“HABLAR CON TODOS EN DIOS Y DE DIOS” “¿De qué hablabais por el camino?” (Lc 24,17). REFLEXIÓN DESDE EL LIBRO CAMINO DE PERFECCIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS, Capitulo 20 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1.
HABLAR DE TODO
EN DIOS, No a todo el mundo le gusta hablar siempre
de Dios, como tampoco es usual hablar de todo en Dios, quien lo hace es sus
círculos de trabajo, grupo de amigos o alguna reunión social, por lo general
comienza a recibir criticas, opiniones en contra de la Iglesia o es nominado,
al menos en mi país, como “pechoño”, palabra que tiene el sentido de
exagerado santurrón o peyorativamente “beato”, y también como fanático. Lo
cierto es que en nuestra sociedad, la que presume de moderna, parece que
hablar de Dios está mal visto. Por otra parte, a muchos les encantaría
que dentro de sus temas de conversación se hable en Dios, sin embargo por
vergüenza, prefieren callar por miedo a ser criticado, a estas personas, es a
los que hoy se dirige el Señor con la expresión: “No teman”. También es cierto que la imagen que se tiene
de Dios, por no conocerlo en profundidad, esta alterada respecto de la
realidad verdadera de Dios y parece que nos asusta compartir el verdadero
rostro de Dios con el mundo. 2.
TENER
EXPERIENCIA EN DIOS Y DE DIOS Cuando hablamos de experiencia, nos referimos
a esa enseñanza que nos ha entregado la propia vida, algo que ha sido nuestra
costumbre, también a algo que ha sido nuestra práctica habitual y la ponemos
como ejemplo. Y cuando hablamos de la experiencia de
Dios, es porque en nuestra vida hemos encontrado, aceptado y probado este
encuentro que nos da sentido y fundamento último de nuestra vida. La vida es caminar constante hacia Dios,
cuando optamos por aceptar a Dios como sentido último de todo lo que hablamos,
somos y hacemos. Esta entrega a Dios es fe en él. Buscarlo a El, salir a su encuentro,
aceptar la llamada de Dios, es la más grande experiencia de Dios. Preocuparse de los problemas de los
hombres, buscar siempre el bien, servir con sencillez y humildad a los demás
contrarios a toda discriminación, es el modo del que quiere a Dios. Dejarse
guiar por Él, es signo de entrega humilde y gratuita a Dios, convirtiendo su
vida en proyecto de amor, regalo de la experiencia en Dios. 3.
ENTRAR A
DIALOGAR CON DIOS No tengáis miedo de morir de sed en este camino,
nunca falta en él agua de consolación que alivie la aridez, para que no se
haga intolerable el camino. (Teresa de Jesús, Camino de Perfección Capitulo
20) Entrar a dialogar con Dios, es seguir por
el camino del amor y para esto, hay muchos caminos, esto se denominan modos
oración. Podemos orar mentalmente, vocalmente o en forma contemplativa. Teresa de Jesús, maestra de oración, nos
enseña los distintos modo de oración, a partir del capitulo 11 al 21 del
Libro de la Vida y desde el capitulo 17 al 32 del libro Camino de Perfección.
A todos llama el Señor a seguir distintos caminos de dialogo con El, algunos
optan por el mas difícil, que es la contemplación porque exige mucha
abnegación, y renuncia. Pero hay otros caminos menos difíciles y que son de
amor y de diálogo con el Señor, hasta llegar a la fuente de agua viva a
beber. Entrar a dialogar con Dios, siempre va ser
algo bueno, y debemos encaminar, al menos, a los que apreciamos que gocen de
esto. Pero si es posible, a todos los que se nos acerquen, proponerles el
camino de la oración y porque no, hablarles de las maravillas de Dios. Si amamos en verdad a nuestros hermanos,
invitémosle a comenzar el camino de la oración. El camino del amor, es el que
se hace dialogando con Dios, es el camino que nos lleva a la fuente de agua
viva a beber. “Lo poco que haya caminado en esa dirección,
le dará luz para que le aproveche en sus trabajos, y cuanta más oración, le
irá mejor en todo. En fin, esté seguro de que no le hará ningún daño para
nada el haber comenzado a recorrer el camino de la oración, aunque después lo
deje, porque el bien nunca hace mal.” (Camino de Perfección 20,3) 4.
