relata que a esta boda también había sido invitado “Jesús con sus discípulos.” Juan aquí se anticipa llamarlos sus discípulos, porque siguiendo el relato anterior, ellos recién se habían encontrado con Jesús. ¿Por qué son también invitados con El los discípulos?, puede ser porque la hospitalidad oriental permite estas cosas. También se puede suponer, por la forma resumida en que se presenta a María comentando que se acabó el vino, que Jesús había estado disfrutando ya con su Madre.

En las bodas de los pueblos, las tareas de la cocina y del banquete son atendidos por las hermanas y mujeres familiares o amigas, por tanto esto nos hace suponer que María o es familiar o una buena amiga de la familia, ya que ella está ayudando a la fiesta y se ha preocupado de un detalle que no es menor, el vino es tan esencial en un banquete de bodas en Oriente, tal es así, que dice el Talmud: “Donde no hay vino, no hay alegría.” Esta boda debe de llevar ya algunos días de fiesta y probablemente, cuando ya era casi el fin de las celebraciones, se puso crítica la situación. Y éste es el momento de la intervención de María y discretamente se lo comunica a su Hijo, diciéndole simplemente: “No tienen vino.”  Todo el contexto hace ver que María espera una intervención especial, sobrenatural, de Jesús  y esto supone un conocimiento muy excepcional en María de su Hijo. Parece que ella esta, segura de la intervención de su Hijo, se acerca a los servidores para decirles que hagan lo que Él les diga. Esta iniciativa, se puede entender suponiendo la especial familiaridad de ella con los miembros de aquel hogar.

María, insiste ante su Hijo, ella conoce como madre el corazón de su Hijo, llena de confianza, sabe que será escuchada, y da la orden a los sirvientes de que hagan cuanto su Hijo les diga. Y así, por la petición de María, se adelanta, excepcionalmente, la hora de los milagros de Cristo. María sabía que su Hijo era el Mesías y el Hijo de Dios.

Segundo relato, la Crucifixión:

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: « Mujer, ahí tienes a tu hijo. » Luego dice al discípulo: « Ahí tienes a tu madre. » Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.” (Jn 19,25-27)

Este relato es exclusivo de Juan. Están presentes, “de pie” junto a la cruz de Jesús.  Esta escena debe de tener lugar poco antes de morir Cristo. María, madre de Jesús esta con un grupo de mujeres, entre las que está María Magdalena, ella está “de pie junto a la cruz.” Esto hace suponer que Jesús ya debe de llevar mucho tiempo en la cruz y que la muerte se acerca. Los primeros síntomas de la agonía comenzaban a manifestarse.  

Jesucristo mismo, desde lo alto de su cruz,  quiso ratificar la maternidad espiritual de María con relación a los hombres, cuando pronunció aquellas notables palabras: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” en la persona del discípulo predilecto, al que confiaba también toda la cristiandad a su Madre, la Virgen María. Un detalle, en esta narración ni a María ni a Juan los llama por su nombre propio, sino por los de “Mujer,” “Madre” y “Discípulo.”

María, a la hora en la cual su hijo Jesús pronunció estas palabras, comprendió el sentido de lo que en ellas se proclamaba. Juan comprendió lo pedido por el Señor, la asistencia a su madre, por eso, “desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.” (Jn 19,25-27) por la que María será madre espiritual suya y de los seres humanos.

Otro detalle, al encomendar Jesús a su madre a Juan prueba también que María no tenía más hijos y que José ya había muerto, pues, de lo contrario, a él o a ellos correspondía mirar por su esposa o madre.

¿Porque Juan nunca llama a la madre de Jesús por su nombre?

