Museo Conventual de las Descalzas. Es, sin duda, la obra más
sobresaliente de esta sala. Obra del pintor napolitano Luca Giordano
(1634-1705), que debió realizar durante su estancia de diez años en España.
La figura protagonista presenta una elegante monumentalidad y está resuelta
con una técnica muy suelta y valiente, ocupando la fuerte diagonal barroca el
Espíritu Santo que la ilumina, el rostro en arrobamiento de la santa y las
naturalezas muertas de la mesa. TERESA
DE JESUS, APASIONADA PARA HABLAR CON DIOS Y DE DIOS “De hablar de Dios y de oír hablar
de Él nunca se cansaba”. (Libro Vida 8, 12). Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1. ENTUSIASMADA
DE HABLAR DE DIOS La Santa Madre Teresa de Jesús, vivió entusiasmada de
hablar de Dios y en especial del amor de Dios. Teresa dice; “porque hablar del amor
de Dios es cosa sabrosa, (Camino de Perfección ( E) 71,1) Me imagino a Teresa
en diferente circunstancias frente a sus hijas las monjas, hablando de Dios
para que todas ellas le conozcan, dice ella; “Y a mi parecer jamás nos
acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios; (I Moradas 2) Y si alguien le preguntara ¿Por
qué hablas tanto de Dios a tus hijas?, me imagino que su respuesta sería; “porque
le conozco bien -por mis pecados- y quiero dárselos a conocer porque os
librarais de él (los pecados) para siempre;
(Camino de Perfección ( E) 71, 1) Santa Teresa tiene mucho que enseñarnos y nosotros tenemos necesidad de
aprender de ella, porque la Santa Madre Teresa de Jesús, tiene mucho que
decirle al mundo y a la Iglesia, ya que de almas como ella estamos todos
necesitados. Al menos, tomémosla como Maestra de oración, que iremos bien
servidos, pues Dios quiso hacer de Teresa un testigo de Jesús resucitado,
como hizo a Juan, a Pedro y a los apóstoles. Esta elección la convirtió en
mujer nueva, capacitada para testificar con su vida lo que había visto y
oído. 2.
LA IMPERIOSA NECESIDAD DE ORAR COMO DIALOGO
DE AMISTAD Las enseñanzas de Teresa a
sus hijas las monjas y el mensaje que aportó a la Iglesia de su tiempo fue,
principalmente, el de la gran necesidad de orar como dialogo de amistad con
Dios para conocerle mejor. Es así como
Teresa le ayuda a sus monjas a entender bien los modos de oración para que el
dialogo de amistad sea fructífero. En el libro Camino de Perfección, enseñando
ella que es la oración mental, dice que no es “tener
cerrada la boca”, y lo que hay entender es que se está hablando con Dios, es
decir que nos preocupemos con quien hablamos. Enseña la santa a sus monjas; “Esta
es oración mental, hijas mías, entender estas verdades. Si queréis ir
entendiendo esto y rezando vocalmente, muy enhorabuena. No me estéis hablando
con Dios y pensando en otras cosas, que esto hace no entender qué cosa es
oración mental. Creo va dado a entender. Pide el Señor lo sepamos obrar,
amén.” (Camino de Perfección 22,8) “No me estéis”, enseña Teresa, como si les dijese; escúchame qué te voy a dar un consejo, y Dios estará
contigo, lleva ante Dios tus asuntos, cumple sus preceptos y pídele te de conocer
el camino que debes seguir y las obras que has de practicar. 3. LA MEJOR FORMA DE CONOCER A DIOS, ES DIALOGANDO CON EL Y COMO AMIGO El
Señor dice que a nosotros nos ha llamado amigos, porque todo lo que ha oído a
su Padre, él nos lo ha dado a conocer. (Jn 15, 15). Y la voz del cielo nos ha
dicho; “Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenle” (Lc 9, 35). Sobre este amigo Teresa nos
dice; "Con
tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el
padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo, nunca falta; es amigo
verdadero" (Libro Vida 22, 6). Más adelante agrega; "Es muy buen
amigo Cristo, porque le miramos hombre y vémosle con flaquezas y trabajos, y
es compañía" (Libro Vida 22, 10). Como ya sabemos, Teresa
nos afirma que la oración es; “tratar de amistad, estando muchas veces
tratando a solas con quien sabemos nos ama". (Libro Vida, 8, 2). Teresa
lo sabe bien, la mejor forma de conocer a Dios, es dialogando con Él, de
corazón a corazón o hablando de Dios con buenas personas. Es por eso que ella
nos dice que; “me quedó el deseo de soledad, amiga de tratar con Dios y de
hablar de Él, que si hallaba con quién, más contento y recreación me daba que
toda la cortesía, o grosería por mejor decir, de la conversación del mundo” (Libro
Vida 6, 4). Enseña la santa Madre; ¿Pensáis que importa poco para un alma
derramada entender esta verdad, y ver que no ha menester (necesario) para
hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con él, ni ha
menester hablar a voces? Por paso que hable, está tan cerca que nos oirá; ni
ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro
de sí y no extrañarse de tan buen huésped; sino con gran humildad hablarle
como a Padre, pedirle como a Padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio
para ellos, entendiendo que no es digna de ser su hija.” (Camino de Perfección
28, 2) 4. DE
HABLAR DE DIOS Y DE OÍR HABLAR DE EL NUNCA SE CANSABA Me parece ver a la santa permanecer muchas horas sola dialogando con Dios, como también creo entender que
ella dedica luego muchos momentos a conversar su experiencia de este dialogo.