ALEJARSE DE LA
LENGUA MUNDANA Se nos presenta en nuestra vida una
situación difícil, alejarse del lenguaje mundano y enseñar a los que nos
rodean la lengua de Dios, del diálogo con El, y hacer esto último sin temor,
como así nos enseña Santa Teresa de Jesús: “Aconsejaría yo a quienes tienen oración,
que procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo. Es
cosa importantísima” (V 7,20). Se trata de aprender a hablar de todo en Dios.
“Y
todo esto, para vuestro bien a fin de que cuantos más reciban la gracia,
mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios. (2 Cor4,15).
Al hablar el lenguaje de Dios, Santa Teresa de Jesús,
esta convencida de que el Señor, aceptará a todos los que quieran comenzar el
camino tan lleno de bienes. Ella nos pide cuidar el lenguaje del grupo en el
cual participamos, de “vuestro trato y Lenguaje”, de la lengua que han de
hablar quienes van camino de la fuente de agua viva. Aprender esa lengua, enseñarla a otros, eso
es la escuela de oración. El grupo cuidará de no equivocarse de idioma
y pasarse al que se habla en el mundo, tratará de no confundir el lenguaje de
la casa con la algarabía de fuera, se preocupará no solo de las maneras y
modales, sino de los contenidos. Algarabía es el lenguaje que hablan los no
interesados en el agua viva. “No lleva camino uno que no sabe
algarabía, gustar de hablar mucho con quien no sabe otro lenguaje... 5.
HABLAR EL
LENGUAJE DE DIOS Nuestro trato y lenguaje de Dios, por lo
general se da o se puede dar en nuestros grupos de oración, o comunidades
formadas en torno a nuestra fe, ciertamente, es estos casos el grupo tiene
lenguaje propio, un lenguaje que consiste en hablar de Dios. Y Hablar de Dios
es hacer teología viva. Hablar de Dios es preludio normal para hablar a Dios.
Enseña Santa Teresa a sus monjas: Si queréis
ser buen familiar, ésta es la verdadera amistad; si queréis ser buena amiga,
sabed que sólo lo podéis ser por este camino. Viva la verdad en vuestros
corazones, como ha de vivir por la meditación, y veréis con claridad cuál es
el amor que debemos tener a nuestros prójimos. No es ya tiempo, hermanas, de juego de
niños, que eso es lo que parecen las amistades del mundo, aunque sean buenas;
ni vuestra conversación se reduzca a «si me queréis», o «no me queréis», ni
con familiares ni con nadie, de no ser que os mueva un gran fin y provecho de
aquella alma. También puede ocurrir que para que vuestro
pariente o hermano, o cualquier persona, escuche y acepte la verdad, tengáis
que prepararle con estas conversaciones y muestras de amor, que siempre son
halagadoras y agradables; y seguramente será mejor recibida una palabra de
afecto, que muchas palabras de Dios, y les dispondrá para que acepten éstas.
(Camino de Perfección 20,4) 6. LA ENSEÑANZA
DE TERESA DE JESUS Teresa le esta hablando a sus hijas (Las
Monjas) y de esos ejemplos aprendemos, ella les enseña el estilo que ha de
haber en las conversaciones y les hace ver que el que quiera hablarles, que
lo aprenda, y si no es así les advierte que tengan cuidado con aprender ellas
el mal hablan otros, esos estaría muy mal y si a consecuencia de esto las
consideran poco corteses, no importa; si las tienen por hipócritas, menos.