La primera interrogante es porque Juan nunca llama a la madre de Jesús por su nombre. ¿Es esto una casualidad? o ¿lo hace a propósito? Sin embargo Juan nombra a José, esposo de la madre de Jesús: “¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos?” (Jn 6,42)

La segunda interrogante es saber si Juan conoce el nombre de la madre de Jesús y no nos cabe la menor duda que sí, porque además Jesús se la encargo a él y la acogió en su casa. (Jn 19,25-27)

La tercera interrogante es porque él no olvida de nombrar a otra mujeres que se llamaban Maria, como María hermana de Marta y Lázaro (Jn 11,1), y que luego ungió los pies del Señor (Jn 11,2, Jn 11,32, Jn 12,3), María, mujer de Clopás, (Jn 19, 25),  y María Magdalena. (Jn 19,25; Jn 20, 1, 11, 16 y 18). Estas mujeres, son personajes secundarios del evangelio y, no obstante Juan no se olvida de mencionarlas por su nombre.

Con todo, no podemos sostener que Juan no sabía el nombre de la madre de Jesús, porque si hay un discípulo que podía conocer a la Madre de Jesús, ése era Juan y cada vez que se refiere a ella, la nombra como la “madre de Jesús.” Por otra parte es que el mismo Juan el que dice que la conoce (Jn 6,42) “cuyo padre y madre conocemos”

Se han escritos y se escriben muchas hipótesis, pero yo prefiero analizar lo que tenemos a la simple lectura. En síntesis, la madre de Jesús aparece en dos relatos de Juan, las bodas de Caná y la Crucifixión. Con todo, gracias al relato de Juan, sabemos que Jesús asistió con su Madre y con sus discípulos a unas bodas en Caná de Galilea y que la Madre de Jesús fue una de las pocas que  siguió de cerca su Pasión y estuvo al pie de la Cruz.

Jesús dialoga con su madre.

También otro detalle de los  relatos, es que en los Evangelios no hay muchos diálogos de la madre de Jesús y su hijo. Son conocidos los diálogos que aparecen en el Evangelio de Lucas del niño perdido y hallado en el Templo, cuando su madre le pregunta: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo angustiados te andábamos buscando» (Lc 2, 48), responde Jesús: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tenía que estar [aquí] en las cosas de mi Padre?» (Lc 2, 49).

Juan nos presenta dos diálogos, en la escena de las bodas de Caná: le dice a Jesús su madre: « No tienen vino. » Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. »  Dice su madre a los sirvientes: « Haced lo que él os diga. » (Jn 2, 1-5) Y en la escena de la crucifixión: dice a su madre: « Mujer, ahí tienes a tu hijo».

¿Explicaciones? Los escritores espirituales dan muchas explicaciones con diversas suposiciones, pero quiero subrayar algunas cuestiones que me parecen importantes, la madre de Jesús, les pide a sus amigos: « Haced lo que él os diga. » (Jn 2, 1-5) y Jesús, aun habiendo alegado que aún no había llegado su hora, acoge las palabras de su madre y realiza el milagro de cambiar el agua en vino. No creo que esto lo haya hecho por una simple cortesía de hijo a su madre, pero aquí Juan destaca la importancia que de la figura de la Madre de Jesús en los que su hijo hace y revela una plena comprensión y afinidad entre Madre e Hijo, que va a perdurar desde el inicio de la vida pública de Jesús hasta el Calvario. La Madre de Jesús es para Juan testigo y mujer importante en la vida misma de Jesús.   

Haced lo que él os diga. 

Juan nos enseña un aspecto muy importante en nuestra vida mariana, y a mi parecer son muy relevantes. La Madre de Jesús da la instrucción: « Haced lo que él os diga. » (Jn 2, 1-5), y su hijo nos dice y nos pide: “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.” (Mc 12, 30-31) Son estas dos peticiones del Señor que no debemos dejar de lado.

Estas palabras de María, Madre de Jesús, « Haced lo que él os diga »,  son más que suficientes para todos, además nos las trasmite Juan, quien se hizo responsable de ella por encargo del mismo Señor: « Ahí tienes a tu madre. » Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.” (Jn 19,25-27)

La Virgen María, madre de Jesús, viva en nuestros corazones.

 

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Textos Bíblicos, Sagrada Biblia de Jerusalén

Publicado en mi página web:

Pascua de 2016


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