Teresa nos cuenta que; “De hablar de Dios y de oír hablar de Él nunca se
cansaba, y después de esto, comenzó a hacer mucha oración.” (Libro Vida 8,
12). En el capítulo 3 de su Libro Vida, la Santa Madre Teresa de Jesús, nos
habla de lo bien que influye en uno la buena compañía, esto le ayudó a ella a
alejarse de las costumbres que había hecho no ir por el bien y volver a poner
en su pensamiento deseos de las cosas eternas y además de quitar algo la gran
enemistad que tenía con ser monja. (Cfr. Libro Vida 3,1). Hablando ella como
cómo fue parte la buena compañía para volver a despertar sus deseos, y por
qué manera comenzó el Señor a darla alguna luz del engaño que había traído,
comenta que; “Pues comenzando a gustar de la buena y santa conversación de
esta monja. (Dª María de Briceño), me hacía bien oírla sobre lo bien que
hablaba de Dios, porque era muy discreta y santa. Según yo creo, nunca dejé
de contentarme de oír hablar bien de Dios” (Vida 3, 1). 5. HABLABA
MUCHO DE DIOS, DE MANERA QUE EDIFICABA A TODAS Estando Teresa muy enferma, escribe que se siente muy
conforme con la voluntad de Dios, aunque la dejase así siempre (estaba
tullida). Con todo, ella ansiaba sanarse para estar a solas en oración con
Dios. Es así que se confesaba muy seguido. “De este modo, hablaba mucho de
Dios, de manera que edificaba a todas” (Vida 6, 2). Es así como la santa se
da cuenta que gracias al acercamiento de su alma a Dios, ella recibe muchos
regalos; “cesaron mis males y me dio el Señor fortaleza para salir de ellos,
y no me hacía más estar en las ocasiones y con gente que me solía distraer,
que si no estuviera, antes me ayudaba lo que me solía dañar. Todo me era
medios para conocer más a Dios y amarle y ver lo que le debía y pesarme de la
que había sido.” (Libro Vida 21, 12) Santa Teresa se daba cuenta que alejarse del trato con
Dios le era muy perjudicial. Y así luego ella nos dice; “El no tenerme por
tan ruin (Teresa siempre se reconoce, antes le pesaba y ya no, de que
tuviesen buena opinión de ella), se debía a que, como me veían tan joven y en
tantos peligros, y a que buscaba muchas veces la soledad para rezar y leer; a
que hablaba mucho de Dios y era amiga de hacer pintar su imagen en muchos
lugares y de tener oratorio y procurar tener en él cosas que fomentasen la
devoción; no hablar mal de nadie y otras cosas como éstas que tenían
apariencia de virtud” (Libro Vida 7, 2). 6.
CONOCER A DIOS POR SU HIJO Teresa
dedica toda su vida de monja a enseñar a sus hijas acercarse cada vez más a
Dios y como conocer a Dios por su Hijo. Recordemos que Jesus “llamaba a Dios
su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.” (Jn 5, 17) y luego más
adelante nos dice; “si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.”