Con esto conseguirán que no les visite sino quien entienda vuestra lengua Que no sería poco daño comenzar a hablar
nueva lengua, y todo el tiempo se os iría en eso. Y no podéis saber como yo,
que lo he experimentado, el gran mal que es para el alma, porque por saber la
una se olvida la otra, y es un perpetuo desasosiego” (Camino de Perfección
20,5) “Por eso todas las personas que os trataren,
hijas, habiendo disposición y alguna amistad, procurad quitarlas el miedo de comenzar
tan gran bien” (C 20,3). Si las personas que se relacionan con
vosotras quieren aprender vuestra lengua, aunque vuestro oficio no es
enseñar, podéis decirles las riquezas que se ganan con aprenderla. Y de esto
no os canséis, sino con piedad y amor y oración, a fin de que les aproveche,
vayan entendiendo la gran ganancia de la oración y se decidan a buscar
maestro que les enseñe. No sería merced pequeña que el Señor os concediera
poder despertar algún alma para este bien. (Camino de perfección 20,6) 7.
EXPERIMENTAR EL AMOR DE DIOS EN NUESTRA VIDA Para experimenta
el amor de Dios en nuestra vida, Teresa de Jesús, propone el camino de la
oración, donde nunca falta consolación, “Quien tenga sed, venga a mí y beba” (Jn
7,37) y
aconseja a las hermanas que hablen siempre de la oración y el camino de la
contemplación y expone: “Porque de esta fuente caudalosa nacen
arroyos, unos grandes y otros pequeños, y algunas veces charquitos para
niños, que son los principiantes, a quienes aquello les basta, y si les diera
más, se espantarían de ver tanta agua. Por tanto, hermanas, no tengáis miedo
de morir de sed yendo por este camino; nunca falta en él agua de consolación
que alivie la aridez, para que no se haga intolerable el camino. Y caminando
siempre con esta determinación de antes morir que dejar de llegar al fin del
camino, si el Señor os conduce con alguna sed en esta vida, os dará con toda
abundancia de beber en la vida que dura siempre, y sin miedo de que os
falte.” (Camino de Perfección 20,2) El Señor le irá perfeccionando; y aunque
sólo diera un paso en este camino, es ya tan valioso, que no tenga miedo que
no lo perderá, ni dejará de recibir muy buena paga. (Camino de
Perfección 20,3) 8.
LAS DIFICULTADES EN NUESTRO CAMINO Esta en nosotros
aceptar conversaciones y lenguajes
frívolos, superficiales o de la llamada farándula, pero sucede que
muchas veces, aunque esta forma nos disguste, aceptamos la conversación
algunas veces movidos por la caridad, nos obstante, debe haber un cierto
límite y debemos hacer ver que no somos partidarios de estos temas sin temor. Al respecto
Santa Teresa le enseña a sus hijas: Si
os consideran poco corteses, no importa; si os tienen por hipócritas, menos.
Con esto conseguiréis que no os visite sino quien entienda vuestra lengua;
porque no es frecuente que quien no sabe hablar en otro idioma, desee hablar
mucho con quien sólo habla solo su lengua. Con lo cual ni os cansarán, ni os
dañarán, pues no sería pequeño daño que vosotras comenzarais a hablar una
lengua nueva, y que pasarais todo el tiempo en eso. Y no podéis saber como
yo, que lo he experimentado, el gran mal que es para el alma, porque por
conocer una lengua distinta, se olvida la otra, lo cual es un perpetuo
desasosiego, del que por todos los medios habéis de huir; porque para seguir
el camino que hemos emprendido, es muy necesario tener paz y sosiego en el
alma. (Camino de Perfección 20,5). Si las personas que se relacionan con
vosotras quieren aprender vuestra lengua, aunque vuestro oficio no es
enseñar, podéis decirles las riquezas que se ganan con aprenderla. (Camino de Perfección 20,6) Todos estamos llamados a la fuente a
dialogar con el Señor, para hablar con El, aprender de El, y luego para
hablar en Dios y en Dios con todos. El Señor les Bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant Publicada también en este link: REFLEXIONES INTIMAS EN AMISTAD CON DIOS Abril
2011 Fuentes Libro
Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús Actualización
del lenguaje, Camino de Santa Teresa Leído Hoy, Jesús Marti Ballester |
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