(Jn 8,15), como lo conoce a él; “como
me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre”
(Jn 10,15) y esto es así porque dice Jesús; “Yo y el Padre somos uno.” (Jn 10,30) Manifiesta Teresa; “¡Oh Señor,
cómo parecéis Padre de tal Hijo, y cómo parece vuestro Hijo, hijo de tal
Padre!” (Camino Perfección 44,1) Es así como luego nos ratifica el Señor que
para ir al Padre, hay que ir por medio de él; “Yo soy el Camino, la Verdad y
la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.” (Jn 14, 6-7).
Teresa nos expone; “Porque si pierden la guía, que es el buen Jesús, no
acertarán el camino”, para llegar Dios.
(VI Moradas 7). 7.
TRAERLE SIEMPRE CONSIGO Y HABLAR CON
EL Dice
Jesús a sus amigos: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre.” (Jn 14,7) y agrega luego; “a vosotros os he
llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer.” (Jn 15,15) Parafraseando a Teresa; “Buen Padre tenemos y nos lo ha
dado el buen Jesús;” (Cfr. Camino de Perfección
27,4) ella lo dice así; “Buen Padre os da el buen Jesús;” (Camino de Perfección (E) 45,2) Por tanto
oigamos al Señor que nos dice; “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y
nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el
Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” (Lc 10,22) Y para hablar con él hijo, lo
podemos hacer como nos recomienda Teresa; “Puede representarse delante de
Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad y traerle
siempre consigo y hablar con Él, pedirle para sus necesidades y quejársele de
sus trabajos, alegrarse con Él en sus contentos y no olvidarle por ellos, sin
procurar oraciones compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y
necesidad” (Libro Vida 12,2) Y
frente a la dificultad para hablar con él nos aconseja Teresa: “Lo que podéis
hacer para ayuda de esto, procurad traer una imagen o retrato de este Señor
que sea a vuestro gusto, no para traerle en el seno y nunca le mirar, sino
para hablar muchas veces con él, que él os dará qué le decir. Como habláis
con otras personas, ¿por qué os han más de faltar palabras para hablar con
Dios?.” (Camino de Perfección 26, 9) Ciertamente,
una conversación con Dios, nos enciende una fe viva, capaz de cambiarnos la
vida, colmándola de paz y gozo interior sin límites. Un dialogo de amor con
Dios, sintiendo la eficacia de la oración, en especial cuando es sincera y
humilde nos dilata el corazón y nos convence que entre Dios y nosotros hay
mucho más que una relación de afecto, es amor puro de un Padre que nos dará
fortaleza para no caer en desesperación y angustia alguna, por tanto aprender
a conversar con Dios, como aprender a reconocer sus respuestas, es orar como
lo hizo tantas veces Cristo Jesús, a solas, sabiendo que dialoga con quien de
verdad da amor. Teresa de Jesús, maestra de oración lo comprendió muy bien,
“orar es un trato de amistad con quien sabemos nos ama”. Es así,
como a Teresa tiene muchas ganas de hablar solamente de Dios y cosas muy
verdaderas, superiores a las que se hablan en el mundo, y entonces comenzó a
tener pena de vivir en él (mundo). Dice Teresa que esto le dejó a ella una
gran ternura, regalo y humildad y que casi sin entender cómo sucedió lo mucho
que le dió el Señor en ese momento. No obstante, a ella no le quedó ninguna
duda de que esto fuera una ilusión y prosigue; “No vi nada, más entendí el
gran bien que hay en no hacer caso de ninguna cosa que no nos sirva para
acercarnos más a Dios, y comprendí qué cosa es andar mi alma en verdad
delante de la misma Verdad”. (Cfr. Vida 40,3). Se
pregunta Teresa: ¿Pensáis que importa poco para un alma derramada entender
esta verdad, y ver que no ha menester (necesario) para hablar con su Padre
Eterno ir al cielo, ni para regalarse con él, ni ha menester (necesario) hablar
a voces? Por paso que hable, está tan cerca que nos oirá; ni ha menester alas
para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no
extrañarse de tan buen huésped; sino con gran humildad hablarle como a Padre,
pedirle como a Padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos,
entendiendo que no es digna de ser su hija.” (Camino de Perfección 28, 2) Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Noviembre
de 2015 Publicado en mi web www.caminando-con-jesus.org
sección teresa de jesus Fuentes Bibliográficas y de
referencias Obras Completas, Editorial
Monte Carmelo Mi libro, Teresa de Jesús nos
habla de Dios, Editorial Monte Carmelo Textos Bíblicos, Biblia de
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